Elena Unzueta: «Alava y Gipuzkoa envidian nuestra gestión de residuos y playas»

12 junio, 2017 Zabalgarbi Sin categoría, Zabalgarbi Noticias

EL CORREO

No es la voz del diputado general, pero sí de la Diputación. Y además lleva las riendas de un departamento que antes eran dos: Sostenibilidad y Medio Natural. Elena Unzueta repasa los retos de su negociado a punto de cruzar el ecuador de la legislatura.

Montes, playas, agricultura, ganadería, flora, fauna… Y portavoz foral. Un cóctel difícil de digerir.

Es un reto interesante. La fusión de los dos departamentos tiene mucho sentido, porque Agricultura y Medio Ambiente comparten el espacio que necesitamos cuidar.

¿Es la voz de Unai Rementeria?

No, soy la voz de la Diputación. La que traslada el trabajo de los equipos humanos de cada departamento. El trabajo oculto, no visibilizado y casi no reconocido del día a día.

¿Cuál ha sido la mejor noticia que le ha tocado dar como portavoz?

Han sido muchos los martes de sonrisa por hablar de proyectos en los que visibilizas el efecto que van a tener en la ciudadanía.

¿Y la peor?

La muerte de un trabajador de la sociedad pública Basalan. Fue un momento muy doloroso, muy duro.

¿Cómo es su relación con los portavoces de los grupos junteros?

Por encima de las siglas políticas están las personas. No existe una mala relación.

¿Y con los de las diputaciones de Álava y Gipuzkoa?

Coincidimos en eventos, y cuando nos encontramos los tres somos los del gremio, los que tenemos la antena abierta y una relación más cercana con los departamentos. Lo bueno de ser portavoz es que tienes acceso a todo lo que pasa en la Diputación.

¿Hay una lucha entre territorios por demostrar cuál es el mejor?

No. Te lo digo desde la vivencia de mi propio departamento, que también en las otras diputaciones está desdoblado. Tenemos algo que nos une, el programa de desarrollo rural a nivel europeo, y estamos siendo capaces de llegar a acuerdos. No es una cuestión de competir. Euskadi es muy pequeñito, pero la realidad de Bizkaia en ciertos temas es muy diferente a Álava o Gipuzkoa.

¿Qué problemas de medio ambiente preocupan en Bizkaia?

El tema estrella son los residuos. El objetivo era habilitar entre 2005 y 2016 infraestructuras que no había en Bizkaia, y ya tenemos las cuatro que marca Europa: la planta de tratamiento mecánico biológico, la de valorización energética, compostaje, vertedero… Pero hay margen de mejora. El reto es consolidarlas, aunque estamos en situación ventajosa, y así lo reconocen los territorios vecinos. Cuando te vienen a ver de Álava y Gipuzkoa siempre dices «tenemos que mejorar». «Sí, pero tenéis y nosotros no tenemos», contestan ellos.

¿Es lo único que reconocen?

En tema de playas tenemos un modelo que también en Gipuzkoa es algo a envidiar, y no es una competencia foral. «¡Qué suerte!», te dicen. Pues sí, pero es que la Diputación invierte 5,5 millones cada año que deberían pagar los ayuntamientos. El sistema está muy bien valorado, y queremos mantenerlo. No dar ni un paso atrás. Decreto para zonas naturales

En materia de reciclaje, lo dijo Rementeria, nos hemos relajado.

Cada vez hay más gente que tiene los cinco contenedores en casa. La cuestión está en que se usen bien. Espero que el llamamiento del diputado general dé sus frutos.

¿Piensa realmente que los vizcaínos se van a implicar?

Para motivar a la población lo mejor es que sepan que si yo, como ciudadano, reciclo perfectamente, mi ayuntamiento, al que estoy pagando muchos impuestos, obtiene beneficios por eso que deposito. Y si lo hago bien voy a echar mucho menos en el contenedor de restos, y así mi ayuntamiento tendrá que pagar menos por el tratamiento. Vamos a pensar con la cabeza y el corazón. Hay que cambiar el chip.

Con el verano las áreas recreativas se saturan.

Las 70 áreas naturales del territorio precisan de una gestión similar a las playas. Los ayuntamientos nos transmitían situaciones que podían poner en peligro o generar conflictos personales e incluso ambientales. Estamos trabajando en un nuevo decreto que va a regularlas. Por ejemplo, para limitar la entrada de vehículos a motor o a tracción, impedir que se haga fuego fuera de las barbacoas…

Sólo tres playas vizcaínas –Ereaga y Arrigunaga, en Getxo, y la de Ea– tienen bandera azul. ¿Es cuestión de dinero?

Esta Diputación no apuesta por las banderas azules, sino por una gestión de la calidad en esas playas.

La huelga de la planta de Tratamiento Mecánico Biológico (TMB) impidió en 2016 lograr el objetivo de tratamiento de basuras. ¿Se han tomado medidas contra la UTE?

No se cumplió al 100% por la huelga, que es un derecho de los trabajadores. Por una cuestión ajena.

¿Cómo va la ampliación del vertedero de Artigas?

Bien. Este año podrá recuperar la actividad.

El sector lácteo está bajo amenaza por la macroexplotación lechera proyectada en Soria.

Las noticias son dudosas, pero es un riesgo para el sector. Tenemos que preocuparnos, pero también ocuparnos y hacer un llamamiento a la ciudadanía. Siempre insisto en que consumir leche de Bizkaia supone mantener el empleo.

Cada vez más jóvenes apuestan por la agricultura ecológica para llevar un sueldo a casa.

La gente que se incorpora al sector lo hace en agricultura ecológica y está llegando muy bien a los mercados. Lo que choca con los principios de agricultura son los huertos lúdicos. Si yo, no profesional de la agricultura, en mi tiempo de ocio tengo acceso a un terreno para cultivar voy a dejar de comprar al profesional. No es nuestro objetivo.

El dopaje en pruebas deportivas con animales les ha puesto en jaque. ¿Ha habido más expedientes?

En agosto de 2017 se aprobó un decreto para regularlo. Que un animal dopado pudiera llegar al matadero, a la carnicería y a las casas era un riesgo. Y luego estaba el maltrato animal. Desde que entró el vigor el decreto se han detectado cuatro casos de dopaje, y hay cuatro expedientes abiertos. El último en noviembre.

¿Qué opina del posible cobro de un peaje por entrar a Bilbao?

Por lo que sé es una idea que se baraja. Vamos a ver lo que se decide.

Desde el punto de vista del medio ambiente tiene sentido.

También que hagamos uso del transporte público. Me corresponde animar a la ciudadanía a que lo utilice. O que el que pueda vaya en bici o a pie a su trabajo. Eso sí que son medidas ambientales efectivas.