Category: Zabalgarbi Noticias
Bizkaia recicla más y genera menos residuos
DEIA
La tasa de recogida selectiva en Bizkaia continuó el pasado año la senda de crecimiento y ha aumentado hasta situarse en el 52,7%, según los datos recogidos en el Observatorio de Residuos de la Diputación. Junto al incremento de la recogida selectiva, cabe destacar a su vez, la reducción de la generación de residuos durante el mismo ejercicio, que se cifró en 8.173 toneladas, un 1,27% menos que en 2021.
El Gobierno Vasco impulsará la educación ambiental entre la ciudadanía para avanzar en la sostenibilidad de Euskadi
GOBIERNO VASCO
Tapia ha hecho repaso de los hitos ambientales más relevantes conseguidos durante los últimos dos años, entre los que destaca la aprobación el pasado 16 de mayo del proyecto de Ley de Transición Energética y Cambio Climático.
Ha animado a la ciudadanía a participar en las actividades de recogidas de residuos organizadas para el fin de semana del 10 y 11 de junio en los centros ambientales de la red Ekoetxea.
La recogida y la gestión de la limpieza en Bilbao, reconocida por su eficiencia
DEIA
No es fácil llegar a estar –y mantenerse– entre los mejores. Las instituciones, sean del signo que sean, lo persiguen con insistencia. También Bilbao, claro, que ha vuelto a colarse entre las ciudades que pueden presumir de tener un servicio de recogida y gestión de limpieza envidiable. Una reciente encuesta de la OCU la sitúa como la segunda más limpia. Y este mismo año también, el botxo volvía a ser merecedor de las tres pajaritas azules que certifican y reconocen su calidad en la gestión municipal en la recogida selectiva. Es el máximo galardón y desde 2019 la villa se ha hecho merecedor del mismo.
La cosa no se queda ahí. Lo dicen desde el propio Ayuntamiento, conscientes de que su labor es mantener a la ciudad en las mejores condiciones, “con estándares altos de calidad” en cuanto a limpieza y recogida de residuos. “Queremos seguir siendo referentes en esta materia y conseguirlo, además, siendo más eficientes, ahorrando agua y con maquinaria menos contaminante”, enfatizaba Kepa Odriozola, concejal de Servicios y Calidad de vida.
No en vano, Bilbao invierte cada año casi 47 millones de euros en este capítulo. Solo así –y con las casi 600 personas adscritas a esta área– es viable continuar por el camino marcado y, al mismo tiempo, mantener el espíritu de superación marcándose nuevas metas. Por ejemplo, consolidar la tendencia positiva en materia de reciclaje y recogida diferenciada de residuos. La separación en origen es una pieza clave en el puzle de los residuos; tanto como la reutilización de aquellos que sea posible para conseguir que tengan una segunda y tercera vida.
Tal y como avanzaban fuentes municipales, ya se están dando pasos en ese sentido y dando la relevancia que merece a la llamada economía circular. Por ejemplo, se ha firmado con la Fundación Emaus un convenio de colaboración para facilitar a esa entidad social utilizar determinados espacios en las instalaciones del BilbaoGarbi de Elorrieta para la recogida y almacenaje de residuos sólidos urbanos de origen doméstico “y su correspondiente gestión de cara a una posterior reutilización”, concretaban.
De momento, la recogida selectiva sigue tomando peso en las cuentas generales del servicio de limpieza de la villa. Las toneladas de materiales y productos representaron el año pasado el 34% del total (49.342 toneladas), cuando dos años antes, en 2020, era el 31%. En buena medida por la concienciación ciudadana y en otra, gracias a las campañas específicas promovidas por el propio Consistorio dirigidas a los grandes productores con el objetivo de favorecer el reciclaje y la recogida separada.
El año pasado, sin ir más lejos, se puso el foco en el vidrio y en la materia orgánica y para ello se contó con la colaboración de comercios y establecimientos como bares, restaurantes, fruterías, supermercados y hoteles, pero también comedores sociales, hospitales, piscinas y el Mercado de La Ribera. “Como resultado de las campañas realizadas y la gran acogida recibida por los establecimientos, se ha iniciado la recogida selectiva puerta a puerta de las fracciones de papel-cartón, envases y orgánica”, apostillaron desde el Área de Servicios y Calidad de vida.
Un viaje de 1.650 kilómetros para incinerar toneladas de basura que salen de Roma
EL CONFIDENCIAL
Parte de los desechos de los hogares de Roma se incineran a 1.650 kilómetros de distancia: 900 toneladas de basura italiana viajan cada semana en tren hasta Ámsterdam para reducirse a cenizas y aliviar la presión sobre las calles de la capital italiana, pero Países Bajos también tiene que hacerse cargo del CO2 que se emite de la incineración.
Desde principios de este mes, Ámsterdam procesa 900 toneladas de basura romana que llega en fardos cada semana por tren gracias a un acuerdo entre la capital neerlandesa y el alcalde romano, Roberto Gualtieri, a quien se le acumulan los desechos domésticos en las calles, generando un enorme problema en Roma. Su prometido incinerador no estará listo hasta al menos 2026 y la capacidad de procesamiento de basura en Roma está al límite.
En 2013, Roma ha cerrado el megavertedero Malagrotta, el más grande de Europa, después de años pagando multas a la Unión Europea por violar las normas ambientales, pero esa decisión se tomó con una nueva política de basura que se demostró poco eficiente contra la cantidad de desechos, creando una emergencia en la capital y obligando a buscar soluciones a un problema creciente.
Tras largas negociaciones, el servicio de recolección de basura de Roma, AMA, y la planta incineradora de residuos AEB Ámsterdam, llegaron a finales de marzo a un acuerdo temporal: los italianos pagan a los neerlandeses 200 euros por tonelada de residuos incinerados; es decir, Roma se gasta 180.000 euros por semana para deshacerse de la basura de sus residentes.
Sin embargo, un grupo de expertos independiente de la agencia neerlandesa CE Delft publicó este martes un informe en el que concluye que este acuerdo es una victoria ambiental para Italia y el mundo, pero las emisiones de CO2 y nitrógeno que se contabilizan en Países Bajos aumentan con la incineración de desechos italianos, y alertó de que parte de esas emisiones podría desaparecer si se elimina el plástico de los residuos.
Los desechos domésticos en Italia consisten de una media del 13 por ciento de plástico, lo que es algo más alto en el caso de Roma, y esta parte relativamente pequeña genera más de la mitad de los gases de efecto invernadero cuando se quema en Ámsterdam, dice la agencia CE Delft.
Pero la basura adicional de Roma no está arrastrando las emisiones neerlandesas por encima del límite de CO2, aseguró un portavoz de AEB al diario neerlandés AD. «Nos fijamos en el beneficio para el medioambiente a nivel internacional, y eso nos permite quemar los desechos de la manera más eficiente posible», explicó el portavoz.
La instalación de reciclaje de la AEB Ámsterdam tampoco puede hacerlo porque está ya funcionando a pleno rendimiento. En 2021, el ayuntamiento neerlandés dejó de pedir a los residentes que separasen los residuos plásticos para reciclarlos porque aseguró que la AEB puede hacerlo con mucha mayor precisión utilizando su equipo especial.
Una planta de reciclaje es fácil de instalar. El problema, dice David Bolscher, analista del sector de la Industria, Transporte y Logística en ABN Amro, es que reciclar plásticos no es rentable y es mucho más caro que el plástico virgen o recién producido, por lo que, sin subsidios u obligaciones legales de usar plástico reciclado, la reutilización no despegará.
A pesar de esto, la medida, dice CE Delft, es un alivio para el medioambiente en general, puesto que los residuos no se acumulan en los vertederos de Roma y no producen metano (fuerte gas de efecto invernadero) añadido para Italia, y, además, esos residuos importados a Países Bajos se usan como materia prima para la producción de energía para negocios y hogares en Ámsterdam.
La AEB, ubicada en el puerto occidental de Ámsterdam, ha estado procesando desechos del Reino Unido durante 10 años y tiene otros acuerdos similares con Bélgica, Alemania, Islandia y Francia.
Un informe del Gobierno Británico propone usar las plantas de valorización energética para producir combustible de aviación
RESIDUOS PROFESIONAL
Según un informe encargado por el Gobierno del Reino Unido, las plantas de valorización energética de residuos podrían pasar a fabricar combustible de aviación sostenible en lugar de electricidad.
El informe, elaborado por Philip New, exdirector ejecutivo de Energy Systems Catapult, afirma que el Reino Unido tiene potencial para desempeñar un papel de liderazgo en el desarrollo de combustibles de aviación respetuosos con el medio ambiente.
Según New, esto es especialmente cierto en el caso de los combustibles fabricados a partir de flujos de residuos que contienen carbono, una tecnología que, en su opinión, «está a punto de implantarse», y que «ofrece una clara oportunidad que no debe desaprovecharse».
En su opinión, los residuos y otras materias primas biogénicas deberían utilizarse primero en sectores como la aviación, donde resulta difícil reducir las emisiones de carbono, en lugar de quemarlos para generar electricidad «relativamente rica en carbono».
El experto añade que cualquier revisión debería abordar la cuestión del papel de la conversión de residuos en energía en una futura red cero neto, «sobre todo cuando la capacidad de captura y almacenamiento de carbono no está aún entre las ventajas de la valorización energética de residuos».
El informe señala asimismo la existencia de antiguas plantas de procesamiento químico que podrían reconvertirse para la fabricación de combustible de aviación sostenible, muchas de las cuales se encuentran en zonas con un declive económico significativo.
Precisamente la semana pasada, el Secretario de Transportes del Gobierno británico, Mark Harper, lanzó un plan de acción para los próximos dos años con el objetivo de alcanzar cero emisiones netas en aviación o «jet cero» en 2050, acelerando el diseño, la fabricación y el despliegue de aeronaves e infraestructuras de emisiones cero en los aeropuertos británicos.
El Gobierno va a «invertir millones de libras» en las primeras plantas de combustible de aviación sostenible, «apoyando la investigación científica crucial a mayor escala y ayudando a reducir los costes de producción», declaró.
Bizkaia aumenta hasta el 52,7% su recogida selectiva para reciclaje en 2022 y reduce la generación de residuos en 8.173 toneladas
DIPUTACIÓN FORAL DE BIZKAIA
La disminución de la producción de residuos es más significativa en la fracción resto que en las demás y se sitúa en un 1,25%, lo que viene a confirmar que se está consiguiendo disminuir la producción de desechos en los últimos años. Se mantiene la tendencia de crecimiento en la recogida de la fracción orgánica, que pasa de una tasa del 2,93% al 3,30% y que en términos absolutos supone un incremento del 12,77% con respecto a 2021. La Diputación Foral de Bizkaia prosigue con la tramitación del nuevo plan de residuos del territorio, que recibirá en los próximos meses el informe definitivo de Evaluación de Impacto Ambiental como paso previo a su aprobación en consejo de gobierno y su remisión a las Juntas Generales para su tramitación.
La tasa de recogida selectiva continua la senda de crecimiento de los últimos años y ha vuelto a aumentar hasta situarse en el 52,7%, según los datos recogidos en el Observatorio de Residuos de la Diputación Foral de Bizkaia. Esta tasa supone 1,2 puntos más que el año pasado y se sitúa dos puntos por encima de la registrada en 2019, ejercicio en el que superó por primera vez la tasa del 50% que se marcaba como objetivo dentro del segundo Plan Integral de Residuos Urbanos. Junto al incremento de la recogida selectiva, cabe destacar también la reducción de la generación de residuos a lo largo de 2022, que se cifró en 8.173 toneladas, esto es, un 1,27% menos que en 2021.
Este incremento de la recogida selectiva viene auspiciado principalmente por un decrecimiento significativo en la recogida de la fracción resto, que alcanza las 14.000 toneladas. Pero también influye en ella el crecimiento que ha experimentado la recogida de la fracción orgánica, que mantiene la tendencia al alza de los últimos ejercicios y que es del 3,30% en 2022, más de un punto más que en 2021, de manera que pasa de las 16.603 toneladas de 2021 a las 19.673 el año pasado. En términos absolutos, por tanto, este crecimiento se sitúa en el 12,77% con respecto al año precedente.
La recogida de papel-cartón y la de vidrio siguen siendo las de mayor volumen, como habitualmente, con cantidades que alcanzan las 78.236 y las 28.934 toneladas, respectivamente. En cifras similares a esta última se sitúa la recogida de envases ligeros (20.843 toneladas).
La reducción de la generación de residuos no alcanza la experimentada en 2020 como consecuencia los cambios de hábitos que supusieron el confinamiento y las restricciones generadas por pandemia, pero sí supone un salto cuantitativo importante respecto a ejercicios anteriores a ese año, como 2019 (648.164 toneladas) y 2018 (646.574 toneladas, de manera que puede decirse que este indicador también mantiene un comportamiento positivo para la consecución de los objetivos medioambientales marcados de conseguir una menor producción de desechos.
El nuevo plan de gestión de residuos sigue su tramitación
Ese objetivo de reducción de los residuos que se generan en el territorio es uno de los objetivos marcados en el nuevo plan de gestión de residuos elaborado por la Diputación Foral de Bizkaia y que, en estos momentos, sigue su tramitación. De hecho, esta semana ha pasado de nuevo por el Consejo de Sostenibilidad, a la espera de que en los próximos meses pueda disponer del informe definitivo de Evaluación de Impacto Ambiental. A partir de ese momento, el texto del plan se aprobará definitivamente en el consejo de gobierno de la Institución foral y, posteriormente, se remitirá a las Juntas Generales para su tramitación y aprobación.
Este documento sienta las bases de la gestión de los residuos en este territorio en la presente década y marca como objetivos prioritarios la reducción de la generación de residuos en un 15% y la recuperación de 4,9 de cada 5 kilos de residuos generados (de ellos, 4 kilos se reintroducirán en la cadena productiva y otros 0,9 kilos se aprovecharán para la generación de energía renovable). Con el desarrollo de este plan, Bizkaia conseguirá en 2030 valorizar materialmente el 76,61% de sus residuos (reutilizar y/o reciclar el 70,97% y compostar un 5,64%), valorizar energéticamente un 20,90% y destinar a eliminación definitiva una vez ya tratados esos residuos, un 2,49%.
Otros objetivos del plan son:
- La reducción de un 20% con respecto al año 2019 en la generación de residuos de envases ligeros.
- Mejorar la tasa de preparación para la reutilización en un 20%.
- Asegurar la cobertura del 100% de la recogida selectiva de los residuos peligrosos del hogar, de textiles, de aceites de cocina, de voluminosos y RAEE y recogida separada de biorresiduos en los municipios.
- Integrar la información y las ideas innovadoras de la ciudadanía y los agentes económicos en un entorno digitalizado y colaborativo, que permita la generación de herramientas y palancas para la mejora continua del sistema de gestión de residuos.
- Disponer de un sistema integrado de la gestión de los residuos en todo el territorio y asegurar su sostenibilidad económica y medioambiental en colaboración con los ayuntamientos y mancomunidades.
Un paso adelante para cerrar el círculo del tratamiento de los residuos no reciclables
RETEMA
La Instalación Integrada de Recuperación de Recursos (Integrated Resource-Recovery Facility) es un nuevo modelo de instalación que pretende desbloquear todo el potencial de descarbonización de la conversión de residuos en energía. Este modelo de instalación representa un cambio radical en la evolución del tratamiento térmico de residuos. El objetivo de este prometedor proyecto es doble: por un lado presentar las principales características de esta planta, y por otro destacar el marco regulatorio de la UE.
Al tratar de forma segura la fracción no reciclable de los residuos, la valorización de residuos en energía es complementario a la prevención, reutilización y reciclaje de residuos. Sin embargo, a medida que la generación de residuos continúa aumentando en Europa y en todo el mundo, el sector está trabajando en formas innovadoras para alcanzar su máximo potencial.
ESWET, como representante de los proveedores europeos, se enorgullece de presentar su visión actualizada para el futuro de valorización energética de residuos: la Instalación Integrada de Recuperación de Recursos (Integrated Resource-Recovery Facility).
De hecho, este modelo no solo produce calor y electricidad, sino también hidrógeno parcialmente renovable y combustibles sintéticos, en sinergia con las tecnologías de captura y utilización de carbono. Además, se fomenta la recuperación de materias primas secundarias a través de metales, metales preciosos, minerales e incluso sales con procesos de recuperación mejorada aplicados a los residuos de incineración.
Este modelo es el siguiente paso para abordar los desafíos ambientales que plantean los desechos no reciclables: alcanzar por completo el potencial de descarbonización del tratamiento de residuos, asegurar la energía y los materiales en Europa y, finalmente, cerrar el ciclo de la economía circular.
La industria europea de gestión de residuos aborda los retos de la legislación europea
RETEMA
FEAD, EURIC, MWE y CEWEP, cuatro de las asociaciones más destacadas en el sector de la gestión y el reciclaje de residuos, unieron fuerzas y celebraron un debate con los responsables políticos para abordar la brecha en la implementación de la legislación sobre residuos de la UE. El evento reunió a expertos en gestión y reciclaje de residuos, miembros del Parlamento Europeo (MEP), agregados ambientales y funcionarios de la UE para discutir los desafíos que enfrentan muchos Estados miembros en la implementación de la legislación.
A pesar de la importancia de la legislación, todavía falta voluntad política en muchos Estados miembros. La discusión se centró en explorar las razones detrás de esto y encontrar soluciones sostenibles para superar los obstáculos, y el debate abarcó una variedad de temas como los envíos eficientes de residuos, el potencial de la conversión de residuos en energía, la mejora de las tasas de reciclaje, el instrumento jugado por objetivos de contenido reciclado para impulsar la transición hacia una economía circular y la importancia de la aplicación para combatir las actividades ilegales.
Pernille Weiss, eurodiputada, destacó que quiere que la UE “sea el centro de innovación de la gestión de residuos. Quiero que cada parte del ecosistema de residuos esté relacionada de alguna manera con la UE, desde la innovación y la investigación hasta el desarrollo, el ensayo y el error, porque también debemos permitir que eso crezca.
“Para tomar la iniciativa del debate, lo que necesitamos para una economía próspera, climáticamente neutral y circular en Europa es autosuficiencia. Lo conseguiremos implementando la legislación sobre residuos y trabajando juntos para recolectar flujos de residuos limpios por material, extrayendo hasta el último grano de valor a través de la reutilización, el reciclaje y la recuperación y manteniéndolo dentro de un ciclo circular”, explicó el secretario general de MWE, Vanya Veras.
Por su parte, la presidenta de FEAD, Claudia Mensi, afirmó que cerrar la brecha de implementación es esencial para aprovechar todo el potencial de una economía circular. «Como una industria líder en gestión de residuos que cubre todos los aspectos de los residuos, queremos un reconocimiento claro de que nuestra industria ha pasado de ser un proveedor de servicios al final de una economía lineal a estar en el centro de la economía circular”.
Por su parte, Emmanuel Katrakis, El Secretario General de EURIC, expresó que implementar y hacer cumplir la legislación sobre residuos es esencial para nivelar el campo de juego y convertir los residuos en recursos. Sin embargo, el acceso sin trabas a los mercados europeos e internacionales, los criterios de eliminación de residuos en toda la UE y los objetivos de contenido reciclado son componentes indispensables para la transición hacia una economía circular y climáticamente neutra.
También la Secretaria General de CEWEP, Ella Stengler, insistió en que «no podemos darnos el lujo de desperdiciar los materiales y la energía incrustados en los desechos. Por lo tanto, debemos hacer cumplir adecuadamente las leyes europeas sobre desechos y la jerarquía de desechos. No hay vuelta atrás, no si queremos alcanzar los objetivos ambientales y climáticos por los que nos esforzamos”.
En representación de la Comisión Europea, el Sr. Aurel Ciobanu-Dordea subrayó que la mayoría de los Estados miembros de la UE corren el riesgo de no cumplir los objetivos de 2025 y que el bloque se enfrenta a problemas de calidad de los datos, con desperdicios no declarados en algunos países de la UE.
«Con la basura de todos los vertederos se podría generar el 4% de la electricidad que consume España»
EL DIARIO VASCO
Existe una alternativa a llevar residuos no recicables al vertedero: quemarlos para obtener energía que luego se vierte a la red. Este proceso se denomina valorización energética de residuos y se realiza en plantas industriales diseñadas para tal fin. Y hoy en día, cuentan con una tecnología que limita la emisión de gases nocivos a la atmósfera. En Europa es común; en España, testimonial.
El presidente de la asociación que representa las plantas de valorización energética de residuos en España (Aeversu), Rafael Guinea, analiza el porqué del rechazo que nuestro país aún mantiene a un proceso que podría eliminar y reemplazar gran parte de los vertederos que pueblan la geografía española.
Con estas plantas, que todavía apenas superan la decena en España, en vez de tirar 12 millones de toneladas anuales al vertedero, se obtendría energía a través de la combustión que iría a la red de distribución.
-¿Qué residuos se destinan a las plantas de valorización energética?
-La gestión de residuos es algo que tiene una jerarquía muy clara, que se lleva muy a gala en Europa, donde somos los líderes a nivel mundial. Lo primero es reducir los residuos, para generar lo menos posible, aunque por desgracia la sociedad cada vez genera más. En segundo lugar, lo que no se pueda reducir se debe reciclar. A partir de ahí hay ver qué se hace con el resto de residuos. Históricamente lo que se ha hecho en España es llevarlo a un vertedero. Pero desde un punto de vista medioambiental, energético y de sentido común hay que saber que a esa basura se le puede dar una segunda sacando la energía hay en ella.
-¿Cómo es el proceso que convierte la basura en energía?
-Los residuos son tratados en una instalación, relativamente compleja, moderna, en la que a través de la combustión se saca el calor y con él se genera electricidad, que se vende a la red. Esta energía (en su mayoría) es renovable. También es estable y gestionable. Además, hoy sabemos que este proceso ayuda a reducir las emisiones de CO2 más que llevando la basura a un vertedero. Llevar la basura a un vertedero es meter en un problema a las generaciones futuras porque entierras la basura y contaminas el suelo y el aire durante años. Si tienes una alternativa científica que te permite gestionar esta basura y que, además, te da un beneficio -como es la obtención de energía- deberíamos empezar a aprovecharla.
-¿Es tan común en Europa?
-Pues sí, tampoco estamos inventando nada nuevo. En Europa hay más de 500 instalaciones. A nivel mundial cerca de 3.000 pero en España, un poco por tradición o porque tenemos mucho territorio y muchos sitios donde ‘esconder’ la basura, tenemos pocas. Solo 12 instalaciones repartidas por distintas comunidades autónomas. En cambio tenemos un montón de vertederos funcionando.
-¿Estas plantas y sus procesos de combustión pueden contaminar más que un vertedero?
-Estas plantas son tres en sí: una de sólidos, donde llega la basura y se separa lo reciclable; otra de producción de energía eléctrica tras la combustión y por último una planta de tratamiento de limpieza de gases. Esta última cuenta con una tecnología muy implementada y fiable por la cual todos los contaminantes que se producen en esta combustión son eliminados. Por ejemplo, los metales pesados que contienen los residuos. Lo que se consigue es rebajar al 1% los contaminantes que ya traían los residuos. Al final, sacas unos gases limpios cuyo problema a día de hoy es que tienen CO2, pero en gran parte es biogénico (procedente de basura orgánica, madera, biomasa, etc.). Esto obligatorio para todas las plantas y cada día son más las exigencias medioambientales; tanto que actualmente la chimenea de una planta de valorización es la que tiene las normativa más restrictiva del sector. No hay otra industria más limpia. Esto es un logro del movimiento ecologista, que han logrado que las chimeneas de estas plantas saquen, no diré ya aire puro, pero prácticamente.
-¿Cuánto más contamina un vertedero que una planta de este tipo? ¿Está medido?
-Sí está medido. El principal gas emisor de efecto invernadero de los vertederos es el metano. Una molécula de metano es 27 peor que una de CO2 para el efecto invernadero. Así, está calculado que llevando los residuos a un vertedero se produce un 250% más de efecto invernadero que con la valorización energética. Además, no se produce ninguna energía.
-¿De aprovecharse todos los residuos que llegan a vertedero, qué porcentaje de electricidad se aportaría a la red?
-Hasta un 4% de la electricidad que se consume en España. En esto hay una salvedad importante que remarcar: no se trata de que con esto vayas a cambiar todo lo que necesitamos cambiar en España para alcanzar las cero emisiones energéticas, pero sí es una energía gestionable. Su generación no depende de que sople el viento o haga sol. Así, resultar ser un buen complemento al sistema, ya que te permite producir energía eléctrica cuando se necesite porque no haya ni viento ni sol.
-Hay 12 instalaciones en España. ¿Hay comunidades con mayor implicación en esta alternativa al tratamiento de residuos?
-Cataluña es la que más instalaciones de este tipo tiene, con cuatro. Va seguida de Baleares y País Vasco con dos. En Galicia, Madrid, Cantabria y Melilla, hay una por ejemplo… Aquellas comunidades que tienen más densidad de población por metro cuadrado se han manifestado en contra de tener vertederos cerca. Así, se han desarrollado más plantas porque es una instalación que no afecta (o no impacta) a la vecindad. Pero hay comunidades con mucho territorio en las que pueden tener vertederos y poner la basura más lejos, con lo que no se han desarrollado ninguna.
-¿Por qué no tiene más implantación en España esta alternativa al margen de tener mucho terreno libre para instalar vertederos?
-En España se lleva muchos años diciendo que la incineración es mala en términos absolutos, mala para la salud, que es una mala gestión de residuos… Y eso ha ido calando. Se necesitaría una valentía política para tomar una decisión y cambiar el hecho de que hoy el país europeo que más toneladas de residuos lleva a vertedero. No hay nadie a su nivel. Y eso es algo que en Europa sorprende y no gusta. Además del tema territorial que comentaba (que hay tierras para enterrar la basura) hay un tema social y político por el cual no se asume la responsabilidad de explicar bien esta alternativa de gestión y de defenderla, a pesar de que, una vez implantada, sea positiva. ¡No solo positiva! Sino que ya es obligatoria por normativa europea. En España tenemos un problema social tan grave que incluso nos lleva a incumplir normativa europea. Con esto me refiero a que teníamos un objetivo de reciclaje del 50% para 2020. En 2023, aún estamos el 38%. Pero, además, los objetivos marcan que para 2035 todos los países europeos tienen que reciclar el 65% y, como mucho, debería estar llevando al vertedero el 10%. Como mínimo, para no suspender, deberías valorizar el 25% de residuos. El 10% de vertedero y el resto (65%), al reciclaje. Ahora mismo solo pasa por las plantas de valorización el 12% de los residuos. Así que España necesita, como mínimo, duplicar las instalaciones para alcanzar esta capacidad. Si se mira el mapa hay zonas donde la necesidad es evidente. Madrid por ejemplo solo tiene una pequeña planta y lleva muchísimas toneladas de residuos a vertedero. Y otras como Andalucía y Valencia también las necesita. Pero hay un discurso que no se quiere dar.
-¿Hay tiempo para duplicar esta capacidad?
-En una década hay tiempo de sobra. Levantar una planta puede llevar dos años. Aunque luego lo que más tarde sean los permisos, algo que sucede con cualquier tipo de instalación. Pero en cuatro años puedes tener una planta en marcha.
-¿Por qué este aspecto de la gestión de residuos no está más presente en el debate público, a diferencia de otros?
-Hay un movimiento que está haciendo mucho daño a la valorización de residuos que es el que proclama el ‘residuo cero’ como alternativa. Y esto es una entelequia, es imposible. Se da la circunstancia de que se ponen en contraposición las políticas de ‘residuo cero’ a la valorización. Pero seguimos mandando 12 millones de toneladas al vertedero. Entiendo que entre 12 millones de toneladas y cero debe existir una gama para la gestión de estos residuos. Es como si no quieres construir hospitales porque quieres implantar una política de ‘enfermedades cero’.
-¿Hay riesgo de que se recicle menos con la expansión de estas plantas? Es decir, que acabe quemándose lo que se podría reciclar.
-Pasa al contrario. Cuando miras las estadísticas europeas ves que los países que más reciclan son los que más valorizan. El vertedero sí que lo fagocita todo porque tiene un precio tan bajo que no compensa ni reciclar, ni separar… simplemente se mete todo en un agujero y se olvida. Los países que menos reciclan son los que más vertederos tienen; entre ellos España.
-Decía que Europa sorprende esta condición de España…
-En Europa esto no existe. Y ya no hablamos de pequeños países nórdicos donde el desarrollo medioambiental ha sido mayor, sino de países grandes como Alemania, con toda su extensión y desarrollo, que solo manda vertedero un 2% de los residuos, porque lo que se no se puede reciclar se valoriza energéticamente. En Europa no entienden nuestra situación con los vertederos, cuando hay otros desarrollos medioambientales importantes como los Parques Naturales o las renovables.
-Ahora que habla de renovables. ¿Hay algún aspecto medioambiental que pueda frenar la instalación de una planta de valorización?
-Lo que hay es la política del miedo. Nadie quiere una instalación industrial en el patio trasero de su casa. Pero la ventaja es que estas instalaciones se ponen donde antes había un vertedero. Y lo cierto es que si le dices a la gente que en vez de un vertedero vas a tener esta industria, suele ir bien. La experiencia que tenemos es que la gente lo agradece. Hay miles de estudios epidemiológicos que avalan estas plantas. El 90% de las ciudades europeas tiene una planta de valorización en la ciudad y han hecho sus estudios de impacto en la salud de la población y todos saben que no hay una incidencia directa por contaminantes en la salud de las personas.
-¿Hay margen de mejora en la tecnología de la limpieza de emisiones estas plantas o están en su tope?
-El desarrollo científico nunca está en su tope, en verdad. Ahora tenemos un medidor de dioxinas y el límite impuesto por ley es el que tiene la propia herramienta para medir. Por debajo del límite que tenemos, el medidor ya no mide. Podría ser menor, pero es tan baja que ni se podría ya medir.
-¿Por qué no se aprovecha más el rédito social que puede tener la eliminación de vertederos?
-Con un enfoque social, y más pensado en ver lo positivo de esto, podría ser una forma de despegar. En Europa, por ejemplo, las calefacciones de las casas se alimentan del calor obtenido de la planta de revalorización de residuos. Así la gente tiene calefacción garantizada, independientemente de si hay guerra en Ucrania o si los precios del gas suben o bajan, y a un precio estable porque los residuos los gestionas tú localmente y los precios se ponen desde el ente público. Todas las ciudades del norte tienen este sistema de calefacción.
-¿Para hacer algo así aquí en España se tendría que invertir mucho en infraestructuras o no sería tan complejo el cambio?
-Efectivamente, hay que cambiar todas las tuberías de distrito, tanto de frío como de calor, pero todo es empezar. El ejemplo es el barrio 22@ de Barcelona, donde las casas no tienen calderas de calefacción. En Amsterdam, por ejemplo, está prohibido que cada edificio tenga caldera. Cuando era carbón, por supuesto, pero ahora con el gas también. Para ellos no tiene sentido, como pasa en España, que cada casa emita emisiones con su caldera y no se pueda controlar. Así que lo prohibieron y la ciudad es la que da la calefacción. Es otro modelo. Está claro que si no damos nunca el primer paso no avanzaremos.
-¿Todo puede ser valorizado?
-Hay algunas cosas que no. El vertido cero, en realidad, tiene que asumir que más o menos 3-4% de residuos no se pueden ni reciclar ni valorizar. Estamos pensando, por ejemplo, en grandes neumáticos de maquinaria industrial o grandes cabos de amarre anchos como tuberías que se usan los buques. Cosas muy específicas que no se pueden tratar de ninguna otra manera.
Garbiker y EVE construirán una planta de biometanización para producir gas renovable a partir de residuo orgánico
DIPUTACIÓN FORAL DE BIZKAIA
Esta planta generaría energía equivalente al consumo de 6.000 hogares al año Bizkaia se fija como objetivo multiplicar por cuatro la recogida selectiva de los hogares y comercios a través del contenedor marrón, llegando a superar las 50.000 toneladas anuales en 2030. Esta planta de biometanización, cuya construcción y explotación se prevé dentro del nuevo plan de gestión de residuos de la Diputación Foral de Bizkaia con horizonte 2030, se ubicará en el Ecoparque de Artigas y ocupará una superficie aproximada de 8.300 metros cuadrados junto a la actual planta de compostaje. El proyecto se enmarca dentro la Estrategia Energética de Euskadi 2030 (3E 2030) impulsada desde el Gobierno Vasco.
Garbiker y el Ente Vasco de la Energía promueven la creación de una planta de biometanización para dar respuesta en los próximos años al crecimiento esperado de la recogida selectiva de la fracción orgánica. El nuevo plan de prevención y gestión de residuos que elabora la Diputación Foral de Bizkaia identifica el orgánico del contenedor marrón como el residuo urbano donde existe mayor margen de mejora. Así, el plan prevé que esta recogida pueda multiplicarse por cuatro para el año 2030, lo que supondría que las actuales infraestructuras de tratamiento no serían capaces de asumir las más de 50.000 toneladas revistas. Por esa razón, se ha proyectado una planta que complemente las labores de las instalaciones de compostaje de Bizkaiko Konpostegia y de las tres plantas comarcales.
Garbiker y Eve han trabajado conjuntamente en el desarrollo de este proyecto para la valorización del residuo que se deposita en el contenedor marrón. El marco en el que se desarrolla el proyecto es la Estrategia Energética de Euskadi 2030 (3E 2030) impulsada desde el Gobierno Vasco. Con esta planta de biometanización se conseguiría una aportación energética equivalente al consumo térmico de 6.000 hogares o al de casi 3.000 vehículos al año, además de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 95% en comparación con las emisiones que irían asociadas a combustibles fósiles.
Esta aportación energética se realizará a través de un proceso en el que se descompone la fracción orgánica en ausencia de oxígeno para generar biogás que, tras ser purificado, se convertirá en biometano, de iguales características caloríficas y comportamiento que el gas natural y que será inyectado a la misma red de este gas natural. Asimismo, se plantean posibles alternativas a futuro para el aprovechamiento de este biogás, que también podría utilizarse para para generar biohidrógeno u otros usos renovables.
En el proceso de descomposición de la fracción orgánica para la creación de biogás también se genera un residuo sólido estabilizado que se denomina digestato, o digerido sólido, y que se trata para generar compost en condiciones similares a la fracción orgánica procedente directamente del contenedor marrón, es decir, sin el proceso previo de obtención de biometano. Este digestato requerirá de un menor tiempo de fermentación y maduración, lo que contribuirá también a aumentar notablemente la capacidad de producción de Bizkaiko Konpostegia.
Con todo ello, al entrar en funcionamiento la planta de biometanización, el flujo de entradas y salidas anuales en el sistema de tratamiento de la fracción orgánica sería: 6.000 toneladas a compostar en las plantas de compostaje comarcal, 50.000 toneladas a tratar en la planta de biometanización y el digestato resultante a compostar en Bizkaiko Konpostegia, planta que podría absorber aún el exceso que hubiera de recogida de orgánico en el contenedor marrón.
Operativa a principios de 2025
La planta de biometanización se ubicará en el ecoparque de Artigas, sobre una superficie de 8.300 metros cuadrados, aprovechando el espacio de una antigua infraestructura ya existente. Estará por tanto en un complejo de tratamiento de residuos ya existente, cerca del destino del digestato resultante para su recuperación, de forma que se minimiza el impacto ambiental que supone el transporte de los mismos.
Para su puesta en marcha, Garbiker y el EVE han licitado la entrada al proyecto de una entidad privada que aportará el conocimiento técnico y operativo necesarios para la construcción y explotación de la planta, así como una parte importante de la financiación necesaria para su desarrollo. Este contrato se prolongaría durante 25 años; los dos primeros para llevar a cabo la inversión inicial y construcción de la planta y los 23 restantes para su explotación.
Este socio privado se integrará en lo que se conoce como una sociedad de economía mixta, público-privada, que se espera que esté constituida en el primer trimestre del año y que será la entidad que redacte el proyecto de ejecución, cuya construcción arrancaría este 2023 y finalizaría a finales de 2024, previsiblemente
A falta de definir el proyecto constructivo, la inversión que se estima necesaria para la puesta en marcha de la nueva infraestructura de tratamiento orgánico será de entre 17 y 18 millones de euros.
Ventajas de la biometanización
La biometanización es un proceso para la producción de biogás a partir de la materia orgánica del contenedor marrón. Este biogás, tras un proceso de limpieza, se va a transformar en biometano para su inyección a la red de distribución de gas natural para su consumo posterior. El biometano, junto con el hidrogeno verde, van a jugar un rol fundamental en la descarbonización de la economía.
Se trata de una tecnología contrastada, y es un sistema de tratamiento para la fracción orgánica con mayor implantación en Europa que otros como la hidrotermalización. El biometano se presenta como una palanca importante para el cumplimiento de objetivos de integración de energías renovables y de reducción de emisiones.
La incorporación de este biogás transformado en biometano a la red de gas natural conlleva no sólo una valorización más eficiente del biogás, sino que además aporta flexibilidad tanto para el productor como para el consumidor.
Además, la producción estable de biometano implica una producción base de energía que aporta también otras ventajas, tales como la descarbonización de diferentes sectores o una mayor independencia energética al territorio al ser una fuente de energía autóctona, que proporciona seguridad energética.