La nueva vida ecológica de los residuos gracias al gas renovable
EL ECONOMISTA
La Unión Europea cuenta con más de medio millón de vertederos que solo podrán acoger el 10 por ciento de los residuos municipales a partir de 2035, según la nueva Directiva de Residuos que entrará en vigor en 2020. Más información en la nueva edición de el Economista Energía.
Alcanzar este objetivo no será un problema para los países nórdicos y del centro de Europa como Alemania, Dinamarca, Suecia, Austria o Finlandia, donde la cota de vertido alcanza el 1 por ciento y reciclan, de media, el 50 por ciento de sus residuos. Todo lo contrario de lo que sucede en una docena de países del este y sur de Europa, donde más de la mitad de los residuos acaban en vertederos.
España es uno de estos últimos países. De los 462 kilos anuales de residuos municipales que se generan por habitante, el 54% va a vertedero y solo un 34% se destina a reciclado y compostaje, lo que nos distancia 16 puntos porcentuales de cumplir el objetivo europeo de reciclaje para este tipo de residuos, fijado en el 50% en 2020, y 44 puntos por encima del objetivo del 10% sólo a vertedero. Una situación preocupante, que requiere de soluciones inmediatas, y que ha llevado a la Comisión Europea a abrir varios procedimientos de infracción contra nuestro país por instalaciones ilegales de vertido de residuos o no conformes con la normativa. El Ministerio para la Transición Ecológica ha anunciado por su parte que está preparando un Real Decreto sobre la eliminación de residuos mediante depósito en vertederos.
Una de las soluciones más eficientes para acabar con el problema de los residuos que no se puedan reutilizar ni reciclar es la valorización energética, capaz de recuperar el contenido energético de los mismos en lugar de eliminarlos en vertederos, lo que comporta importantes beneficios económicos y medioambientales, ya que las plantas de valorización energética emiten 19 veces menos CO2 que los vertederos convencionales.
En Europa existen unas 600 instalaciones de este tipo, de las que solo una docena se encuentran en España. Aunque la mayoría de las plantas europeas se han instalado en antiguos vertederos, en los últimos diez años se están ubicando en el centro de las ciudades, “ya que mucha de la energía que producen se utiliza para alimentar las redes de calefacción urbana o district heating”, apunta Rafael Guinea, presidente de la Asociación de Empresas de Valorización Energética de Residuos Urbanos (Aeversu).
Otra de las soluciones más eficientes a partir del reciclaje de diferentes tipos de residuos -urbanos, aguas residuales, agrícolas, ganaderos y forestales- es el gas renovable, concretamente la revalorización del biogás en biometano como sustituto renovable del gas natural para su inyección en la red gasista o como combustible vehicular, entre otros usos.
Se trata de una solución implementada en muchos países de Europa, como Alemania, Reino Unido, Suecia, Francia y Dinamarca, donde existen más de 500 plantas de producción de biometano. La futura comisaria europea de energía, Kadri Simson, ha señalado que el uso de gas renovable en las infraestructuras gasistas existentes, combinado con electricidad renovable, reduciría drásticamente el coste de la transición energética, ya que por cada bcm de biometano recuperado e inyectado a la red se evitaría la emisión a la atmósfera de unos 20 Mt de CO2, que equivaldrían al 33% del objetivo de reducción de CO2 de los sectores difusos.
En España no se está sacando partido al gas renovable como se debería, ya que su presencia en nuestro país se encuentra por debajo del potencial disponible de biometano, definido por el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) el pasado año, cuyo rango superior alcanza las 2.963 kilotoneladas equivalentes de petróleo, correspondiente a 2,95 bcm o 34.460 gigavatios hora. A día de hoy solo existe una planta que produce gas renovable a partir de residuos urbanos (Valdemingómez en Madrid) y una segunda planta habilitada en Butarque (también en la capital) para la producción de gas renovable a partir de aguas residuales, que se ha puesto en marcha en octubre de este año.
Con el objetivo de fomentar el uso del gas renovable, desde Sedigás están trabajando en “el diseño de un Hub de información que incorpore una web para que se convierta en el portal de referencia del gas renovable en España, con toda la información de calidad para todos los actores de la cadena de valor, productores, operadores, clientes finales y administraciones públicas”, apuntan desde la asociación.
Otra de las líneas de trabajo en la que Sedigás tiene puesto el foco es el desarrollo de un esquema de certificación de garantías de origen basado en un documento técnico de referencia consensuado por todos los agentes involucrados. Estos sistemas, señalan desde la asociación del gas, “suponen un mecanismo de incentivos del mercado donde los usuarios interesados puedan adquirir gas renovable de calidad para su uso energético y medioambiental”.
Proyectos en línea con la economía circular
Empresas como Naturgy llevan varios años trabajando en distintos proyectos para trasformar los residuos en gas renovable y ponerlo a disposición de todos los usuarios a través de la red gasista española para su uso a nivel doméstico, industrial y vehicular.
Uno de los proyectos que está a punto de ver la luz es Elena. Se trata de un vertedero clausurado en Cerdanyola del Vallès (Barcelona) que aprovechará el biogás procedente del proceso natural de descomposición de la materia orgánica para obtener biometano que se inyectará en la red de media presión de gas natural. Está previsto que la planta entre en operación a finales de este año con una producción estimada de 199 gigavatios hora en 20 años.
Otro de los proyectos en ejecución es Life Methamorphosis. Liderado por Aqualia, y participado por Área Metropolitana de Barcelona (AMB), el Instituto Catalán de Energía (ICAEN), Naturgy, FCC y Seat, pretende demostrar, a escala industrial, dos sistemas innovadores de tratamiento de residuos: el prototipo Umbrela, donde el biometano obtenido de la planta de tratamiento de residuos municipales Ecoparc de Montcada i Reixac se utilizará para uso vehicular, y el prototipo Methagro para la producción de biometano de alta calidad a partir de residuos agroindustriales y otros residuos orgánicos.
Seat también participa en el proyecto Life Landfill Biofuel, aprobado recientemente por la Comisión Europea, cuyo objetivo es la obtención de gas renovable a partir de vertederos municipales. El proyecto se desarrollará durante los próximos cuatro años en colaboración con la Universidad de Granada, Fundación Cartif, Sysadvance, Gasnam, Iveo y FCC.
Naturgy también participa en varios proyectos relacionados con la depuración de aguas residuales. Es el caso de la Unidad Mixta de Gas Renovable, un proyecto pionero de investigación de procesos de producción de biometano para inyección a red de gas y aplicación a movilidad urbana en depuradoras urbanas e industriales.
En esta misma línea está Arazuri, un proyecto piloto que finalizó con éxito en 2017 para la producción de biometano en la estación depuradora de aguas en el municipio navarro del mismo nombre. Con el combustible generado se han alimentado tres autobuses de la red comarcal de Pamplona y dos camiones de recogida de residuos.
También merece la pena nombrar el proyecto Smart Green Gas, instalado en la EDAR de Jerez de la Frontera (Cádiz) para estudiar la depuración del biogás obtenido y su conversión en biometano de alta calidad para ser inyectado en la red de gas y utilizado como combustible de automoción.
Incentivos al gas renovable en Europa
Frente al apoyo directo por parte de los gobiernos de otros países, España solo cuenta con el apoyo indirecto a la generación de electricidad renovable para las instalaciones acogidas al Régimen Especial del RD 661/2007.
Según datos aportados por Sedigás, Francia tiene incentivos a la inversión para algunos proyectos ‘ad hoc’ asignados por el gobierno. También cuenta con Certificados de Garantías de Origen de gas renovable para el biometano inyectado e incentivos al comercializador para la venta de biometano en el sector del transporte.
Asimismo, el país galo cuenta con una tarifa que corresponde al productor (‘Feed-in Tariff’) por la generación de electricidad con biogás a partir de residuos para plantas menores de 500 kW, una bonificación por encima de la tarifa vigente (‘Feed-in Premium’) para la electricidad a partir de biogás para plantas entre 500 kW y 12 MW y una tarifa para la inyección de biometano a la red.
Alemania, por su parte, cuenta, entre otras medidas, con un descuento en los pagos de peajes de red por inyectar el biometano en la red de distribución sin usar la red de transporte de gas natural.