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10 Jul

España podría ahorrar 1.500 millones de euros al año si transformase la basura en energía

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THE OBJECTIVE

España es uno de los países de Europa que menos residuos urbanos utiliza para su valorización energética, según los últimos datos de Eurostat sobre la gestión municipal de residuos de los distintos países del continente.

En concreto, España cuenta con 11 plantas de valorización energética de residuos urbanos y transforma en energía menos de tres millones de toneladas de basura no reciclable. Unas cifras muy inferiores a las de otros países como Francia, que tiene 124 plantas que se encargan de 14,5 millones de toneladas de residuos, o de Alemania, con 100 plantas y 27,5 millones de toneladas.

«La valorización energética es intentar darle una última vida a esos residuos que no se pueden reciclar y en vez de llevarlos a un vertedero y convertirlos en un problema ambiental para los próximos 40 años, a través de una combustión y un tratamiento posterior, sacar la energía que den esos residuos y aprovecharla», explica Rafael Guinea, presidente de la Asociación de Empresas de Valorización Energética de Residuos Urbanos (Aeversu) en una entrevista con THE OBJECTIVE. «Es una electricidad local, fiable y estable y en gran parte renovable», añade.

Guinea defiende que con la valorización energética «estás atacando un problema ambiental y aprovechando una energía que te permite usarla de manera normal en hogares e industrias como energía limpia».

Un ahorro para España

El primer ahorro que supondría la valorización energética para España es que supone un gasto cero en combustible, puesto que este vendría de los residuos que de otra forma acabarían en el vertedero, explica Guinea.

El ahorro depende del precio del combustible, pero según los cálculos de Aeversu con los precios recientes, en la actualidad sería de entre 1.500 y 1.800 millones de euros al año. «Es un ahorro directo para las cuentas del estado español y un gasto que no tendrías que repercutir a los ciudadanos», apunta Guinea.

El presidente de Aversu señala que «a día de hoy estamos dejando de importar 1.650 gigavatios/hora al año de energía eléctrica», pero «el asunto es que solo para cumplir lo establecido por la Unión Europea deberíamos tener el doble de instalaciones, con lo cual ya no es solo lo que estés ahorrando ahora, sino la oportunidad que tienes de ahorrarte en el futuro».

En cifras, «estamos hablando de entre un 5% y un 10% de la energía necesaria en España, que si la metes en el precio marginal, hace que ese precio baje», afirma Guinea.

También señala el impacto que tendría en las emisiones de CO2: «Los ciudadanos ahora con todo el lío que tenemos con los precios de la energía no lo estamos viendo con perspectiva, pero también los vertederos son los mayores productores de CO2 del sector de residuos, estamos hablando de que más o menos el 15% de las emisiones vienen de los residuos y en su gran mayoría de los vertederos, que emiten metano y es peor para el cambio climático que el CO2».

La valorización energética de residuos urbanos no bastaría para «solucionar el problema eléctrico, estamos hablando de porcentajes muy pequeños respecto a otras tecnologías», reconoce Guinea, pero insiste en que es una «energía estable y gestionable» y, por tanto, considera que es «una oportunidad que no estamos aprovechando y estamos pagando».

«Son ideas que no son novedosas, que están probadas, que se llevan haciendo desde hace 30 y 40 años en el resto de Europa y que en España por desgracia no es evidente y creo que es urgente tomar decisiones pragmáticas y claras en este sentido», lamenta.

A la cola de Europa

España envía a los vertederos un 54% de sus residuos, una cifra muy elevada con la media europea, que se sitúa en un 24%, según los datos recopilados por la Confederación de Plantas de Valorización Energética Europeas (Cewep, por sus siglas en inglés) a partir de las cifras reportadas por cada país de la Unión Europea, además de Noruega, Suiza y Reino Unido.

El porcentaje de residuos que se utilizan para convertirlos en energía es de un 11%, también muy por debajo de la media europea, que se sitúa en el 25%. Y en cuanto al reciclaje y el compostaje, se hace solo con un 35% de los residuos, un 15% por debajo de los objetivos establecidos por la Unión Europea para el año 2020.

En otros países de Europa, la valorización energética está mucho más establecida. En Francia, por ejemplo, alrededor del 50% de la red de calefacción urbana de París se abastece de las tres plantas de conversión de energía de la ciudad, que abastecen también a hospitales y museos. En Alemania, los residuos municipales tratados en la instalación de Wuppertal se utilizan para generar hidrógeno para alimentar los autobuses de transporte público.

España está muy lejos también de poder cumplir los objetivos marcados para 2030-2035, que establecen que no se puede mandar más de un 10% de los residuos al vertedero. Algo que, por otra parte, actualmente solo cumplen ocho países de la Unión Europea, mientras que diez países, incluido España, aún mandan más del 50% de su basura a vertederos.

«Yo creo que en Europa nos miran y se preguntan por qué en España no se hace esto y se meten los residuos en un agujero, se incumple la normativa», reflexiona el presidente de Aversu.

 

Gráfico residuos Europa
Gráfico: Cewep

Consenso político

Según Guinea, «hay muy poco conocimiento en el mundo político en general de qué es» la valorización energética, así como «un mito urbano de que esto es incineración a la vieja usanza y contamina mucho, cuando Europa en los criterios que toma para poner una energía como contaminante o no contaminante ha diagnosticado que no lo es».

Esto, sumado a la falta de consenso político para proyectos como estos, a largo plazo, que «se amortizan en unos 20 años», son los motivos por los que no se expande esta manera de gestionar los residuos en España, según el presidente de Aeversu.

«Yo creo que falta una reflexión nacional, sacarlo del debate partidista común, porque los mismos partidos que en una comunidad autónoma la intentan promover, en otra la atacan, porque es un sitio donde es fácil hacer oposición sin tener fundamento», denuncia.

«Es verdad que para poderlo desarrollar se necesita consenso y llegar a acuerdos de los partidos, porque son proyectos de más de una legislatura, hay que tener una visión de que queremos hacer las cosas bien», dice Guinea, y añade que «en el momento actual no parece lo más común, el consenso y esa visión común, pero sí que creemos que la oportunidad sale de la evidencia que hay ahora de la necesidad de ser más avanzados en el punto de vista ecológico y por otro lado por la crisis energética en la que estamos metidos».

07 Jun

Convertir en energía lo que no se puede reciclar, una alternativa real

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ABC

Si mañana se enviaran los residuos que actualmente se depositan en vertederos controlados en España a plantas de valorización energética, se conseguiría producir el equivalente al consumo de 5,5 millones de personas. Son datos de la empresa Urbaser, que asegura asegura que esta alternativa real para el tratamiento de ciertos desechos supone un importante ahorro económico nada desdeñable.

Este tratamiento de la basura se lleva a cabo en diveros países europeos, donde cada año se producen unos 40.000 GWh de electricidad de esta fuente, lo que beneficia a unos 18 millones de ciudadanos. En España, esta alternativa no se practica, según Urbaser. «Esta decisión depende principalmente de las administraciones públicas, responsables del tratamiento de residuos», explican fuentes de la compañía.

Esta práctica está ampliamente extendida en el norte de Europa, donde las necesidades de energía en forma de calor son elevadas y la valorización energética está ampliamente implantada.

Así, en países como Suecia, Dinamarca o Países Bajos, prosiguen desde la citada empresa, «no se deposita en vertedero prácticamente ninguna tonelada de residuo doméstico que haya podido ser valorizada energéticamente para producir electricidad o calor para calefacción».

Según datos del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía de España (IDAE), la cantidad de residuos incinerados es muy dispar entre los distintos países europeos. Mientras que algunos de ellos apuestan por la incineración a gran escala y la promueven con sus políticas de gestión y tratamiento de residuos (el mejor ejemplo estaría en pasíes como Alemania, Suecia, Suiza u Holanda), otros utilizan mayoritariamente los vertederos como destino de los rechazos, como es el caso de Finlandia o Gran Bretaña.

En cuanto a España, el aprovechamiento energético de los residuos es una práctica mucho menos implantada que en el resto de Europa. Según sus cálculos, sólo un 10% de los residuos urbanos son aprovechados.

En Grecia o Irlanda, en el otro extremo, no incineran residuos sobrantes. Por último, en términos generales, el vertido en depósitos controlados sigue siendo la opción predominante para la gestión de los residuos en el Viejo Continente.

En qué consiste la valorización

Tanto a nivel doméstico como empresarial, los residuos generados son separados en función de los materiales implicados: envases, vidrios, papel, comida… Cada una de estas basuras debe ir a su correspondiente planta de tratamiento para, en la medida de lo posible, recuperarlo y/o reciclarlo.

Sin embargo, en estas plantas de reciclaje hay una parte del residuo que no puede recuperarse en forma de materiales. Es lo que se conoce como rechazo. ¿Qué se hace con él?

La opción tradicional es depositarlo en un vertedero controlado, pero lo cierto es que, a través de la valorización energética, puede ser aprovechado para generar energía eléctrica o calor, empleándose como combustible en un proceso de tratamiento térmico.

Esta técnica consiste en someter a estos residuos a un tratamiento que acaba generando energía, ya sea en forma de electricidad, vapor o agua caliente. Esta puede ser usada tanto para uso doméstico como industrial.

«Mediante este proceso, se puede obtener energía de una amplia variedad de residuos», explican fuentes de Urbaser, quienes añaden que, en su caso concreto, la obtiene fundamentalmente de «la fracción no aprovechable que sale como rechazo de las plantas de reciclaje de residuos», aunque también se valoriza y obtiene energía de lodos de depuradora de aguas residuales.

Una alternativa por explotar

Urbaser asegura que uno de sus objetivos es conseguir impulsar esta valorización energética. Para ello, asegura haber incorporado la tecnología limpia necesaria en varias de sus plantas de tratamiento, como en las ciudades de Mallorca, Madrid, Cantabria, Guipúzcoa, París o Marsella. Todas ellas cuentan con sistemas que les permiten transformar el residuo urbano no reciclable en energía.

Los principales beneficios de esta técnica son, por un lado, que genera energía en forma de electricidad (que se entrega a la red eléctrica) o de calor (lo que permite que sea utilizada como calefacción, por ejemplo, en los domicilios). Pero, además, «disminuye el volumen de residuos en vertederos controlados y, finalmente, se consigue reducir la dependencia hacia otras fuentes de energía como son el gas o el petróleo», defienden fuentes de Urbaser.

La compañía defiende que, bien hecha, esta valorización energética no supone un mayor riesgo de impacto medioambiental. «Disminuye el volumen de residuos en vertederos controlados y, finalmente, se consigue reducir la dependencia hacia otras fuentes de energía como son el gas o el petróleo», concluyen.

05 Jun

Amaia Antxustegi: «Hay que reducir la basura y una idea es que pague más quien más genere»

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DEIA

Inmersa en la elaboración del tercer plan de residuos de Bizkaia, Amaia Antxustegi incide en la necesidad de reducir la basura generada en Bizkaia. No en vano, esa futura hoja de ruta incidirá por primera vez de manera directa no solo en la gestión de los residuos, sino también en su prevención. Otro de sus caballos de batalla es ayudar al primer sector a levantar cabeza tras la crisis, primero del covid y ahora derivada por la invasión de Ucrania, con un plan de choque que alcanzará los 1,5 millones de euros. “Esperamos tener ese plan para este mes”, avanza la diputada de Sostenibilidad y Medio Natural.

Reciclaje, separación por fracción, reutilización… ¿Cuál es el principal reto que tiene por delante Bizkaia en materia de residuos?

—Tenemos que generar menos residuos; de hecho, en este tercer plan que estamos elaborando añadimos la prevención junto a la gestión, que antes iban en dos planes diferentes. Hay que tener, en nuestro día a día, pequeños gestos para proteger el medio ambiente porque lo que hacemos tiene impacto sobre él. En el plan se plantea que el 79% de los residuos tengan una valorización material, un 17,68% energética y un 2,49% termine en vertedero. No solo los que nos marcamos nosotros, sino también los que nos llegan desde Europa: reducir un 15% la generación de residuos respecto a 2010, o un 20% los envases ligeros.

¿Estamos en una buena situación?

—Según la última revisión de la prórroga del segundo plan, se están cumpliendo los objetivos y estamos alcanzando lo que está sobre el papel en la realidad. La satisfacción es muy alta. Y desde fuera, Bizkaia se toma como un referente en gestión de residuos. Hemos tenido visitas de Asturias y de diferentes países europeos para visitar las instalaciones y conocer cómo gestionamos la basura.

¿Qué nuevas estrategias se van a establecer en ese plan?

—El residuo inteligente, el tener el máximo de información, es fundamental para acertar en los objetivos de forma eficaz. Una idea puede ser implantar nuevos sistemas en la recogida, como puede ser el pago por generación u otros sistemas que nos puedan nutrir de datos, y explotarlos para trasladarlo a una medida.

¿Faltan nuevas infraestructuras?

—Se ha establecido una prognosis de cuál va a ser la generación de residuos en los próximos años y puede haber déficit en la capacidad de recibir basura. Por ejemplo, en orgánico; hemos implantado ya tres mini plantas de compost en Igorre, Getxo y Berriatua para complementar la central de Bizkaiko Konpostegia. Lo importante es maximizar la valorización material. Las inversiones que haya que realizar irán destinadas a que Bizkaia sea más sostenible y pueda gestionar esos residuos.

¿La capacidad de Zabalgarbi es suficiente para los próximos años?

—Estamos ahora preparando un plan estratégico precisamente para ver hacia dónde tiene que ir, cuál va a ser su futuro. De momento no hay nada decidido, barajamos diferentes opciones con los socios. Para nosotros es una infraestructura muy importante y ahí vamos a estar para que Zabalgarbi tenga ese futuro.

En los últimos años se han cerrado varios vertederos. ¿Los que quedan son suficientes?

—En la medida en que vayamos viendo cuáles son las necesidades futuras iremos adoptando diferentes decisiones, pero de momento tienen bastantes años de vida útil.

Bilbao ha implantado incentivos para el reciclaje de envases. ¿Se plantean algo así?

—El sistema de pago por generación te da esa opción; pagar la tasa correspondiente en función del residuo que generas. Es una de las medidas que se pueden implantar, pero lo tenemos que hacer con los ayuntamientos. Se pueden hacer campañas de reciclaje, de objetos de segunda mano… Hay diferentes medidas.

Ha citado a los ayuntamientos. ¿Cómo ha ido el proceso de participación con los entes municipales para elaborar ese nuevo plan?

—Tienen mucho que decir; no solo porque tienen competencia en esta materia, sino porque son los que conocen la realidad de cada municipio y sus aportaciones son esenciales. Hemos tenido 11 encuentros en los que han participado 8 de cada 10 ayuntamientos y mancomunidades, y hemos recibido más de 400 aportaciones.

¿Qué piden?

—Sobre todo, incidir en el reciclaje y en la prevención, y mejorar la recogida selectiva en origen. Y la coordinación institucional; a la hora de lanzar diferentes medidas es importantísimo saber qué está haciendo cada uno y cómo lo podemos hacer de manera conjunta. Porque cada municipio tiene su realidad y una medida puede que funcione en uno, pero no en otro. Hay que estar coordinados.

¿Sigue arrastrando el primer sector el impacto de la crisis del covid?

—Ya venía tocado antes de la pandemia de covid y la invasión de Ucrania ha agravado todavía más la situación por el incremento del precio de la energía, la falta de abastecimiento de piensos… Tenemos un firme compromiso con ellos: lanzamos una línea de ayudas bajo el paraguas del covid de 1,1 millones de euros, de los que se van a beneficiar unas 440 explotaciones.

El diputado general, Unai Rementeria, avanzó en abril un plan de choque de 1,5 millones de euros.

—Nos hemos reunido con los diferentes subsectores, pero también con los sindicatos, con Enba, con Lorra… Esperamos tener ese plan para este mes de junio y poder perfilar las diferentes ayudas, que pueden ser directas, como han sido hasta ahora, pero también hay que tener en cuenta que el primer sector, como otros, está en una época de transformación. También veremos qué nos plantean en ese sentido y cómo lo podemos abordar.

¿Hay subsectores más afectados?

—Sí. Sobre todo el de vacuno de carne y leche, y el ovino-caprino, pero también el de las aves de carne, los productores de manzana para sidra, los de sidra… El abanico ha sido muy amplio. El primer sector que tenemos en Bizkaia es familiar y les es difícil competir ante otros que están más globalizados. De ahí la importancia de consumir kilómetro cero y poner en valor el trabajo que hacen.

Han establecido una moratoria en la plantación del eucalipto. ¿Tan crítica era la situación?

—La aparición de la banda marrón provocó que muchos propietarios talaran sus árboles, se hiciera el aprovechamiento y algunos optaran por el eucalipto. No se ha incrementado demasiado la superficie, pero sí veíamos que teníamos que ponerle freno para que no fuera a más. Esta moratoria lo que nos va a permitir es trabajar en la actualización de la norma foral de montes, que es del 94, para adaptarla a las circunstancias y situaciones de los últimos años.

¿Cuál será la superficie máxima?

—El objetivo es que no vaya a más; las 23.000 hectáreas que teníamos antes de la moratoria serían el límite.

Y después de esa moratoria, ¿qué?

—Tenemos que responder a las diferentes necesidades, logrando un equilibrio entre lo económico y la producción; el ocio, que podamos disfrutar de nuestros monte, y la protección del medio ambiente. Para tramitar la moratoria estuvimos con los diferentes agentes –forestalistas, ecologistas…– y contaremos con ellos también para la futura Norma Foral de Montes. Escucharemos y responderemos a lo que podamos.

¿Han valorado las repercusiones económicas para el sector?

—Llevamos ya muchos años con el plan de ayudas al sector forestal, casi cinco millones de euros. El año pasado y este hemos respondido a todas las solicitudes que cumplían los requisitos. Tenemos ese compromiso.

¿Tienen previstas nuevas compras de monte?

—Sí. Hemos adquirido ya unas 350 hectáreas y este año vamos a comprar otras tantas. Se han destinado más de 4 millones de euros, también para la repoblación de esas parcelas.

¿Cómo está la banda marrón?

—De momento parece que controlada, aunque seguimos trabajando para hacerle frente. Vamos a repetir el tratamiento con bioestimulantes del año pasado en 4.000 hectáreas de Arratia porque ha funcionado. Además, estamos viendo cuáles pueden ser las especies no alternativas, sino complementarias al pino radiata. Hay que hacerlo de la mano de la industria porque tiene que haber una transformación hacia esa nueva especie.

10 May

Waste-to-Energy and decarbonisation in the EU

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ESWET

The certification of carbon removals by the European Commission is a positive first step in the successful implementation of carbon capture, storage and utilisation (CCUS) technologies in Europe. The specificities of all sectors, including Waste-to-Energy, should be taken into account as to ensure the achievement of the 2050 carbon-neutrality objectives.

For Waste-to-Energy, the integration of CCUS is an extra-step towards decarbonisation. Indeed, capturing and permanently storing biogenic CO2 can “enable waste to be a net-zero or even net-negative emissions energy source”, as acknowledged by the latest IPCC report (2022).

While projects in the sector – in Oslo and Copenhagen, to name a few – have been developing at a fast pace over the last few years, showing that the technology is mature, a comprehensive regulation at EU level is still missing in the successful implementation of CCUS in Waste-to-Energy plants.

To allow the Waste-to-Energy sector to fully contribute to the EU decarbonisation efforts, ESWET calls for the carbon removal certification to:

  • Establish a clear legislative framework with no contradiction with other decarbonisation instruments
  • Facilitate the access to EU funding for Waste-to-Energy to integrate carbon capture, especially for large-scale plants
  • Provide business case and financial incentive for removals of both fossil & biogenic CO2

A solid certification scheme will also enable the development of the full value chain, including carbon transport, storage and utilisation. Indeed, as more financial support is needed to ensure the full-scale deployment of infrastructure in Europe and ensure the effectiveness of carbon removals, clear regulation will provide visibility to investors and facilitate new projects.

Waste-to-Energy plants already act as carbon sinks by providing heat and electricity, diverting waste from landfills and recovering metals and minerals from incineration bottom ash.

Moreover, due to the heterogeneous composition of the non-recyclable waste treated, about 50% of the emissions emitted by the plants are of biogenic origin, meaning from biomass. The integration of CCUS will allow these plants to turn into carbon-negative emitters.

25 Apr

Enterramos energía barata y compramos energía muy cara

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CINCO DÍAS

Nos encontramos en un momento de gran emergencia. Es necesario dejar atrás la época en que las opiniones y prejuicios retrasaban las decisiones basadas en datos y ciencia, especialmente en todo lo relativo a energía, recursos y medio ambiente.

En el este de Europa, Alemania o países nórdicos, se está debatiendo acerca de la ética de seguir comprando gas a Rusia financiando su guerra, u optar por cortar el suministro y provocar una enorme crisis en la propia industria. Y sí, hablo fundamentalmente de la industria, ya que, en la mayoría de las ciudades de esta zona de Europa, el suministro de calefacción a los ciudadanos se realiza a través de redes de distrito, que son tuberías que distribuyen el calor a los radiadores de los hogares (de la misma manera que los cables distribuyen la electricidad). Este calor, desde hace muchos años y en su mayoría, proviene de una fuente autóctona, fiable y neutra en carbono que es la valorización energética de los residuos urbanos que no se pueden reciclar, es decir, transforman su basura en electricidad, vapor o agua caliente para uso domestico o industrial.

La energía generada en Europa a través del tratamiento de los residuos no reciclables representa unos 40.000 gwh de electricidad que aprovechan 18 millones de ciudadanos, y que al precio actual de la energía supone un ahorro de unos 13.000 millones de euros. Además, 15 millones de habitantes reciben calor en sus hogares gracias a los 90.000 gwh generados con el tratamiento de estos residuos, sin tener que depender del precio del gas o el barril de petróleo. En este momento viene a colación citar las palabras de Teresa Ribera, ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, en la presentación del Perte de economía circular. Durante la misma, afirmó que “una economía eficiente en el uso de recursos fortalece nuestra autonomía estratégica y reduce la vulnerabilidad ante las crisis globales”.

Dicho esto, en España nos encontramos en la posición de cola en cuanto al tratamiento de residuos. No hemos cumplido el objetivo de reciclaje del 50% en 2020, lo cual nos merma en competitividad y nos obliga a comprar fuera materias primas, en lugar de reutilizar los recursos ya existentes. Somos de lejos el país de la UE que más residuos destina a enterramiento en vertedero, cada año más de 11,8 millones de toneladas. El vertido, además de ser la peor opción de gestión de residuos desde un punto de vista ambiental por la contaminación de suelo, o climático por la emisión de metano y siloxanos de los vertederos, implica enterrar millones de kwh de energía barata, autóctona, fiable y neutra y, a cambio, comprar energía a precios muy elevados, externa y fósil.

En Europa se sorprenden del reducido número de plantas de valorización energética que hay en España y del gran desconocimiento de esta alternativa tanto a nivel social como político. Se llevan a los vertederos un 53,4% de los residuos, sin plantear ninguna alternativa o solución al respecto. Nos encontramos ante una realidad muy alejada de los países más avanzados de la UE en materia medioambiental.

¿En qué podría ayudar la valorización energética? Suponiendo que todos esos residuos que van ahora a los vertederos en nuestro país se enviaran a estas instalaciones (11 en total), el potencial de energía producido sería el equivalente a las necesidades de 2,25 millones de hogares o al consumo de 5,5 millones de personas.

La valorización energética de los residuos que enterramos no va a solucionar por sí sola la crisis energética española, pero es una palanca más a activar. Su valor añadido nos permitiría sustituir 7.800 gwh de electricidad producidos por otras fuentes de energía cada año y, por tanto, supondría un ahorro de 1.560 millones de euros directos de coste a las familias y empresas españolas, considerando el precio medio de la energía en el mercado mayorista durante el pasado mes de febrero. A su vez, nos permitiría reducir nuestra huellas ambiental y ecológica. La situación general obliga a terminar los debates no productivos, a tomar las mejores decisiones posibles, y a tomarlas ya.

Rafael Guinea es Presidente de Aeversu (Asociación de Empresas de Valorización Energética de Residuos Urbanos).

21 Apr

Roma construirá una incineradora de basura para atajar el problema de residuos

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LA VANGUARDIA

El alcalde de Roma, Roberto Gualtieri, ha anunciado su intención de construir antes del 2025 una planta de incineración de basura con la que se generará energía, como solución al problema de los residuos que la capital arrastra desde hace años.

“Será un punto de inflexión histórico para la ciudad y también para el país”, celebró hoy el regidor en una entrevista al diario “Il Sole 24 Ore”.

El termovalorizador, que generará energía mediante la quema de la basura capitalina, será construido por la empresa pública ACEA antes del Jubileo de 2025 y costará en torno a 150 millones de euros (162,7 millones de dólares).

Roma arrastra graves deficiencias en su servicio de recogida de basuras desde hace años, y el problema está volviendo a ser muy perceptible con el regreso de los turistas tras la pandemia.

Esto se debe a las escasas plantas de tratamiento de basura que posee la capital, que cada día produce 4.600 toneladas de deshechos, más de la mitad sin reciclar, según datos del 2016.

El problema es doble: en primer lugar esta basura es tratada únicamente en tres plantas de separación de residuos y que no son suficientes y, por otro lado, Roma carece de vertederos idóneos o de plantas que puedan acabar el ciclo de los deshechos no reciclables.

Esto hace que el sistema se atasque con asiduidad, dejando las papeles y los contenedores de las calles sin vaciar, y obliga a la capital a depender de los vertederos de otras ciudades italianas o incluso extranjeras, a las que envía camiones de basura.

Por esa razón, el alcalde Gualtieri ha apostado por construir una incineradora de basura con la que se generará energía, un sistema criticado por organizaciones como Greenpeace.

“Actualmente Roma depende completamente de plantas contaminantes, caras y precarias por toda Italia y Europa. Con las instalaciones previstas, a partir del termovalorizador (incineradora), reduciremos en un 90 % nuestras necesidades de vertederos”, apuntó.

Esto hará, según los cálculos del alcalde, hasta el año pasado ministro de Economía italiano, que las emisiones se reduzcan en un 45 % y se genere energía para 150.000 familias cada año.

El presidente de la región del Lazio, Nicola Zingaretti, expresó su “alegría” por esta iniciativa. “He pasado años y años buscando plantas y lugares a las que llevar la basura de Roma”, reconoció el gobernador.

19 Apr

Bizkaia. Los ayuntamientos valoran con un 3,5 sobre 4 el interés de los objetivos y programas del nuevo plan foral de gestión de residuos

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DIPUTACIÓN FORAL DE BIZKAIA

Ocho de cada diez municipios de Bizkaia han tomado parte en el proceso participativo desarrollado por la Diputación Foral de Bizkaia para dar a conocer entre los ayuntamientos y mancomunidades del territorio los avances en la elaboración del nuevo plan de gestión de residuos que marcará las estrategias y los objetivos a alcanzar en esta materia hasta 2030. El interés de los objetivos y programas recogidos en este documento ha obtenido una valoración muy alta, de 3,5 puntos sobre 4, por parte de las instituciones locales, que han realizado 492 propuestas agrupadas en 169 aportaciones distintas a este documento.

En total, han sido 97 los municipios que han tomado parte en este proceso. Estas localidades representan al 89% de la población del territorio, lo que demuestra el alto interés que ha suscitado este plan entre los ayuntamientos y mancomunidades.

Además de la alta valoración que han recibido los programas propuestos por la Institución foral dentro de este documento, cabe destacar que todos ellos han sido considerados como pertinentes. Los mejor valorados han sido los relacionados con la recogida selectiva, con la puesta en valor de la reutilización y con la coordinación interinstitucional.

En cuanto a las aportaciones, los programas en los que se ha recibido mayor número han sido los siguientes:

  • Gestión de prevención de residuos, que incluye el conjunto de medidas para lograr reducir la cantidad de residuos y los impactos negativos que tienen los residuos que se generan. Este programa ha recibido 27 aportaciones, entre las que se encuentran el impulso desde los ayuntamientos y otras instituciones públicas de las compras a peso, sin uso de envases ni embalajes; la realización de campañas de comunicación para facilitar buenas prácticas a los comercios para reducir el uso de cartón y plástico o la recogida y distribución de excedentes de alimentos procedentes de restauración, catering y grandes generadores de excedentes.
  • Recogida selectiva, que tiene como objetivo el impulso y promoción de las soluciones más innovadoras y eficaces en esta materia. Las aportaciones recibidas en este ámbito han sido 26 y entre ellas se encuentran la realización de estudios de contenerización y mejoras en los sistemas de recogida (recogida selectiva inteligente); el impulso de los garbigunes móviles o la promoción de programas educativos escolares en las plantas de revalorización.
  • Puesta en valor de la reutilización. Este programa va encaminado al desarrollo de actuaciones para incrementar el volumen de producto doméstico reutilizado y mejorar las instalaciones para su tratamiento y ha recibido 22 aportaciones. Entre ellas, la realización de anuncios publicitarios impulsando la reutilización de ropa, libros, y otros objetos y la donación de los mismos; el establecimiento de protocolos de recogida y transporte de residuos orientados a la reutilización o estudiar la inclusión de nuevos productos en los contenedores blancos.

Mecánica del proceso participativo

El proceso participativo se ha desarrollado en 11 encuentros de dos horas de duración celebrados entre el 7 y el 21 de febrero. Estos encuentros estaban estructurados con una primera parte para presentar los avances, contenidos y objetivos del plan, un turno de preguntas sobre estas cuestiones y un espacio para exponer reflexiones o aportaciones respecto a la situación actual en lo relacionado con la prevención y gestión de residuos en las diferentes comarcas, así como para que las instituciones locales pudieran adelantar los elementos que entendieran que debían formar parte del plan.

Una vez finalizados los encuentros, se remitió a ayuntamientos y mancomunidades un formulario para que pudieran realizar por escrito sus aportaciones después de analizar toda la documentación que se les facilitó con sus servicios internos. El formulario tenía dos elementos principales: por un lado, una valoración de la pertinencia de los programas propuestos desde la Diputación Foral de Bizkaia para alcanzar los objetivos del plan y, por otro, un espacio abierto para incorporar propuestas de acciones que permitieran profundizar y concretar el contenido de los programas.

Objetivos del plan

El nuevo Plan Integral de Prevención y Gestión de Residuos de Competencia Local de Bizkaia 2030 que está elaborando la Diputación Foral y se ha compartido con los ayuntamientos y mancomunidades del territorio recoge los siguientes objetivos:

  • La reducción de residuos en un 15% respecto a 2010 y la reducción de un 20% con respecto al año 2019 en la generación de residuos de envases ligeros.
  • Mejorar la tasa de preparación para la reutilización en un 20%.
  • Asegurar la cobertura del 100% de la recogida selectiva de los residuos peligrosos del hogar, de textiles, de aceites de cocina, de voluminosos y RAEE y recogida separada de biorresiduos en los municipios.
  • Alcanzar una tasa de reutilización y reciclaje (valorización material) de residuos municipales del 79,83%; reducir el porcentaje de los residuos valorizados energéticamente a menos de un 20% y establecer la tasa de vertido de residuos municipales (tratados y sin tratar) en un 2,49%.
  • Integrar la información y las ideas innovadoras de la ciudadanía y los agentes económicos en un entorno digitalizado y colaborativo, que permita la generación de herramientas y palancas para la mejora continua del sistema de gestión de residuos.
  • Disponer de un sistema integrado de la gestión de los residuos en todo el territorio y asegurar su sostenibilidad económica y medioambiental en colaboración con los ayuntamientos y mancomunidades.
04 Apr

Several associations representing both public and private operators of the entire waste management value chain ask for the inclusion of Waste-to-Energy in the taxonomy

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ESWET

Today, the Platform on Sustainable Finance published its final report on the inclusion of new activities in the EU Taxonomy Framework. This report leaves a gap regarding the Waste Hierarchy for non-hazardous residual waste. The EU Taxonomy Framework should push for the implementation of the top steps of the Waste Hierarchy. However, it should also empower the environmentally sound treatment of the non-recyclable material: residual waste.

Despite the best efforts to prevent waste and to sort for recycling, there will always be a remaining fraction of non-recyclable residual waste which should be treated in the most sustainable way.

In the attached statement, several associations call for the inclusion of Waste-to-Energy (non-hazardous waste incineration with energy recovery) in the EU Taxonomy Framework. They propose the following conditions to ensure that the activity does no significant harm:

– The Waste-to-Energy facility treats only non-recyclable waste;
– The National Waste Management Plan is designed in such a way as to ensure the separate collection of all mandatory fractions as well as the achievement of waste prevention aims, reuse and recycling targets and is in the process of being implemented or implementation has been completed;
– The facility meets the R1 energy recovery criterion.

With such conditions in place, Waste-to-Energy enables the treatment of non-hazardous, non-recyclable waste higher up in the Waste Hierarchy. It is a very much needed solution in the Member States where landfilling non-hazardous, recoverable, residual waste is still the dominant practice. And this way Waste-to-Energy contributes to the circular economy objective under the EU Taxonomy Framework.

Additionally, it contributes to the pollution prevention objective: Waste-to-Energy ensures the most sustainable treatment for non-hazardous residual waste by destroying pollutants embedded in the waste. At the same time, it recovers precious energy and clean materials from the bottom ash such as metals and aggregates.

The full common statement can be found here.

31 Mar

El Congreso aprueba definitivamente la ley de residuos, que crea nuevos impuestos para plásticos y vertederos

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L PAIS

El Congreso de los Diputados ha dado el definitivo visto bueno a la Ley de Residuos y Suelos Contaminados, que supondrá la creación de dos nuevos impuestos: uno sobre los envases de plástico de un solo uso y otro que grava el depósito de desechos en vertederos y la incineración. Además, a través de un par de enmiendas, se modifica la Ley de Aguas para poder recuperar el canon hidroeléctrico que deberán pagar las compañías eléctricas y que fue anulado por el Tribunal Supremo. La Comisión Europea está haciendo un marcaje de la tramitación de esta norma y ha abierto un expediente de infracción contra España por no haber aplicado ya el veto a la comercialización de varios productos de plástico de un solo uso, que se incluye en la ley.

De hecho, los dos nuevos impuestos se crean a instancias de Bruselas. El de los envases está recogido en una directiva comunitaria que los Veintisiete deben cumplir. El que grava el depósito de residuos en los vertederos y la incineración surge de una recomendación que la Comisión realizó a España en 2018 ante las bajísimas tasas de reciclaje que tiene el país. La UE impuso hace más de una década que todos sus miembros debía reciclar en 2020 el 50% de sus residuos municipales. Pero en 2020, España estaba en el 36%, según los datos de Eurostat. Lejos de aflojar, Europa ha establecido metas aún más duras y en 2030 se deberá llegar al 60% y en 2035, al 65%. La norma aprobada hoy deberá servir para enderezar el rumbo.

La ley incluye el veto a la comercialización de determinados utensilios de plástico de un solo uso como pajitas, vasos y platos, y prohíbe añadir microplásticos a cosméticos o productos de limpieza. También contempla la obligación de que los bares ofrezcan agua no embotellada gratis a los clientes, el impulso a la venta a granel en las grandes superficies comerciales y ofrece amparo legal a los ayuntamientos para que puedan prohibir que se fume en las playas.

Aquella recomendación de Bruselas de 2018 de la Comisión también pedía que España introdujera la obligación de la recogida separada de la basura orgánica —el contenedor marrón que ya empiezan a imponer algunas regiones—. La nueva ley de residuos establece que a partir de julio del año que viene todos los ayuntamientos de más de 5.000 habitantes deberán contar con sistemas de recogida separada de la basura orgánica, además de las de papel, metales, plástico y vidrio —las localidades más pequeñas tendrán de margen hasta 2024—. Además, todos los municipios deberán tener recogida separada también de residuos textiles y de aceites de cocina antes del 31 de diciembre de 2024.

El informe de la Comisión también proponía que se fijaran objetivos vinculantes de recogida separada para las administraciones locales. Para 2035, “el porcentaje de residuos municipales recogidos separadamente será como mínimo del 50% en peso del total de residuos municipales generados”, señala ahora la nueva ley de residuos, que sustituye a la de 2011.

Estas son otra de las medidas importantes de esta nueva norma:

  • Veto a 10 productos de plástico de un solo uso. A partir de la entrada en vigor de la ley no se podrán comercializar utensilios como los bastoncillos de algodón que contengan plástico, los cubiertos, los platos, las pajitas o los recipientes para bebidas hechos de poliestireno expandido, incluidos sus tapas y tapones.
  • Venta a granel. Antes de que acabe 2023 los supermercados de más de 400 metros deberán dedicar al menos el 20% de su superficie a la venta de productos sin embalaje. Además, todos “los establecimientos de alimentación que vendan productos frescos y bebidas, así como alimentos cocinados, deberán aceptar el uso de recipientes reutilizables”.
  • Retirada del amianto. La norma establece que “en el plazo de un año desde la entrada en vigor de la ley, los ayuntamientos elaborarán un censo de instalaciones y emplazamientos con amianto incluyendo un calendario que planifique su retirada”.
  • Destrucción de excedentes. La norma prohíbe que se destruyan los “excedentes no vendidos de productos no perecederos tales como textiles, juguetes o aparatos eléctricos”. Y añade: “Dichos excedentes se destinarán en primer lugar a canales de reutilización, incluyendo su donación, y cuando esto no sea posible, a la preparación para la reutilización”.
  • Agua no embotellada. Las administraciones deberán fomentar el consumo de agua no embotellada en sus instalaciones a través de la instalación de fuentes públicas. Del mismo modo, en “los establecimientos del sector de la hostelería y restauración se tendrá que ofrecer siempre a los consumidores, clientes o usuarios de sus servicios, la posibilidad de consumo de agua no envasada de manera gratuita y complementaria a la oferta del mismo establecimiento”.
  • Tabaco en las playas. La nueva norma también ofrece respaldo legal a los ayuntamientos que quieran vetar el tabaco en las playas: “Los ayuntamientos podrán regular las limitaciones de fumar y de liberar de forma intencionada globos en las playas, que se podrán sancionar en las ordenanzas municipales con arreglo al régimen de infracciones y sanciones de la presente ley”. Muchos regidores en España han ido aprobando en los últimos años vetos al tabaco en las playas, pero con esta nueva ley tendrán el respaldo legal para aplicar multas si quieren. Incumplir estas limitaciones estaría considerado una falta leve, que implica una posible multa de “hasta 2.000 euros”.
  • Sanciones. La nueva ley actualiza el régimen sancionador. Las infracciones muy graves estarán castigadas con multas de entre 100.001 y 3.500.000 euros (en la anterior ley la sanción oscilaba entre los 45.001 y los 1.750.000 euros). Lo mismo ocurre con las faltas graves, que podrán ser sancionadas con hasta 100.000 (antes 45.000). Y con las leves, que podrán llegar hasta los 2.000 (antes 900). Además, por primera vez se incluye como una infracción el abandono y el vertido de basura dispersa (conocido por el término inglés littering) en la naturaleza, que se considerará una falta grave. Lo mismo ocurrirá con las quemas de residuos agrarios y silvícolas si no se cuenta con una autorización.
  • Disruptores. En el trámite en el Senado el PSOE, con el apoyo del PP, había rebajado las referencias al bisfenol-A y los ftalatos con el argumento de que su veto y regulación corresponde a la Comisión Europea y sus instituciones. En el proyecto que llegó al Senado se abogaba por la prohibición de ambos disruptores endocrinos —sustancias químicas que afectan negativamente a la salud—. Sin embargo, el veto se rebajó en la Cámara alta, lo que motivó las quejas de Unidas Podemos. Finalmente, ese cambio se ha revertido y vuelven a prohibirse tras el trámite final en el Congreso.
27 Mar

El potencial energético de lo que nos sobra

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EL CORREO GALLEGO

El desorbitado precio de la energía, acrecentado por la guerra de Ucrania, está limitando en gran medida la actividad de muchas empresas y castigando con dureza los bolsillos de las familias, cuyas economías se encuentran todavía debilitadas por las serias consecuencias de una pandemia que dura ya demasiado tiempo.

Sin duda, la célebre frase de que “La energía mueve el mundo”, cobra actualmente todo su sentido en una sociedad que ha incorporado de lleno las nuevas tecnologías a su forma de vida. El consumo energético se dispara y crece cada año porque nuestro día a día requiere de buenas dosis de electricidad y combustibles.

El escenario bélico que nos ha tocado vivir, y que supone un desafío para Europa y el resto del mundo, nos ha obligado a viajar en el tiempo y afrontar un imperialismo trasnochado y nostálgico que, a la postre, ha puesto en evidencia lo que ya todos sabíamos: nuestra alta dependencia energética externa, viéndose incluso comprometidas las importaciones de materias primas básicas.

A pesar de que los expertos lo llevan advirtiendo desde hace muchos años, el negativo impacto ambiental y el alto coste de las fuentes tradicionales de energía (petróleo y carbón fundamentalmente), requiere de alternativas más ecológicas que podemos encontrar aquí y ahora. Es por ello que las energías renovables deben recoger el guante y aprovechar las fortalezas de cada territorio para arrojar luz sobre un escenario aciago que se apaga día tras día y que compromete nuestra subsistencia en el mundo que hoy conocemos.

La producción de energía a partir de los residuos no reciclables, constituye una magnífica vía de apoyo. Así lo han visto, desde hace décadas, los países europeos más avanzados y respetuosos con el medio ambiente, que cuentan con cerca de 500 plantas de valorización energética, muchas de las cuales conviven en armonía con los habitantes de las grandes ciudades, en cuyo centro se ubican para optimizar los recursos que generan (electricidad y vapor para alimentar las calefacciones de las comunidades vecinas). Es el llamado District Heating.

Conviene reiterar, una vez más, que este tipo de instalaciones son las más vigiladas desde el punto de vista operativo y medioambiental, y se encuentran sujetas a rigurosos y exhaustivos controles, mucho más exigentes que los que rigen para otras plantas industriales.

Los accionistas y promotores de la creación de Sogama, hace 30 años, fueron unos visionarios al entender que desperdiciar residuos en un vertedero, como se venía haciendo en la década de los 90, no solo constituía una seria amenaza para el entorno y la salud pública, sino que implicaba enterrar un recurso tan valioso como es la energía, que hoy esta empresa pública aprovecha a través de las tecnologías más innovadoras del mercado, generando el equivalente al consumo del 12% de los hogares gallegos.

Al igual que Galicia, otras comunidades tales como el País Vasco, Cataluña, Cantabria, Baleares y Madrid, apostaron en su momento por la transformación de residuos en recursos (reciclando la parte susceptible de ser recuperada por esta vía y transformando en energía la no reciclable), conscientes de que desperdiciar energía y hacerlo además con un alto coste, suponía un gran retroceso ambiental y económico.

Y, gracias a la producción de energía a partir de los residuos no reciclables, uno de los muchos efectos positivos que perciben nuestros ciudadanos es que el canon que Sogama aplica a los ayuntamientos adscritos a su sistema es hoy el más barato de Galicia y de España.

Sin duda, la valorización energética es una de las energías que mueven la economía circular.