Nuevos procesos de valorización de residuos
ECONOTICIAS
En el caso concreto de los residuos de envase, las fracciones susceptibles de valorización energética son aquellas que proceden de la recogida de Residuos Sólidos Urbanos en masa y por tanto están muy contaminadas, o bien la fracción resto de las plantas de clasificación de envases. El potencial calorífico de estas fracciones suele ser elevado, por lo que su aprovechamiento energético está justificado.
Actualmente existen varias tecnologías de valorización energética (principalmente combustión, gasificación y pirólisis), siendo la más extendida en España la combustión en plantas de incineración, las cuales deberán ser energéticamente eficientes para que la gestión de los residuos en las mismas pueda considerarse valorización y no eliminación. Mientras, la gasificación y la pirólisis están comenzando a ser consideradas por las industrias, apostando cada vez más por ellas, si bien se está trabajando para asegurar un funcionamiento óptimo.
Combustibles alternativos
Por otro lado, el gran interés en el uso de residuos como combustibles alternativos dado su potencial energético y oportunidades de ahorro en los sectores industriales, ha provocado en los últimos tiempos una gran cantidad de iniciativas de desarrollo tecnológico en operaciones de acondicionamiento. Estas operaciones son necesarias para que los residuos puedan sustituir parcialmente a los combustibles fósiles, llevando a cabo procesos de co-combustión competitivos. Dicha opción está tomando mayor impulso en España en los últimos años como fuentes en industrias altamente demandantes de energía. En este sentido, desde hace algunos años se están utilizando en estas industrias distintos combustibles derivados de residuos para la sustitución parcial de combustibles fósiles.
Los residuos deben ser adecuados para ser utilizados como Combustible Sólido Recuperado (CSR). Para la adecuada preparación del CSR son necesarias distintas etapas: eliminación de impropios, trituración, molienda, secado, homogeneización del residuo, mezcla con otros componentes, compactación y enfriado, las cuales deberán ser aplicadas en mayor o menor medida según las características del residuo.
Eliminación de impropios: aquellos elementos del residuo que pueden hacer que el combustible resultante no sea adecuado para su alimentación en el horno industrial, ya sea porque no permite la consecución de las características necesarias (PCI, morfología) o porque la combustión de estos elementos comporte riesgos para el medio ambiente o la salud (presencia de metales pesados, cloruros, etc)y, por tanto, deberán ser eliminados. Para ello existen diferentes tecnologías de separación de impropios en función de la necesidad que presente el residuo: separación en función del tamaño o densidad, separación de metales férricos y no férricos y otras tecnologías de separación.
Trituración y molienda: Según el tamaño que requiera el residuo para su transporte, almacenaje y posterior combustión, se triturará y/o molerá el residuo. Para ello existen diferentes opciones tecnológicas, siendo las más habituales las trituradoras de cuchillas, molienda criogénica, molinos de cuchillas, molinos de bolas, molinos de rodillos, etc
Secado: En función del contenido en humedad que tenga el residuo, se deberá evaluar la necesidad de reducir dicha humedad para incrementar su PCI y reducir su reactividad. Las tecnologías de secado que se pueden aplicar serán bien por convección, por conducción o por radiación.
Homogeneización y mezcla con otros componentes: Con el objetivo de garantizar la consecución de las características necesarias para el combustible, se deberán mezclar con otros residuos u otras materias primas. Para ello se utilizarán tanques o depósitos habitualmente dotados de sistemas de homogeneización como agitadores o mezcladores.
Compactación: Para facilitar el almacenaje, el transporte, así como la alimentación del combustible, en ocasiones es conveniente la compactación del CSR. Para ello, las tecnologías más habituales son la peletización y la aglomeración de disco.
Enfriado: Puesto que en el proceso de compactación los residuos adquieren elevadas temperaturas, es necesario su enfriamiento posterior para reducir la reactividad y la posibilidad de combustión del mismo. Las tecnologías habitualmente utilizadas para ello son los enfriadores horizontales y los enfriadores de contraflujo.
Actualmente existen en Europa distintas plantas de preparación de CSR a partir de residuos, tanto urbanos como industriales. La fracción principal de los residuos que reciben en la planta son envases plásticos (film, PET, PEAD, PS, EPS, etc), consiguiendo así una fracción combustible alrededor del 93,5%.
Aprovechamiento comercial
Todavía queda mucho trabajo por realizar para optimizar los procesos y tecnologías que utilizan los residuos como fuente de energía. Desde el Instituto Tecnológico del Embalaje, Transporte y Logística se trabaja en diversos proyectos, como por ejemplo VALORES, financiado por el IMPIVA de la Generalitat Valenciana y los Fondos FEDER de la Unión Europea en el programa de ayudas a los Institutos Tecnológicos 2012 (Expediente IMDECA/2012/98). Su principal objetivo es el desarrollo de nuevas aplicaciones para residuos con dificultades específicas de valorización generados por estos sectores.
ITENE se encarga de estudiar la fracción rechazo de las plantas de clasificación de envases, al objeto de definir potenciales salidas comerciales que podrían desarrollarse. En concreto, se encarga de la caracterización de los diferentes residuos considerados así como del desarrollo de nuevas alternativas de valorización, tanto material como energética, a partir del tratamiento previo de estos materiales para su adaptación a diferentes procesos productivos. Es interesante destacar que esta iniciativa se desarrolla junto a otros centros como AIDICO, AIDIMA e ITC, que estudian otras vertientes de residuos al objeto de encontrar diferentes estrategias de valorización desarrolladas de forma transversal entre los respectivos sectores de actividad y por lo tanto generando nuevas sinergias.
En esta línea, ITENE también ha trabajado en el proyecto proCSR, en un consorcio de empresas y centros de investigación liderados por URBASER y formado junto a CEMEX, APPLUS y CIEMAT. En este proyecto, con el apoyo del Ministerio de Ciencia e Innovación y los Fondos FEDER de la Unión Europea, se investigan nuevas tecnologías de acondicionamiento de los rechazos procedentes del tratamiento de RSU para su valorización energética.
El principal mercado al que se dirige este proyecto es la industria cementera, dado que es uno de los sectores que más energía demanda y con un alto poder de aplicación del combustible sólido recuperado. Aquí, los costes energéticos corresponden a un 30-40% de los costes totales en la producción de cemento. Los resultados también serían aplicables a otros sectores con alto consumo energético como plantas térmicas, azulejeras, hornos de cal y altos hornos. La sustitución de combustibles fósiles por un combustible sólido recuperado producido a partir de residuos contribuirá a reducir los costes energéticos, contribuyéndose así a una mayor competitividad de la industria. Además de evitar la disposición en vertedero de los rechazos y por tanto suponer un importante beneficio medioambiental, las empresas gestoras darían además una nueva salida comercial a sus residuos. Esta tecnología permitirá aprovechar la energía contenida de más de 1 millón de toneladas/año de materiales que en este momento se depositan en vertedero y supondrá el ahorro de las emisiones de CO2 que se emitirían si esta cantidad de residuos acabase en vertedero.
Lo que es evidente es que los envases y embalajes, además de jugar un papel muy importante en nuestra sociedad, ofrecen grandes oportunidades también en su fin de vida, bien por su reciclaje o bien por su valorización energética. En estos momentos se están realizando esfuerzos para desarrollar nuevos procesos que tienen como objetivo mejorar la gestión de estos residuos, cuyo objetivo final sería obtener el tan deseado residuo cero.
En los últimos cuatro años Sogama posibilitó el reciclaje de cerca de 72.600 toneladas de residuos.
COMUNICADO SOGAMA
Además del Día de las Letras Gallegas, jornada de máxima exaltación de la cultura de nuestra comunidad, mañana, 17 de mayo, se celebra también el Día Internacional del Reciclaje, una efeméride con la que diversas organizaciones a nivel mundial pretenden intensificar, si cabe, la información y concienciación social en torno a las ventajas ambientales, económicas y sociales que trae consigo el reciclado de los residuos y, por tanto, la importancia trascendental que, en este sentido, tiene la colaboración ciudadana.
La separación de residuos en origen, condicionante del reciclaje
Y es que, si no hay separación previa (en el hogar, la escuela, el trabajo, tiempo de ocio, etc)de las distintas fracciones de material que conforman la basura, su posterior transformación en nuevas materias primas resultará inviable, no pudiendo alcanzarse el ansiado ahorro energético y de recursos naturales, como tampoco el económico. Porque, cuantos más desechos envíen los concellos a la industria recicladora, más ingresos recibirán por parte de los sistemas integrados de gestión y menos basura depositarán en el contenedor convencional, de cuyo tratamiento final se ocupa Sogama, posibilitando con ello una notable reducción del importe de la factura que deben pagar a esta empresa pública.
En tiempos de crisis, el máximo aprovechamiento de los productos se ha convertido en la máxima a seguir para las maltrechas economías familiares. Con el Día Internacional del Reciclaje se pretende que la correcta segregación de los desperdicios se instaure igualmente en nuestra vida cotidiana como gesto habitual del que todos, sin excepción, saldremos beneficiados.
A pesar de que únicamente dos fracciones de residuos se encuentran bajo la competencia de Sogama (bolsa amarilla –envases de plástico, latas y briks- y bolsa negra –fracción resto-), la empresa ha conseguido enviar a reciclar, durante los últimos cuatro años, cerca de 72.600 toneladas, conformadas por distintas tipologías de envases plásticos (duro, fino, pet y mixto), briks y latas que la población deposita en los contenedores amarillos y que la compañía selecciona en su planta de clasificación de forma mecánica (a través de lectores ópticos, campanas aspiradoras, electroimanes y corrientes de foucault), uniéndose a estas fracciones el acero y aluminio, separados de entre el residuo genérico.
Sogama sumará más toneladas al reciclaje con la recuperación de vidrio y acero residual
Las cantidades remitidas a la industria recicladora se incrementarán notablemente durante los próximos años, toda vez que Sogama procederá a partir de este momento a la recuperación del vidrio y acero residual (referido este último a aquél que, por su composición o tamaño, no puede ser clasificado de forma automática –electroimanes-) contenidos en la basura en masa, lo que sumará, a mayores, unas 25.000 toneladas anuales, a las que habrá que añadir la evacuación progresiva de las 170.000 toneladas de vidrio acumuladas desde el inicio de la actividad del complejo medioambiental de Cerceda en su depósito de inertes.
Medio Ambiente rescata la construcción de plantas de incineración de residuos para superar el colapso previsto en los vertederos en 2020
EL PAIS
No se puede seguir haciendo agujeros en el territorio para enterrar la basura, dijo el pasado lunes la consejera de Medio Ambiente, Isabel Bonig. Una declaración con la que la consejera reabre el debate sobre la construcción de plantas de valorización de residuos sólidos urbanos (incineradoras) en la Comunidad Valenciana. Desde hace años se especula con la instalación de tres incineradoras, una por provincia, y una cuarta de refuerzo. Pero la oposición social y política ha frenado o está frenando su apertura en localidades como la Vall d’Alba o L’Alcora.
“La sociedad no estaba preparada. Había dudas. Hoy la tecnología permite valorizar los rechazos”, admite Vicente Tejedo, director general de Calidad Ambiental de la Generalitat. Las previsiones son que la capacidad de los vertederos se agote entre 2018 y 2020 y antes de que se colmaten hay que tener un a alternativa. El departamento de Bonig se propone cerrar esta legislatura un plan integral de incineración que fijará el número de plantas y su ubicación. Se pactará en un comité de consorcios gestores de la basura al que se incorporará la Federación Valenciana de Municipios y Provincias y la Generalitat. “Tiene que haber el mayor consenso posible”, observan desde Medio Ambiente.
Tejedo admite de partida que en las plantas de tratamiento de residuos no se separa lo suficiente. Según sus datos, en 2011 estas plantas rechazaron un 52% del total (1,4 millones de toneladas), cuando este porcentaje no debería superar el 44%. Los rechazos (algunos tipos de plásticos, papel, maderas o textiles) se puede “valorizar” o transformar en un combustible con el que luego se genera electricidad.
La Generalitat esgrime que países avanzados desde el punto de vista medioambiental no tienen vertederos y sí incineradoras. Y que algunas plantas de valorización se localizan en el centro de las ciudades porque la energía que generan se emplea para la calefacción doméstica.
Los vertederos se llenan rápido por el alto índice del rechazo, dicen los ecologistas
De las temidas emisiones a la atmósfera de dioxinas y furanos, perjudiciales para la salud en ciertas dosis, Tejedo alega que las mediciones son constantes.
Carlos Arribas, miembro de Ecologistas en Acción, no comparte ni las cifras ni los argumentos de la Generalitat. “El problema en el territorio valenciano es que no se cumple la primera etapa en las plantas de tratamiento y, por tanto, la incineración nos parece un cortocircuito, un atajo”, sostiene. Esta organización se remite a informes de la Sindicatura de Comptes o del Comité Económico y Social (CES), donde se recoge que de las plantas de tratamiento sale un rechazo del 70% e incluso del 80%, muy por encima del objetivo del 44%.
“Cuando tú recuperas materiales, queda poco que incinerar, pero como no lo hacen los vertederos se colmatan rápido”, denuncia Arribas. Según el ecologista, la red valenciana está lejos de cumplir con las 3R (reducir, recuperar y reciclar). “La quema de basura no es una solución porque las instalaciones son caras \[una incineradora que trate 250.000 toneladas ronda los 300 millones de euros\], y la incineración deja cenizas volantes y de fondo que también hay que tratar”, argumenta.
“Nos han sorprendido las declaraciones de Bonig”, reconoce Arribas, que aprovecha para recordar que el Plan Integral de Residuos (PIR) donde se planifica la gestión de la basura data de 1997, está caduco y no se ha cumplido al 100%. “El comisario europeo ya ha advertido además de que hay un exceso de incineradoras”, concluye.
La oposición política replica: “Primero más reciclaje y luego veremos”
Ángel Fernández Homar, presidente de Aeversus, asociación española de plantas de valorización, replica que en Europa hay dos mundos: el norte donde es cierto que existen seis o siete países donde hay “sobreincineración”. Un ejemplo es Suecia. Y los del sur, que están bastante retrasados. Ahí están Italia o España. Fernández Homar confirma que los porcentajes de rechazo están más cerca del 70% que del 50%. De los 26 millones de toneladas de basura que cada año generan los españoles, sólo 2,2 se tratan en incineradora, es decir, un 9%. “O todos somos tontos o no sé… porque los que más reciclan son los que tienen más incineración y los que menos reciclan y más vierten somos nosotros”, apostilla.
De los elevados costes de la incineración, el presidente de Aeverte replica que existen vertederos que cobran más caro que las plantas de valorización. “Hay que priorizar”, sentencia.
Es cierto que la recogida y tratamiento de residuos sólidos urbanos es una competencia de los ayuntamientos, pero la Generalitat es un actor principal porque se encarga de legislar y luego de sancionar. De ahí que la consejera Isabel Bonig pidiera de cara al proceso de negociación “rigor y responsabilidad” a los grupos políticos de la oposición a la hora de abordar la siempre polémica gestión de las basuras. Pero estas formaciones políticas no comparten a priori la necesidad de levantar plantas incineradoras.
“Ninguna instalación \[valenciana\] se acerca remotamente al 44% de rechazos que exigen las leyes europeas y para 2020 las previsiones son que la población crezca hasta los siete millones de residentes”, alega Francesc Signes, diputado responsable del área de Medio Ambiente en el Grupo Socialista de las Cortes. La posición de los socialistas es clara: “No a la incineración ya. No podemos permitir que se incumpla el PIR de 1997 y sean tres grandes bocas las que deglutan la basura”.
Juan Ponce, parlamentario de Compromís, cree que el escaso porcentaje de residuos recuperados y reciclados es premeditado. “Hace falta un nivel muy alto de rechazo de basura para que la incineración sea rentable”, apunta. Ponce insiste en que las emisiones de las incineradoras si el control no es estricto son perjudiciales para la salud. “Primero hay que aplicar las 3R a rajatabla y luego veremos”.
Lluís Torró, de EUPV, coincide: “Bonig pretende resolver con las incineradoras la pésima política del PP en la gestión de la basura”. La incineración, sostiene Torró, es la última fase de un proceso más largo que empieza por reducir y reutilizar los desechos.
Energía eléctrica »gratis» durante todas las horas del día
DEIA
La jornada eléctrica del pasado Viernes Santo fue tan peculiar que también por primera vez en la historia el precio marginal de todas las horas de ese día fue cero. El precio marginal es el valor de la última oferta de venta asignada para cubrir la demanda del mercado. Es una subasta en la que cada productor plantea un precio, los comercializadores de energía pujan y la última licitación marca el coste para todos. El proceso se repite constantemente con lo que hay un valor marginal asociado a cada hora del día.
El brutal desajuste entre la producción eléctrica y el consumo -entre la oferta y la demanda- provocó que todas las subastas de ese día se saldarán sin beneficio para el productor ni coste para el comercializador, gratis, y la dinámica se extendió a la jornada posterior. El impacto en la factura de los hogares no será significativo por tratarse de una evolución muy puntual.
Esa situación pone en evidencia las carencias del sistema eléctrico estatal, que solo tiene capacidad de evacuación de energía a través de Portugal -que tiene el mismo problema, pero más profundo, y que además forma parte a efectos técnicos del sistema español- y Francia. También hay interconexión submarina con Marruecos.
Sin embargo, la única vía de desahogo real es la conexión francesa a través de cuatro líneas que permiten un tránsito de 1.400 MW. Primero por su tamaño y sus niveles de consumo. Y segundo por ser la puerta a la distribución en Europa. Los flujos van en las dos direcciones, pero por noveno año consecutivo el Estado exportó en 2012 más electricidad de la que importó.
El volumen del saldo exportador ha aumentado constantemente durante la crisis al mismo ritmo que se apagaban las necesidades ligadas a la actividad económica en el Estado. Las ventas de energía prácticamente se duplicaron el año pasado respecto a 2011 y la exportaciones ya rondan el 5% de la producción eléctrica. Por ello, el fortalecimiento de las interconexiones con Francia es clave para Red Eléctrica, «la inversión más importante de los próximos años».
De hecho, está a punto de terminarse el túnel por el que transcurrirá la nueva línea con Europa a través de los Pirineos y que estará activa en 2014. Será la quinta conexión con Francia, y duplicará la capacidad de intercambio con Europa, pero no es suficiente para garantizar la seguridad del sistema. De ahí, que el siguiente proyecto sea la línea submarina entre Euskadi -por Gatika- y la zona de Burdeos.
Se incrementa la valorización energética de residuos urbanos en los países más avanzados de la Unión Europea
GESTORES DE RESIDUOS
Eurostat, la oficina estadística europea, ha hecho públicos los últimos datos disponibles relativos a la gestión de residuos urbanos en el entorno europeo durante el año 2011, acreditando a través de los mismos el incremento global de la valorización energética en 1 punto, pasando de una media del 22 por ciento al 23 por ciento, circunstancia que ha permitido bajar el vertido en el mismo porcentaje (del 38 al 37 por ciento).
Por su parte, el reciclaje y el compostaje continúan en los mismos niveles del 2010, es decir, en el 25 y 15 por ciento respectivamente.
La incineración con recuperación de energía sube de forma considerable en países punteros como Noruega, del 41 al 57 por ciento (16 puntos), en Bélgica y Austria, del 37 al 42 por ciento en el primer caso, y del 30 al 35 por ciento en el segundo (5 puntos), así como en Suecia, del 49 al 51 por ciento (2 puntos).
Estas cifras demuestran que los países más avanzados y comprometidos con el medio ambiente siguen apostando por la valorización energética como el tratamiento más recomendable para la parte no reciclable de los desechos. Esto les ha permitido llegar a bajos niveles de vertido (entre el 1 y el 3 por ciento), contando al mismo tiempo con elevados porcentajes de reciclado (entre el 28 y el 36 por ciento).
La situación de España no ha variado respecto al 2010, manteniendo los bajos niveles de incineración (9 por ciento) y reciclaje (15 por ciento) y también las altas cuotas de vertido (58 por ciento), una tasa contraria a las actuales políticas de gestión de residuos, que relegan el vertedero a último lugar por su notable impacto sobre el medio ambiente y la salud de las personas.
Las cifras recogidas por Eurostat no hacen más que reflejar el empeño de Europa por cumplir la legislación vigente en la materia y la Directiva 2008/98/CE, a través de la cual se establece una gestión jerarquizada de la basura en la que se prioriza la prevención y la reducción, teniendo continuidad con la reutilización, la recuperación (material y/o energética) y el vertido.
La Diputación impulsa 50 proyectos de mejora ambiental para Bizkaia con 3 millones de euros
DEIA
El Departamento de Medio Ambiente de la Diputación Foral de Bizkaia subvencionará un total de 50 iniciativas de mejora ambiental y sostenibilidad que proyectan los municipios y mancomunidades del Territorio Histórico de Bizkaia. La inversión total destinada al impulso de estos proyectos asciende a 6.076.735 euros.
El Departamento de Medio Ambiente aportará el 50% de esa cantidad, destinará 3 millones de euros al programa de subvenciones para la implantación de planes de acción local (Agenda Local 21).
A pesar de la austeridad en los presupuestos forales y el descenso de las partidas presupuestarias de las administraciones locales, el Departamento de Medioambiente se ha propuesto seguir trabajando para mejorar y cuidar el entorno y el Territorio Histórico de Bizkaia, en favor de salud y disfrute de la ciudadanía.
Para la institución foral la Agenda Local 21 constituye el instrumento más eficaz para avanzar en la construcción de municipios más sostenibles, más limpios, saludables, justos y solidarios, con una mayor calidad de vida para todas las personas y con el máximo respeto al medio ambiente.
Los proyectos subvencionados se enmarcan en la estrategia foral de desarrollo sostenible, el Programa Bizkaia 21 (2011-2016). Esta guía de la política general de Bizkaia pretende activar un progreso solidario y sostenible. Los criterios de las políticas de desarrollo sostenible son el pilar de este programa de ayudas y constituyen una referencia fundamental en la acción de la Diputación Foral de Bizkaia.
El importante impulso económico que reciben estas actuaciones de alta rentabilidad social y medioambiental es reflejo de la apuesta decidida de la Diputación por impulsar la implantación de las Agendas Locales 21 y de los planes de acción contenidos en ellas.
Más de 35 millones de euros y 413 proyectos
Desde 2005, año en que comenzó el programa de ayudas dirigido a promover la ejecución de los Planes de Acción recogidos en las Agendas Locales 21 en los municipios de Bizkaia, la Diputación Foral de Bizkaia ha destinado más de 35 millones de euros a la ejecución de 413 proyectos relacionados con las energías renovables, la eficiencia energética, la movilidad sostenible, la gestión de los residuos, la creación de áreas de esparcimiento o la recuperación ambiental de zonas degradadas, que han supuesto una inversión total de más de 83 millones de euros.
Proyectos subvencionados en 2013
Por ámbitos de actuación, los 50 proyectos se pueden agrupar en seis áreas diferentes:
· Eficiencia energética y energías renovables (24 proyectos): Maruri-Jatabe, Ispaster, Elantxobe, Gautegiz Arteaga, Munitibar-Arbatzegi-Gerrikaitz, Arratzu, Aulesti, Balmaseda, Sukarrieta, Lemoa, Berriz, Gizaburuaga, Galdames, Etxebarria, Ea, Arrankudiaga, Güeñes, Gamiz-Fika, Arrieta, Sestao, Karrantza Harana, Ernua, Enkarterriko Mankomunitatea, Bedia.
Objetivos generales: implementar energías limpias y contribuir al ahorro energético para mejorar el medio ambiente, manteniendo los mismos servicios y el mismo nivel de confort personal.
· Movilidad Sostenible (8 proyectos): Zaratamo, Berriatua, Mendexa, Gernika-Lumo, Mendata, Lanestosa, Gordexola, Basauri.
Objetivos generales: adecuación del espacio público hacia una movilidad sostenible apoyando en transporte público y el fomento de un nuevo sistema de movilidad peatonal y ciclista para reducir la contaminación, el consumo de energía, el ruido ambiental y la accidentabilidad. Asimismo, algunos de los proyectos están dirigidos a mejorar la conexión entre diversos barrios rurales.
· Áreas de Esparcimiento e itinerarios ecológicos (8 proyectos) Santurtzi, Urduña/Orduña, Zeanuri, Sopelana, Fruiz, Arrigorriaga, Ugao-Miraballes, Elorrio.
Objetivos generales: creación de una completa red de áreas de ocio al aire libre y la recuperación de zonas degradadas de nuestro entorno.
· Gestión de Residuos (5 proyectos): Nabarniz, Ondarroa, Busturialdeko Mankomunitatea, Arratiako Udalen Mankomunitatea, Ibarrangelu.
Objetivos generales: favorecer la recogida selectiva y el reciclaje de los residuos urbanos, así como proporcionar a la ciudadanía un servicio de calidad con los máximos niveles de protección medioambiental.
· Infaestructuras hidráulicas (6): Zaratamo, Artea, Barrika, Bakio, Barakaldo, Getxo.
Objetivos generales: Asimismo, se pretende consolidar un modelo de gestión territorial solidario y homogéneo, a través de la colaboración con los municipios de Bizkaia, en un único Consorcio que garantice una gestión integral y de calidad para toda Bizkaia.
Evaluación ambiental de los proyectos
Estos proyectos permiten fomentar el ahorro energético y reducir la emisión de contaminantes y de CO2, así como del ruido en los municipios de Bizkaia. Miles de personas se benefician anualmente de las ventajas que ofrecen estas acciones al convertir nuestro entorno en un lugar más sostenible, más saludable y más limpio. En cuanto a la línea de energías limpias, el número de proyectos ha aumentado en proporción. Casi el 50% de los proyectos subvencionados es de eficiencia energética, cambio de luminarias, control de eficiencia energética de alumbrado público…
Por otro lado, se destaca el beneficio social que suponen las actuaciones subvencionadas. Las mejoras conseguidas con los proyectos no solo suponen una mejora directa para el medio ambiente sino que también generan indirectamente otro tipo de mejoras, como pueden ser las socioeconómicas. La búsqueda de una mejor conexión entre los diferentes barrios de los municipios es, sin duda, una de las actuaciones que mayor beneficio social aportan. Asimismo, la creación de una red de bidegorris en los municipios fomenta la práctica del deporte así como la utilización de medios de transporte alternativos, mejorando la calidad ambiental en el propio municipio.
Janez Potocnik: «La incineración puede ser una opción de tratamiento de residuos eficaz»
DEIA
¿Cuáles son sus directrices en gestión de residuos?
Los Estados miembros deberían centrarse en la prevención, fomentando la reutilización y el reciclaje. Nuestro objetivo es eliminar gradualmente los vertederos y limitar la recuperación energética a la basura que no se pueda ni reutilizar ni reciclar. Tenemos un objetivo de reciclaje del 50% para los residuos municipales, y que los Estados miembros deben lograr para el año 2020, aunque países como Alemania o Austria están ya incluso por encima.
¿Cómo ve las incineradoras?
La incineración, con una media del 23% en la Unión Europea, puede ser una opción de tratamiento de residuos eficaz, especialmente para la fracción resto que queda de otros procesos de gestión de residuos y para la basura que no es reciclable.
¿Cómo valora sus beneficios como planta de generación energética?
Hoy en día las incineradoras que operan en la UE están sometidos a rigurosos requisitos legales, que exigen para funcionar permisos que incluyen valores límite de emisiones basados en las mejores técnicas disponibles. Estos requisitos tienen como objetivo proteger el medioambiente y la salud de cualquier efecto adverso de la incineración. En el caso de las incineradoras que generan electricidad y/o calor de los residuos, los beneficios medioambientales son cuantificables, ya que la basura puede reemplazar parcialmente la utilización de combustibles fósiles que no solo son recursos finitos sino que también tienen un impacto medioambiental negativo.
Según Eurostat, la incineración es el primer método de gestión de los residuos municipales en Dinamarca, Suecia y Bélgica.
Efectivamente, estos tres países junto con Holanda, Alemania y Austria son pioneros en la aplicación de políticas de gestión de desechos, con buenos resultados en reciclaje y con prácticamente cero en vertederos. En estos países la cantidad de basura que se recicla es muy alta, lo que supone una recuperación económica de recursos en línea con el principio de eficiencia. En algunos de estos países, sin embargo, hay un problema de sobrecapacidad de incineración lo que significa que se incinera un porcentaje excesivo de residuos. Esto está dificultando el desarrollo de otras opciones de gestión, particularmente el reciclaje. Pero la incineración es una tecnología segura, que puede traer beneficios a la sociedad en términos de energía y producción de calor así como en términos de recuperación de recursos. En los Estados miembros donde la incineración se ha convertido en una de las principales opciones de gestión está, en general, muy bien aceptada. Aunque la percepción es diferente en otras partes de Europa donde se ve como dañina.
¿Le consta que existan problemas en torno a alguna planta?
Hay dos quejas que están siendo analizadas: una sobre una planta que produce cemento e incinera residuos peligrosos en la República Checa, y otra sobre la incineración de aceites peligrosos y sin tratar en Inglaterra y Gales.
En Euskadi se ha generado una gran controversia entorno a la construcción de una incineradora. El nuevo gobierno paralizó el proyecto, equiparando la incineración con una actividad tóxica y muy dañina para la ciudadanía. ¿Comparte esa apreciación?
Todo lo que puedo decir es que en la Unión Europea el funcionamiento de una incineradora está sujeta a estrictos requisitos legales para proteger la salud humana y el medioambiente y su proceso de obtención de permisos está abierto a la participación del público. Sobre esta cuestión, el País Vasco necesita actuar en consonancia con un plan de gestión de residuos que responda a las necesidades concretas con que se enfrenta actualmente la región autónoma. Compete a las autoridades regionales determinar si la construcción de una nueva planta de incineración es necesaria.
Ese mismo sector político ha impulsado la implantación generalizada del sistema ‘puerta a puerta’. El objetivo es reciclar en siete años el 75% y estabilizar la fracción resto mediante procesos biomecánicos. ¿Es realista?
La Directiva Marco de Residuos establece un objetivo de un 50% de reciclaje a alcanzar para el año 2020. El objetivo del 75% de Gipuzkoa es ciertamente ambicioso. Si se ponen en marcha todas las medidas de apoyo necesarias como la recogida selectiva se puede lograr. La cuestión es, ¿cómo gestionar después los residuos no reciclables (25%) así como los residuos generados en el proceso de reciclaje?
La actual formación de gobierno se está encontrando una gran oposición ciudadana a la hora de implantar sus planes. ¿Qué recomienda para superar este conflicto?
La UE ha desarrollado herramientas legales para facilitar la participación pública en el proceso de toma de decisiones relativas a los planes de gestión de residuos y proyectos concretos. De hecho, la evaluación del medioambiente es un procedimiento que garantiza que las consecuencias ambientales de las decisiones se tomen en cuenta antes de la toma de decisiones. El proceso implica un estudio de impacto, un ejercicio de consulta pública sobre los efectos e informar al público sobre la decisión. Es importante que las posiciones divergentes en Gipuzkoa se reconcilien más allá de los intereses políticos y teniendo en cuenta la postura del interés público general.
Copenhage construye una central para convertir basura en energía con una pista de esquí en el tejado
EL CORREO
Copenhague se toma en serio el tratamiento de sus residuos. Menos del 2 por ciento de la basura que generan sus ciudadanos acaba en el vertedero. En 1988 la cifra rondaba el 40 por ciento. Una parte de su estrategia pasa por el reciclaje — ya procesa más de la mitad del total—, y otra por la producción de energía a partir de los desechos.
Copenhague ya cuenta con una central, ‘Amagerforbraending’, que transforma la basura en electricidad y calor, que aporta al sistema de calefacción público de la ciudad. Recientemente ha comenzado las obras para reemplazarla por una planta más eficiente y que, además, cambiará la cara de la ciudad.
Amager Bakke (‘colina de Amager’) será a la vez una central de tratamiento de residuos, una pista artificial de esquí, y un recordatorio permanente de que los residuos son contaminantes. La empresa responsable de su construcción, Bjarke Ingels Group, ha asegurado que su intención es crear algo eficiente y bonito, que sea beneficioso en términos económicos, sociales y medioambientales.
Sobre el tejado de la nueva central Amager Bakke, que contará con muros ecológicos llenos de plantas, se va a instalar una estructura de nieve artificial al aire libre. Esta contará con tres descensos, cada uno con un nivel de dificultad —verde, azul y negro—.
El telesilla que subirá a los usuarios a lo alto de las pistas pasará directamente sobre la zona de almacenamiento de gases, con el propósito de que los usuarios no olviden el objetivo primordial de la instalación.
Anillos de contaminación
Este ‘almacén de gases’ cumple función doblemente estética. En vez de emitir los humos de la quema de residuos de forma convencional, Amager Bakke los acumula hasta que considera que va a emitir una nueva tonelada de dióxido de carbono. En ese momento, un pistón expulsa el humo desde la chimenea en forma de anillo. Un recordatorio para toda la ciudad de que se han emitido mil kilos más del gas de efecto invernadero.
Para que estos anillos de humo también puedan verse de noche, la central cuenta con luces laser que los ‘pintarán’ con colores y formas.
Aunque la primera piedra del proyecto se puso el pasado 4 de marzo, se espera que se pueda poner en marcha durante 2016. Según Rikke Houkjær, responsable de comunicación de la ciudad, Amager Bakke será «aún más eficiente que la planta actual».
La planta, de casi 100.000 metros cuadrados, estará situada en la isla de Amager. Esta aloja varios barrios de la capital danesa, su aeropuerto internacional, y algún municipio pequeño anexo.
Bruselas apoya la incineración de los residuos no reciclables o reutilizables
DEIA
El comisario de Medio Ambiente, Janez Potocnik, es un firme convencido de que hay que avanzar hacia un modelo de gestión de residuos cero en el que se recicle, recupere y reutilice el máximo posible. En su hoja de ruta, la fecha de 2020 está escrita en rojo porque para entonces los gobiernos europeos habrán tenido que eliminar por completo los vertederos como destino final de la basura. Otra cuestión, sin embargo, es la incineración. Una alternativa polémica y desechada por el gobierno de Bildu en Gipuzkoa pero que, según apuntó ayer en un foro organizado por el grupo de los Verdes en la Eurocámara y al que también acudió el diputado de Medio Ambiente guipuzcoano, Iñaki Errazkin, es adecuada para los residuos que no se puedan ni reciclar ni reutilizar.
«¿Puede la recuperación de la energía ser una estrategia adecuada de la gestión de residuos?», se preguntó Potocnik durante un seminario en el que además del modelo de gestión aplicado por Bildu se expusieron casos como el de la localidad de Capannori, la primera ciudad italiana en firmar el objetivo de residuos cero para 2020, y media docena de experiencias desarrolladas en Suecia, Estonia o Bruselas. El comisario fue a los hechos. Recordó que algunos Estados miembros han conseguido reducir significativamente el uso de vertederos gracias precisamente a la construcción de incineradoras. «Ocho de ellos queman más de un tercio de los residuos y en cinco se echan al vertedero menos del 3%», puntualizó. Son países como Dinamarca o Bélgica, que incineran el 54% y el 42% de sus residuos municipales respectivamente y donde apenas el 1% termina en el vertedero frente al 58% de media en España, según los últimos datos publicados esta misma semana por Eurostat.
Por eso, el responsable de diseñar la política medioambiental europea considera que «la incineración puede ser un elemento de una estrategia de gestión de residuos», aunque reconoce que esa vía está «lejos de la primera línea de la jerarquía» y que es necesario seguir trabajando para que solo se queme lo que no se puede reutilizar o reciclar. «Los países tienen que tener cuidado de no crear sobrecapacidad invirtiendo excesivamente en infraestructuras de este tipo sin crear las condiciones para una verdadera reducción de residuos, reciclaje y compostaje», explicó. Es decir, incineración sí, aunque con condiciones.
rechazo de bildu Un camino que según reiteró Iñaki Errazkin no piensan seguir. El responsable de Medio Ambiente guipuzcoano insistió en que no consideran viable la creación de una incineradora por varios motivos. Para empezar, porque en un análisis realizado el año pasado constataron que «el 80% del material residual analizado era reciclable» y de ese 80% «el 55% es materia orgánica fácilmente compostable». Y, en segundo lugar, porque «se planteaba un proyecto a amortizar en 20 años, de 400 millones de euros, en el que estábamos condenados a quemar un 80% de materia prima». Frente a este proyecto, aprobado por el anterior gobierno, Errazkin abogó por un modelo con infraestructuras más «flexibles» y más barato, con un coste de unos 186 millones de euros, que con diferentes sistemas de recogida y tratamiento se llegue al mismo objetivo. «Planteamos plantas de compostaje, tratamientos mecánicos-biológico, biometación también porque para nosotros también es importante la recuperación energética», enumeró sin dar detalles sobre fechas ni calendarios.
Durante su intervención Errazkin también puso como ejemplo el caso de localidades como Hernani. Un municipio en el que cada familia generaba anteriormente 250 kilos de basura al año y que han conseguido reducir hasta casi los 70 kilos. «Todo eso en dos años», lo que demuestra a su juicio, «que cuando se hace la apuesta y se hace el cambio en muy poco tiempo se pueden conseguir grandes objetivos».
Según la plataforma residuos cero, «la hoja de ruta de la eficiencia energética indica que hay que aumentar un 5% anual el reciclado porque de lo contrario no llegaremos a los objetivos», explicó su director ejecutivo, Joan Marc Simón. Según las cifras que manejan la recogida selectiva podría generar medio millón de puestos de trabajo a escala europea. «Si tenemos buenos programas se puede llegar a recuperar entre el 60 y 80% de los residuos», aseguró el presidente del comité científico, Enzo Favoino. «Tenemos que hacer el esfuerzo todos de generar menos basura y una vez que la generemos tenemos que hacer una selección para hacer posible el reciclaje o compostaje y aquellos que no podamos ni reciclar ni compostar tiene que ser valorado energéticamente. Tenemos que ser capaces de producir energía mediante incineración», valoró la eurodiputada jeltzale Izaskun Bilbao, presente ayer también en el foro.