Aprovechamiento energético: objetivo residuos cero

2 November, 2019 Zabalgarbi Zabalgarbi Noticias EN

iAMBIENTE

Cuando un residuo ya no puede ser reciclado o reutilizado más veces, todavía queda una última solución. Puede convertirse en energía. Y el fin último de ese aprovechamiento energético es reducir los residuos a la mínima expresión. “Si los países del norte de Europa lo han conseguido, ¿por qué no íbamos a hacerlo nosotros?”, sentencia Antonio Gallardo.

Es catedrático de la Universitat Jaume I (UJI ) de Castellón y uno de los autores del libro Aprovechamiento energético de residuos sólidos. La publicación forma parte de la colección Medio Ambiente que dirige el profesor Ignacio Morell. En este último título, el décimo, coeditado por la universidad y el Centro de Educación Superior Tecnológico de Costa Rica (TEC), participan también otros profesores de la UJI como Francisco José Colomer, Rooel Campos y Dagoberto Arias.

Esta iniciativa se realiza en el marco de la Red Iberoameticana de Saneamiento Ambiental (Redisa), estando subvencionada por la Agencia de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo (CYTED). La publicación muestra diversos casos prácticos con los que se ha conseguido lo que parecía imposible. Que los residuos que ya no pueden ser reciclados ni reutilizados de ninguna forma, desaparezcan.

“En esta red iberoamericana participamos 114 profesores y veinte centros de investigación de diez países distintos”, detalla Gallardo. Alrededor de una docena personas de diferentes países decidieron hacer esta publicación sobre aprovechamiento energético para dar visibilidad a las diferentes soluciones que ya existen. “El objetivo es presentar una serie de experiencias que se han desarrollado en nuestros países“, explica. Procedimientos que todavía no se están explotando al máximo y que podrían ser una solución para la consecución del objetivo de eliminación total de residuos.Visibilizar la solución

Jerarquía de la gestión de residuos

En la gestión de residuos se sigue una escala jerárquica. En primer lugar, lo más importante es tratar de reducir los residuos que generamos. Después, se procede a la reutilización o el reciclado de aquellos que no se haya podido evitar generar. Posteriormente entra en juego su valorización, en el último nivel, si es que no se han podido reutilizar ni reciclar. Aquí es cuando se trata de crear con ellos un combustible a través de su descomposición y, en último caso, energía eléctrica a través de su combustión.

Energía eléctrica y combustibles sólidos recuperados

Es preferible que esos rechazos procedentes de las plantas de tratamiento mecánico-biológico de los residuos sólidos urbanos no vayan al vertedero. Así, se convierten en combustibles sólidos recuperados o CSR. Esos residuos se llevan a otras plantas donde se secan, se trituran y se convierten en una especie de pellet o pastillas que pueden ser empleados como combustible de caldera. De esta forma, los residuos no desaparecen por arte de magia, sino que aportan un nuevo beneficio: energía.

El pellet habitual, creado con residuos forestales o procedentes del sector agrícola se emplea en calderas pequeñas de casas particulares. Pero en este caso, el pellet creado con residuos sólidos urbanos se emplea en calderas de gran tamaño que se utilizan en plantas de gasificación o de incineración.  “Varias plantas de tratamientos de residuos de la provincia de Castellón ya lo están realizando“, afirma Gallardo.

Crean un pellet que después es enviado a la cementera de Bunyol, entre otros sitios, para que sea utilizado como energía para su producción. Sin embargo, también podría utilizarse para generar energía que se incorpore después a la red eléctrica. En la Comunitat Valenciana no hay ninguna planta o empresa pública que realice esta actividad, sino que son privadas y posteriormente comercializan la energía generada. “A veces las instalaciones son públicas, pero se crean concesiones a empresas privadas”, explica.

Biometanización

En el libro se presentan otros casos de valorización de residuos como la creación de compost a partir de residuos agrícolas. También otras experiencias sobre biometanización a través de la materia orgánica de los residuos para generar biogás. Un recurso que, en Méjico se está consiguiendo obtener a partir de la utilización de pañales usados. Otro de esos ejemplos prácticos que se detallan en la publicación.