Author: Zabalgarbi

26 Feb

Bizkaia duplicará su capacidad de reciclaje de orgánicos con tres nuevas plantas en Berriatua, Igorre y Getxo

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EL CORREO

Separar en origen papel, envases, vidrio y textiles ya es común en muchos domicilios, pero Bizkaia quiere dar ahora un impulso al reciclaje de orgánicos, que se depositan en el denominado contenedor marrón, para cuyo uso se necesita una llave que suministran los ayuntamientos o mancomunidades. Además, el territorio quiere duplicar su capacidad de reciclaje de este tipo de basura. El año pasado se amplió la planta de compostaje de Artigas tras una inversión de 5,7 millones de euros. La principal planta de compostaje tiene ya capacidad para tratar 10.400 toneladas al año de biorresiduos y una cantidad similar en restos de poda. Pero además, la provincia estrenará en los próximos meses otras tres compostadoras verticales en Getxo, Berriatua e Igorre, que sumarán otras 9.000 toneladas de capacidad, así que la capacidad del territorio alcanzará las 20.000.depósitos serán ampliables y no se descarta estrenar más en otras localidades, si bien la Diputación ha desechado «por distintos motivos» otros puntos de compostaje en «Elorrio, Berriz, Garai, Durango o Amoroto».

Cada uno de ellos requerirá una inversión de 700.000 euros, y aquí se encuadra el coste de personal, aunque solo requerirán a un trabajador a media jornada. El coste de mantenimiento rondará los 70.000 euros anuales. En el caso de Getxo, lo asumirá el propio Consistorio. La planta de Berriatua será gestionada por la Mancomunidad de Lea Artibai y la de Igorre, por la sociedad foral Garbiker. La puesta en marcha de las compostadoras llegará algo después de que desde este mismo lunes, el contenedor marrón admitirá carne, embutidos, pescado, marisco, restos de huevo y sus cáscaras o quesos se sumarán a los que ya debían depositarse en estos contáiners, como frutas, verduras, legumbres, hortalizas, pastas, arroces y semillas, «un paso importante que permitirá incrementar la recogida de esta fracción y avanzar hacia una Bizkaia más verde y sostenible», ha expuesto la diputada de Sostenibilidad y Medio Natural, Elena Unzueta. Ello permitirá que crezca el reciclaje de residuos orgánicos, que es en la actualidad de apenas el 2% , la mitad de lo planteado como objetivo en 2016.

Este tipo de basura supone el 40% de las típicas bolsas que se tiran al contenedor de resto. Avanzar en la separación en origen de este tipo de basura supondrá acercarse a las metas que impone la unión europea. Además, ello permitirá sacar más partido a los más de 7.000 contenedores marrones desplegados por toda la provincia- los hay en el 88% de las localidades vizcaínas- y producir más toneladas de compost, que se vende a ayuntamientos, empresas de jardinería y particulares. El proceso de fabricación dura unas ocho semanas. Tras un triaje, el residuo se fermenta y después se voltea y airea.

La diputada ha comparecido a petición del juntero del PP Eduardo Andrade, que solicitó más información sobre estas plantas de compostaje comarcales y los criterios seguidos para su ubicación en estos municipios en concreto, aunque el apoderado morado Xabier Benito también había registrado una pregunta oral por este tema. A juicio de este parlamentario vizcaíno, es una buena noticia que los contenedores marrones vayan a poder recibir desde el lunes todo el residuo orgánico pero cree que todavía hay una gran parte de la población que no utiliza este contenedor y que los incentivos económicos serían más eficaces. El apoderado de EH Bildu, Raúl Méndez, apuntó que «aunque la medida llega tarde, era necesaria para acercarnos a los objetivos planteados por Europa». Y ha preguntado por las campañas de sensibilización que deben realizarse para fomentar este tipo de recogida selectiva.

16 Feb

Bizkaia recogerá carne y pescado en el contenedor marrón a partir del 1 de marzo

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DIPUTACIÓN FORAL DE BIZKAIA

La Diputación Foral de Bizkaia ha modificado el sistema de tratamiento de los residuos orgánicos para incluir la recogida de carne y pescado crudos y cocinados en el contenedor marrón a partir del próximo 1 de marzo. Esta modificación es un paso más para incrementar la recogida para reciclaje de este tipo de desechos, siguiendo los objetivos marcados y después de haber realizado diferentes pruebas y contrastes, como la desarrollada en la comarca de Lea Artibai, para garantizar los parámetros de calidad necesarios para hacer un compost de calidad. Este proceso se ha visto acompañado de la adecuación de la planta de tratamiento ya existente, Bizkaiko Konpostegia, y de la búsqueda de nuevas alternativas tecnológicas para el tratamiento, que ha resultado en las nuevas plantas de compostaje comarcales que se instalarán en los próximos meses en los municipios de Berriatua, Getxo e Igorre.

Así, a partir del 1 de marzo se podrán depositar en el contenedor marrón:

Restos de origen animal cocinados o crudos (restos de carne, embutidos, pescado y marisco, restos de huevo y sus cáscaras, huesos y queso).
Restos de origen vegetal cocinados o crudos (restos de frutas, verduras, legumbres, hortalizas, pastas y arroces, semillas).
Restos de flores y plantas, restos de la huerta, hierba y restos de poda.
Posos y filtros de café, bolsitas de infusiones, restos de pan, galletas y bollería, frutos secos y sus cáscaras, huesos de fruta y tapones de corcho natural.
Papel de cocina, servilletas y manteles de papel, hueveras de cartón y cartón ondulado sucio (todos ellos impregnados de materia orgánica).
Palillos para brochetas u otros alimentos, palos de helado y similares.
Achicoria, algas, alpiste, caramelos y golosinas, cereales, harina, mermelada.
Bolsas, envases y utensilios que sean compostables.

No podrán depositarse en el contenedor marrón:

Polvo de barrer.
Colillas y restos de cenicero.
Cenizas.
Excrementos de animales.
Arena de gatos.
Tierra y turba de macetas.
Aceite o cualquier otro líquido, independientemente de cuál sea su origen.
Pañales, compresas y tampones.
Toallitas húmedas.
Tiritas, esparadrapos, vendas, algodón, bastoncillos para los oídos.
Papel de cocina, servilletas y manteles de papel, hueveras y cartón ondulado que estén limpios, sin restos de cualquier tipo de sustancia.
Pegatinas y otros elementos adhesivos (las que vienen en las cáscaras y piel de las frutas hay que retirarlas antes de introducir los restos en el contenedor marrón).
Bolsas y envases no compostables.

Adaptación en Konpostegi

Dado que la inclusión de este tipo de desechos va a traer consigo algunas modificaciones en los procesos y un incremento en el volumen de recogida, la Institución foral ha desarrollado un proceso de adaptación de la principal infraestructura de tratamiento de estos residuos, Bizkaiko Konpostegia,

Las obras realizadas para ello han aprovechado las instalaciones existentes, se han desarrollado a lo largo de todo un año y concluyeron en 2020, tras una inversión de 5,7 millones de euros. Concluidos estos trabajos de adecuación, en los últimos meses se han realizado pruebas para testar el funcionamiento de las modificaciones realizadas, con las que la planta tiene capacidad para tratar 10.400 toneladas al año de biorresiduo y una cantidad similar de residuos de poda, a través de un proceso que dura ocho semanas y que permite generar aproximadamente 12.200 toneladas de compost al año.

Bizkaiko Konpostegia cuenta ahora con una nave de recepción de 300 metros cuadrados, donde se reciben los residuos y donde, después de abrir las bolsas utilizando una máquina especialmente diseñada para ello, se realiza un triaje para separar los desechos no compostables que se hayan podido depositar por error.

También se han construido 8 túneles de fermentación, a los que se trasladan los residuos tras ese triaje inicial. Estos túneles tienen 32 metros de largo y 5,6 metros de ancho y cuentan con un sistema de riego, canaletas de succión de aire y sistema de captación de aire. Los residuos entran en ellos y permanecen en cada uno durante una semana, hasta completar la primera parte del proceso, que dura cuatro semanas.

Transcurrido ese tiempo, el contenido de los túneles se traslada a las ocho pilas de maduración que se encuentran frente a estos últimos, ocupando una superficie aproximada de 2.200 metros cuadrados. Estas pilas tienen 46,7 metros de longitud, 5 metros de anchura y 2,5 metros de altura y en cada una de ellas hay una cuneta de aireación para la inyección de aire de cara a favorecer el proceso de maduración. Las hileras se voltean una vez a la semana con una máquina volteadora especial y cuatro semanas después el material se traslada a la zona de cribado.

La zona de cribado se encuentra en la llamada nave de afino, que está dividida en varios trojes (zonas de almacenamiento) con una capacidad de 172 metros cúbicos, donde se somete el residuo a una segunda fase de maduración durante una semana más, utilizando la aireación forzada. En ese momento, el compost está listo para ser trasladado a la zona donde se almacena para, posteriormente, darle uso.

Plantas comarcales de compostaje

De forma paralela a la adecuación de Bizkaiko Konpostegia realizada por el Departamento de Sostenibilidad y Medio Natural, la sociedad pública Garbiker inició los trámites necesarios para la puesta en marcha de tres plantas comarcales de compostaje que comenzarán a utilizarse en los próximos meses en Berriatua, Getxo e Igorre.

Estas plantas funcionarán utilizando un sistema de compostaje vertical, ya que este sistema tiene la ventaja de reducir al máximo posible las necesidades de espacio para el desarrollo del tratamiento, puede ubicarse en el exterior y su instalación no requiere de grandes obras. Este sistema es modulable, con lo que se podrá ampliar progresivamente la capacidad de las instalaciones si fuera preciso.

Con la implantación de estas plantas comarcales de compostaje se va a descentralizar la gestión de la fracción orgánica, lo que tendrá como consecuencia la reducción de los trayectos de transporte tanto de los propios residuos como del compost resultante del tratamiento. Esto aumentará la eficiencia del servicio y redundará en una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y en una mayor sostenibilidad de la recogida y tratamiento del biorresiduo.

Campaña informativa

La sociedad pública foral Garbiker ofrecerá a partir del 1 de marzo toda la información referida al tratamiento de la fracción orgánica en un nuevo apartado de su página web.

De forma paralela, Garbiker y la Diputación Foral de Bizkaia van a iniciar una campaña para dar a conocer la inclusión de restos de origen animal en la recogida de residuos orgánicos y sensibilizar a la ciudadanía acerca de los beneficios que reporta el reciclaje de este tipo de desechos.

Esta campaña se desarrollará en los medios de comunicación y también en pescaderías, carnicerías y en supermercados de diferentes cadenas con implantación en Bizkaia, que lucirán la cartelería de esta iniciativa para que la clientela de estos establecimientos conozca que a partir del 1 de marzo todos los residuos orgánicos pueden depositarse en el contenedor marrón.

05 Feb

Un informe prevé un aumento de la demanda mundial en el mercado de la valorización energética de residuos

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RESIDUOS PROFESIONAL

La creciente demanda de consumo eléctrico y la búsqueda de alternativas a los combustibles fósiles son algunas de las razones por las que gobiernos de todo el mundo aumentarán el gasto público en el desarrollo de soluciones de conversión de residuos en energía, y especialmente en incineración.

Un reciente informe de la empresa de estudios de mercado Fairfield Market Research prevé que la demanda global del mercado de conversión de residuos en energía se incremente notablemente en los próximos años a medida que los gobiernos de todo el mundo aumenten el gasto público en el desarrollo de soluciones de valorización energética de residuos.

El documento argumenta que las tecnologías de conversión de residuos en energía cuentan ya con una aceptación generalizada en varios países. Y la necesidad de atender la creciente demanda de consumo de electricidad también está provocando la demanda de estas tecnologías alternativas. Todo ello en un contexto en que los organismos gubernamentales están implementando cada vez más leyes y regulaciones para controlar el uso de recursos energéticos no renovables.

Sin embargo, existen ciertas restricciones que afectan el crecimiento del mercado global, como los peligros ambientales asociados con los procesos de incineración.

El segmento del mercado de la conversión de residuos en energía se divide en térmico y biológico. El segmento térmico se divide a su vez en incineración, pirólisis y gasificación. Entre ellos, se espera que el segmento de la incineración lidere el mercado mundial de la valorización energética de residuos, registrando una Tasa de Crecimiento Anual Compuesto creciente durante el período de previsión (2020-2025). En los últimos años se ha producido un aumento de la generación de residuos en todo el mundo, lo que ha provocado un incremento de la demanda de procesos de incineración.

El informe prevé que Norteamérica lidere el mercado mundial de la valorización energética de residuos, ya que esta región tiene un gran potencial debido a sus economías desarrolladas y está reforzando la demanda de alternativas a las fuentes de energía no renovables.

También se espera que la demanda en Europa aumente durante el periodo de previsión, ya que esta región se está centrando en un sistema energético que dependa menos de los combustibles fósiles.

A nivel mundial, en 2019 estuvieron activas más de 1.100 plantas de valorización energética de residuos, con capacidad para gestionar más de 400 millones de toneladas anuales. Sin embargo, los datos indican que Europa domina el mercado en términos de capacidad instalada

Los principales actores del mercado se están centrando activamente en estrategias como las fusiones y adquisiciones. Y se ha producido un aumento de la inversión en actividades de investigación y desarrollo, ya que los inversores buscan activamente fuentes fiables de conversión de energía para crear oportunidades lucrativas de crecimiento del mercado.

28 Jan

Viridor handed back operations of £252m Avonmouth energy recovery facility site

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BUSINESS LIVE

Contractors have handed Viridor back operations of its £252million Avonmouth energy facility, the recycling and waste management business has announced. Industrial engineering firm CNIM officially gave back possession of the site, near Bristol, in December, after building was able to continue throughout the Covid-19 pandemic.

The plant is designed to divert 320,000 tonnes of non-recyclable waste away from landfill and generate enough energy to power the equivalent of 84,000 homes. It first exported electricity to the grid in July.

The facility is part of Viridor’s wider resource recovery centre in Avonmouth. It will supply heat and power to a £65million plastic reprocessing plant, currently under construction.

Viridor agreed a five-year contract in November with Unilever, which will see the household goods giant receive and use a range of recycled plastic.

Viridor’s chief executive, Kevin Bradshaw, welcomed the handover as another significant achievement in the site’s development. Mr Bradshaw said: “The addition of another energy recovery facility to the Viridor fleet diverting non-recyclable waste from landfill across the UK is, of course, cause for celebration.

“Optimising resource and energy efficiency and providing the infrastructure investment needed to make a meaningful contribution to the UK’s green economy continues to be the driving force of our business strategy. “We will continue to seek opportunities to replicate the use of the ERFs as the combined heat and power plants that they were designed to be, supporting recycling and circular economy initiatives.”

27 Jan

La CEWEP anima a Europa a buscar un enfoque estructural más amplio en políticas de residuos

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RETEMA

La CEWEP ha seguido con gran interés el trabajo del Parlamento Europeo sobre el nuevo plan de acción de economía circular y apoya muchas de las políticas mencionadas en el borrador del informe. Sin embargo, la entidad quiere alentar a los legisladores a que adopten un enfoque estructural más amplio que considere todas las diferentes corrientes de desechos al luchar por una economía más circular.

En primer lugar, enfatizar particularmente la importancia del desvío de vertederos, que es beneficioso para la protección del clima y la gestión sostenible de residuos. Sería una oportunidad perdida si continuamos enfocándonos solo en el desvío de residuos municipales de los vertederos (como se hizo en el Paquete de Economía Circular de 2018). Esto es solo una pequeña parte del volumen total de desechos. Por lo tanto, debemos apostar por ambiciosos objetivos de desviación de vertederos también para residuos industriales y comerciales que se puedan reciclar o recuperar, destacan desde CEWEP.

En segundo lugar, CEWEP está convencido de que reducir la generación general de residuos es un paso crucial hacia una economía más circular. Debe hacerse ante todo a través de medidas cualitativas, como el diseño ecológico y los cambios en los patrones de consumo, mientras que cualquier medida cuantitativa debe evaluarse y medirse cuidadosamente. Un impulso para reducir sustancialmente únicamente la cantidad de un flujo de desechos, residual u otro, podría resultar contraproducente y podría conducir a la contaminación de los flujos de reciclaje y los desechos que toman las rutas ilegales, como el vertido por transporte aéreo y los envíos para eliminación ilegal (para obtener más información sobre aumento de los delitos relacionados con los residuos, véase, por ejemplo, el informe de Interpol).

Para los residuos que no se pueden evitar a pesar de todos los esfuerzos, se deben garantizar capacidades de tratamiento seguras. Waste-to-Energy (WtE), incineración con recuperación de energía, es la opción sostenible e higiénica para estos flujos de residuos. Tratarlos en plantas de WtE evita que este flujo de residuos acabe en vertederos. Al mismo tiempo, ayuda a mantener limpios los flujos de reciclaje porque las plantas de WtE tratan los residuos que no son lo suficientemente buenos para el reciclaje, incluidos los residuos de las plantas de clasificación y reciclaje. Además, producen energía (electricidad, calor y vapor) que se entrega a los hogares y la industria y reemplazan los combustibles fósiles que de otro modo se utilizarían para la generación de energía. De la ceniza de fondo, que queda después de la incineración, los metales se reciclan mientras que los minerales se pueden recuperar para reemplazar las materias primas, por ejemplo, arena y grava, en aplicaciones de construcción.

La desviación de desechos de los vertederos, el reemplazo de combustibles fósiles en la producción de energía y la recuperación de materiales de las cenizas de fondo comprenden una triple forma en que WtE contribuye a la protección del clima y a la eficiencia de los recursos.

25 Jan

El Gobierno Vasco reducirá en un 85% los residuos que van a vertedero para 2030

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GOBIERNO VASCO

La consejera de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente, Arantxa Tapia, ha avanzado hoy las principales claves del borrador del Plan de Prevención y Gestión de Residuos del País Vasco 2030, que marcará la estrategia a seguir por Euskadi durante la próxima década. Los objetivos previstos por el Gobierno Vasco para el año 2030 son: reducir en un 30% la tasa de generación de residuos totales; aumentar la recogida selectiva de los residuos urbanos hasta un 85%; reutilizar el 85% de los residuos no peligrosos convirtiéndolos en materiales secundarios, y reducir a menos del 15% la eliminación en vertederos.

En una reunión telemática mantenida hoy con las tres Diputaciones Forales, la consejera Tapia ha entregado el documento del Plan a las personas responsables de las carteras de Medio Ambiente para dar inicio de esta manera a su tramitación y arrancar el proceso de participación pública que se desarrollará en los próximos meses, con otras administraciones públicas, los principales agentes del sector y la ciudadanía del País Vasco.

Se estima que la ejecución del Plan de Prevención y Gestión de Residuos del País Vasco 2030 durante la próximos diez años supondrá un inversión de 97 millones de euros en numerosas acciones que estarán dirigidas a lograr la circularidad de los materiales, esto es, que puedan volver a emplearse para fabricar nuevos productos; la mitigación del cambio climático; la transparencia y trazabilidad en la gestión de los residuos.

Entre estas acciones destacan:

– Activar inversiones prioritarias que minimicen el vertido y fomenten la reutilización de residuos en forma de materiales secundarios.

– Garantizar la autosuficiencia de vertido de Euskadi hasta 2030, y de forma paralela, minimizar el vertido como opción final para los residuos.

– Realizar desarrollos legislativos en materia de residuos (legislación marco, decretos de habilitación de nuevos usos y prohibición de vertido, etc.)

– Activar un canon de vertido e incineración de residuos en línea con la legislación estatal, bajo la premisa de que no puede resultar más barato verter un residuo que reciclarlo.

Incrementar los recursos de inspección y sanción para garantizar la adecuación de las instalaciones de gestión de residuos y su buen funcionamiento.

– Crear una instalación público-privada de almacenamiento intermedio y control de calidad de áridos, tierras y otras materias primas secundarias, que permitirá, entre otras cosas, un mayor control de los materiales destinados a la reutilización.

– Apoyar soluciones definitivas para los residuos plásticos que eviten su eliminación en vertederos.

Fomentar la compra pública y privada verde de materiales secundarios procedentes de residuos prioritarios.

– Trabajar en la prevención y el fomento de la reutilización y el reciclaje de alta calidad de envases.

– Elaborar en colaboración con las diputaciones y Osalan, un plan para la recogida y gestión del fibrocemento estructural desmantelado y que esté en manos de la ciudadanía.

“Este nuevo Plan de Residuos se enmarca en la Estrategia de Economía Circular de Euskadi 2030 y en los principios del Pacto Verde Europeo y se ha diseñado para hacer realidad la economía circular en Euskadi. La puesta en marcha de las acciones que se proponen en el Plan favorecerán una reducción significativa de la generación de residuos en Euskadi, el fomento de tecnologías para extraer materiales de valor de los residuos y la creación de un mercado para estos productos secundarios”, ha resaltado la consejera Arantxa Tapia.

Los residuos en Euskadi

De acuerdo con las últimas cifras disponibles, la generación de residuos en Euskadi en 2018 alcanzó las 6.089.377 toneladas, lo que supuso un descenso del 4% con respecto al año 2010 (año de referencia para este Plan). De esta cantidad de residuos, más de la mitad, un 55 %, correspondieron a residuos no peligrosos (RNP); un 20% a residuos de construcción y demolición; un 20% a residuos municipales y un 5% a residuos peligrosos.

En cuanto al tratamiento que reciben estos residuos, menos del 1% se prepara para la reutilización, el 57% se recicla, un 6% se valoriza energéticamente, y un 37 % se elimina mayormente en vertedero.

Desde el punto de vista económico, hay que destacar que se avanza en la desvinculación entre la cantidad de residuos generados por cada millón de euros de PIB producido. En concreto, en 2018, por cada millón de euros de PIB se generaron 79 toneladas de residuos, frente a los 95 millones de toneladas que se generaron en 2010, lo que supone una reducción del 17%.

Gestión del vertido de Residuos No Peligrosos

El Plan de Prevención y Gestión de Residuos del País Vasco 2030 recoge las futuras necesidades de vertido que tendrá la economía vasca en la próxima década. En este sentido, señala que tras el incidente de Zaldibar y el cierre de los vertederos de Mutiloa y Larrabetzu, la capacidad de vertido de residuos no peligrosos para la próxima década en los diez vertederos en activo es de unos 4.000.000 m3. La previsión es que la economía vasca necesitará hasta 2030 una capacidad de vertido de 7.500.000 m3.

La reducción progresiva del vertido de residuos desde el 37% actual al 15% en 2030, requerirá la adecuación de los vertederos actuales para hacer frente a esa necesidad. No obstante, desde el Gobierno Vasco se plantea cambiar la operativa de vertido mezclado actual y convertir esos vertederos en depósitos en donde los residuos se almacenan ordenados para facilitar su posible aprovechamiento futuro.

25 Jan

Bizkaia. La gestión de residuos no para ni en pandemia de coronavirus

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DEIA

“Tenemos claro que nuestro trabajo es esencial, es relevante, tanto antes de la pandemia como ahora”, resume Iñigo Asua, responsable de mantenimiento de la planta TMB, en referencia a las labores de recogida, tratamiento y clasificación de residuos urbanos. Una actividad que ni paró durante el confinamiento ni ha dejado de trabajar un solo día. “Desde que comenzó la pandemia –explica Irene Santisteban, oficial 1ª de Konpostegi– nos sentimos más valorados, porque hemos tenido que trabajar para que todo funcione, nuestra labor se ha visto más reconocida”.

Las empresas y plantas de tratamiento de residuos que funcionan en Euskadi no han sido ajenas al impacto del coronavirus en la vida diaria y la sociedad vasca pero, por su función clave en la salubridad y limpieza de pueblos y ciudades y en la protección medioambiental, se han tenido que adaptar a las nuevas circunstancias en un tiempo récord. A las medidas de protección ya habituales, sus trabajadores han sumado equipos más completos y nuevos elementos, como mascarillas con filtros, gafas, buzos o más guantes, además de espaciar las entradas y salidas del personal para evitar grupos o establecer distancias mínimas en las reuniones. En algunos casos también están viviendo un aumento exponencial del volumen de trabajo, lo que ha obligado a incrementar turnos y hacer contrataciones.

Tal y como reseña Ioseba Prados, jefe de turno de Zabalgarbi, la pandemia pilló a todos desprevenidos, pero en el sector de la gestión de residuos vieron la necesidad de responder para seguir prestando servicio. “Nuestra planta trabaja las 24 horas, los trescientos sesenta y cinco días del año, generando energía eléctrica a partir de los residuos de Bizkaia que ya no se pueden reciclar. El 10 de marzo trabajaba en el turno de tarde y por la mañana estaba en plena salida con la bicicleta cuando, sobre las nueve de la mañana y llegando a Sodupe, recibí la llamada de teléfono que me convocaba a la primera reunión sobre covid-19, que tendría lugar en nuestra planta a las doce. En esa reunión empecé a darme cuenta de la gravedad de este virus y lo que podría significar”, recuerda Prados.

“Somos un equipo de cinco personas en el turno que llevamos muchos años trabajando juntos –añade–, siempre en ciclos de dos mañanas, dos tardes, dos noches y descansando cuatro días. La confianza entre nosotros es alta y el día antes de entrar, hablamos y confirmamos que estábamos todos bien. Es fundamental el trabajo en equipo y de la noche a la mañana, teníamos que mantener esa capacidad de trabajo coordinado, garantizando siempre las mayores medidas de seguridad. Entre otras, hemos habilitado una sala de control provisional, por si fuera necesario una desinfección de urgencia. También hemos adaptado todos los procedimientos de permisos de trabajo, las relaciones con el personal de mantenimiento e incluso las relaciones entre los propios miembros del turno”.

Más residuo sanitario

Antonio López, responsable de planta de la empresa Sterile Services, dedicada al procesamiento de residuos sanitarios (los que provienen de hospitales y centros de salud), destaca que de un día para otro se encontraron con que el volumen de material a tratar se había multiplicado por diez. En esta empresa, ubicada en Gordexola se desinfecta el material usado en aquellos centros sanitarios cuyo personal se tiene que proteger ahora de una manera especial. Eso se traduce en muchas más mascarillas, gorros, guantes, batas desechables, buzos, etc. que se suman al residuo biosanitario y medicamentos que genera la actividad habitual. “Al principio fue un poco caos –reconoce Antonio López–, el volumen de material se multiplicó por diez, ocurrió de repente y nos pilló de sopetón. Pero con paciencia, con mucho trabajo y con dedicación fuimos sacando el trabajo adelante. Nosotros siempre trabajamos con muchas medidas de seguridad, debido al tipo de material que tratamos, por eso a nosotros la pandemia no nos ha cambiado la manera de trabajar, lo que sí hemos notado es que ha crecido mucho el volumen de residuos que debemos gestionar. Para ello hemos contratado mucha más gente y hemos establecido otro turno de trabajo”.

López cuenta que “al principio”, como ocurrió en toda la sociedad, “hubo miedo porque no se sabía casi nada del virus” y eso, unido al aumento de trabajo, generó cierta preocupación “por organizar a la gente, por garantizar que todo funcionara bien”. “Nos hemos adaptado a la situación, se aumentaron las recogidas en hospitales, doblamos turnos”. Sobre la importancia de un trabajo que consiste en desinfectar material sanitario usado el responsable de planta de Sterile Services afirma que “la gente piensa que eso se hace solo, nosotros, sin embargo, enseguida comprendimos que teníamos que hacer todo lo necesario para procesar muchos más residuos. Hemos hecho todo lo que se necesitaba, hemos trabajado sábados y domingos, hemos tenido turnos de doce horas. Hicimos todo lo necesario y luego buscamos soluciones para que ese exceso de horas y días no tuviera que repetirse. No hemos dejado de trabajar ni un solo día desde que empezó la pandemia”, concluye.

Se recicla más

Irene Santisteban trabaja en Konpostegi y tampoco ha parado. “Sí hemos notado cambios en el trabajo a causa de la pandemia, sobre todo en los EPI (equipos de protección individual), que siempre hemos tenido, pero se han incrementado. También en la desinfección del material y la maquinaria que usamos. Además cambiaron las normas y en las zonas comunes de la empresa solo podemos permanecer de uno en uno”, enumera Irene Santisteban.

Tanto ella como Iñaki Asua, de TMB, desmienten que en los meses que llevamos de pandemia, incluidos los del confinamiento, el hecho de estar más tiempo en casa se haya traducido en un aumento de los residuos urbanos que se deben tratar, clasificar y reciclar. “Pensábamos que iba a incrementarse la cantidad de residuos que llegarían a la planta –explica Santisteban–, pero los datos dicen que se ha mantenido porque aunque haya subido algo el residuo doméstico, al mismo tiempo ha bajado el que proviene de la hostelería y también de los colegios, de los que normalmente nos llega un montón. Lo que sí ha aumentado, porque la gente está más concienciada con la conveniencia de reciclar, es el residuo que se deposita en el contenedor marrón, el de orgánico. De 2019 a 2020 en Bizkaia se recicla entre un 5 y un 10% más en el contenedor marrón. Pero, en general, el nivel de residuos se ha mantenido”.

“Puede que el residuo doméstico se haya incrementado pero ese aumento se ha visto compensado con un descenso de los residuos que proceden del comercio y la hostelería”, apunta Iñaki Asua. Así, con un volumen de trabajo similar al de antes de la pandemia, tanto en TMB como en otras instalaciones de este tipo, la seguridad ha sido una prioridad. “Los protocolos de seguridad y prevención implantados previamente y coordinados por Garbiker, la Diputación Foral de Bizkaia y nuestros servicios de prevención, cubren perfectamente las necesidades exigidas por la pandemia. De hecho, no hemos tenido grandes cambios en la forma de trabajar”, asegura Asua. No obstante, reconoce que “somos un grupo humano como cualquier otro, hay compañeros que tienen más preocupación que otros, lo que sí es común es que todos estamos muy atentos a trabajar con seguridad y creo que las medidas que se han implantado proporcionan un nivel alto de protección. Además los trabajadores nos estamos implicando para cumplir unas medidas que nos dan tranquilidad. No veo nerviosismo porque estamos trabajando con seguridad”, afirma.

En el caso de los trabajadores de recogida y tratamiento de residuos, como en el de todos los ciudadanos, la pandemia no solo ha tenido afecciones en lo laboral, sino que las circunstancias personales también han marcado unos meses en los que su labor “quizás ha pasado más desapercibida que otras”, pero que se ha considerado esencial. Irene Santisteban cuenta que en los primeros meses de la pandemia y ante el desconocimiento sobre las vías de contagio, ella decidió aislarse en una vivienda distinta a la habitual, que comparte con su madre. “Tenía que ir todos los días a trabajar y no quería exponer a mi madre, me fui a otra casa para no arriesgarla a un posible contagio”, narra.

Ioseba Prados, de Zabalgarbi, también extremó las precauciones. “La sensación de miedo por el contagio estaba y sigue estando presente, aun cuando la higiene, tanto del personal como de los puestos de trabajo, es constante. Los despachos y los puestos compartidos se desinfectan antes y después de cada cambio de turno. Durante el confinamiento “duro” –entre marzo y abril–, veníamos a trabajar con mucho miedo, porque el contagio entre nosotros podía implicar el contagio a nuestros familiares y a todos los miembros del equipo. Yo me quitaba la ropa en la entrada de mi casa e iba directo a la ducha y la ropa, directamente a la lavadora. Y eso que ya salía duchado de la empresa. En esos días, la sensación de estar solo en la carretera, circulando con un salvoconducto en los trayectos de casa a la empresa… me parecía estar viviendo una película”, reconoce.

13 Jan

Tapia aplaude el empuje de industrias que valorizan y reciclan los residuos del sistema productivo y reitera la apuesta del Gobierno Vasco por la economía circular

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IREKIA

La consejera de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente, Arantxa Tapia, ha reiterado el compromiso del Gobierno Vasco con la economía circular durante la visita realizada, esta mañana, a la empresa OTUA. Esta empresa, ubicada en el polígono de Goiain, Legutio-Araba, ha invertido 25 millones de euros para separar mezclas metálicas complejas; invertirá otros 13 millones en el tratamiento de plásticos, y logrará así valorizar y reciclar los residuos que el sistema productivo genera.

Tapia, acompañada por la viceconsejera de Medio Ambiente, Amaia Barredo, y por el director de Administración Ambiental, Javier Agirre, ha destacado la importancia que para toda la sociedad tiene la apuesta de industrias como esta, que consideran el valor potencial de los residuos y obtienen nuevos materiales dándoles una segunda vida.

“Euskadi tiene un recorrido de más de 20 años de trabajo en economía circular, ha dicho Tapia, que le sitúa, a día de hoy, como un referente en este campo, especialmente en el ámbito industrial. Actualmente, alrededor de 240 empresas industriales de Euskadi, 177 de las cuales son PYMEs, están ya aplicando prácticas o modelos circulares”.

Hasta el momento, los sectores de automoción, equipos de transporte, eléctricos y electrónicos, máquina-herramienta, metal, químico, mobiliario, edificación y subsector de servicios ambientales son los más activos en economía circular. El Gobierno Vasco convocará este año un programa específico mejorado de ayudas a la economía circular.

El Gobierno ha subvencionado con 2 M€ 66 proyectos de mejora ambiental en la industria vasca. En el presupuesto de este año, explica Tapia, “se realiza un mayor esfuerzo doblando la financiación de esta línea a 4 millones y solicitando fondos al Next Generation para poder impulsar las medidas establecidas tanto en la estrategia de economía circular (EC) como para el nuevo plan de residuos. Con el objetivo de reducir el residuo y transformarlo en recurso o material secundario a través de su valorización”.

La economía circular en Euskadi supone el 1,12% del PIB, con unos ingresos brutos anuales de 764 M€. En términos de empleo, existen 18.463 empleos relacionados con economía circular, es decir, el 2,08% del total de empleo en la CAPV. Este valor es superior al de España y al de Alemania, con un 2,00% y un 1,71%, respectivamente, de empleos relacionados con la economía circular.

Los retos que plantea la EC a la industria son importantes. Si se acometieran soluciones innovadoras, más circulares, se estima hasta un ahorro potencial medio del 6% en el consumo de materias primas, lo que supondría unos ahorros de 2.000 M€ en la industria vasca.

Tapia ha felicitado a OTUA por su empuje, recordando que, “La Industria del siglo XXI pasa por una industria digitalizada capaz de incorporar la variable ambiental y la I+D+i para lograr una producción más sostenible. Para el 2021 se ha incorporado más del 40% del presupuesto del Departamento de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente (DESMA), con 268 millones de euros, a la apuesta por la I+D+i, tanto en el ámbito industrial como en el del sector primaro y alimentación”.

El Gobierno Vasco aprobó en enero su “Estrategia de economía circular en Euskadi 2030” con tres objetivos estratégicos:

– Aumentar un 30% la productividad material.
– Aumentar un 30% la tasa de uso de materiales circulares.
– Reducir un 30% la tasa de generación de residuos por unidad de PIB.

La aprobación por parte de la Unión Europea del “Pacto Verde” con el importante paquete de ayudas económica que se derivará de este programa, para enverdecer la economía y aumentar la competitividad de los sectores industriales; así como del programa de recuperación Next Generation EU, son la confirmación de que la salida de esta crisis tiene que pasar por integrar la sostenibilidad, el respeto al entorno y al medioambiente.

OTUA, como empresa que contribuye a los objetivos de la estrategia de EC, es una empresa ejemplar, innovadora, con inversiones permanentes, bien en nuevos procesos de la cadena de valor del aprovechamiento del residuo, bien en incorporación y mejora de procesos clave.

El nuevo Plan de gestión de residuos PPGR2030

Visto el marco normativo, económico y ambiental que se prevé para los próximos 10 años, el Gobierno Vasco trabaja en su Plan de Gestión de Residuos PPGR2030 que permitirá adaptarnos a la normativa europea en materia de residuos, mejorando los indicadores de residuos.

Tapia ha apostado por “resolver la problemática de vertido”, y para ello ha destacado la importancia de seguir trabajando en todos los estadios de la jerarquía de gestión de residuos. Sin embargo el escenario actual en materia de vertido de residuos no peligrosos, derivado del incidente de Zaldibar, el cierre de los vertederos de Mutiloa y Larrabetzu, y la corta vida útil del resto de instalaciones de esta tipología hacen que el reto ambiental prioritario sea la minimización del vertido a corto y medio plazo, para garantizar que no hay que trasladar residuos fuera de nuestra comunidad autónoma, y, por otro lado, para reducir el vertido estrictamente hasta niveles mínimos y evitar infraestructuras de eliminación, en la medida de lo posible.

La consejera ha establecido como objetivo del plan “generar un mercado estable y seguro de materiales secundarios que alcance los 10MM t. para 2030”, fomentando la competitividad de las empresas vascas y la generación de empleo.

04 Jan

El aula de educación ambiental de Artigas se podrá visitar de forma virtual

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El aula de educación ambiental de Artigas tendrá una recreación virtual de forma que pueda seguir cumpliendo su función educativa y didáctica sin que los asistentes tengan que desplazarse físicamente hasta su espacio. La sociedad pública Garbiker ya venía trabajando en una alternativa a las visitas físicas del aula, cuya alta demanda hace que haya solicitudes que no se pueden atender, una necesidad que se ha vuelto más acuciante con la pandemia y sus restricciones de movilidad y aforos.

Dirigido tanto a escolares y estudiantes universitarios y de FP, como a asociaciones y otros grupos, el Centro de Educación Ambiental sobre Residuos de Bizkaia se ha consolidado como un espacio singular e imprescindible para divulgar el sistema de gestión de residuos del territorio. Su objetivo es dar a conocer a la ciudadanía todos los procesos de prevención, reutilización y reciclaje de los residuos generados en Bizkaia, realizando también una labor de sensibilización para impulsar hábitos de conducta más respetuosos con el medio ambiente.

Su actividad principal son las visitas guiadas, que se adaptan en función del público al que van dirigidas. En ellas se explican los procesos de reciclaje más conocidos, se dan a conocer los tratamientos de residuos a través de animaciones mecánicas, físicas e infografías, y se proyecta un vídeo sobre el proceso de reciclaje en el simulador del aula.

Pese a que la visita se apoya en elementos audiovisuales, implica la necesidad de acudir presencialmente al centro, por lo que la disponibilidad de realizarlas está condicionada por sus horarios de funcionamiento y un calendario limitado.

El proyecto para realizar una recreación virtual se enmarca dentro del proceso de renovación integral en el que se halla inmersa el Aula de Artigas, y que va a implicar tanto la renovación tecnológica de los dispositivos del espacio como la puesta al día de los contenidos, ya que ambos han quedado en gran medida obsoletos desde que se puso en marcha en 2004. “Nuestro objetivo es mantener la esencia del funcionamiento actual del centro, que tan buenos resultados ha obtenido, y al mismo tiempo mejorar la experiencia de las personas usuarias. Buscamos modernizar estas instalaciones para que puedan seguir prestando un servicio de calidad y permitan avanzar en nuestro objetivo de dar a conocer la gestión de los residuos que llevamos a cabo en Bizkaia e impulsar entre los ciudadanos hábitos de conducta más respetuosos con el medio ambiente”, destacó la diputada de Sostenibilidad y Medio Natural, Elena Unzueta, al presentar el proyecto de renovación.

Alta demanda

Ya antes de la llegada de la pandemia del coronavirus, se hacía patente la necesidad de dar una respuesta a la elevada demanda de visitas que tenía el espacio y que sobrepasaba de forma recurrente su capacidad de atención presencial. Ello implica que, a lo largo del curso lectivo, existen solicitudes de visita por parte de diferentes colectivos que no se pueden atender. Un ejemplo; solo durante el curso 2019-2020 estaba prevista la asistencia a las instalaciones de más de 6.000 personas.

Pero además, la crisis sanitaria de la covid-19 ha puesto sobre la mesa la necesidad de contar con herramientas de comunicación y sensibilización alternativas que permitan continuar con la actividad del aula sin necesidad de que se tenga que realizar una visita física a las instalaciones.

Es por ello por lo que la sociedad pública Garbiker, dependiente de la Diputación, va a realizar una recreación virtual de aula, que incluya un paseo virtual por todas las áreas del centro y el acceso a todas las piezas audiovisuales y juegos. Las visitas se podrán realizar tanto en euskera como en castellano, de dos formas diferentes. Por una parte, una visita autoguiada, de forma que el usuario pueda navegar por las diferentes áreas del centro y acceder a los contenidos de forma autónoma y, por otra, una visita guiada por parte del personal del centro. Esta modalidad está pensada para que el personal del centro pueda simular una visita al aula de forma telemática, de tal forma que en remoto y mediante una videollamada o un soporte similar, se pueda realizar una presentación equivalente a la que se llevaría a cabo en el centro de manera presencial. El proyecto tendrá un coste de 72.600 euros.

28 Dec

La ONU reconoce la aportación medioambiental de plantas como la de Zabalgarbi

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La Organización de Naciones Unidas ha reconocido la utilidad y la importancia de la actividad de las plantas de valorización energética, así como su papel clave en las políticas de gestión de residuos y en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.

El Centro Internacional de Tecnología Ambiental de la ONU ha recogido estas consideraciones en su informe oficial “Valorización energética: consideraciones para una toma de decisiones informada” (Waste to Energy: Considerations for Informed Decision-making). Este documento ha sido publicado a modo de manual para poder analizar e impulsar la valorización energética de los residuos urbanos a nivel global.

Desde la ONU destacan cuatro importantes aportaciones de estas plantas. La primera respecto al cambio climático, reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero, al evitarse la eliminación de los residuos en vertederos. También describe la capacidad de extraer el valor energético que contiene la basura para generar electricidad y vapor o “district heating”, más habitual en países del norte de Europa. Ante la escasez de suelos, indica que estas plantas son capaces de reducir hasta un 90% el volumen de residuos que terminan en vertederos convencionales. Y por último, el departamento medioambiental de la ONU apuesta por la valorización energética que mejora las condiciones para la salud y el medio ambiente.

Además, este órgano internacional ha destacado cómo en las regiones más avanzadas del mundo se tratan con esta tecnología entre el 25% y el 30% de los residuos urbanos. A nivel mundial, en la actualidad hay más de 200 plantas de valorización energética en construcción, las cuales estarán operativas entre 2021 y 2023. Estas instalaciones aprovecharán el valor energético de los residuos que no se pueden reciclar para generar electricidad y/o calor, con el vapor de agua que se genera en su combustión.

Impacto en el cambio climático. Algunas de las evidencias que ha analizado Naciones Unidas demuestran que “el aire emitido por ciertas chimeneas de conversión de desechos en energía, puede ser más limpio que el aire que ingresa” y destaca “los beneficios climáticos de la conversión de residuos en energía”.

Según los datos oficiales de la Oficina Europea de Estadística (Eurostat), estas plantas generan electricidad para 14 millones de ciudadanos europeos. A día de hoy, en Europa existen más de 500 plantas incineradoras, entre ellas 126 en Francia, 98 en Alemania, 40 en el Reino Unido y 34 en Suecia.

Entre las nuevas incineradoras destaca la recién inaugurada en Copenhague. Esta planta, conocida como Copenhill (la colina de Copenhague), es una infraestructura incluida en el plan de regeneración urbana, con el que la capital danesa pretende convertirse para 2025 en la primera ciudad del mundo con cero emisiones. La planta cuenta con una pista de esquí instalada en su techo, un restaurante panorámico y el rocódromo artificial más alto del mundo. La instalación gestiona cada año 400.000 toneladas de basura y provee de agua caliente a 160.000 casas y de electricidad a 62.500 hogares.

Actividad de Zabalgarbi. En Bizkaia, Zabalgarbi trata anualmente unas 225.000 toneladas de residuos que no se pueden reciclar y es capaz de generar 650 gigavatios hora/año, lo que equivale al 35% de la electricidad que se consume en los hogares del territorio. En estos quince años de funcionamiento ha gestionado más de tres millones y medio de toneladas de residuos, que si hubieran ido al vertedero, hubieran ocupado lo mismo que siete veces el estadio San Mamés.

En este 2020 marcado por la pandemia, Zabalgarbi ha mantenido su servicio esencial las 24 horas al día, tratando entre otros, residuos de origen sanitario. Unos residuos que como las mascarillas, no se pueden reciclar y que requieren de un tratamiento específico para garantizar la destrucción de cualquier resto de virus.

Mientras tanto, en este periodo la planta ha realizado su parada técnica anual de mantenimiento y ha seguido avanzando en los proyectos de innovación e investigación. Entre ellos, destacan la próxima puesta en marcha de una planta gasinera para suministrar Gas Natural Comprimido a los nuevos camiones de basura y los proyectos de nuevas infraestructuras para la valorización energética y material de residuos.

Objetivos de Desarrollo Sostenible. La empresa sigue trabajando en el despliegue de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, dentro de su estrategia de gestión. Así lo expuso Inés Alonso, Directora de Responsabilidad Social y Medio Ambiente de Zabalgarbi, en la mesa que sobre los ODS ha organizado Cebek el pasado 14 de diciembre. En su intervención, Inés Alonso expuso que en 2021 la empresa tiene previsto desarrollar nuevas infraestructuras de distribución y almacenamiento de calor, la puesta en marcha de proyectos de digitalización, aumentar la eficiencia energética de su operación, reforzar las colaboraciones en materia de sensibilización ambiental y continuar con su apoyo a entidades sociales de Bizkaia.

Dentro de esta estrategia se enmarca el acuerdo de colaboración que Zabalgarbi firmó el pasado septiembre con la Cruz Roja, cuyo objetivo es paliar la situación generada por la pandemia del covid-19 en las personas, familias y mayores más vulnerables.