Author: Zabalgarbi

08 Mar

Valorización energética, la verdadera opción para los residuos no reciclables

Zabalgarbi Zabalgarbi Noticias EN

RETEMA

Recientemente, como viene haciendo cada año, el Instituto Nacional de Estadística (INE) ha publicado las cuentas medioambientales de 2019 correspondientes a la recogida y tratamiento de residuos. Las empresas gestoras de residuos urbanos recogieron 22,8 millones de toneladas de residuos en 2019, un 0,3% más que en el año anterior, o lo que es lo mismo, 483,7 kilogramos de residuos urbanos por habitante.

De estos, y según los últimos datos del Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, el 53,4% tuvieron como destino final el vertedero, el 35% se reciclaron y solo el 11,6% restante de residuos se valorizaron energéticamente.

¿Qué nos dicen estas cifras? La respuesta es clara. España todavía depende de los vertederos y se encuentra muy alejada del camino que lleva al cumplimiento de los objetivos marcados por la Unión Europea: las cantidades destinadas a la preparación para la reutilización y el reciclaje deberán alcanzar, en conjunto, como mínimo, el 65% en peso antes de 2035, y se deberá reducir como máximo al 10% en peso la cantidad de estos depositados en vertedero antes de esta fecha.

Ante estos desafíos, el incremento de la reutilización y el reciclaje se posiciona como un esquema clave para el cumplimiento de los compromisos de limitar el vertido al mínimo. Y es aquí donde también entra en juego la valorización energética –conversión de los residuos no reciclables en energía-. Su papel, siguiendo la jerarquía establecida por la UE para la gestión de residuos, es fundamental para avanzar hacia una economía circular de bajo consumo en carbono.

De hecho, según datos de Cewep (la Confederación Europea de Plantas de Valorización Energética), la valorización energética contribuye a los objetivos de la UE para 2030 de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, al menos un 40% con respecto a 1990 y para las energías renovables, al menos un 32% respecto a 2018.

Las cifras son claras. Debemos apostar por estas instalaciones y desde Aeversu, asociación a la que represento, instamos a ver la necesidad de contar con más plantas para situarnos en la línea de los países europeos con mayor tradición medioambiental.

Europa, una ventana a la que mirar

En Europa hay unas 500 plantas de conversión de residuos en energía. En España solo hay 11, que forman parte de Aeversu junto con otra instalación en Andorra. Estas instalaciones, más asentadas en aquellos países en los que el vertido es prácticamente cero, ofrecen una pluralidad de prestaciones y servicios que contribuyen a la economía circular y a los objetivos europeos de neutralidad de carbono.

Por ejemplo, en Dinamarca, el 99% de las escorias generadas por las instalaciones se recupera y se utiliza como agregado para la construcción. Además, Copenhague alberga la primera planta de valorización energética con una pista de esquí, Copenhill, que tiene previsto ser neutra en carbono para 2025 gracias a la captura y almacenamiento de carbono.

En Francia, alrededor del 50% de la red de calefacción urbana de París se abastece de las tres plantas de conversión de residuos en energía de la ciudad, que abastecen a todos los hospitales de la ciudad y a la mayoría de sus museos, incluido el Louvre. Cerca de Toulouse, una innovadora red de calefacción conecta una planta de conversión de residuos en energía con un invernadero de tomates, proporcionando el calor necesario. Cerca de París, la planta de conversión de residuos en energía de Créteil tendrá una capacidad de producción y distribución de 500 kg/día de hidrógeno verde a finales de 2022.

Por su parte, en Alemania, los residuos municipales tratados en la instalación de Wuppertal se utilizan para generar hidrógeno para alimentar los autobuses de transporte público, y en Holanda todas las instalaciones firmaron un “Green Deal Bottom Ash” con el Gobierno que garantiza la recuperación de más del 75% de todos los metales no ferrosos.

Todos estos ejemplos demuestran que la valorización energética proporciona un tratamiento esencial de residuos y una fuente de energía para la economía circular.

¿Qué pedimos para este año?

Necesitamos apostar por una transición hacia un futuro más circular y sostenible para España y una economía circular que funcione correctamente para 2035, donde el reciclaje de calidad aumente constantemente y el vertido se limite al mínimo. Y es aquí, en este punto, en el que insistimos en la necesidad de una apuesta decidida por el desarrollo de nuevas instalaciones de valorización energética, duplicando el número de ellas en España.

Queremos que las plantas de valorización energética sean reconocidas como fuente de energía limpia y queden integradas en la infraestructura de energía local limpia para 2035. Asimismo, se necesitaría apostar por promocionar políticas que favorezcan la integración de este tipo de instalaciones en las redes locales de calefacción y electricidad, como parte esencial de su estrategia de economía circular y lucha contra el cambio climático.

El próximo año será crucial, también, por la inminente aprobación de la Ley de Residuos y Suelos Contaminados, y la valorización energética deberá pasar a ser la verdadera opción para aquellos residuos que no se pueden reciclar.

04 Mar

Bilbao renovará sus Bilbogarbis para ganar en efectividad

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DEIA

El Ayuntamiento de Bilbao ha abierto un periodo de reflexión en su política de recogida de residuos que concluirá con la renovación de las instalaciones actualmente en marcha con el objetivo de ser más eficientes y conseguir que los bilbainos depositen cada vez más residuos para su posterior reciclaje.

Así lo han expuesto este viernes en la visita que el alcalde, Juan Mari Aburto, acompañado por el concejal de Servicios y Calidad de Vida, Kepa Odriozola, y otros miembros de la corporación, han realizado al nuevo garbigune construido en el monte Kobetas. En concreto, frente al número 195 de la carretera Basurtu-Kastrexana.

Tras una inversión de casi 335.000 euros, se ha conseguido un espacio para el depósito de sus residuos por parte de los bilbainos, además de para los vehículos municipales que les permita realizar la recogida de los contenedores una vez llenos y su transporte a las distintas plantas de tratamiento.

Los desechos que se podrán depositar en este punto serán los que se generan en pequeñas obras de casa, construcción y demolición (RCDs), muebles y enseres además de residuos de jardinería. Este tipo de basura es la que precisamente más se recoge en la red de puntos limpios bilbainos. De hecho, está muy por encima de las cifras de depósito de otras tipologías de desechos como electrodomésticos, televisores y monitores y CDs, DVDs o CPUs, entre otros.

Con la apertura del Bilbogarbi de Kobetamendi, se podrá clausurar el Bilbogarbi de Zorrotza, cuyo último día abierto será este sábado.

Fuentes municipales han especificado que “el espacio que alberga actualmente el dispositivo de Zorrotza será ocupado por futuras obras”. En concreto, se prevé la construcción de un aparcamiento que asegure un itinerario peatonal en esta zona. De modo que, con su cierre definitivo, el Ayuntamiento se adelanta a las futuras afecciones que puedan suponer en el servicio esos trabajos.

El objetivo de la red de Bilbogarbis facilitar un recurso para el reciclaje y la reutilización de los distintos residuos que no cuentan con contenedor en vía pública. Así se reducen las cantidades de residuos potencialmente reciclables y reutilizables presentes en la fracción resto y concienciar a la ciudadanía sobre la importancia de separar residuos en origen para su posterior gestión.

Según especificaron fuentes municipales, estos servicios han contribuido en gran medida a la mejora de los ratios de recogida selectiva en Bilbao ya que una cuarta parte de la retirada selectiva de Bilbao provino de estas instalaciones.

08 Feb

Un futuro más circular y menos vertido, entre las peticiones clave de Aeversu para 2022

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RETEMA

Aeversu, la Asociación de Empresas de Valorización Energética de Residuos Urbanos, ha enumerado una serie de puntos clave para cumplir con los objetivos de la Unión Europea y para posicionar a la valorización energética como actor para mitigar el cambio climático. En su Directiva de 2018, la UE introdujo las obligaciones de no admitir en vertedero cualquier tipo de residuo reciclable o valorizable a partir de 2025, y reducir la cantidad de residuos urbanos depositados en vertedero en un 10% antes de 2035. Por todo, Aeversu plantea las siguientes peticiones para el próximo año:

  1. Un futuro más circular. Actualmente, y según los últimos datos Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, el 53,4% de los residuos urbanos tuvieron como destino final el vertedero, el 35% se reciclaron y solo el 11,6% restante de residuos se valorizaron energéticamente. La asociación propone apostar por una transición hacia un futuro más circular y sostenible para España y una economía circular que funcione correctamente para 2035.
  2. Menos vertidos. Aeversu pide que se aumente el reciclaje y el vertido se limite al mínimo. Además, recuerda que la disminución de los vertederos supone una reducción de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI). Como ejemplo, las 12 plantas de valorización energética que forman parte de Aeversu tratan, de media, unas 2.300.00 toneladas de residuos no reciclables al año, con lo que producen, aproximadamente, 1.600.000 MWh de energía, evitando así la emisión a la atmósfera de 224 Kg CO2 e por tonelada de residuo urbano que se habría producido en el caso de que esos residuos hubieran acabado en vertederos.
  3. Desarrollo de nuevas instalaciones y necesidad de duplicarlas. De acuerdo con estimaciones, se necesitaría en la Unión Europea un incremento de 40 millones de toneladas/año de capacidad de estas instalaciones para cumplir con los objetivos fijados para 2035. En el caso concreto de España, las cantidades máximas de residuos urbanos que pueden llegar al vertedero serían de, aproximadamente, 2,3 millones de toneladas/año para 2035. Teniendo en cuenta que se establece que el 65% de los residuos urbanos deben ser reciclados, se debe llegar a, al menos, un 25% de tratamiento de estos en plantas de valorización energética. Esto se traduce en la necesidad de multiplicar por dos el número de plantas en nuestro país con el fin de evitar que los residuos urbanos acaben en el vertedero y reducir hasta ese 10%.
  4. Fuente de energía limpia. Aeversu insiste en la necesidad de que las plantas de valorización energética sean reconocidas como fuente de energía limpia y queden integradas en la infraestructura para 2035. La asociación recuerda que la producción de energía en estas instalaciones es de aproximadamente un 50% renovable, sustituyendo así a los combustibles fósiles.
  5. Redes locales de calefacción y electricidad. Existen numerosas instalaciones en países europeos, con mayor tradición medioambiental, que ofrecen prestaciones y servicios que contribuyen a la economía circular y a los objetivos europeos de neutralidad de carbono. Por ejemplo, en Francia, cerca del 50% de la red de calefacción urbana de París se abastece de las tres plantas de conversión de residuos en energía de la ciudad, que suministra a todos los hospitales de la ciudad y a la mayoría de sus museos. Por otro lado, los residuos municipales tratados en la instalación de Wuppertal (Alemania) se utilizan para generar hidrógeno para alimentar los autobuses de transporte público. Desde Aeversu proponen apostar por introducir políticas que favorezcan la integración de este tipo de instalaciones en las redes locales de calefacción y electricidad, como parte esencial de su estrategia de economía circular y lucha contra el cambio climático.
07 Feb

Diputación y ayuntamientos de Bizkaia se reúnen para avanzar en el plan de prevención y gestión de residuos

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RETEMA

Estos encuentros se desarrollarán durante las próximas dos semanas para presentar a los municipios del territorio los avances en la elaboración de este plan y escuchar las aportaciones que las instituciones locales puedan realizar a su contenido. El Plan Integral de Prevención y Gestión de Residuos de Competencia Local de Bizkaia 2030 (PIPGRB 2030) recoge los objetivos prioritarios definidos tras un exhaustivo análisis de la situación actual, de las previsiones a futuro y de las estrategias de otras instituciones supraterritoriales y va a ser contrastado a lo largo del primer semestre de este año con los ayuntamientos y la ciudadanía del territorio. De la mano de este plan, Bizkaia se marca como objetivos la reducción de la generación de residuos un 15% y la recuperación de 4,9 de cada 5 kilos de residuos generados.

La Diputación Foral inicia el lunes, 7 de febrero, la ronda de reuniones con los ayuntamientos del territorio para avanzar en la elaboración del Plan Integral de Prevención y Gestión de Residuos de Competencia Local de Bizkaia 2030 (PIPGRB 2030). En estas reuniones, la Institución foral presentará ante las y los responsables municipales el desarrollo de este plan hasta el momento y escuchará y recogerá las primeras aportaciones que reciba desde el ámbito local.

Los encuentros se distribuirán a lo largo de dos semanas: en la del 7 de febrero, el equipo del Departamento de Sostenibilidad y Medio Natural visitará las comarcas de Enkarterri, Txorierri, Arratia, Ezkerraldea, Meatzaldea, Uribe Kosta, Lea Artibai y Lea Ibarra, además de la capital del territorio, Bilbao. La siguiente semana, la del 14 de febrero, hará lo propio con Mungialdea, Nerbioi-Ibaizabal y Busturialdea.

En estas reuniones, la Institución foral explicará las líneas del nuevo plan de prevención y gestión de residuos, evaluará las acciones y el cumplimiento de los objetivos del plan anterior y, además, informará sobre los objetivos que se marcan en el documento con el horizonte de 2030, así como sobre los retos a futuro y los programas a implementar. Del mismo modo, se hará un llamamiento a que los ayuntamientos se coordinen con Garbiker y con la Diputación y se impliquen en la elaboración del plan respondiendo a un cuestionario que se les enviará tras los encuentros para que puedan realizar aportaciones y valorar las explicaciones que han recibido.

El PIPGRB 2030, documento que sienta las bases de la gestión de los residuos en el territorio en la presente década, marca como objetivos prioritarios la reducción de la generación de residuos en un 15% y la recuperación de 4,9 de cada 5 kilos de residuos generados (de ellos, 4 kilos se reintroducirán en la cadena productiva y otros 0,9 kilos se aprovecharán para la generación de energía renovable). Con el desarrollo de este plan, Bizkaia conseguirá en 2030 valorizar materialmente el 79,83% de sus residuos (reutilizar y/o reciclar el 74,19% y compostar un 5,64%), valorizar energéticamente un 17,68% y destinar a eliminación definitiva una vez ya tratados esos residuos, un 2,49%.

Otros objetivos del plan son:

  • La reducción de un 20% con respecto al año 2019 en la generación de residuos de envases ligeros.
  • Mejorar la tasa de preparación para la reutilización en un 20%.
  • Asegurar la cobertura del 100% de la recogida selectiva de los residuos peligrosos del hogar, de textiles, de aceites de cocina, de voluminosos y RAEE y recogida separada de biorresiduos en los municipios.
  • Reducir el porcentaje de los residuos valorizados energéticamente a menos de un 20% y establecer la tasa de vertido de residuos municipales (tratados y sin tratar) en un 2,49%.
  • Integrar la información y las ideas innovadoras de la ciudadanía y los agentes económicos en un entorno digitalizado y colaborativo, que permita la generación de herramientas y palancas para la mejora continua del sistema de gestión de residuos.
  • Disponer de un sistema integrado de la gestión de los residuos en todo el territorio y asegurar su sostenibilidad económica y medioambiental en colaboración con los ayuntamientos y mancomunidades.

Tras la recogida e incorporación de las propuestas de los ayuntamientos, el plan se someterá también al contraste y participación con la ciudadanía previo a iniciar la posterior tramitación en las Juntas Generales para su aprobación definitiva con rango de Norma Foral, muy probablemente a lo largo del primer semestre de este año.

25 Jan

FEAD: CO2 emissions in waste-to-energy plants the way forward

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RECYCLING MAGAZINE

To include or not include waste incineration in the EU-ETS has been the subject of diverging views amongst stakeholders and EU co-legislators. The variety of opposing views echo the diversity in national regulatory frameworks already offering a wide range of solutions, from national ETS and taxation systems, to the inclusion of CO2 emissions from municipal waste incinerators.

On the one hand, having an EU-ETS that includes municipal waste incinerators would ensure a level playing field, but there is a need to assess whether this is the most effective way to avoid CO2 emissions when treating non-recyclable residual waste.

FEAD initially conveyed that the whole waste management sector should remain in the ESR, as a consistent and ambitious GHG reduction tool.

We interpret the draft report on the EU-ETS as proposed by MEP Peter Liese as an appeal for more time to develop an impact assessment by 31 December 2025; possibly followed by the inclusion of municipal waste incineration on the 1st of January 2028 with specific measures to prevent a price increase.
In any case, an impact assessment must integrate several important aspects:

• Potential positive or adverse effects on the entire waste management chain, from recycling to landfilling. Penalising waste-to-energy solutions can be a negative signal and detrimental to the diversion of non-recyclable recoverable waste from massive landfilling in some EU countries where more investments for recycling and energy recovery are greatly needed.

• Avoided CO2 emissions using energy from waste instead of fossil fuels must be incorporated during the transition when national energy supplies remain reliant on fossil fuels for their electricity and heating needs. Recovering metals from bottom ashes also avoids emissions in the manufacturing sector.

• Waste-to-energy plays an essential role in circularity by safely treating waste that cannot be prevented or recycled. Sufficient time will in any case be needed to implement the necessary changes in the sector, which will also allow for the development of the required GHG emissions savings from CCS/CCU/BECCS technologies.

• Eco-design and manufacturing plastic, promotion of source separation and separate collection of plastic waste need to be addressed in the impact assessment, and accompanying measures, because for example CO2 emissions in incineration installations mainly come from plastic waste and residues from high quality recycling.

Moreover, true consistency must be ensured with the future Taxonomy rules regarding waste-to-energy installations. The latter must be described as Taxonomy-compliant, if conditions such as: existing national waste management plans, separately collected waste/ residues of sorted waste, check on feasibility of CCU/CCUS solutions.
Whatever solutions come from the impact assessment as proposed by Rapporteur Peter Liese, we highlight the peculiarity and positive role of the entire waste management chain in avoiding CO2 emissions. A transition in waste management must be critically supported by public funding on separate collection, sorting, and on waste-to-energy installations for the treatment of non-recyclable, residual waste.

Peter Kurth, FEAD President stated: ‘waste-to-energy plants not only produce renewable energy and move up the waste hierarchy, but also save significant CO2 emissions compared to electricity and heating produced by fossil fuel combustion. It is crucial that this is recognised in the EU Taxonomy and in the CO2 related EU regulatory instruments if we want to tackle increasing amounts of waste and achieve the EU circular economy objectives’.

25 Jan

Zabalgarbi, clave en la valorización energética con cuatro millones de toneladas de residuos transformados

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RADIO_BILBAO

El nuevo Plan Integral de Prevención y Gestión de Residuos en Bizkaia busca aplicar los principios de la economía circular a la gestión de los residuos reduciéndolos un 15% respecto a 2010, así como mejorar la tasa de preparación para la reutilización en un 20%. En este sentido, Zabalgarbi (ZBL), la planta de valorización energética ubicada en Bilbao, juega un papel clave de cara a profundizar en la gestión del residuo de una manera circular, generando nuevas oportunidades.

En los próximos meses, ZBL inaugurará una Gasinera de Gas Natural Comprimido (GNC) con el objetivo de reducir la huella de carbono en nuestro entorno. Las obras de la estación de repostaje para camiones que transportan residuos comenzaron en agosto de 2021 como parte de su plan para cumplir su objetivo de “vertido cero” y garantizar que una parte de la generación eléctrica que se consuma proceda de fuentes de energías renovables.

Actualmente, Zabalgarbi recibe 66.000 viajes de camiones de basura, de los cuales cerca de 7.500 son de Gas Natural Comprimido, enfocados a la eficiencia y a la emisión cero de elementos contaminantes. Un modelo que, explican, se extenderá cada vez más garantizar el suministro en ruta tanto de camiones actuales como a los nuevo camiones GNC que podrán adquirir instituciones públicas y empresas de transporte a través de renovaciones de flota.

Cuatro millones de toneladas desde 2005

Desde su puesta en marcha en 2005, ZBL ha transformado cuatro millones de toneladas de residuos no reciclables en energía mediante el Sistema SENER al que, en su fase de diseño, la Comisión Europea otorgó el máximo reconocimiento a la innovación, a través del programa Thermie. Una cantidad equivalente siete veces al estadio de San Mamés que, de otro modo, hubieran ido a parar al vertedero.

Anualmente recuperan el valor energético de 225.00-230.000 toneladas de basura para generar entre 650GWh y 700GWh al año. Esta electricidad equivale al 35% de la energía que consumen los hogares de Bizkaia.

20 Jan

Bizkaia se marca como objetivo reducir la generación de residuos un 15% y recuperar 4,9 de cada 5 kilos de los generados para 2030

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DIPUTACIÓN FORAL DE BIZKAIA

La diputada de Sostenibilidad y Medio Natural, Amaia Antxustegi, ha presentado las líneas básicas del nuevo Plan Integral de Prevención y Gestión de Residuos de Competencia Local de Bizkaia 2030 (PIPGRB 2030), la futura Norma Foral que recoge la planificación en esta materia a lo largo de esta década. El nuevo plan recoge los objetivos prioritarios definidos tras un exhaustivo análisis de la situación actual, de las previsiones a futuro y de las estrategias de otras instituciones supraterritoriales y va a ser contrastado a lo largo del primer semestre de este año con los ayuntamientos y la ciudadanía del territorio.

La diputada de Sostenibilidad y Medio Natural, Amaia Antxustegi, ha presentado hoy en las Juntas Generales el nuevo Plan Integral de Prevención y Gestión de Residuos de Competencia Local de Bizkaia 2030 (PIPGRB 2030), documento que sienta las bases de la gestión de los residuos en nuestro territorio en la presente década. Para ese horizonte temporal, este plan marca como objetivos prioritarios la reducción de la generación de residuos un 15% y la recuperación de 4,9 de cada 5 kilos de residuos generados.

“Con el desarrollo de este plan, Bizkaia conseguirá en 2030 valorizar materialmente el 79,83% de sus residuos (reutilizar y/o reciclar el 74,19% y compostar un 5,64%), valorizar energéticamente un 17,68% y destinar a eliminación definitiva una vez ya tratados esos residuos, un 2,49%. Es decir, con este plan Bizkaia va a ser capaz de recuperar 4,9 de cada 5 kilos de los residuos generados. De ellos, 4 kilos se reintroducirán en la cadena productiva y otros 0,9 kilos se aprovecharán para la generación de energía renovable, lo que contribuirá a lograr un territorio más sostenible y más avanzado, situándonos en parámetros de referencia a nivel europeo. Ese es nuestro objetivo y lo que va a marcar nuestro quehacer diario en relación con la gestión de los residuos”, ha explicado Antxustegi.

La diputada de Sostenibilidad y Medio Natural ha presentado el documento que recoge las líneas básicas del nuevo plan en la Comisión de Sostenibilidad, antes de abrir el proceso de participación y contraste con los ayuntamientos y con la ciudadanía y de iniciar la posterior tramitación en las Juntas Generales para su aprobación definitiva con rango de Norma Foral. Este proceso se prolongará durante el primer semestre de este año para recoger aportaciones al plan, para cuya elaboración se ha realizado previamente un exhaustivo análisis del contexto y la situación actual en materia de residuos, de las estrategias y objetivos fijados por otras instituciones con competencias en esta misma materia, así como una previsión de evolución durante esta década. Además, a la hora de plantear las actuaciones correspondientes, se han tenido en cuenta análisis de modelos de gestión de residuos y alternativas de tratamiento estudiadas tras la prórroga del II PIGRUB, una reflexión estratégica sobre la determinación de los sistemas óptimos a implantar y un análisis de las diferentes alternativas de tratamiento y valorización material de residuos primarios y secundarios.

Una vez realizada esta reflexión, se ha diseñado un completo plan de actuación para aplicar los principios de la economía circular a la gestión de los residuos, luchar contra el cambio climático y ser el instrumento que permita transformar Bizkaia en una sociedad comprometida con el cuidado de medio ambiente sobre el principio fundamental de la ‘no generación de residuo’.

El plan recoge los siguientes objetivos:

  • La reducción de residuos en un 15% respecto a 2010 y la reducción de un 20% con respecto al año 2019 en la generación de residuos de envases ligeros.
  • Mejorar la tasa de preparación para la reutilización en un 20%.
  • Asegurar la cobertura del 100% de la recogida selectiva de los residuos peligrosos del hogar, de textiles, de aceites de cocina, de voluminosos y RAEE y recogida separada de biorresiduos en los municipios.
  • Alcanzar una tasa de reutilización y reciclaje (valorización material) de residuos municipales del 79,83%; reducir el porcentaje de los residuos valorizados energéticamente a menos de un 20% y establecer la tasa de vertido de residuos municipales (tratados y sin tratar) en un 2,49%.
  • Integrar la información y las ideas innovadoras de la ciudadanía y los agentes económicos en un entorno digitalizado y colaborativo, que permita la generación de herramientas y palancas para la mejora continua del sistema de gestión de residuos.
  • Disponer de un sistema integrado de la gestión de los residuos en todo el territorio y asegurar su sostenibilidad económica y medioambiental en colaboración con los ayuntamientos y mancomunidades.

Estos objetivos se articulan a través de programas concretos de actuación, dentro de los cuales se desplegarán las actuaciones a desarrollar con todo su detalle y metas a alcanzar. Entre estos programas cabe destacar:

  • el de Observación Avanzada, que consiste en el desarrollo de los mecanismos necesarios para gestionar adecuadamente los datos generados por el sistema de gestión de residuos y elaborar información que ayude a realizar análisis predictivos y a desarrollar actuaciones en materia de prevención y tratamiento de residuos. Este programa incluye actuaciones como el análisis benchmarking de modelos comparados o los procesos de actualización continua de la información sobre la percepción y comportamiento de la ciudadanía y los comercios.
  • El Programa Tractor de la Economía Circular Local, para diseñar modelos predictivos que permitan anticiparse a lo nuevos escenarios y poder así acertar en la priorización y selección de las políticas de gestión más eficientes.
  • El Programa de Promoción de un Ecosistema de Innovación y Emprendimiento, para actuar como un hub con el objetivo de impulsar proyectos innovadores, iniciativas de emprendimiento y experiencias piloto en el ámbito de la gestión de los residuos de competencia local.
  • El Programa de Gestión de la Huella Verde, que desarrollará acciones para reducir la huella de carbono generada en la recogida y el tratamiento del residuo y el seguimiento de estas acciones.
  • El programa de puesta en valor de la reutilización, que ejecutará acciones encaminadas a incrementar el volumen de producto doméstico reutilizado y mejorar las instalaciones para su tratamiento (fomento y colaboración para el desarrollo de mercados de artículos con segunda vida, mejora de la gestión de recogida de residuos para reutilización en los Garbigunes, potenciación del servicio de recogida del contenedor blanco…).
  • El de impulso y promoción de las soluciones más innovadoras y eficaces en materia de recogida selectiva a través de instrumentos de ayuda, incentivos y medidas de coordinación con las entidades locales y mancomunidades.
  • El que persigue incrementar la valorización material con el impulso del desarrollo de procesos e infraestructuras para valorizar energéticamente el subproducto generado en las instalaciones de tratamiento del residuo.

“Se trata de profundizar en la gestión del residuo de una manera circular, generando nuevas oportunidades y haciendo de Bizkaia un territorio puntero en la gestión, referente, innovador y, por consiguiente, más sostenible”, ha concluido la diputada de Sostenibilidad y Medio Natural, que ha puesto también en valor que el plan permitirá obtener “unas tasas de reciclaje como nunca antes habíamos conseguido alcanzar en nuestro territorio”.

13 Jan

ESR or ETS: Waste treatments should be in the same basket

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ESWET

In July 2021, with the publication of the first batch of the “Fit for 55” climate package, the European Commission disclosed the proposal to review the Emissions Trading System (EU ETS). The Waste-to-Energy sector was not included in the proposal. It is already covered by the Effort Sharing Regulation (ESR) with the other waste treatments options: landfills and recycling.

Nevertheless, the request to include solely Waste-to-Energy in the ETS remained. The proponents assume that making Waste-to-Energy more expensive will push towards waste prevention and recycling. In ESWET’s view, this idea is unrealistic and simplistic.

In fact, we believe that such a decision would cause severe side-effects for the waste management chain: higher cost of recycling, additional fees for municipalities and a rise in non-recyclable waste sent to legal and illegal landfills.

“Any potential benefits from the inclusion of Waste-to-Energy in the EU ETS would be in vain, if the waste management chain were to be disrupted”. Commented Charoula Melliou, ESWET Policy Officer for Decarbonisation, “That’s why we call for the same legal instrument to cover the whole waste sector”.

Today, ESWET is open to discuss how the sector can further contribute to the EU decarbonisation efforts, irrespective of where these requirements stem from – be it the Effort Sharing Regulation or the EU Emissions Trading System Directive or any other legislative instrument – provided that the following concrete prerequisites are met in any scenario:

  • Avoid splitting the waste management sector by putting solely municipal Waste-to-Energy under a different instrument while keeping the other sectors under another without any prior impact assessment;
  • On the contrary, keeping the entire waste management sector under the same legislative mechanism will ensure that there is no promotion of landfills and their associated methane emissions, which are not adequately regulated today, unlike CO2 and other Greenhouse Gases (GHGs);
  • Any legislative instrument pursuing the reduction of GHG emissions should respect the polluter-pays principle (PPP), so it should be designed in a way that it is not applied too far from the source of fossil CO2;
  • Support is needed for carbon capture utilisation and storage (CCUS) implementation in Waste-to-Energy plants to reduce GHG emissions from non-recyclable waste further;
  • EU legislation on decarbonisation should consider the offsets of CO2 emissions in WtE, not just the direct emissions.

It’s important to highlight that Waste-to-Energy (WtE) plants are recognised today as a key factor in pollution prevention. They sustainably and efficiently treat non-recyclable waste, including microplastics, thus diverting this waste from landfills, consequently preventing methane emissions and long-term risks of groundwater, soil, and air pollution.

The next step to further reduce GHG emissions from non-recyclable waste is to support carbon capture and storage (CCS) implementation in Waste-to-Energy plants. The sector can become carbon neutral or even carbon negative, as demonstrated by several pilot projects in Europe.

 

12 Jan

Cómo los sistemas circulares de gestión de residuos pueden beneficiar al medio ambiente

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RETEMA

La cantidad de residuos sólidos urbanos generados a nivel mundial ha crecido cada año de manera exponencial durante las últimas décadas, principalmente debido al crecimiento demográfico y económico y los cambios resultantes en los patrones de producción y consumo.

Si bien algunos países tienen los medios para implementar políticas e instrumentos para hacer frente a los residuos que generan y algunos han promulgado políticas que apuntan a reducir la generación de desechos, la generación de residuos urbanos per cápita sigue siendo demasiado alta a nivel mundial. Un tercio de la montaña de residuos global generada cada año es producida por aproximadamente una sexta parte de la población (países de altos ingresos). Sin embargo, solo alrededor del 13% se recicla y el 5,5% se composta. La ausencia de instalaciones de tratamiento adecuadas para hacer frente a las grandes cantidades de desechos, especialmente en los países de bajos ingresos, a menudo genera impactos ambientales y de salud, incluidas las emisiones de contaminantes tóxicos y gases de efecto invernadero a la atmósfera.

En el primer estudio mundial de este tipo, los investigadores del International Institute for Applied Systems Analysis (IIASA) y sus colegas de la Universidad de Recursos Naturales y Ciencias de la Vida Aplicadas (BOKU) de Viena analizaron detalladamente el sector de los residuos. El estudio, que acaba de publicarse en Nature Communications, examinó el sector de los residuos en 184 países y regiones e incluye una diferenciación entre asentamientos urbanos y rurales. El enfoque del equipo para la investigación es novedoso en el sentido de que traduce las Vías Socioeconómicas Compartidas (SSP, por sus siglas en inglés), un conjunto de escenarios que describen desarrollos socioeconómicos alternativos hasta 2100, aplicado a los residuos y evalúa los potenciales para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y contaminantes del aire al contrastar la línea de base y escenarios de mitigación hasta 2050.

“Queríamos observar las tendencias futuras de la generación de residuos municipales y analizar el impacto en las emisiones de gases de efecto invernadero y la contaminación del aire si los sistemas de gestión de residuos se mantuvieran en el estado actual hasta 2050. Posteriormente, evaluamos hasta qué punto sería posible reducir los residuos y las emisiones asociadas al implementar sistemas circulares de gestión de residuos bajo los diferentes SSPs. Este enfoque también nos ayuda a comprender cómo los diferentes desarrollos mundiales obstaculizan o aceleran el nivel y el ritmo de adopción de sistemas circulares de gestión de residuos y las implicaciones en las emisiones”, explica la autora principal Adriana Gómez-Sanabria, investigadora del Grupo de Investigación de Gestión de la Contaminación del IIASA. .

Un sistema de gestión de residuos circular es un sistema sostenible en el que se minimiza la generación de residuos, los planes de recogida de residuos llegan a toda la población, se elimina la quema a cielo abierto de residuos, se elimina el depósito de los residuos en los vertederos, se reutilizan y reciclan los materiales, y como último recurso, los desechos se incineran eficientemente para generar energía.

Al contrastar diferentes escenarios, los investigadores, por ejemplo, descubrieron que el escenario de sostenibilidad SSP1, un escenario que imagina un mundo que enfatiza un desarrollo más inclusivo que respeta los límites ambientales, podría generar beneficios colaterales mayores y más tempranos en comparación con los escenarios en los que se reducen las desigualdades, pero las medidas de control de la contaminación se enfocan en tratar los contaminantes en un proceso separado después de que se producen. En este escenario, los investigadores estiman que sería posible eliminar la quema a cielo abierto de residuos antes de 2050, erradicando así esta fuente de contaminación del aire.

Si bien no será posible eliminar por completo las emisiones de metano y CO2 de los residuos sólidos urbanos, los investigadores señalan que, basándose en el hecho de que el potencial máximo de reducción técnica a nivel mundial se evalúa en aproximadamente 205 Tg de metano en 2050, donde 1 Tg = 1 millón de toneladas, la reducción de las emisiones de los residuos sólidos urbanos podría, en última instancia, representar casi una cuarta parte de esto. Esto destaca la necesidad de una acción rápida y audaz para reducir y eliminar el vertido de los residuos en vertederos, aumentar la reutilización y el reciclaje, y promover tecnologías con captura y almacenamiento de carbono.

Los investigadores encontraron que las variaciones en los supuestos socioeconómicos subyacentes a cada uno de los escenarios SSP conducen a diferencias significativas en los futuros flujos de gestión de residuos municipales. Estiman que las cantidades más bajas de generación de desechos sólidos se esperan en el escenario SSP3 (donde los países se enfocan en lograr objetivos de seguridad alimentaria y energía dentro de sus propias regiones a expensas de un desarrollo de base más amplia) y el escenario SSP4 (un escenario marcado por una alta desigualdad) debido a lento crecimiento económico y grandes desigualdades entre regiones.

Los resultados indican además que un menor poder adquisitivo en las regiones de bajos ingresos reducirá la adquisición de bienes, reduciendo así la cantidad de residuos sólidos municipales generados. Por el contrario, el nivel más alto de generación de desechos sólidos urbanos se espera en el escenario SSP5 (un mundo que depende de mercados competitivos, innovación y sociedades participativas para producir un rápido progreso tecnológico para el desarrollo sostenible) concomitante con el fuerte aumento de los ingresos y la urbanización.

Según los autores, la reducción de residuos junto con la adopción de sistemas circulares de gestión brindará una amplia gama de beneficios colaterales, incluida la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, la contaminación del aire y el agua, al tiempo que respaldará el avance en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Por ejemplo, la meta 6.3 de los ODS, que apunta a mejorar la calidad del agua mediante la reducción de la contaminación, la eliminación de los vertidos y la minimización de la liberación de productos químicos y materiales peligrosos para 2030, solo se puede lograr a través de metas de reducción de residuos sólidos municipales más ambiciosas. Es importante destacar que los escenarios desarrollados permiten explorar sistemáticamente los beneficios de mejorar los sistemas de gestión de residuos municipales a escala global y destacan qué acciones políticas y técnicas se pueden tomar en el sector de los residuos en el camino hacia una economía circular.

“Confiamos en que nuestra representación detallada del sector de residuos sólidos municipales y las emisiones asociadas y el potencial de mitigación se pueden utilizar como entrada para los Modelos de Evaluación Integrada (IAM) y se pueden aplicar para desarrollar escenarios de emisión para el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC). Nuestro trabajo también se puede utilizar para respaldar estudios de contaminación del aire y del agua a escala regional y local, e informar a los gobiernos locales y nacionales sobre los desarrollos probables, las consecuencias ambientales y las oportunidades de mitigación en el sector de la gestión de residuos sólidos municipales”, concluye Gómez-Sanabria.

27 Dec

How Waste-to-Energy delivers on renewable energy targets

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ESWET

Waste-to-Energy constitutes the link between circular economy and renewable energy: it ensures that non-recyclable waste – including the residues of recycling processes – is safely managed, and used as a resource thanks to energy and material recovery. In Europe, the power recovered by Waste-to-Energy plants accounts for 2.4% of the total energy supply.

Every renewable energy source available has a critical role to play to enhance the efforts of the EU economy towards decarbonisation, including electricity, steam, heating and cooling, as well as renewable and low-carbon fuels generated from non-recyclable waste.

Recent studies estimate that the renewable energy output from Waste-to-Energy plants is more than 50%, contributing substantially to the transition from fossil fuels in the electricity, heating, and transport sectors. Renewable energy from Waste-to-Energy is provided 24/7 and is thus plannable and reliable, increasing the electricity generation flexibility of the entire electric grid. In 2018 in Europe, Waste-to-Energy plants generated around 40 billion kWh of electricity and 90 billion kWh of heat, which provided 18 million citizens with electricity and 15.2 million citizens with heat.

Waste-to-Energy can also produce renewable and low-carbon fuels (e.g., hydrogen and methanol), which are crucial to the climate objectives and the renewable targets set. Waste-to-Hydrogen has a significant potential to decarbonise heavy transport by powering fuel cell buses and refuse trucks collecting municipal waste, while avoiding tonnes of GHG emissions. Several promising pilot projects are now taking off in Europe.

Under the Renewable Energy Directive (RED) (Directive (EU) 2018/2001), biomass is rightly recognised as a renewable energy source, since it can replace fossil energy carriers and feedstocks in energy-intensive industries. This renewable feature of biomass is why the energy from Waste-to-Energy is seen as partly renewable; it is because the waste treated in the WtE plants is partly biogenic, or – simply put – biomass.

What is more, when biomass is combined with Carbon Capture and Storage (CCS), the industry reaches a net removal of CO2 from the atmosphere, resulting in negative emissions. The same process can be implemented in Waste-to-Energy plants, as demonstrated by the Copenhagen and Oslo pilot projects.

The full position paper by ESWET on the proposed revision of the RED is available here: ESWET Position for the Proposed Revision of the Renewable Energy Directive