Rafael Guinea, Presidente de Aeversu. “No hay industria en toda Europa que tenga mayor vigilancia que las plantas de valorización energética”
NOTICIAS DE GIPUZKOA
Rafael Guinea es el presidente de la Asociación de Empresas de Valorización Energética de España y Andorra y hoy participará en la comisión no permanente de residuos que se celebrará en el Ayuntamiento de Donostia. “Quiero aportar información y datos de la realidad en Europa y en el mundo de la valorización energética de residuos como un elemento más del correcto tratamiento de los residuos en los países desarrollados”, resume, al tiempo que recuerda que actualmente existen del orden de 2.000 plantas como la de Zubieta en el mundo y que “no dan problemas ni medioambientales ni de salud”.
¿Cuál es el mapa actual de las plantas de valorización energética que hay en el Estado?
-Lo primero que hay que aclarar es que hay una diferencia entre incineradoras y plantas de valorización energética, y es referente al rendimiento energético. Para que la planta sea de valorización tiene que tener un rendimiento que lo fija la Unión Europea. Ahora mismo, en España y Andorra, que es lo que incluye la asociación, tenemos once plantas de valorización energética distribuidas entre Galicia, Cantabria, Bizkaia, Madrid, Catalunya, Baleares y Melilla y se están tratando del orden del 10% de los residuos que se generan, es decir, en torno a 2 millones de toneladas anuales, en números redondos.
¿Qué tipo de tecnología utilizan estas plantas?
-Todas estas instalaciones están sometidas a la normativa europea más exigente que hay para cualquier industria. No hay una industria en toda Europa, y si me apuras en todo el mundo, que tenga una vigilancia mayor o una restricción mayor de las emisiones. Eso ha obligado a todas las plantas, tanto a las antiguas como a las nuevas, a estar muy, muy al día tecnológicamente para poder cumplir estos niveles. Lo cierto es que en Europa hay del orden de 450 plantas de este tipo, en el mundo hay más de 2.000, con lo cual se puede decir que es una tecnología que está probada, que es robusta y que funciona. Todas las instalaciones funcionan con normalidad y no tienen mayor problema.
Entonces, ¿son seguras?
-Totalmente. Una instalación bien operada y moderna no tiene por qué tener ninguna afección ni al medio ambiente ni a la ciudadanía. Y desde luego es mucho mejor que su alternativa, que es el vertedero.
En Gipuzkoa, varios grupos y agentes sociales han alertado del riesgo que suponen este tipo de plantas para la salud de las personas. Algunos médicos advirtieron incluso de que provocan un aumento en la incidencia de algunos tipos de cánceres. ¿Qué mensaje trasladaría usted a estas personas?
-Yo creo que a la gente lo primero que hay que hacer es lanzarle un mensaje de tranquilidad. Y seguidamente, lo que hay que hacer con este tipo de instalaciones, que además están ligadas a un servicio público, es exigirles transparencia en la operación. Pero también es bueno mirar lo que están haciendo otras partes de Europa. En todos los países nórdicos, en Alemania, estas instalaciones son absolutamente comunes, son instalaciones municipales tan comunes como puede ser el polideportivo e incluso, las instalaciones modernas que se están haciendo por ejemplo en París, en Viena o en Estocolmo, las están haciendo dentro de la misma ciudad, para evitar la contaminación de los camiones al transportar la basura. Es decir, les preocupa bastante poco las emisiones de la incineradora, porque están muy controladas, lo que les preocupa es el transporte. Teniendo en cuenta que donde más valoración energética hay es en los países avanzados, que es donde mayores controles de sanidad hay… Pienso que eso debería dar tranquilidad.
¿Qué alternativas conocidas existen ahora mismo a la incineración?
-El vertedero. Ahora mismo todos estamos de acuerdo, y nosotros los primeros, que lo que hay que hacer primero es ir a la reducción y a la reutilización. Si no se puede, hay que reciclar y solo si no se ha podido hacer ningún otro proceso hay que ir a la valorización energética. Lo que intentamos evitar de cualquier manera, y ese es el objetivo de la asociación y de la directiva europea, es llevar residuos a un vertedero, y es precisamente lo que se intenta sustituir con este tipo de plantas. Porque los vertederos, primero son un desperdicio de recursos. La base de la economía circular es que los residuos son recursos y eso hace que los vertederos sean denostables desde el principio. Pero también es verdad que se está dejando un problema de aquí a 50-70 años, porque los lixiviados (aguas contaminadas), los metales pesados y todo lo que hay en la basura están ahí contenidos y antes y después surgirán problemas.
¿Que opinión le merece el proyecto del Centro de Gestión de Residuos de Zubieta?
-Es un proyecto moderno, probablemente el proyecto que hay que hacer si se atiende a las directrices europeas actuales y al paquete de medidas de economía circular que ha propuesto la comisión europea hace pocos meses. Además, permitirá a Gipuzkoa, que ya tiene unas tasas de reciclado excelentes, de las más altas que hay en España y comparables a cualquier país de Europa, pasar a tener unos valores muy parecidos a Suiza, Suecia o Noruega, lo cual la pone en la Primera División en el ámbito ambiental.