Author: Zabalgarbi

08 Feb

Un futuro más circular y menos vertido, entre las peticiones clave de Aeversu para 2022

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RETEMA

Aeversu, la Asociación de Empresas de Valorización Energética de Residuos Urbanos, ha enumerado una serie de puntos clave para cumplir con los objetivos de la Unión Europea y para posicionar a la valorización energética como actor para mitigar el cambio climático. En su Directiva de 2018, la UE introdujo las obligaciones de no admitir en vertedero cualquier tipo de residuo reciclable o valorizable a partir de 2025, y reducir la cantidad de residuos urbanos depositados en vertedero en un 10% antes de 2035. Por todo, Aeversu plantea las siguientes peticiones para el próximo año:

  1. Un futuro más circular. Actualmente, y según los últimos datos Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, el 53,4% de los residuos urbanos tuvieron como destino final el vertedero, el 35% se reciclaron y solo el 11,6% restante de residuos se valorizaron energéticamente. La asociación propone apostar por una transición hacia un futuro más circular y sostenible para España y una economía circular que funcione correctamente para 2035.
  2. Menos vertidos. Aeversu pide que se aumente el reciclaje y el vertido se limite al mínimo. Además, recuerda que la disminución de los vertederos supone una reducción de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI). Como ejemplo, las 12 plantas de valorización energética que forman parte de Aeversu tratan, de media, unas 2.300.00 toneladas de residuos no reciclables al año, con lo que producen, aproximadamente, 1.600.000 MWh de energía, evitando así la emisión a la atmósfera de 224 Kg CO2 e por tonelada de residuo urbano que se habría producido en el caso de que esos residuos hubieran acabado en vertederos.
  3. Desarrollo de nuevas instalaciones y necesidad de duplicarlas. De acuerdo con estimaciones, se necesitaría en la Unión Europea un incremento de 40 millones de toneladas/año de capacidad de estas instalaciones para cumplir con los objetivos fijados para 2035. En el caso concreto de España, las cantidades máximas de residuos urbanos que pueden llegar al vertedero serían de, aproximadamente, 2,3 millones de toneladas/año para 2035. Teniendo en cuenta que se establece que el 65% de los residuos urbanos deben ser reciclados, se debe llegar a, al menos, un 25% de tratamiento de estos en plantas de valorización energética. Esto se traduce en la necesidad de multiplicar por dos el número de plantas en nuestro país con el fin de evitar que los residuos urbanos acaben en el vertedero y reducir hasta ese 10%.
  4. Fuente de energía limpia. Aeversu insiste en la necesidad de que las plantas de valorización energética sean reconocidas como fuente de energía limpia y queden integradas en la infraestructura para 2035. La asociación recuerda que la producción de energía en estas instalaciones es de aproximadamente un 50% renovable, sustituyendo así a los combustibles fósiles.
  5. Redes locales de calefacción y electricidad. Existen numerosas instalaciones en países europeos, con mayor tradición medioambiental, que ofrecen prestaciones y servicios que contribuyen a la economía circular y a los objetivos europeos de neutralidad de carbono. Por ejemplo, en Francia, cerca del 50% de la red de calefacción urbana de París se abastece de las tres plantas de conversión de residuos en energía de la ciudad, que suministra a todos los hospitales de la ciudad y a la mayoría de sus museos. Por otro lado, los residuos municipales tratados en la instalación de Wuppertal (Alemania) se utilizan para generar hidrógeno para alimentar los autobuses de transporte público. Desde Aeversu proponen apostar por introducir políticas que favorezcan la integración de este tipo de instalaciones en las redes locales de calefacción y electricidad, como parte esencial de su estrategia de economía circular y lucha contra el cambio climático.
07 Feb

Diputación y ayuntamientos de Bizkaia se reúnen para avanzar en el plan de prevención y gestión de residuos

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RETEMA

Estos encuentros se desarrollarán durante las próximas dos semanas para presentar a los municipios del territorio los avances en la elaboración de este plan y escuchar las aportaciones que las instituciones locales puedan realizar a su contenido. El Plan Integral de Prevención y Gestión de Residuos de Competencia Local de Bizkaia 2030 (PIPGRB 2030) recoge los objetivos prioritarios definidos tras un exhaustivo análisis de la situación actual, de las previsiones a futuro y de las estrategias de otras instituciones supraterritoriales y va a ser contrastado a lo largo del primer semestre de este año con los ayuntamientos y la ciudadanía del territorio. De la mano de este plan, Bizkaia se marca como objetivos la reducción de la generación de residuos un 15% y la recuperación de 4,9 de cada 5 kilos de residuos generados.

La Diputación Foral inicia el lunes, 7 de febrero, la ronda de reuniones con los ayuntamientos del territorio para avanzar en la elaboración del Plan Integral de Prevención y Gestión de Residuos de Competencia Local de Bizkaia 2030 (PIPGRB 2030). En estas reuniones, la Institución foral presentará ante las y los responsables municipales el desarrollo de este plan hasta el momento y escuchará y recogerá las primeras aportaciones que reciba desde el ámbito local.

Los encuentros se distribuirán a lo largo de dos semanas: en la del 7 de febrero, el equipo del Departamento de Sostenibilidad y Medio Natural visitará las comarcas de Enkarterri, Txorierri, Arratia, Ezkerraldea, Meatzaldea, Uribe Kosta, Lea Artibai y Lea Ibarra, además de la capital del territorio, Bilbao. La siguiente semana, la del 14 de febrero, hará lo propio con Mungialdea, Nerbioi-Ibaizabal y Busturialdea.

En estas reuniones, la Institución foral explicará las líneas del nuevo plan de prevención y gestión de residuos, evaluará las acciones y el cumplimiento de los objetivos del plan anterior y, además, informará sobre los objetivos que se marcan en el documento con el horizonte de 2030, así como sobre los retos a futuro y los programas a implementar. Del mismo modo, se hará un llamamiento a que los ayuntamientos se coordinen con Garbiker y con la Diputación y se impliquen en la elaboración del plan respondiendo a un cuestionario que se les enviará tras los encuentros para que puedan realizar aportaciones y valorar las explicaciones que han recibido.

El PIPGRB 2030, documento que sienta las bases de la gestión de los residuos en el territorio en la presente década, marca como objetivos prioritarios la reducción de la generación de residuos en un 15% y la recuperación de 4,9 de cada 5 kilos de residuos generados (de ellos, 4 kilos se reintroducirán en la cadena productiva y otros 0,9 kilos se aprovecharán para la generación de energía renovable). Con el desarrollo de este plan, Bizkaia conseguirá en 2030 valorizar materialmente el 79,83% de sus residuos (reutilizar y/o reciclar el 74,19% y compostar un 5,64%), valorizar energéticamente un 17,68% y destinar a eliminación definitiva una vez ya tratados esos residuos, un 2,49%.

Otros objetivos del plan son:

  • La reducción de un 20% con respecto al año 2019 en la generación de residuos de envases ligeros.
  • Mejorar la tasa de preparación para la reutilización en un 20%.
  • Asegurar la cobertura del 100% de la recogida selectiva de los residuos peligrosos del hogar, de textiles, de aceites de cocina, de voluminosos y RAEE y recogida separada de biorresiduos en los municipios.
  • Reducir el porcentaje de los residuos valorizados energéticamente a menos de un 20% y establecer la tasa de vertido de residuos municipales (tratados y sin tratar) en un 2,49%.
  • Integrar la información y las ideas innovadoras de la ciudadanía y los agentes económicos en un entorno digitalizado y colaborativo, que permita la generación de herramientas y palancas para la mejora continua del sistema de gestión de residuos.
  • Disponer de un sistema integrado de la gestión de los residuos en todo el territorio y asegurar su sostenibilidad económica y medioambiental en colaboración con los ayuntamientos y mancomunidades.

Tras la recogida e incorporación de las propuestas de los ayuntamientos, el plan se someterá también al contraste y participación con la ciudadanía previo a iniciar la posterior tramitación en las Juntas Generales para su aprobación definitiva con rango de Norma Foral, muy probablemente a lo largo del primer semestre de este año.

25 Ene

Los gestores de residuos piden que se reconozca el papel de la valorización energética en la taxonomía y los instrumentos jurídicos relacionados con el CO2

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RESIDUOS PROFESIONAL

Incluir o no la incineración de residuos en el sistema europeo de comercio de emisiones (EU-ETS) es objeto de opiniones divergentes entre las partes interesadas y los colegisladores de la UE. La variedad de puntos de vista se hace eco de la diversidad de los marcos normativos nacionales que ya ofrecen una amplia gama de soluciones, desde los sistemas nacionales de comercio de emisiones e impositivos, hasta la inclusión de las emisiones de CO2 de las incineradoras de residuos municipales.

Por un lado, contar con un EU-ETS que incluya a las incineradoras de residuos municipales garantizaría la igualdad de condiciones, pero por otro lado es necesario evaluar si esta es la forma más eficaz de evitar las emisiones de CO2 al tratar los residuos no reciclables.

FEAD, la asociación de la UE que representa a las empresas privadas de gestión de residuos, expresó inicialmente que todo el sector de la gestión de residuos debería permanecer en el reglamento de reparto de esfuerzo (ESR), como una herramienta de reducción de gases de efecto invernadero (GEI) coherente y ambiciosa.

La organización considera que el proyecto de informe sobre el EU-ETS propuesto por el eurodiputado Peter Liese es una petición de más tiempo para desarrollar una evaluación de impacto antes del 31 de diciembre de 2025, posiblemente seguida de la inclusión de la valorización energética de residuos municipales el 1 de enero de 2028 con medidas específicas para evitar un aumento de precios.

En cualquier caso, FEAD cree que una evaluación de impacto debe integrar varios aspectos importantes:

• Posibles efectos positivos o adversos en toda la cadena de gestión de residuos, desde el reciclaje hasta la recuperación y la eliminación. Penalizar las soluciones de conversión de residuos en energía puede ser una señal negativa, perjudicial para el desvío de los residuos no reciclables del vertido masivo en algunos países de la UE, donde son muy necesarias más inversiones para el reciclaje y la recuperación de energía.

• Las emisiones de CO2 que se evitan utilizando la energía de los residuos en lugar de los combustibles fósiles deben tenerse en cuenta durante la transición, cuando los suministros energéticos nacionales siguen dependiendo de los combustibles fósiles para sus necesidades de electricidad y calefacción. La recuperación de metales de las cenizas de fondo también evita las emisiones en el sector manufacturero.

• La valorización energética de residuos desempeña un papel esencial en la circularidad al tratar de forma segura los residuos que no pueden evitarse o reciclarse. En cualquier caso, se necesitará tiempo suficiente para aplicar los cambios necesarios en el sector, lo que también permitirá desarrollar el ahorro de emisiones de gases de efecto invernadero que requieren las tecnologías de captura, almacenamiento y utilización de carbono (CCS/CCU/BECCS).

• El diseño ecológico y la fabricación de plásticos, el fomento de la separación en origen y la recogida selectiva de residuos plásticos deben abordarse en la evaluación de impacto, así como las medidas de acompañamiento, ya que las emisiones de CO2 en las instalaciones de incineración proceden principalmente de los residuos plásticos y de los residuos del reciclado de alta calidad.

Además, FEAD cree que debe garantizarse una verdadera coherencia con las futuras normas de la Taxonomía relativas a las instalaciones de valorización energética de residuos. Considera que estas últimas deben describirse como conformes a la Taxonomía, si se cumplen condiciones como: planes nacionales de gestión de residuos existentes, recogida selectiva de residuos/residuos procedentes de la clasificación y comprobación de la viabilidad de las soluciones CCU/CCUS.

Independientemente de las soluciones que se desprendan de la evaluación de impacto propuesta por el ponente Peter Liese, FEAD destaca la peculiaridad y el papel positivo de toda la cadena de gestión de residuos para evitar las emisiones de CO2. Y asegura que la transición en la gestión de residuos debe ser apoyada críticamente por la financiación pública en la recogida selectiva, la clasificación y en las instalaciones de valorización energética para el tratamiento de los residuos no reciclables.

Peter Kurth, presidente de la FEAD, asegura que «las plantas de conversión de residuos en energía no sólo producen energía renovable y ascienden en la jerarquía de los residuos, sino que también ahorran importantes emisiones de CO2 en comparación con la electricidad y la calefacción producidas por la combustión de combustibles fósiles. Es crucial que esto se reconozca en la taxonomía de la UE y en los instrumentos reguladores de la UE relacionados con el CO2 si queremos hacer frente a las crecientes cantidades de residuos y alcanzar los objetivos de la economía circular de la UE».

25 Ene

Zabalgarbi, clave en la valorización energética con cuatro millones de toneladas de residuos transformados

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RADIO_BILBAO

El nuevo Plan Integral de Prevención y Gestión de Residuos en Bizkaia busca aplicar los principios de la economía circular a la gestión de los residuos reduciéndolos un 15% respecto a 2010, así como mejorar la tasa de preparación para la reutilización en un 20%. En este sentido, Zabalgarbi (ZBL), la planta de valorización energética ubicada en Bilbao, juega un papel clave de cara a profundizar en la gestión del residuo de una manera circular, generando nuevas oportunidades.

En los próximos meses, ZBL inaugurará una Gasinera de Gas Natural Comprimido (GNC) con el objetivo de reducir la huella de carbono en nuestro entorno. Las obras de la estación de repostaje para camiones que transportan residuos comenzaron en agosto de 2021 como parte de su plan para cumplir su objetivo de “vertido cero” y garantizar que una parte de la generación eléctrica que se consuma proceda de fuentes de energías renovables.

Actualmente, Zabalgarbi recibe 66.000 viajes de camiones de basura, de los cuales cerca de 7.500 son de Gas Natural Comprimido, enfocados a la eficiencia y a la emisión cero de elementos contaminantes. Un modelo que, explican, se extenderá cada vez más garantizar el suministro en ruta tanto de camiones actuales como a los nuevo camiones GNC que podrán adquirir instituciones públicas y empresas de transporte a través de renovaciones de flota.

Cuatro millones de toneladas desde 2005

Desde su puesta en marcha en 2005, ZBL ha transformado cuatro millones de toneladas de residuos no reciclables en energía mediante el Sistema SENER al que, en su fase de diseño, la Comisión Europea otorgó el máximo reconocimiento a la innovación, a través del programa Thermie. Una cantidad equivalente siete veces al estadio de San Mamés que, de otro modo, hubieran ido a parar al vertedero.

Anualmente recuperan el valor energético de 225.00-230.000 toneladas de basura para generar entre 650GWh y 700GWh al año. Esta electricidad equivale al 35% de la energía que consumen los hogares de Bizkaia.

20 Ene

Bizkaia se marca como objetivo reducir la generación de residuos un 15% y recuperar 4,9 de cada 5 kilos de los generados para 2030

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DIPUTACIÓN FORAL DE BIZKAIA

La diputada de Sostenibilidad y Medio Natural, Amaia Antxustegi, ha presentado las líneas básicas del nuevo Plan Integral de Prevención y Gestión de Residuos de Competencia Local de Bizkaia 2030 (PIPGRB 2030), la futura Norma Foral que recoge la planificación en esta materia a lo largo de esta década. El nuevo plan recoge los objetivos prioritarios definidos tras un exhaustivo análisis de la situación actual, de las previsiones a futuro y de las estrategias de otras instituciones supraterritoriales y va a ser contrastado a lo largo del primer semestre de este año con los ayuntamientos y la ciudadanía del territorio.

La diputada de Sostenibilidad y Medio Natural, Amaia Antxustegi, ha presentado hoy en las Juntas Generales el nuevo Plan Integral de Prevención y Gestión de Residuos de Competencia Local de Bizkaia 2030 (PIPGRB 2030), documento que sienta las bases de la gestión de los residuos en nuestro territorio en la presente década. Para ese horizonte temporal, este plan marca como objetivos prioritarios la reducción de la generación de residuos un 15% y la recuperación de 4,9 de cada 5 kilos de residuos generados.

«Con el desarrollo de este plan, Bizkaia conseguirá en 2030 valorizar materialmente el 79,83% de sus residuos (reutilizar y/o reciclar el 74,19% y compostar un 5,64%), valorizar energéticamente un 17,68% y destinar a eliminación definitiva una vez ya tratados esos residuos, un 2,49%. Es decir, con este plan Bizkaia va a ser capaz de recuperar 4,9 de cada 5 kilos de los residuos generados. De ellos, 4 kilos se reintroducirán en la cadena productiva y otros 0,9 kilos se aprovecharán para la generación de energía renovable, lo que contribuirá a lograr un territorio más sostenible y más avanzado, situándonos en parámetros de referencia a nivel europeo. Ese es nuestro objetivo y lo que va a marcar nuestro quehacer diario en relación con la gestión de los residuos», ha explicado Antxustegi.

La diputada de Sostenibilidad y Medio Natural ha presentado el documento que recoge las líneas básicas del nuevo plan en la Comisión de Sostenibilidad, antes de abrir el proceso de participación y contraste con los ayuntamientos y con la ciudadanía y de iniciar la posterior tramitación en las Juntas Generales para su aprobación definitiva con rango de Norma Foral. Este proceso se prolongará durante el primer semestre de este año para recoger aportaciones al plan, para cuya elaboración se ha realizado previamente un exhaustivo análisis del contexto y la situación actual en materia de residuos, de las estrategias y objetivos fijados por otras instituciones con competencias en esta misma materia, así como una previsión de evolución durante esta década. Además, a la hora de plantear las actuaciones correspondientes, se han tenido en cuenta análisis de modelos de gestión de residuos y alternativas de tratamiento estudiadas tras la prórroga del II PIGRUB, una reflexión estratégica sobre la determinación de los sistemas óptimos a implantar y un análisis de las diferentes alternativas de tratamiento y valorización material de residuos primarios y secundarios.

Una vez realizada esta reflexión, se ha diseñado un completo plan de actuación para aplicar los principios de la economía circular a la gestión de los residuos, luchar contra el cambio climático y ser el instrumento que permita transformar Bizkaia en una sociedad comprometida con el cuidado de medio ambiente sobre el principio fundamental de la ‘no generación de residuo’.

El plan recoge los siguientes objetivos:

  • La reducción de residuos en un 15% respecto a 2010 y la reducción de un 20% con respecto al año 2019 en la generación de residuos de envases ligeros.
  • Mejorar la tasa de preparación para la reutilización en un 20%.
  • Asegurar la cobertura del 100% de la recogida selectiva de los residuos peligrosos del hogar, de textiles, de aceites de cocina, de voluminosos y RAEE y recogida separada de biorresiduos en los municipios.
  • Alcanzar una tasa de reutilización y reciclaje (valorización material) de residuos municipales del 79,83%; reducir el porcentaje de los residuos valorizados energéticamente a menos de un 20% y establecer la tasa de vertido de residuos municipales (tratados y sin tratar) en un 2,49%.
  • Integrar la información y las ideas innovadoras de la ciudadanía y los agentes económicos en un entorno digitalizado y colaborativo, que permita la generación de herramientas y palancas para la mejora continua del sistema de gestión de residuos.
  • Disponer de un sistema integrado de la gestión de los residuos en todo el territorio y asegurar su sostenibilidad económica y medioambiental en colaboración con los ayuntamientos y mancomunidades.

Estos objetivos se articulan a través de programas concretos de actuación, dentro de los cuales se desplegarán las actuaciones a desarrollar con todo su detalle y metas a alcanzar. Entre estos programas cabe destacar:

  • el de Observación Avanzada, que consiste en el desarrollo de los mecanismos necesarios para gestionar adecuadamente los datos generados por el sistema de gestión de residuos y elaborar información que ayude a realizar análisis predictivos y a desarrollar actuaciones en materia de prevención y tratamiento de residuos. Este programa incluye actuaciones como el análisis benchmarking de modelos comparados o los procesos de actualización continua de la información sobre la percepción y comportamiento de la ciudadanía y los comercios.
  • El Programa Tractor de la Economía Circular Local, para diseñar modelos predictivos que permitan anticiparse a lo nuevos escenarios y poder así acertar en la priorización y selección de las políticas de gestión más eficientes.
  • El Programa de Promoción de un Ecosistema de Innovación y Emprendimiento, para actuar como un hub con el objetivo de impulsar proyectos innovadores, iniciativas de emprendimiento y experiencias piloto en el ámbito de la gestión de los residuos de competencia local.
  • El Programa de Gestión de la Huella Verde, que desarrollará acciones para reducir la huella de carbono generada en la recogida y el tratamiento del residuo y el seguimiento de estas acciones.
  • El programa de puesta en valor de la reutilización, que ejecutará acciones encaminadas a incrementar el volumen de producto doméstico reutilizado y mejorar las instalaciones para su tratamiento (fomento y colaboración para el desarrollo de mercados de artículos con segunda vida, mejora de la gestión de recogida de residuos para reutilización en los Garbigunes, potenciación del servicio de recogida del contenedor blanco…).
  • El de impulso y promoción de las soluciones más innovadoras y eficaces en materia de recogida selectiva a través de instrumentos de ayuda, incentivos y medidas de coordinación con las entidades locales y mancomunidades.
  • El que persigue incrementar la valorización material con el impulso del desarrollo de procesos e infraestructuras para valorizar energéticamente el subproducto generado en las instalaciones de tratamiento del residuo.

«Se trata de profundizar en la gestión del residuo de una manera circular, generando nuevas oportunidades y haciendo de Bizkaia un territorio puntero en la gestión, referente, innovador y, por consiguiente, más sostenible», ha concluido la diputada de Sostenibilidad y Medio Natural, que ha puesto también en valor que el plan permitirá obtener «unas tasas de reciclaje como nunca antes habíamos conseguido alcanzar en nuestro territorio».

13 Ene

ESWET reclama un mismo mecanismo jurídico sobre emisiones para todo el sector de la gestión de residuos

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RESIDUOS PROFESIONAL

Planta de valorización energética de residuos

Planta de valorización energética de residuos en Noruega. Foto: Kjell Inge Søreide

 

En julio de 2021, con la publicación del primer lote del paquete climático «Fit for 55», la Comisión Europea dio a conocer la propuesta de revisión del Sistema de Comercio de Emisiones (EU ETS). El sector de la valorización energética de residuos no estaba incluido en la propuesta, al estar ya cubierto por el Reglamento de Reparto del Esfuerzo (ESR) con las otras opciones de tratamiento de residuos: vertederos y reciclaje.

No obstante, se mantuvo la petición de incluir únicamente la conversión de residuos en energía en el ETS, al entenderse que encarecer la valorización energética de residuos impulsará la prevención y el reciclaje de residuos. Sin embargo, en opinión de ESWET, asociación que agrupa al sector europeo de la valorización energética, esta idea es poco realista y simplista.

Esta organización cree que una decisión de este tipo provocaría graves efectos secundarios en la cadena de gestión de residuos: mayor coste del reciclaje, tasas adicionales para los municipios y un aumento de los residuos no reciclables enviados a vertederos legales e ilegales.

«Cualquier beneficio potencial de la inclusión de la conversión de residuos en energía en el ETS sería en vano si la cadena de gestión de residuos se viera alterada», afirma Charoula Melliou, responsable de la política de descarbonización de ESWET. «Por eso pedimos que el mismo instrumento jurídico abarque todo el sector de los residuos».

ESWET asegura que está abierta a debatir cómo puede contribuir el sector a los esfuerzos de descarbonización de la UE, independientemente de la procedencia de estos requisitos -ya sea el Reglamento de reparto del esfuerzo o la Directiva sobre el régimen de comercio de derechos de emisión de la UE o cualquier otro instrumento legislativo-, siempre que se cumplan los siguientes requisitos previos concretos en cualquier escenario:

  • Evitar dividir el sector de la gestión de residuos sometiendo únicamente la valorización energética de residuos municipales a un instrumento diferente y manteniendo los demás sectores bajo otro sin ninguna evaluación de impacto previa;
  • Por el contrario, mantener a todo el sector de la gestión de residuos bajo el mismo mecanismo legislativo garantizará que no se promuevan los vertederos y sus emisiones de metano asociadas, que no están adecuadamente reguladas hoy en día, a diferencia del CO2 y otros Gases de Efecto Invernadero (GEI);
  • Cualquier instrumento legislativo que persiga la reducción de las emisiones de GEI debe respetar el principio de «quien contamina paga», por lo que debe diseñarse de forma que no se aplique demasiado lejos de la fuente de CO2 fósil;
  • Es necesario apoyar la aplicación de la captura, utilización y almacenamiento de carbono (CCUS) en las plantas de conversión de residuos en energía para reducir aún más las emisiones de GEI procedentes de los residuos no reciclables;
  • La legislación de la UE en materia de descarbonización debería tener en cuenta las compensaciones de las emisiones de CO2 en la valorización energética de residuos, y no sólo las emisiones directas.

En un comunicado, lorganización destaca que las plantas de valorización energética de residuos «están reconocidas hoy en día como un factor clave en la prevención de la contaminación. Tratan de forma sostenible y eficiente los residuos no reciclables, incluidos los microplásticos, desviando así estos residuos de los vertederos, lo que evita las emisiones de metano y los riesgos a largo plazo de contaminación de las aguas subterráneas, el suelo y el aire».

En opinión de este sector, el siguiente paso para reducir aún más las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes de los residuos no reciclables es apoyar la implantación de la captura y el almacenamiento de carbono (CAC) en las plantas de conversión de residuos en energía. «El sector puede llegar a ser neutro en carbono o incluso negativo, como demuestran varios proyectos piloto en Europa».

12 Ene

Cómo los sistemas circulares de gestión de residuos pueden beneficiar al medio ambiente

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La cantidad de residuos sólidos urbanos generados a nivel mundial ha crecido cada año de manera exponencial durante las últimas décadas, principalmente debido al crecimiento demográfico y económico y los cambios resultantes en los patrones de producción y consumo.

Si bien algunos países tienen los medios para implementar políticas e instrumentos para hacer frente a los residuos que generan y algunos han promulgado políticas que apuntan a reducir la generación de desechos, la generación de residuos urbanos per cápita sigue siendo demasiado alta a nivel mundial. Un tercio de la montaña de residuos global generada cada año es producida por aproximadamente una sexta parte de la población (países de altos ingresos). Sin embargo, solo alrededor del 13% se recicla y el 5,5% se composta. La ausencia de instalaciones de tratamiento adecuadas para hacer frente a las grandes cantidades de desechos, especialmente en los países de bajos ingresos, a menudo genera impactos ambientales y de salud, incluidas las emisiones de contaminantes tóxicos y gases de efecto invernadero a la atmósfera.

En el primer estudio mundial de este tipo, los investigadores del International Institute for Applied Systems Analysis (IIASA) y sus colegas de la Universidad de Recursos Naturales y Ciencias de la Vida Aplicadas (BOKU) de Viena analizaron detalladamente el sector de los residuos. El estudio, que acaba de publicarse en Nature Communications, examinó el sector de los residuos en 184 países y regiones e incluye una diferenciación entre asentamientos urbanos y rurales. El enfoque del equipo para la investigación es novedoso en el sentido de que traduce las Vías Socioeconómicas Compartidas (SSP, por sus siglas en inglés), un conjunto de escenarios que describen desarrollos socioeconómicos alternativos hasta 2100, aplicado a los residuos y evalúa los potenciales para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y contaminantes del aire al contrastar la línea de base y escenarios de mitigación hasta 2050.

“Queríamos observar las tendencias futuras de la generación de residuos municipales y analizar el impacto en las emisiones de gases de efecto invernadero y la contaminación del aire si los sistemas de gestión de residuos se mantuvieran en el estado actual hasta 2050. Posteriormente, evaluamos hasta qué punto sería posible reducir los residuos y las emisiones asociadas al implementar sistemas circulares de gestión de residuos bajo los diferentes SSPs. Este enfoque también nos ayuda a comprender cómo los diferentes desarrollos mundiales obstaculizan o aceleran el nivel y el ritmo de adopción de sistemas circulares de gestión de residuos y las implicaciones en las emisiones”, explica la autora principal Adriana Gómez-Sanabria, investigadora del Grupo de Investigación de Gestión de la Contaminación del IIASA. .

Un sistema de gestión de residuos circular es un sistema sostenible en el que se minimiza la generación de residuos, los planes de recogida de residuos llegan a toda la población, se elimina la quema a cielo abierto de residuos, se elimina el depósito de los residuos en los vertederos, se reutilizan y reciclan los materiales, y como último recurso, los desechos se incineran eficientemente para generar energía.

Al contrastar diferentes escenarios, los investigadores, por ejemplo, descubrieron que el escenario de sostenibilidad SSP1, un escenario que imagina un mundo que enfatiza un desarrollo más inclusivo que respeta los límites ambientales, podría generar beneficios colaterales mayores y más tempranos en comparación con los escenarios en los que se reducen las desigualdades, pero las medidas de control de la contaminación se enfocan en tratar los contaminantes en un proceso separado después de que se producen. En este escenario, los investigadores estiman que sería posible eliminar la quema a cielo abierto de residuos antes de 2050, erradicando así esta fuente de contaminación del aire.

Si bien no será posible eliminar por completo las emisiones de metano y CO2 de los residuos sólidos urbanos, los investigadores señalan que, basándose en el hecho de que el potencial máximo de reducción técnica a nivel mundial se evalúa en aproximadamente 205 Tg de metano en 2050, donde 1 Tg = 1 millón de toneladas, la reducción de las emisiones de los residuos sólidos urbanos podría, en última instancia, representar casi una cuarta parte de esto. Esto destaca la necesidad de una acción rápida y audaz para reducir y eliminar el vertido de los residuos en vertederos, aumentar la reutilización y el reciclaje, y promover tecnologías con captura y almacenamiento de carbono.

Los investigadores encontraron que las variaciones en los supuestos socioeconómicos subyacentes a cada uno de los escenarios SSP conducen a diferencias significativas en los futuros flujos de gestión de residuos municipales. Estiman que las cantidades más bajas de generación de desechos sólidos se esperan en el escenario SSP3 (donde los países se enfocan en lograr objetivos de seguridad alimentaria y energía dentro de sus propias regiones a expensas de un desarrollo de base más amplia) y el escenario SSP4 (un escenario marcado por una alta desigualdad) debido a lento crecimiento económico y grandes desigualdades entre regiones.

Los resultados indican además que un menor poder adquisitivo en las regiones de bajos ingresos reducirá la adquisición de bienes, reduciendo así la cantidad de residuos sólidos municipales generados. Por el contrario, el nivel más alto de generación de desechos sólidos urbanos se espera en el escenario SSP5 (un mundo que depende de mercados competitivos, innovación y sociedades participativas para producir un rápido progreso tecnológico para el desarrollo sostenible) concomitante con el fuerte aumento de los ingresos y la urbanización.

Según los autores, la reducción de residuos junto con la adopción de sistemas circulares de gestión brindará una amplia gama de beneficios colaterales, incluida la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, la contaminación del aire y el agua, al tiempo que respaldará el avance en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Por ejemplo, la meta 6.3 de los ODS, que apunta a mejorar la calidad del agua mediante la reducción de la contaminación, la eliminación de los vertidos y la minimización de la liberación de productos químicos y materiales peligrosos para 2030, solo se puede lograr a través de metas de reducción de residuos sólidos municipales más ambiciosas. Es importante destacar que los escenarios desarrollados permiten explorar sistemáticamente los beneficios de mejorar los sistemas de gestión de residuos municipales a escala global y destacan qué acciones políticas y técnicas se pueden tomar en el sector de los residuos en el camino hacia una economía circular.

“Confiamos en que nuestra representación detallada del sector de residuos sólidos municipales y las emisiones asociadas y el potencial de mitigación se pueden utilizar como entrada para los Modelos de Evaluación Integrada (IAM) y se pueden aplicar para desarrollar escenarios de emisión para el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC). Nuestro trabajo también se puede utilizar para respaldar estudios de contaminación del aire y del agua a escala regional y local, e informar a los gobiernos locales y nacionales sobre los desarrollos probables, las consecuencias ambientales y las oportunidades de mitigación en el sector de la gestión de residuos sólidos municipales”, concluye Gómez-Sanabria.

27 Dic

Cómo la conversión de residuos en energía cumple los objetivos de energía renovable

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Waste-to-Energy constituye el vínculo entre la economía circular y las energías renovables: garantiza que los residuos no reciclables, incluidos los residuos de los procesos de reciclaje, se gestionen de forma segura y se utilicen como recurso gracias a la recuperación de energía y materiales. En Europa, la energía recuperada por las plantas de conversión de residuos en energía representa el 2,4% del suministro total de energía.

Cada fuente de energía renovable disponible tiene un papel fundamental que desempeñar para mejorar los esfuerzos de la economía de la UE hacia la descarbonización, incluida la electricidad, el vapor, la calefacción y la refrigeración, así como los combustibles renovables y bajos en carbono generados a partir de residuos no reciclables.

Estudios recientes estiman que la producción de energía renovable de las plantas de conversión de residuos en energía es más del 50%, lo que contribuye sustancialmente a la transición de los combustibles fósiles en los sectores de electricidad, calefacción y transporte. La energía renovable de Waste-to-Energy se proporciona las 24 horas del día, los 7 días de la semana y, por lo tanto, es planificable y confiable, lo que aumenta la flexibilidad de generación de electricidad de toda la red eléctrica. En 2018 en Europa, las plantas de conversión de residuos en energía generaron alrededor de 40 mil millones de kWh de electricidad y 90 mil millones de kWh de calor, lo que proporcionó electricidad a 18 millones de ciudadanos y calor a 15,2 millones de ciudadanos.

Waste-to-Energy también puede producir combustibles renovables y bajos en carbono (por ejemplo, hidrógeno y metanol), que son cruciales para los objetivos climáticos y los objetivos renovables establecidos. Waste-to-Hydrogen tiene un potencial significativo para descarbonizar el transporte pesado al alimentar autobuses de celda de combustible y camiones de basura que recolectan desechos municipales, mientras se evitan toneladas de emisiones de GEI. Varios proyectos piloto prometedores están despegando ahora en Europa.

En virtud de la Directiva de energías renovables (RED) (Directiva (UE) 2018/2001), la biomasa se reconoce con razón como una fuente de energía renovable, ya que puede reemplazar los portadores de energía fósil y las materias primas en las industrias de uso intensivo de energía. Esta característica renovable de la biomasa es la razón por la que la energía de Waste-to-Energy se considera parcialmente renovable; se debe a que los residuos tratados en las plantas de WtE son en parte biogénicos o, simplemente, biomasa.

Es más, cuando la biomasa se combina con la captura y almacenamiento de carbono (CAC), la industria alcanza una eliminación neta de CO2 de la atmósfera, lo que genera emisiones negativas. El mismo proceso se puede implementar en plantas de conversión de residuos en energía, como lo demostraron los proyectos piloto de Copenhague y Oslo.

El documento de posición completo de ESWET sobre la revisión propuesta de la RED está disponible aquí: Posición de ESWET para la revisión propuesta de la Directiva de energías renovables.

16 Dic

La capacidad mundial de valorización energética de residuos crece más que nunca en 2021

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RETEMA

Un total de130 plantas de valorización energética de residuos se pondrán en marcha en 2021 en todo el mundo. Estas instalaciones tienen una capacidad de tratamiento técnico de alrededor de 41 millones de toneladas al año de residuos sólidos. La consultora ecoprog ha estado analizando el mercado del tratamiento térmico de residuos desde 2005; nunca antes se había registrado una expansión tan sustancial.

Como en años anteriores, especialmente China está impulsando el mercado global. Se estima que se acumularán aproximadamente 32 millones de toneladas al año de capacidad adicional en el país en 2021, es decir, el 75% de la expansión mundial. Sin embargo, el mercado chino sigue teniendo un interés limitado para la industria europea de tratamiento térmico de residuos, dado que el mercado chino, en muchos segmentos, es un mercado muy cerrado, incluso más que hace unos años.

En Europa, 10 plantas con una capacidad de aproximadamente 3 millones de toneladas al año probablemente se pondrán en operación en 2021. Este es también uno de los números más altos de los últimos diez años. De esta expansión de capacidad, alrededor de 1,3 millones de toneladas al año se pueden atribuir al Reino Unido; la planta individual más grande entró en funcionamiento en Estambul. En total, se estima que 2.580 plantas de tratamiento térmico con una capacidad combinada de 456 millones de toneladas al año estarán operativas en todo el mundo a fines de 2021. De estas, Europa cuenta con aproximadamente 530 plantas con una capacidad combinada de 107 toneladas al año.

Las perspectivas en el mercado mundial de tratamiento térmico de residuos siguen siendo positivas, aunque los mercados nacionales individuales, en parte, se desarrollan de manera muy diferente.

En China, el 2021 probablemente será un año récord durante mucho tiempo. Según el plan quinquenal chino, se supone que se construirán alrededor de 100 millones de toneladas al año de capacidad adicional entre 2021 y 2025. Así, una parte relevante de esta capacidad ya se ha instalado, aunque una parte de la expansión de 2021, matemáticamente, todavía debe atribuirse al plan quinquenal anterior. Sin embargo, es de esperar que en el futuro disminuyan las tasas de expansión, dado que el reciclaje de materiales de residuos también se está volviendo cada vez más importante en China. No obstante, en lo que respecta a la expansión de la capacidad, China dominará el mercado mundial en los próximos años.

En otros mercados bastante jóvenes, como India, Indonesia o Brasil, también se puede observar un número creciente de plantas incineradoras de residuos. Incluso si muchos proyectos en estos países fracasan debido a la falta de experiencia o de financiación, el número de proyectos realizados sigue aumentando.

Sólo América del Norte, en el sentido más amplio, no puede considerarse un mercado creciente en el ámbito del tratamiento térmico de residuos. En los últimos años, el número de plantas ha disminuido, los proyectos de nueva construcción prácticamente no se llevan a cabo. Es cierto que, bajo la Administración Biden, la lucha contra la crisis climática ha vuelto a formar parte de la agenda política también en EE.UU. y, por supuesto, restringir el vertido sería una contribución significativa en este contexto. Además de eso, incluso se lanzó un programa de infraestructuras sin precedentes después de la pandemia de COVID-19. Sin embargo, el mercado del tratamiento térmico de residuos, hasta la fecha, no pudo beneficiarse de este desarrollo. Esto también se debe al hecho de que un aumento en el precio de la eliminación de residuos todavía está prohibido en la mayoría de los estados estadounidenses.

ecoprog espera que la expansión anual de la capacidad hasta 2025 caiga a alrededor de 21 millones de toneladas al año en primera instancia. Pero esta disminución presumiblemente es atribuible únicamente a China, mientras que en casi todos los demás países se puede observar un mercado estable o en crecimiento para el tratamiento térmico de residuos.

En Europa, las perspectivas en el mercado del tratamiento térmico de residuos también siguen siendo, en general, positivas. Aún así, aquí el mercado en auge de los años anteriores, el Reino Unido, también estará saturado a medio plazo. Pero al mismo tiempo, se abren nuevos mercados. Especialmente en el este y el sur de Europa, una expansión del tratamiento térmico de residuos es inevitable si se quiere alcanzar la directiva de la UE de verter un máximo del 10% de todos los residuos municipales en 2035.

Los riesgos de mercado existen principalmente debido a la vaguedad de las iniciativas políticas. Hasta ahora, está completamente abierto cómo se alcanzarán los objetivos de reciclaje de la UE con respecto a los residuos municipales, y si se pueden alcanzar. Mientras que, por un lado, se necesitan con urgencia nuevas capacidades de tratamiento térmico de residuos para cumplir objetivos comunitarios, por otro lado, las inversiones en plantas de valorización energética se luchan ferozmente a nivel político. Como consecuencia del Reglamento de taxonomía de la UE, por ejemplo, los proyectos de tratamiento térmico de residuos no solo corren el riesgo de quedar excluidos, también tienen que hacer frente a un acceso gravemente obstaculizado al mercado financiero en general. Sin embargo, en países como Alemania o el Reino Unido, se ha demostrado que las plantas de tratamiento térmico de residuos, en el caso de tener altas tasas de vertido, acaban siendo construidas. Es por eso que, también en los próximos años, la consultora espera una expansión de capacidad promedio de alrededor de 3 millones de toneladas al año en Europa. Esto incluye también el mercado ruso, que en los próximos años, debido a un boom excepcional, presentará la segunda expansión más fuerte después del mercado británico.

Solo en unos pocos países europeos, como Dinamarca o los Países Bajos, se espera una tendencia a la reducción de las capacidades de tratamiento térmico de residuos. En estos países, hoy en día, los residuos mixtos prácticamente ya no se depositan en vertederos, por lo que las ganancias en el reciclaje solo son posibles a expensas del tratamiento térmico de residuos. Además, estos países, por razones históricas, presentan sobrecapacidades sustanciales en el mercado del tratamiento térmico de residuos que en los últimos años se había explotado principalmente con residuos británicos. Esta fase finaliza con la puesta en servicio de más plantas en Reino Unido. Por último, el tratamiento térmico de residuos debe afrontar gravámenes cada vez más elevados. Estos son el resultado, por ejemplo, de un impuesto a la combustión (Suecia), un impuesto a la importación (Países Bajos) o un impuesto sobre el dióxido de carbono (Dinamarca, Países Bajos), este último también inminente en Alemania, el mayor mercado europeo para el tratamiento térmico de residuos. Este es el único mercado donde, en el contexto de un alto inventario, se están planificando y realizando de nuevo varios proyectos nuevos y proyectos de ampliación.

En general, el cambio climático y el dióxido de carbono son temas que, en los próximos años, también cambiarán radicalmente el mercado del tratamiento térmico de residuos, al menos en Europa. Si bien supone una carga para el tratamiento térmico de residuos como tal, esta situación al mismo tiempo crea oportunidades para muchas empresas, por ejemplo con respecto a la captura y almacenamiento de carbono o debido a la creciente privatización del mercado de operadores.

05 Dic

Euskadi busca cómo gestionar un excedente de 5 millones de toneladas de residuos industriales

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Euskadi afrontará durante la próxima década un reto medioambiental de primera magnitud. Qué hacer con más de 5 millones de toneladas de residuos industriales no peligrosos que, según las previsiones, generarán las empresas hasta 2030 por encima de la capacidad de absorción de los vertederos operativos. Tras el colapso de Zaldibar y los cierres de Mutiloa y Larrabetzu, la capacidad que queda en los depósitos vascos es de 4 millones de metros cúbicos, cuando las estimaciones dicen que se necesitarán 7,5 millones en los próximos nueve años. Son 3,5 millones de excedente que, en peso, equivalen a más de 5 millones de toneladas, asumiendo la regla que establece una media de 1,5 toneladas por metro cúbico.

El problema recuerda, con sus diferencias, al que ya se vivió en Gipuzkoa con las basuras de los hogares. Se cerraron vertederos sin alternativas para el tratamiento de los residuos tras la decisión de la Diputación, gobernada entonces por EH Bildu, de paralizar la construcción de la incineradora de Zubieta. Desde 2016 hasta febrero de 2020 hubo que llevar 630.390 toneladas de residuos a Cantabria, Navarra, Iparralde, Bizkaia y al vertedero privado de Mutiloa, lo que supuso un coste de 47,6 millones de euros.

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