El norte prefiere incinerar
DEIA
Los países del norte de Europa prefieren incinerar sus desechos urbanos, mientras que en los del este y el sur todavía impera el uso de vertederos como destino final de los residuos que generan sus habitantes, pequeñas empresas e instituciones públicas. Según la última comparativa relativa a 2010 presentada ayer por la oficina europea de estadística (Eurostat), la situación es enormemente diversa en la Unión Europea, tanto desde el punto de vista de la generación de residuos como de su gestión. Cada europeo produce de media 502 kilos de residuos cada año. El 38% termina en el vertedero, el 25% se recicla, el 22% se quema en plantas incineradoras mientras que el restante 15% se utiliza para fabricar abono.
Basura en una calle de Bruselas, donde funciona el sistema de puerta a puerta. (Silvia Martínez)
Un reparto que esconde grandes diferencias. Por ejemplo, cada español genera más basura que la media europea, un total de 535 kilos, pero recicla e incinera mucho menos. Según el desglose de Eurostat, el 58% o lo que es lo mismo 310 kilos por habitante, terminó en los vertederos municipales. Una opción que siguen utilizando muchos países de Europa del este y del sur donde la política del reciclaje brilla por su ausencia. Este es el caso de Bulgaria, que envía el 100% de sus residuos urbanos al vertedero, Rumanía (99%), Lituania (94%), Letonia (91%), Malta (86%) o Grecia (82%). Justo lo contrario de lo que promueven países como Alemania, Holanda, Bélgica, Austria, Suecia o Dinamarca donde no existen prácticamente los basureros y en los que sus autoridades públicas apuestan por dos soluciones: quemar la basura y reciclar.
reciclaje Entre los países que priman la incineración destaca, por ejemplo, Dinamarca donde se quema el 54% de la basura municipal, una cifra que sitúa a este país escandinavo a la cabeza de la UE por delante de Suecia (49%), Holanda (39%), Alemania (38%), Bélgica (37%) y Luxemburgo (35%), y muy lejos del 9% (48 kilos por persona y año) que registraba de media España. En cuanto a los campeones del reciclaje, Alemania separaba en 2010 el 45% de su basura, seguida de Bélgica (40%), Eslovenia (39%), Suecia (36%), Irlanda (35%), Holanda (33%) y Austria (30%). El dato de España le sitúa entre los menos avanzados en este terreno con un porcentaje del 15% (80 kilos por habitante y año). A esta cifra, no obstante, hay que sumar los residuos utilizados para la producción de abono que alcanza niveles importante en Austria (40%), Holanda (28%), Bélgica (22%), Luxemburgo (20%), Dinamarca (19%) e incluso -España (18%), el sexto país de la UE que más produce. Así que tomando conjuntamente las cifras de reciclaje y compost el resultado es que el en Austria el 70% de los residuos son tratados, el 62% en Alemania y Bélgica y el 61% en Holanda. En el caso de España el cómputo global le deja con un 33%, lejos de estos países y de otros dos campeones del reciclaje como son Suiza y Noruega. En el caso de los suizos, por ejemplo, no envían ni un solo gramo al vertedero, incineran la mitad de sus residuos, reciclan el 34% y hacen compost con el 17%. Similar es la fotografía noruega.
En cuanto a la basura por habitante, un chipriota produce cada año una media de 760 kilos, el doble que un letón. En la parte alta de la tabla encontramos a luxemburgueses, daneses e irlandeses con valores que oscilan entre los 600 y los 700 kilos. Después vienen holandeses, malteses, austríacos, alemanes, españoles, británicos, franceses, italianos y portugueses con una horquilla de entre 500 y 600 kilos mientras que entre los valores más bajos están en Lituania, Rumanía, Eslovaquia, República checa, Polonia, Estonia y Letonia.