Recuperamos la energía de los residuos no reciclables
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La recogida y la gestión de la limpieza en Bilbao, reconocida por su eficiencia
DEIA
No es fácil llegar a estar –y mantenerse– entre los mejores. Las instituciones, sean del signo que sean, lo persiguen con insistencia. También Bilbao, claro, que ha vuelto a colarse entre las ciudades que pueden presumir de tener un servicio de recogida y gestión de limpieza envidiable. Una reciente encuesta de la OCU la sitúa como la segunda más limpia. Y este mismo año también, el botxo volvía a ser merecedor de las tres pajaritas azules que certifican y reconocen su calidad en la gestión municipal en la recogida selectiva. Es el máximo galardón y desde 2019 la villa se ha hecho merecedor del mismo. La cosa no se queda ahí. Lo dicen desde el propio Ayuntamiento, conscientes de que su labor es mantener a la ciudad en las mejores condiciones, “con estándares altos de calidad” en cuanto a limpieza y recogida de residuos. “Queremos seguir siendo referentes en esta materia y conseguirlo, además, siendo más eficientes, ahorrando agua y con maquinaria menos contaminante”, enfatizaba Kepa Odriozola, concejal de Servicios y Calidad de vida. No en vano, Bilbao invierte cada año casi 47 millones de euros en este capítulo. Solo así –y con las casi 600 personas adscritas a esta área– es viable continuar por el camino marcado y, al mismo tiempo, mantener el espíritu de superación marcándose nuevas metas. Por ejemplo, consolidar la tendencia positiva en materia de reciclaje y recogida diferenciada de residuos. La separación en origen es una pieza clave en el puzle de los residuos; tanto como la reutilización de aquellos que sea posible para conseguir que tengan una segunda y tercera vida. Tal y como avanzaban fuentes municipales, ya se están dando pasos en ese sentido y dando la relevancia que merece a la llamada economía circular. Por ejemplo, se ha firmado con la Fundación Emaus un convenio de colaboración para facilitar a esa entidad social utilizar determinados espacios en las instalaciones del BilbaoGarbi de Elorrieta para la recogida y almacenaje de residuos sólidos urbanos de origen doméstico “y su correspondiente gestión de cara a una posterior reutilización”, concretaban. De momento, la recogida selectiva sigue tomando peso en las cuentas generales del servicio de limpieza de la villa. Las toneladas de materiales y productos representaron el año pasado el 34% del total (49.342 toneladas), cuando dos años antes, en 2020, era el 31%. En buena medida por la concienciación ciudadana y en otra, gracias a las campañas específicas promovidas por el propio Consistorio dirigidas a los grandes productores con el objetivo de favorecer el reciclaje y la recogida separada. El año pasado, sin ir más lejos, se puso el foco en el vidrio y en la materia orgánica y para ello se contó con la colaboración de comercios y establecimientos como bares, restaurantes, fruterías, supermercados y hoteles, pero también comedores sociales, hospitales, piscinas y el Mercado de La Ribera. “Como resultado de las campañas realizadas y la gran acogida recibida por los establecimientos, se ha iniciado la recogida selectiva puerta a puerta de las fracciones de papel-cartón, envases y orgánica”, apostillaron desde el Área de Servicios y Calidad de vida.Un viaje de 1.650 kilómetros para incinerar toneladas de basura que salen de Roma
EL CONFIDENCIAL
Parte de los desechos de los hogares de Roma se incineran a 1.650 kilómetros de distancia: 900 toneladas de basura italiana viajan cada semana en tren hasta Ámsterdam para reducirse a cenizas y aliviar la presión sobre las calles de la capital italiana, pero Países Bajos también tiene que hacerse cargo del CO2 que se emite de la incineración.
Desde principios de este mes, Ámsterdam procesa 900 toneladas de basura romana que llega en fardos cada semana por tren gracias a un acuerdo entre la capital neerlandesa y el alcalde romano, Roberto Gualtieri, a quien se le acumulan los desechos domésticos en las calles, generando un enorme problema en Roma. Su prometido incinerador no estará listo hasta al menos 2026 y la capacidad de procesamiento de basura en Roma está al límite.
En 2013, Roma ha cerrado el megavertedero Malagrotta, el más grande de Europa, después de años pagando multas a la Unión Europea por violar las normas ambientales, pero esa decisión se tomó con una nueva política de basura que se demostró poco eficiente contra la cantidad de desechos, creando una emergencia en la capital y obligando a buscar soluciones a un problema creciente.
Tras largas negociaciones, el servicio de recolección de basura de Roma, AMA, y la planta incineradora de residuos AEB Ámsterdam, llegaron a finales de marzo a un acuerdo temporal: los italianos pagan a los neerlandeses 200 euros por tonelada de residuos incinerados; es decir, Roma se gasta 180.000 euros por semana para deshacerse de la basura de sus residentes.
Sin embargo, un grupo de expertos independiente de la agencia neerlandesa CE Delft publicó este martes un informe en el que concluye que este acuerdo es una victoria ambiental para Italia y el mundo, pero las emisiones de CO2 y nitrógeno que se contabilizan en Países Bajos aumentan con la incineración de desechos italianos, y alertó de que parte de esas emisiones podría desaparecer si se elimina el plástico de los residuos.
Los desechos domésticos en Italia consisten de una media del 13 por ciento de plástico, lo que es algo más alto en el caso de Roma, y esta parte relativamente pequeña genera más de la mitad de los gases de efecto invernadero cuando se quema en Ámsterdam, dice la agencia CE Delft.
Pero la basura adicional de Roma no está arrastrando las emisiones neerlandesas por encima del límite de CO2, aseguró un portavoz de AEB al diario neerlandés AD. "Nos fijamos en el beneficio para el medioambiente a nivel internacional, y eso nos permite quemar los desechos de la manera más eficiente posible", explicó el portavoz.
La instalación de reciclaje de la AEB Ámsterdam tampoco puede hacerlo porque está ya funcionando a pleno rendimiento. En 2021, el ayuntamiento neerlandés dejó de pedir a los residentes que separasen los residuos plásticos para reciclarlos porque aseguró que la AEB puede hacerlo con mucha mayor precisión utilizando su equipo especial.
Una planta de reciclaje es fácil de instalar. El problema, dice David Bolscher, analista del sector de la Industria, Transporte y Logística en ABN Amro, es que reciclar plásticos no es rentable y es mucho más caro que el plástico virgen o recién producido, por lo que, sin subsidios u obligaciones legales de usar plástico reciclado, la reutilización no despegará.
A pesar de esto, la medida, dice CE Delft, es un alivio para el medioambiente en general, puesto que los residuos no se acumulan en los vertederos de Roma y no producen metano (fuerte gas de efecto invernadero) añadido para Italia, y, además, esos residuos importados a Países Bajos se usan como materia prima para la producción de energía para negocios y hogares en Ámsterdam.
La AEB, ubicada en el puerto occidental de Ámsterdam, ha estado procesando desechos del Reino Unido durante 10 años y tiene otros acuerdos similares con Bélgica, Alemania, Islandia y Francia.
Un informe del Gobierno Británico propone usar las plantas de valorización energética para producir combustible de aviación
RESIDUOS PROFESIONAL
Según un informe encargado por el Gobierno del Reino Unido, las plantas de valorización energética de residuos podrían pasar a fabricar combustible de aviación sostenible en lugar de electricidad. El informe, elaborado por Philip New, exdirector ejecutivo de Energy Systems Catapult, afirma que el Reino Unido tiene potencial para desempeñar un papel de liderazgo en el desarrollo de combustibles de aviación respetuosos con el medio ambiente. Según New, esto es especialmente cierto en el caso de los combustibles fabricados a partir de flujos de residuos que contienen carbono, una tecnología que, en su opinión, «está a punto de implantarse», y que «ofrece una clara oportunidad que no debe desaprovecharse». En su opinión, los residuos y otras materias primas biogénicas deberían utilizarse primero en sectores como la aviación, donde resulta difícil reducir las emisiones de carbono, en lugar de quemarlos para generar electricidad «relativamente rica en carbono». El experto añade que cualquier revisión debería abordar la cuestión del papel de la conversión de residuos en energía en una futura red cero neto, «sobre todo cuando la capacidad de captura y almacenamiento de carbono no está aún entre las ventajas de la valorización energética de residuos». El informe señala asimismo la existencia de antiguas plantas de procesamiento químico que podrían reconvertirse para la fabricación de combustible de aviación sostenible, muchas de las cuales se encuentran en zonas con un declive económico significativo. Precisamente la semana pasada, el Secretario de Transportes del Gobierno británico, Mark Harper, lanzó un plan de acción para los próximos dos años con el objetivo de alcanzar cero emisiones netas en aviación o «jet cero» en 2050, acelerando el diseño, la fabricación y el despliegue de aeronaves e infraestructuras de emisiones cero en los aeropuertos británicos. El Gobierno va a «invertir millones de libras» en las primeras plantas de combustible de aviación sostenible, «apoyando la investigación científica crucial a mayor escala y ayudando a reducir los costes de producción», declaró.Bizkaia aumenta hasta el 52,7% su recogida selectiva para reciclaje en 2022 y reduce la generación de residuos en 8.173 toneladas
DIPUTACIÓN FORAL DE BIZKAIA
La disminución de la producción de residuos es más significativa en la fracción resto que en las demás y se sitúa en un 1,25%, lo que viene a confirmar que se está consiguiendo disminuir la producción de desechos en los últimos años. Se mantiene la tendencia de crecimiento en la recogida de la fracción orgánica, que pasa de una tasa del 2,93% al 3,30% y que en términos absolutos supone un incremento del 12,77% con respecto a 2021. La Diputación Foral de Bizkaia prosigue con la tramitación del nuevo plan de residuos del territorio, que recibirá en los próximos meses el informe definitivo de Evaluación de Impacto Ambiental como paso previo a su aprobación en consejo de gobierno y su remisión a las Juntas Generales para su tramitación.
La tasa de recogida selectiva continua la senda de crecimiento de los últimos años y ha vuelto a aumentar hasta situarse en el 52,7%, según los datos recogidos en el Observatorio de Residuos de la Diputación Foral de Bizkaia. Esta tasa supone 1,2 puntos más que el año pasado y se sitúa dos puntos por encima de la registrada en 2019, ejercicio en el que superó por primera vez la tasa del 50% que se marcaba como objetivo dentro del segundo Plan Integral de Residuos Urbanos. Junto al incremento de la recogida selectiva, cabe destacar también la reducción de la generación de residuos a lo largo de 2022, que se cifró en 8.173 toneladas, esto es, un 1,27% menos que en 2021.
Este incremento de la recogida selectiva viene auspiciado principalmente por un decrecimiento significativo en la recogida de la fracción resto, que alcanza las 14.000 toneladas. Pero también influye en ella el crecimiento que ha experimentado la recogida de la fracción orgánica, que mantiene la tendencia al alza de los últimos ejercicios y que es del 3,30% en 2022, más de un punto más que en 2021, de manera que pasa de las 16.603 toneladas de 2021 a las 19.673 el año pasado. En términos absolutos, por tanto, este crecimiento se sitúa en el 12,77% con respecto al año precedente.
La recogida de papel-cartón y la de vidrio siguen siendo las de mayor volumen, como habitualmente, con cantidades que alcanzan las 78.236 y las 28.934 toneladas, respectivamente. En cifras similares a esta última se sitúa la recogida de envases ligeros (20.843 toneladas).
La reducción de la generación de residuos no alcanza la experimentada en 2020 como consecuencia los cambios de hábitos que supusieron el confinamiento y las restricciones generadas por pandemia, pero sí supone un salto cuantitativo importante respecto a ejercicios anteriores a ese año, como 2019 (648.164 toneladas) y 2018 (646.574 toneladas, de manera que puede decirse que este indicador también mantiene un comportamiento positivo para la consecución de los objetivos medioambientales marcados de conseguir una menor producción de desechos.
El nuevo plan de gestión de residuos sigue su tramitación
Ese objetivo de reducción de los residuos que se generan en el territorio es uno de los objetivos marcados en el nuevo plan de gestión de residuos elaborado por la Diputación Foral de Bizkaia y que, en estos momentos, sigue su tramitación. De hecho, esta semana ha pasado de nuevo por el Consejo de Sostenibilidad, a la espera de que en los próximos meses pueda disponer del informe definitivo de Evaluación de Impacto Ambiental. A partir de ese momento, el texto del plan se aprobará definitivamente en el consejo de gobierno de la Institución foral y, posteriormente, se remitirá a las Juntas Generales para su tramitación y aprobación.
Este documento sienta las bases de la gestión de los residuos en este territorio en la presente década y marca como objetivos prioritarios la reducción de la generación de residuos en un 15% y la recuperación de 4,9 de cada 5 kilos de residuos generados (de ellos, 4 kilos se reintroducirán en la cadena productiva y otros 0,9 kilos se aprovecharán para la generación de energía renovable). Con el desarrollo de este plan, Bizkaia conseguirá en 2030 valorizar materialmente el 76,61% de sus residuos (reutilizar y/o reciclar el 70,97% y compostar un 5,64%), valorizar energéticamente un 20,90% y destinar a eliminación definitiva una vez ya tratados esos residuos, un 2,49%.
Otros objetivos del plan son:
- La reducción de un 20% con respecto al año 2019 en la generación de residuos de envases ligeros.
- Mejorar la tasa de preparación para la reutilización en un 20%.
- Asegurar la cobertura del 100% de la recogida selectiva de los residuos peligrosos del hogar, de textiles, de aceites de cocina, de voluminosos y RAEE y recogida separada de biorresiduos en los municipios.
- Integrar la información y las ideas innovadoras de la ciudadanía y los agentes económicos en un entorno digitalizado y colaborativo, que permita la generación de herramientas y palancas para la mejora continua del sistema de gestión de residuos.
- Disponer de un sistema integrado de la gestión de los residuos en todo el territorio y asegurar su sostenibilidad económica y medioambiental en colaboración con los ayuntamientos y mancomunidades.
Sabías que…
¿Sabías que los fuegos artificiales de las celebraciones del Milenio de Londres emitieron la misma cantidad de dioxinas que las que emitirá su incineradora en 100 años?
¿Sabías que en Euskadi hasta hace unos pocos años hemos tenido tres plantas de incineración de residuos urbanos y que cerraron por no cumplir las normativas?
¿Sabías que la generación de dioxinas suele darse en distintas situaciones cotidianas?
¿Sabías que las plantas de incineración de residuos de Alemania han reducido su emisión de dioxinas a menos del 1% del total de fuentes emisoras?
¿Sabías que la contribución de las incineradoras de residuos a las emisiones de dioxinas en Europa es del 0,07%?