Category: Zabalgarbi Noticias

14 Sep

La UE recuperó el 60% de sus residuos en 2020

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RESIDUOS PROFESIONAL

Los últimos datos hechos públicos por Eurostat reflejan que el 39% de los residuos tratados se recicló, si bien existen grandes diferencias entre Estados miembros.

Tratamiento de residuos en la UE

En 2020 se trataron en la UE unos 2.029 millones de toneladas de residuos, de los que el 60% se trató en operaciones de recuperación, según datos que acaba de publicar Eurostat.

En concreto el 39% del total de residuos tratados se recuperó en operaciones de reciclaje, un 15% en operaciones de relleno, y el 6% en recuperación de energía.

El 40% de los residuos restantes se depositó en vertederos (31%), se incineró sin recuperación de energía (1%) o se eliminó de otro modo (8%).

Desde 2004, la cantidad de residuos valorizados en la UE ha aumentado considerablemente (de 870 millones de toneladas en 2004 a 1.221 millones de toneladas en 2020). Y la participación de la recuperación en el tratamiento total de los residuos aumentó del 46% en 2004 al 60% en 2020.

En cambio, la cantidad de residuos destinados a la eliminación disminuyó desde los 1.027 millones de toneladas en 2004 a 808 millones en 2020, pasando del 54% en 2004 al 40% en 2020.

Tratamiento de residuos por Estados miembro en 2020

Respecto a la gestión de residuos por los Estados miembros de la UE, se observan diferencias significativas en cuanto al uso de estos distintos métodos de tratamiento.

Se registraron tasas de reciclaje muy elevadas en Italia (83%), Bélgica (74%), Eslovaquia y Letonia (ambas con un 64%). Por otro lado, la eliminación en vertederos y otros fue la categoría de tratamiento predominante en países como Rumanía (93% en vertederos, 5% en reciclaje), Bulgaria (92% en vertederos, 8% en reciclaje) y Finlandia (84% en vertederos – 10% en reciclaje).

05 Sep

Usar residuos como palanca de competitividad e independencia energética

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EXPANSIÓN

Dimas Vallina, director gerente de Fundación CEMA

La invasión de Ucrania está tensando el sistema energético mundial, elevando los precios y provocando preocupaciones sobre la seguridad energética. En respuesta a este desafío, la Comisión Europea presentó el pasado mes de mayo un plan para poner fin a la dependencia de la UE con respecto a los combustibles fósiles rusos, conocido como ‘REPowerEU’.

Hay una doble urgencia para transformar el sistema energético europeo: poner fin a la dependencia de la UE con respecto a los combustibles fósiles rusos, que se utilizan como arma económica y política y cuestan a los contribuyentes europeos casi 100.000 millones de euros al año y hacer frente a la crisis climática.

Las principales líneas del plan son el ahorro de energía mediante la eficiencia energética, la diversificación del suministro energético, una red de energía de la UE verdaderamente interconectada, nuevas inversiones y reformas y la rápida sustitución de los combustibles fósiles. En este sentido, y dentro de la ficha informativa “industria limpia” que acompaña al plan, se cita expresamente a la valorización de residuos como una de las medidas para impulsar el desarrollo de procesos industriales más limpios, junto con el hidrógeno verde, la eficiencia energética, o el uso circular de materiales, entre otras.

Por tanto, ya no hablamos solamente de que usar residuos no reciclables como materia prima y/o combustible es una medida óptima desde el punto de vista ambiental, sino que tiene un carácter estratégico como país para asegurar la competitividad e independencia energética de la industria española y europea.

Sin duda, la valorización de residuos tiene un carácter totalmente estratégico para la industria cementera. Por una parte, la valorización material permite la sustitución de materias primas naturales (piedra caliza, arcillas…) por residuos minerales generados en otras industrias (residuos de construcción y demolición, lodos de la industria papelera…), reduciendo así la explotación de recursos naturales en las canteras. Por otra, la valorización energética, permite sustituir parcialmente los combustibles fósiles empleados en el sector (fundamentalmente coque de petróleo) por otros procedentes de residuos que no se han podido reciclar y que en España se siguen enterrando mayoritariamente en vertederos. La mayoría de esos residuos son total o parcialmente biomasa, y por tanto neutros en cuanto a sus emisiones de CO2. Es decir, se reducen las emisiones al mismo tiempo que se mejora la competitividad de la industria, no olvidemos que en el mes de junio el precio de la tonelada de CO2 superó los 83 euros.

Según datos del Observatorio de Economía Circular en la Industria Cementera, que elabora anualmente el Instituto Cerdà para la Fundación laboral del cemento y el medio ambiente (CEMA), y cuya doceava actualización acaba de publicarse, las fábricas de cemento españolas han recuperado material y energéticamente casi 60 millones de toneladas de residuos desde el año 2004. Aprovechar la energía y los materiales contenidos en 59,5 millones de toneladas, el equivalente a todos los residuos urbanos generados por la ciudad de León en un año, no es un dato menor; y más en España, donde más de la mitad de nuestros residuos municipales siguen enterrándose.

Una de las razones fundamentales de esta mala práctica medioambiental son los bajos costes del vertido en nuestro país. Así, y según datos también de nuestro Observatorio de Economía Circular, en España hay siete Comunidades Autónomas que hasta la fecha no aplican tasas disuasorias al vertido. En el resto, el importe medio de la tasa es solo de 14,4 euros por tonelada, muy lejos de países como Dinamarca, Austria o Bélgica con tasas que oscilan entre los 79 y 100 euros por tonelada. Confiamos que, con la aplicación efectiva de la nueva Ley de residuos, donde se recoge un impuesto de 40 euros por tonelada métrica al depósito de residuos municipales, se produzca un efecto disuasorio y se genere toda una cadena de valor asociada al reciclado y a la valorización de residuos, que, además de ayudar a nuestro país a cumplir el objetivo comunitario de enviar únicamente el 10% de residuos a vertedero en 2035, permita también la generación de empleo verde.

En el ámbito de la valorización material me gustaría poner el foco en los RCD -residuos de construcción y demolición-, uno de los mayores flujos de residuos de nuestro país, con una generación estimada anual de 25 millones de toneladas según datos del Miteco, y que casi en su totalidad acaban en vertederos. En 2020 el sector cementero español empleó 27.000 toneladas de RCD, y tenemos muy buenas perspectivas de empleo a futuro, especialmente a partir del 1 de enero de 2024 cuando según la nueva Ley de residuos sea obligatorio llevar a cabo demoliciones selectivas, para convertirnos en una herramienta complementaria para el mejor aprovechamiento de una tipología de residuos que supone aproximadamente el 30% del total de todos los generados en la Unión Europea.

Por lo que respecta a la valorización energética, desde 2004 la industria cementera ha recuperado por esta vía 10,7 millones de toneladas de residuos, de las que casi un millón lo fueron en 2020, último año según los datos del observatorio. En el período total analizado, esta práctica evitó la emisión de 9,9 millones de toneladas de CO2, por el empleo de combustibles con biomasa. Y solo en 2020, supuso un ahorro de más de un millón de toneladas de CO2, el equivalente a las emisiones que produciría la electricidad consumida anualmente por 112 millones de smartphones, o por los hogares de 14 ciudades del tamaño de Toledo.

En España, el último dato disponible sobre porcentaje de sustitución de combustibles fósiles por combustibles derivados de residuos en la industria cementera fue del 36%, muy lejos de Austria, Noruega o Alemania, con porcentajes por encima del 70%. Cada vez hay más fábricas de cemento en el centro y norte de Europa con porcentajes de sustitución en media anual cercanos al 100%, y es que, como decíamos al principio, dejar de utilizar combustibles fósiles no sólo es imprescindible para hacer frente a la crisis climática, es algo estratégico para asegurar la competitividad y la independencia energética de nuestra industria.

16 Ago

El sector de la gestión de residuos no explota su capacidad de producción de energía

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RETEMA

Teniendo en cuenta que los estados miembros de la Unión Europea alcanzaron recientemente un acuerdo político para la reducción voluntaria de la demanda de gas natural en un 15 % este invierno, y que la Comisión Europea ha presentado recientemente el Plan REPowerEU en respuesta a las dificultades y la perturbación del mercado energético mundial causado por la invasión rusa de Ucrania, el sector de la gestión de residuos no está (todavía) explotando toda su capacidad de producción y ahorro de energía.

En este contexto es fundamental poner fin a la dependencia de la UE de los combustibles fósiles rusos y hacer frente a la crisis climática “a través del ahorro de energía, la diversificación de los suministros energéticos y el despliegue acelerado de energías renovables para reemplazar los combustibles fósiles en viviendas, industria y generación de energía”. [1] Aquí, el sector de la gestión de residuos tiene un papel fundamental que desempeñar como:

  • Las operaciones de reciclaje y recuperación de residuos ahorran recursos materiales, energía y emisiones de CO2 al evitar la extracción, procesamiento y uso de materias primas vírgenes y combustibles fósiles; y
  • la electricidad y el calor producidos a partir de residuos a través de la incineración y la digestión anaerobia se generan a partir de una fuente local, fiable y segura, lo que permite diversificar nuestro suministro energético, en particular en lo que respecta a las redes de calefacción y refrigeración urbanas, y acelera el despliegue de energías renovables.
    • Reciclar una lata de aluminio ahorra el 90% de la energía necesaria para producir una nueva
    • Una bolsa de basura se convierte en la energía necesaria para 7 duchas calientes
    • Las plantas de valorización energética en Europa pueden actualmente suministrar electricidad a 18 millones de habitantes y calor a 15,2 millones de habitantes
    • La producción de energía de las plantas de conversión de residuos en energía es aproximadamente un 50 % renovable
    • El sector de la gestión de residuos es casi neutro en CO2 y se convertirá en un ahorrador neto de CO2 con un enorme potencial de reducción de emisiones: solo mediante la aplicación exitosa de la legislación municipal actual sobre residuos y los mismos objetivos de reciclaje y vertido de residuos industriales y comerciales para 2035 en toda la UE27 + Reino Unido, podría ahorrarse 150 Mt CO2eq. Esto representa casi la mitad de las emisiones de España en 2019

Para que el sector pueda cumplir su papel y lograr desarrollar su capacidad plena, estas contribuciones positivas deben ser plenamente reconocidas, haciendo que el sector de la gestión de residuos sea elegible para cualquier herramienta regulatoria relevante. Para ello, el sector reclama:

  • La preservación del estatus de residuo biodegradable en la Directiva de Energías Renovables
  • El reconocimiento de la recuperación de energía (R1) a partir de residuos no peligrosos, residuales y recogidos selectivamente en la taxonomía de la UE como una actividad que contribuye sustancialmente a una economía circular
  • La implementación de medidas que fomenten los mercados de recuperación y reciclaje en la UE a través de:
    • apoyo publico;
    • objetivos obligatorios de contenido reciclado en la legislación sectorial;
    • criterios obligatorios de contratación pública ecológica;
    • incentivos económicos (es decir, IVA reducido para productos que reincorporen materias primas provenientes del reciclaje); y
    • Criterios de eliminación de residuos en toda la UE, cuando sea factible, para facilitar las exportaciones de materias primas secundarias del reciclaje dentro y fuera de la UE.
12 Ago

El Gobierno Vasco presenta y somete a contraste su propuesta de Plan de Contingencia Energética, con medidas para administraciones, empresa y sociedad

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IREKIA

El Departamento de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente del Gobierno Vasco (DESMA) ha presentado el primer borrador del Plan de Contingencia Energética de Euskadi, como un documento vivo y abierto a las aportaciones que puedan realizarse por parte del resto de instituciones y sectores industriales.

El documento ha sido remitido al conjunto de departamentos del Gobierno Vasco, a las Diputaciones Forales, a Eudel, a la Comisión de Sostenibilidad y Medio Ambiente del Parlamento Vasco, a los clústeres que componen el Observatorio de Coyuntura Industrial y a Confebask.

El objetivo es que cada una de las partes lo analice y reporte sugerencias que pueden incorporarse hasta el 25 de agosto, a fin de que puedan ser tenidas en cuenta en el Plan de Contingencia que España remitirá en setiembre a la Comisión Europea.

El trabajo presentado plantea medidas para el ahorro energético en administraciones, empresa y sociedad, y ha sido enviado, asimismo, a los Ministerios de Transición Ecológica y Reto Demográfico y de Industria, Comercio y Turismo. Se trata de compartir con ambos equipos esta primera propuesta y poder inspirar, si así fuera considerado, el plan que remita España a Bruselas, o bien recabar las aportaciones que se consideren.

El borrador del plan atiende a las directrices europeas y estatales, y ofrece una hoja de ruta de actuaciones a corto, medio y largo plazo, conscientes de que la crisis energética está incidiendo de forma clara desde hace meses en Europa, y que se acentuará muy probablemente a finales de 2022 y durante el 2023.

La consejera de DESMA, Arantxa Tapia, ha subrayado la idea de que este documento es un punto de partida de trabajo que deberá enriquecerse y adecuarse a la realidad, por una parte, de los ámbitos sobre los que actúa y, por otra, a las exigencias que puedan darse a lo largo del próximo otoño e invierno.

Programas de ayudas, proyectos de energía limpia y mucha sensibilización para la contingencia en Euskadi

Este primer borrador se ha articulado en seis apartados:

  1. Una introducción sobre el contexto energético europeo y su impacto en Euskadi.

Una de las conclusiones de este apartado señala que, según la iniciativa europea “Save gas for a safe winter”, entre el 1 de agosto de 2022 y el 31 de marzo de 2023, Euskadi debería reducir 3.250 GWh (0,25 bcm) en el escenario del -15% y 1.520 GWh (0,12 bcm) en el escenario del -7%.

Si se quiere alcanzar el objetivo planteado, y teniendo en cuenta la estructura de la demanda de gas en Euskadi, una parte importante de la reducción del consumo de gas natural debería afectar al sector industrial, ámbito en el que el Plan de Contingencia vasco incide.

  1. Un segundo apartado en el que se recogen los programas de ayudas para la reducción de energía dirigidos a las administraciones, a la industria y a la ciudadanía, entendiendo que el mejor escudo de contingencia es, precisamente, fortalecer estos programas de ayudas para su aplicación y capilarización en los tres ámbitos mencionados.

Se recoge un total de 17 programas de ayudas en vigor. Una parte importante de estos han sido reforzados, en el último mes, para poder incidir de manera más directa en el objetivo que se persigue desde Europa.

Incorpora, además, cinco anexos.

Anexo I. Benchmarcking europeo. En el primero se hace un benchmarcking –estudio- de las medidas más destacadas que se han activado en los Estados de la Unión Europea. En dicho análisis se contrasta la tipología de medidas adoptadas por los Estados miembro ligadas al ahorro de energía, medidas económicas y actuaciones de suministro energético. Tres ámbitos en los que Euskadi ya ha actuado en la dimensión que le corresponde.

Anexo II. Administración. En el anexo segundo dedicado a la administración se plantea una propuesta de instrucción para que pueda ser ampliada y asumida como un compromiso por parte del conjunto de instituciones locales.

Anexos III y IV. Empresas y Ciudadanía. Los anexos III y IV recogen orientaciones y recomendaciones dirigidas a la empresa y a la ciudadanía en clave de sensibilización y divulgación.  En dichos anexos se incorpora, en todo caso, el carácter obligatorio del Real Decreto Ley de 1 de agosto del Gobierno de España, al tiempo que asume como guía de referencia la Ley de Sostenibilidad Energética de la Administración Vasca de 2019.

Anexo V. Proyectos de energías limpias. Un quinto anexo en el que se detallan los principales proyectos industriales que impulsa el Gobierno Vasco, a través del EVE, en el ámbito de la energía y la descarbonización de la economía.

Ayudas y apoyo técnico en las instituciones locales

Además de los programas de ayudas, el plan de contingencia prevé una nueva iniciativa de Apoyo Técnico a los Municipios de Euskadi, dadas las dificultades con las que se encuentran en su transición energética y climática, a la hora de elaborar la auditoría energética exigida en la Ley de Sostenibilidad Energética de 2019.

Una iniciativa tutelada por equipos del EVE y de IHOBE, por la que se concederá un soporte técnico encaminado a generar capacidades y a gestionar los instrumentos de ayudas directas disponibles a su servicio, y que contará con el apoyo de Lanbide y Novia Salcedo, de cara a activar recursos humanos a disposición de los ayuntamientos.

Euskadi, alineada con Europa

El Ente Vasco de Energía incorpora un análisis (Anexo I) de las decisiones adoptadas en los diferentes Estados de la UE. Son 11 países que suman 37 medidas, entre las que 10 hacen referencia directa al gas natural. Se trata de medidas de ahorro energético, medidas económicas y de suministro de energía, basadas en términos de Inversión, Cambio de hábitos, Fiscalidad, Normativa/Regulación y Ayudas directas.

En este sentido, cabe destacar que las medidas adoptadas en el contexto de la crisis energética en Euskadi se alinean con las europeas.

 

  • Inversión
  • Se autoriza un segundo cargadero de gas en el Puerto de Bilbao, como consecuencia de una iniciativa planteada por el grupo del PNV en el Congreso.
  • Se acuerda acelerar las inversiones previstas para impulsar proyectos estratégicos que ayuden al ahorro y la descarbonización *
  • Fiscalidad:
  • Acuerdo GV y DDFF de medidas fiscales para paliar los efectos de la inflación, lo que supone un esfuerzo fiscal de 250 millones de euros.
  • Normativa/Planificación
  • Acuerdo del Consejo de Gobierno para agilizar los plazos en la tramitación de la evaluación de impacto ambiental de determinados proyectos de generación de energía. Acuerdo enmarcado en lo dispuesto en el Real Decreto-ley 6/2022, de 29 de marzo.
  • Aprobación del Plan de Movilidad Eléctrica de Euskadi que se enmarca en el contexto tanto de la Transición Energética como de la Transición Digital.
  • Ayudas directas
  • Programa de ayudas a empresas del sector industrial afectadas por los altos precios de gas natural
  • Ayudas directas a la industria intensiva en consumo de gas.
  • Programa de ayudas a proyectos de eficiencia energética de empresas turísticas.
  • Ampliación del importe máximo de ayuda por empresa en el Programa de Eficiencia Energética para el sector industrial, incrementando de 2 a 6 millones el límite máximo de ayuda.
  • Plan Moves III: Ampliación presupuesto en 16.557.699,35 en tramitación ante la OCE.
  • Programa de ayudas a Autoconsumo: 26/07/2022 se publica en BOPV la ampliación de presupuesto (32,2M€ fondos MRR + 20M€ fondos EVE).

 

  • Cambio de hábitos

Una inversión superior a 700.000 euros para campañas de sensibilización, previstas entre agosto y otoño.

  • Campaña de sensibilización URA agosto y setiembre
  • Campaña de sensibilización EVE agosto/otoño e invierno
  • Campaña de sensibilización DESMA agosto/otoño e invierno
  • Campaña de sensibilización de la Secretaría General de Transición Social y Agenda 2030 sobre ahorro energético

*relación de proyectos recogidos en el Anexo 5 del Plan de Contingencia

 

Conclusión

El borrador de propuesta que hoy se hace público supone un punto de partida para completar con la participación de agentes públicos y privados.

La necesidad de actuar desde el presente y de que “este verano tengamos que adelantarnos al invierno”, con medidas asociadas a la gestión de los termostatos o la iluminación, no puede ni debe parar nuestra estrategia estructural y de medio-largo plazo.

Hace falta un futuro para Euskadi más eficiente y menos dependiente energéticamente. La apuesta por la generación de energías alternativas y la puesta en marcha de proyectos transformadores que impliquen al tejido industrial y a la red de ciencia y tecnología, con políticas de I+D focalizadas en el ámbito de la energía, adquieren mayor sentido que nunca.

La estrategia de ayudas a la empresa vasca se caracteriza por priorizar el ámbito de la energía con programas de I+D+i, y con ayudas a actuaciones muy diversas, en la apuesta por la eficiencia y el uso y generación de energías limpias.

En este sentido, se plantea que la eficiencia y la sostenibilidad sean directrices predominantes en los presupuestos y programas del año 2023.

08 Ago

Bizkaia. Diputación financia con 1.299.000 euros proyectos de entes locales para promover una gestión eficaz y sostenible de los residuos

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DIPUTACIÓN FORAL DE BIZKAIA

La Institución foral ha apoyado las iniciativas de 36 ayuntamientos y mancomunidades dirigidas a este fin y que tendrán impacto en el día a día del 67,11% de la población de Bizkaia. Con estas ayudas se ha sufragado parte de la cuantía total que necesitaban estas entidades para desarrollar inversiones en medios para la gestión de los residuos, la adquisición de vehículos para la recogida, actuaciones ligadas a recogidas específicas o a la digitalización de la recogida o control en tiempo real de los residuos, al asesoramiento técnico y la formación, o a labores de prevención y educación ambiental.

La Diputación Foral ha repartido entre 36 entidades locales -ayuntamientos y mancomunidades- ayudas por importe de 1.299.599 euros para financiar proyectos que tienen como objetivo promover una gestión eficaz y sostenible de los residuos en el territorio y que van a tener impacto en el día a día del 67,11% de la población de Bizkaia.

El grueso de las subvenciones se ha destinado al desarrollo de campañas de prevención y educación ambiental (498.412 euros) y a la inversión en medios para la gestión de los residuos, como la adquisición de contenedores y cubos para grandes generadores, bolsas domésticas, autocompostadoras, trituradoras y compostadoras comunitarias, además de llaves, cerraduras o cubos domésticos para la recogida de orgánico (497.319 euros).

La adquisición de vehículos para la recogida de residuos es el tercer concepto más importante en cuanto a su importe (118.985 euros), y el resto de las ayudas concedidas se reparten entre las concedidas para que las entidades municipales reciban asesoramiento sobre desarrollo de ordenanzas, sobre la optimización de distribución de contenedores y planificación de rutas o sobre procesos de compostaje comunitario (72.248 euros); las orientadas a la digitalización y contabilización de los residuos, a los que se destinan 57.248 euros  para proyectos de telecontrol de llenado y pesaje de contenedores, sistemas informáticos de reconocimiento para personas usuarias y sistemas de control en tiempo real de residuos; y las que se refieren a recogidas específicas, como la de podas y restos de jardinería o la prevención de vertidos ilegales (55.318 euros).

Esta línea de ayudas es la evolución del programa de subvenciones para la instalación del contenedor que existía previamente y que se ha modificado para recoger más apartados, de manera que integra unos objetivos más amplios que el afianzamiento de la recogida de la fracción orgánica.

27 Jul

La necesaria revolución circular de la energía de los residuos

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EL ECONOMISTA

Rafael Guinea

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, alertó recientemente de la posibilidad de que este invierno tengamos que enfrentarnos a una escasez de gas y petróleo, debido a que Putin está utilizando la energía como un elemento de presión en la guerra que mantiene contra Ucrania. Esta situación pone de manifiesto la debilidad estratégica del abastecimiento de energía a Europa y la necesidad de que la seguridad de suministro y la utilización de las energías autóctonas recuperen un mayor protagonismo en el marco de la política energética.

Durante los últimos años, la UE y los 27 países que la integran, entre los que se encuentra España, han hecho una apuesta decidida por el uso de las energías renovables para reducir su dependencia de los combustibles fósiles, potenciando al mismo tiempo el uso del gas natural como energía de respaldo. Sin embargo, como estamos viendo actualmente, nuestro país y el resto de la UE continúan teniendo una dependencia excesiva de las importaciones de combustibles fósiles, por lo que se debería continuar avanzando en reforzar el uso de energías autóctonas durante la próxima década. Porque, tal como afirmó la ministra Ribera en la presentación del PERTE de Economía Circular, “una economía eficiente en el uso de recursos fortalece nuestra autonomía estratégica y reduce la vulnerabilidad ante las crisis globales”.

Por ello, desde Aeversu creemos que durante esta próxima década se debería hacer un mayor esfuerzo para aprovechar plenamente todo el potencial que existe en la valorización energética de los residuos. Actualmente, nos encontramos en la posición de cola en cuanto al tratamiento de residuos, lo cual reduce nuestra competitividad y nos obliga a importar mayores cantidades de energía, en lugar de reutilizar los recursos ya existentes. Somos el país de la UE que más residuos destina a enterramiento en vertedero, cada año más de 11,8 millones de toneladas, a pesar de que esta opción implica enterrar millones de kWh de energía barata, autóctona, fiable y neutra, y es también la peor alternativa desde un punto de vista ambiental y de lucha contra el cambio climático. Suponiendo que todos esos residuos que van ahora a los vertederos se valorizaran energéticamente en nuestro país (desarrollando las nuevas instalaciones necesarias) el potencial de energía producido sería el equivalente a las necesidades de 2,25 millones de hogares o al consumo de 5,5 millones de personas. La valorización energética de los residuos que hoy enterramos no solucionará por sí sola la crisis energética a la que nos enfrentamos, pero es una palanca más para alcanzar los objetivos de lucha contra el cambio climático marcados para 2035 y también para reforzar nuestra seguridad energética. Una palanca autóctona, limpia, gestionable, que supone desarrollar la economía circular también en la energía.

14 Jul

La Diputación Foral presenta el texto del nuevo plan de gestión de residuos ante en el Consejo para la Sostenibilidad de Bizkaia

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DIPUTACIÓN FORAL DE BIZKAIA

Tras la presentación en este órgano consultivo, está previsto que el documento inicie en septiembre su tramitación en las Juntas Generales para su aprobación como Norma Foral. El documento marca las directrices para la gestión de los residuos en el territorio durante la presente década y se marca como objetivos principales la reducción de la generación de residuos en un 15% y la recuperación de 4,9 de cada 5 kilos de los generados para 2030.

La Diputación Foral de Bizkaia ha presentado hoy ante el Consejo para la Sostenibilidad de Bizkaia el texto del nuevo Plan Integral de Prevención y Gestión de Residuos de Competencia Local de Bizkaia 2030 (PIPGRB 2030), documento que sienta las bases de la gestión de los residuos en este territorio en la presente década. Tras la presentación ante este órgano consultivo conformado por representantes de todos los grupos políticos con representación en las Juntas Generales de Bizkaia, se cerrarán los últimos detalles para iniciar su tramitación en esta Cámara legislativa para su aprobación como Norma Foral.

El documento que sienta las bases de la gestión de los residuos en nuestro territorio en la presente década, marca como objetivos prioritarios la reducción de la generación de residuos en un 15% y la recuperación de 4,9 de cada 5 kilos de residuos generados (de ellos, 4 kilos se reintroducirán en la cadena productiva y otros 0,9 kilos se aprovecharán para la generación de energía renovable). Con el desarrollo de este plan, Bizkaia conseguirá en 2030 valorizar materialmente el 79,83% de sus residuos (reutilizar y/o reciclar el 74,19% y compostar un 5,64%), valorizar energéticamente un 17,68% y destinar a eliminación definitiva una vez ya tratados esos residuos, un 2,49%.

Otros objetivos del plan son:

  • La reducción de un 20% con respecto al año 2019 en la generación de residuos de envases ligeros.
  • Mejorar la tasa de preparación para la reutilización en un 20%.
  • Asegurar la cobertura del 100% de la recogida selectiva de los residuos peligrosos del hogar, de textiles, de aceites de cocina, de voluminosos y RAEE y recogida separada de biorresiduos en los municipios.
  • Reducir el porcentaje de los residuos valorizados energéticamente a menos de un 20% y establecer la tasa de vertido de residuos municipales (tratados y sin tratar) en un 2,49%.
  • Integrar la información y las ideas innovadoras de la ciudadanía y los agentes económicos en un entorno digitalizado y colaborativo, que permita la generación de herramientas y palancas para la mejora continua del sistema de gestión de residuos.
  • Disponer de un sistema integrado de la gestión de los residuos en todo el territorio y asegurar su sostenibilidad económica y medioambiental en colaboración con los ayuntamientos y mancomunidades.

Con participación de los ayuntamientos

Dentro del proceso de elaboración de este plan, la Diputación Foral de Bizkaia abrió un proceso de participación dirigido a todos los ayuntamientos y mancomunidades del territorio el pasado mes de febrero, que ha servido para recoger sus impresiones y las aportaciones que han presentado estas entidades locales al documento que se ha presentado hoy ante el Consejo para la Sostenibilidad de Bizkaia, conformado por representantes de todos los grupos políticos con representación en las Juntas Generales de Bizkaia.

Ocho de cada diez municipios (97) tomaron parte en el proceso participativo y valoraron con un 3,5 sobre 4 el interés de los objetivos y programas recogidos en el documento inicial. Además, realizaron 492 propuestas agrupadas en 169 aportaciones distintas que se han incorporado al texto.

Además de la alta valoración que han recibido los programas propuestos por la Institución foral dentro de este documento, cabe destacar que todos ellos han sido considerados como pertinentes. Los mejor valorados han sido los relacionados con la recogida selectiva, con la puesta en valor de la reutilización y con la coordinación interinstitucional.

En cuanto a las aportaciones, los programas en los que se ha recibido mayor número han sido los siguientes:

  • Gestión de prevención de residuos, que incluye el conjunto de medidas para lograr reducir la cantidad de residuos y los impactos negativos que tienen los residuos que se generan. Este programa ha recibido 27 aportaciones.
  • Recogida selectiva, que tiene como objetivo el impulso y promoción de las soluciones más innovadoras y eficaces en esta materia. Las aportaciones recibidas en este ámbito han sido 26.
  • Puesta en valor de la reutilización. Este programa va encaminado al desarrollo de actuaciones para incrementar el volumen de producto doméstico reutilizado y mejorar las instalaciones para su tratamiento y ha recibido 22 aportaciones.
10 Jul

España podría ahorrar 1.500 millones de euros al año si transformase la basura en energía

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THE OBJECTIVE

España es uno de los países de Europa que menos residuos urbanos utiliza para su valorización energética, según los últimos datos de Eurostat sobre la gestión municipal de residuos de los distintos países del continente.

En concreto, España cuenta con 11 plantas de valorización energética de residuos urbanos y transforma en energía menos de tres millones de toneladas de basura no reciclable. Unas cifras muy inferiores a las de otros países como Francia, que tiene 124 plantas que se encargan de 14,5 millones de toneladas de residuos, o de Alemania, con 100 plantas y 27,5 millones de toneladas.

«La valorización energética es intentar darle una última vida a esos residuos que no se pueden reciclar y en vez de llevarlos a un vertedero y convertirlos en un problema ambiental para los próximos 40 años, a través de una combustión y un tratamiento posterior, sacar la energía que den esos residuos y aprovecharla», explica Rafael Guinea, presidente de la Asociación de Empresas de Valorización Energética de Residuos Urbanos (Aeversu) en una entrevista con THE OBJECTIVE. «Es una electricidad local, fiable y estable y en gran parte renovable», añade.

Guinea defiende que con la valorización energética «estás atacando un problema ambiental y aprovechando una energía que te permite usarla de manera normal en hogares e industrias como energía limpia».

Un ahorro para España

El primer ahorro que supondría la valorización energética para España es que supone un gasto cero en combustible, puesto que este vendría de los residuos que de otra forma acabarían en el vertedero, explica Guinea.

El ahorro depende del precio del combustible, pero según los cálculos de Aeversu con los precios recientes, en la actualidad sería de entre 1.500 y 1.800 millones de euros al año. «Es un ahorro directo para las cuentas del estado español y un gasto que no tendrías que repercutir a los ciudadanos», apunta Guinea.

El presidente de Aversu señala que «a día de hoy estamos dejando de importar 1.650 gigavatios/hora al año de energía eléctrica», pero «el asunto es que solo para cumplir lo establecido por la Unión Europea deberíamos tener el doble de instalaciones, con lo cual ya no es solo lo que estés ahorrando ahora, sino la oportunidad que tienes de ahorrarte en el futuro».

En cifras, «estamos hablando de entre un 5% y un 10% de la energía necesaria en España, que si la metes en el precio marginal, hace que ese precio baje», afirma Guinea.

También señala el impacto que tendría en las emisiones de CO2: «Los ciudadanos ahora con todo el lío que tenemos con los precios de la energía no lo estamos viendo con perspectiva, pero también los vertederos son los mayores productores de CO2 del sector de residuos, estamos hablando de que más o menos el 15% de las emisiones vienen de los residuos y en su gran mayoría de los vertederos, que emiten metano y es peor para el cambio climático que el CO2».

La valorización energética de residuos urbanos no bastaría para «solucionar el problema eléctrico, estamos hablando de porcentajes muy pequeños respecto a otras tecnologías», reconoce Guinea, pero insiste en que es una «energía estable y gestionable» y, por tanto, considera que es «una oportunidad que no estamos aprovechando y estamos pagando».

«Son ideas que no son novedosas, que están probadas, que se llevan haciendo desde hace 30 y 40 años en el resto de Europa y que en España por desgracia no es evidente y creo que es urgente tomar decisiones pragmáticas y claras en este sentido», lamenta.

A la cola de Europa

España envía a los vertederos un 54% de sus residuos, una cifra muy elevada con la media europea, que se sitúa en un 24%, según los datos recopilados por la Confederación de Plantas de Valorización Energética Europeas (Cewep, por sus siglas en inglés) a partir de las cifras reportadas por cada país de la Unión Europea, además de Noruega, Suiza y Reino Unido.

El porcentaje de residuos que se utilizan para convertirlos en energía es de un 11%, también muy por debajo de la media europea, que se sitúa en el 25%. Y en cuanto al reciclaje y el compostaje, se hace solo con un 35% de los residuos, un 15% por debajo de los objetivos establecidos por la Unión Europea para el año 2020.

En otros países de Europa, la valorización energética está mucho más establecida. En Francia, por ejemplo, alrededor del 50% de la red de calefacción urbana de París se abastece de las tres plantas de conversión de energía de la ciudad, que abastecen también a hospitales y museos. En Alemania, los residuos municipales tratados en la instalación de Wuppertal se utilizan para generar hidrógeno para alimentar los autobuses de transporte público.

España está muy lejos también de poder cumplir los objetivos marcados para 2030-2035, que establecen que no se puede mandar más de un 10% de los residuos al vertedero. Algo que, por otra parte, actualmente solo cumplen ocho países de la Unión Europea, mientras que diez países, incluido España, aún mandan más del 50% de su basura a vertederos.

«Yo creo que en Europa nos miran y se preguntan por qué en España no se hace esto y se meten los residuos en un agujero, se incumple la normativa», reflexiona el presidente de Aversu.

 

Gráfico residuos Europa
Gráfico: Cewep

Consenso político

Según Guinea, «hay muy poco conocimiento en el mundo político en general de qué es» la valorización energética, así como «un mito urbano de que esto es incineración a la vieja usanza y contamina mucho, cuando Europa en los criterios que toma para poner una energía como contaminante o no contaminante ha diagnosticado que no lo es».

Esto, sumado a la falta de consenso político para proyectos como estos, a largo plazo, que «se amortizan en unos 20 años», son los motivos por los que no se expande esta manera de gestionar los residuos en España, según el presidente de Aeversu.

«Yo creo que falta una reflexión nacional, sacarlo del debate partidista común, porque los mismos partidos que en una comunidad autónoma la intentan promover, en otra la atacan, porque es un sitio donde es fácil hacer oposición sin tener fundamento», denuncia.

«Es verdad que para poderlo desarrollar se necesita consenso y llegar a acuerdos de los partidos, porque son proyectos de más de una legislatura, hay que tener una visión de que queremos hacer las cosas bien», dice Guinea, y añade que «en el momento actual no parece lo más común, el consenso y esa visión común, pero sí que creemos que la oportunidad sale de la evidencia que hay ahora de la necesidad de ser más avanzados en el punto de vista ecológico y por otro lado por la crisis energética en la que estamos metidos».

07 Jun

Convertir en energía lo que no se puede reciclar, una alternativa real

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ABC

Si mañana se enviaran los residuos que actualmente se depositan en vertederos controlados en España a plantas de valorización energética, se conseguiría producir el equivalente al consumo de 5,5 millones de personas. Son datos de la empresa Urbaser, que asegura asegura que esta alternativa real para el tratamiento de ciertos desechos supone un importante ahorro económico nada desdeñable.

Este tratamiento de la basura se lleva a cabo en diveros países europeos, donde cada año se producen unos 40.000 GWh de electricidad de esta fuente, lo que beneficia a unos 18 millones de ciudadanos. En España, esta alternativa no se practica, según Urbaser. «Esta decisión depende principalmente de las administraciones públicas, responsables del tratamiento de residuos», explican fuentes de la compañía.

Esta práctica está ampliamente extendida en el norte de Europa, donde las necesidades de energía en forma de calor son elevadas y la valorización energética está ampliamente implantada.

Así, en países como Suecia, Dinamarca o Países Bajos, prosiguen desde la citada empresa, «no se deposita en vertedero prácticamente ninguna tonelada de residuo doméstico que haya podido ser valorizada energéticamente para producir electricidad o calor para calefacción».

Según datos del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía de España (IDAE), la cantidad de residuos incinerados es muy dispar entre los distintos países europeos. Mientras que algunos de ellos apuestan por la incineración a gran escala y la promueven con sus políticas de gestión y tratamiento de residuos (el mejor ejemplo estaría en pasíes como Alemania, Suecia, Suiza u Holanda), otros utilizan mayoritariamente los vertederos como destino de los rechazos, como es el caso de Finlandia o Gran Bretaña.

En cuanto a España, el aprovechamiento energético de los residuos es una práctica mucho menos implantada que en el resto de Europa. Según sus cálculos, sólo un 10% de los residuos urbanos son aprovechados.

En Grecia o Irlanda, en el otro extremo, no incineran residuos sobrantes. Por último, en términos generales, el vertido en depósitos controlados sigue siendo la opción predominante para la gestión de los residuos en el Viejo Continente.

En qué consiste la valorización

Tanto a nivel doméstico como empresarial, los residuos generados son separados en función de los materiales implicados: envases, vidrios, papel, comida… Cada una de estas basuras debe ir a su correspondiente planta de tratamiento para, en la medida de lo posible, recuperarlo y/o reciclarlo.

Sin embargo, en estas plantas de reciclaje hay una parte del residuo que no puede recuperarse en forma de materiales. Es lo que se conoce como rechazo. ¿Qué se hace con él?

La opción tradicional es depositarlo en un vertedero controlado, pero lo cierto es que, a través de la valorización energética, puede ser aprovechado para generar energía eléctrica o calor, empleándose como combustible en un proceso de tratamiento térmico.

Esta técnica consiste en someter a estos residuos a un tratamiento que acaba generando energía, ya sea en forma de electricidad, vapor o agua caliente. Esta puede ser usada tanto para uso doméstico como industrial.

«Mediante este proceso, se puede obtener energía de una amplia variedad de residuos», explican fuentes de Urbaser, quienes añaden que, en su caso concreto, la obtiene fundamentalmente de «la fracción no aprovechable que sale como rechazo de las plantas de reciclaje de residuos», aunque también se valoriza y obtiene energía de lodos de depuradora de aguas residuales.

Una alternativa por explotar

Urbaser asegura que uno de sus objetivos es conseguir impulsar esta valorización energética. Para ello, asegura haber incorporado la tecnología limpia necesaria en varias de sus plantas de tratamiento, como en las ciudades de Mallorca, Madrid, Cantabria, Guipúzcoa, París o Marsella. Todas ellas cuentan con sistemas que les permiten transformar el residuo urbano no reciclable en energía.

Los principales beneficios de esta técnica son, por un lado, que genera energía en forma de electricidad (que se entrega a la red eléctrica) o de calor (lo que permite que sea utilizada como calefacción, por ejemplo, en los domicilios). Pero, además, «disminuye el volumen de residuos en vertederos controlados y, finalmente, se consigue reducir la dependencia hacia otras fuentes de energía como son el gas o el petróleo», defienden fuentes de Urbaser.

La compañía defiende que, bien hecha, esta valorización energética no supone un mayor riesgo de impacto medioambiental. «Disminuye el volumen de residuos en vertederos controlados y, finalmente, se consigue reducir la dependencia hacia otras fuentes de energía como son el gas o el petróleo», concluyen.

05 Jun

Amaia Antxustegi: «Hay que reducir la basura y una idea es que pague más quien más genere»

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DEIA

Inmersa en la elaboración del tercer plan de residuos de Bizkaia, Amaia Antxustegi incide en la necesidad de reducir la basura generada en Bizkaia. No en vano, esa futura hoja de ruta incidirá por primera vez de manera directa no solo en la gestión de los residuos, sino también en su prevención. Otro de sus caballos de batalla es ayudar al primer sector a levantar cabeza tras la crisis, primero del covid y ahora derivada por la invasión de Ucrania, con un plan de choque que alcanzará los 1,5 millones de euros. «Esperamos tener ese plan para este mes», avanza la diputada de Sostenibilidad y Medio Natural.

Reciclaje, separación por fracción, reutilización… ¿Cuál es el principal reto que tiene por delante Bizkaia en materia de residuos?

—Tenemos que generar menos residuos; de hecho, en este tercer plan que estamos elaborando añadimos la prevención junto a la gestión, que antes iban en dos planes diferentes. Hay que tener, en nuestro día a día, pequeños gestos para proteger el medio ambiente porque lo que hacemos tiene impacto sobre él. En el plan se plantea que el 79% de los residuos tengan una valorización material, un 17,68% energética y un 2,49% termine en vertedero. No solo los que nos marcamos nosotros, sino también los que nos llegan desde Europa: reducir un 15% la generación de residuos respecto a 2010, o un 20% los envases ligeros.

¿Estamos en una buena situación?

—Según la última revisión de la prórroga del segundo plan, se están cumpliendo los objetivos y estamos alcanzando lo que está sobre el papel en la realidad. La satisfacción es muy alta. Y desde fuera, Bizkaia se toma como un referente en gestión de residuos. Hemos tenido visitas de Asturias y de diferentes países europeos para visitar las instalaciones y conocer cómo gestionamos la basura.

¿Qué nuevas estrategias se van a establecer en ese plan?

—El residuo inteligente, el tener el máximo de información, es fundamental para acertar en los objetivos de forma eficaz. Una idea puede ser implantar nuevos sistemas en la recogida, como puede ser el pago por generación u otros sistemas que nos puedan nutrir de datos, y explotarlos para trasladarlo a una medida.

¿Faltan nuevas infraestructuras?

—Se ha establecido una prognosis de cuál va a ser la generación de residuos en los próximos años y puede haber déficit en la capacidad de recibir basura. Por ejemplo, en orgánico; hemos implantado ya tres mini plantas de compost en Igorre, Getxo y Berriatua para complementar la central de Bizkaiko Konpostegia. Lo importante es maximizar la valorización material. Las inversiones que haya que realizar irán destinadas a que Bizkaia sea más sostenible y pueda gestionar esos residuos.

¿La capacidad de Zabalgarbi es suficiente para los próximos años?

—Estamos ahora preparando un plan estratégico precisamente para ver hacia dónde tiene que ir, cuál va a ser su futuro. De momento no hay nada decidido, barajamos diferentes opciones con los socios. Para nosotros es una infraestructura muy importante y ahí vamos a estar para que Zabalgarbi tenga ese futuro.

En los últimos años se han cerrado varios vertederos. ¿Los que quedan son suficientes?

—En la medida en que vayamos viendo cuáles son las necesidades futuras iremos adoptando diferentes decisiones, pero de momento tienen bastantes años de vida útil.

Bilbao ha implantado incentivos para el reciclaje de envases. ¿Se plantean algo así?

—El sistema de pago por generación te da esa opción; pagar la tasa correspondiente en función del residuo que generas. Es una de las medidas que se pueden implantar, pero lo tenemos que hacer con los ayuntamientos. Se pueden hacer campañas de reciclaje, de objetos de segunda mano… Hay diferentes medidas.

Ha citado a los ayuntamientos. ¿Cómo ha ido el proceso de participación con los entes municipales para elaborar ese nuevo plan?

—Tienen mucho que decir; no solo porque tienen competencia en esta materia, sino porque son los que conocen la realidad de cada municipio y sus aportaciones son esenciales. Hemos tenido 11 encuentros en los que han participado 8 de cada 10 ayuntamientos y mancomunidades, y hemos recibido más de 400 aportaciones.

¿Qué piden?

—Sobre todo, incidir en el reciclaje y en la prevención, y mejorar la recogida selectiva en origen. Y la coordinación institucional; a la hora de lanzar diferentes medidas es importantísimo saber qué está haciendo cada uno y cómo lo podemos hacer de manera conjunta. Porque cada municipio tiene su realidad y una medida puede que funcione en uno, pero no en otro. Hay que estar coordinados.

¿Sigue arrastrando el primer sector el impacto de la crisis del covid?

—Ya venía tocado antes de la pandemia de covid y la invasión de Ucrania ha agravado todavía más la situación por el incremento del precio de la energía, la falta de abastecimiento de piensos… Tenemos un firme compromiso con ellos: lanzamos una línea de ayudas bajo el paraguas del covid de 1,1 millones de euros, de los que se van a beneficiar unas 440 explotaciones.

El diputado general, Unai Rementeria, avanzó en abril un plan de choque de 1,5 millones de euros.

—Nos hemos reunido con los diferentes subsectores, pero también con los sindicatos, con Enba, con Lorra… Esperamos tener ese plan para este mes de junio y poder perfilar las diferentes ayudas, que pueden ser directas, como han sido hasta ahora, pero también hay que tener en cuenta que el primer sector, como otros, está en una época de transformación. También veremos qué nos plantean en ese sentido y cómo lo podemos abordar.

¿Hay subsectores más afectados?

—Sí. Sobre todo el de vacuno de carne y leche, y el ovino-caprino, pero también el de las aves de carne, los productores de manzana para sidra, los de sidra… El abanico ha sido muy amplio. El primer sector que tenemos en Bizkaia es familiar y les es difícil competir ante otros que están más globalizados. De ahí la importancia de consumir kilómetro cero y poner en valor el trabajo que hacen.

Han establecido una moratoria en la plantación del eucalipto. ¿Tan crítica era la situación?

—La aparición de la banda marrón provocó que muchos propietarios talaran sus árboles, se hiciera el aprovechamiento y algunos optaran por el eucalipto. No se ha incrementado demasiado la superficie, pero sí veíamos que teníamos que ponerle freno para que no fuera a más. Esta moratoria lo que nos va a permitir es trabajar en la actualización de la norma foral de montes, que es del 94, para adaptarla a las circunstancias y situaciones de los últimos años.

¿Cuál será la superficie máxima?

—El objetivo es que no vaya a más; las 23.000 hectáreas que teníamos antes de la moratoria serían el límite.

Y después de esa moratoria, ¿qué?

—Tenemos que responder a las diferentes necesidades, logrando un equilibrio entre lo económico y la producción; el ocio, que podamos disfrutar de nuestros monte, y la protección del medio ambiente. Para tramitar la moratoria estuvimos con los diferentes agentes –forestalistas, ecologistas…– y contaremos con ellos también para la futura Norma Foral de Montes. Escucharemos y responderemos a lo que podamos.

¿Han valorado las repercusiones económicas para el sector?

—Llevamos ya muchos años con el plan de ayudas al sector forestal, casi cinco millones de euros. El año pasado y este hemos respondido a todas las solicitudes que cumplían los requisitos. Tenemos ese compromiso.

¿Tienen previstas nuevas compras de monte?

—Sí. Hemos adquirido ya unas 350 hectáreas y este año vamos a comprar otras tantas. Se han destinado más de 4 millones de euros, también para la repoblación de esas parcelas.

¿Cómo está la banda marrón?

—De momento parece que controlada, aunque seguimos trabajando para hacerle frente. Vamos a repetir el tratamiento con bioestimulantes del año pasado en 4.000 hectáreas de Arratia porque ha funcionado. Además, estamos viendo cuáles pueden ser las especies no alternativas, sino complementarias al pino radiata. Hay que hacerlo de la mano de la industria porque tiene que haber una transformación hacia esa nueva especie.