24 May

Madariaga afirma que Zabalgarbi trabajará al tope de su capacidad

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DEIA

El diputado de Medio Ambiente, Iosu Madariaga, aseguró ayer que la planta de valorización energética por incineración de Zabalgarbi trabajará en los próximos años al límite de su capacidad, «sin ninguna capacidad excedentaria» que le permitiera incrementar las toneladas de residuos a las que da tratamiento.

El apoderado del PP Arturo Aldecoa preguntó a Madariaga si la Diputación tiene previsto incrementar la utilización de Zabalgarbi en el futuro, dado que la previsión es que la planta trate 213.618 toneladas de residuos al año en 2016 y su capacidad es de 238.000. «Sería positivo que se utilizara al máximo, ya que en este momento solo se habla de un 90%», destacó Aldecoa.

Iosu Madariaga, tras recordarle que Zabalgarbi es una empresa privada en la que la Diputación solo posee el 20% del accionariado, le explicó que a la hora de calcular la capacidad de la planta hay que tener en cuenta tanto la cantidad de residuos a tratar como su calidad o poder calorífico, de forma que no se supere el máximo que puede asumir el horno de la infraestructura. «Y de la mezcla para la que está preparado el horno solo se pueden tratar 215.000 toneladas al año», finalizó. 

20 May

Entrevista a Iosu Madariaga, Diputado de Medio Ambiente de Bizkaia

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DEIA

El diputado foral de Medio Ambiente es poco dado a entrevistas. Desde que en otoño estallara la polémica por la renovación o no del convenio de basuras con Gipuzkoa, Josu Madariaga nunca se ha manifestado sobre este asunto fuera de los foros institucionales como las Juntas Generales. E incluso hoy, después de haber anunciado la decisión de no prorrogar el acuerdo, sigue mostrándose reticente a opinar sobre el sistema que debe adoptar Gipuzkoa para tratar sus basuras. «No seré yo quien les diga qué tienen que hacer; hay que respetar la competencia institucional de cada uno. Es su propia responsabilidad», afirma.

Anunciaron recientemente que no renovarán el convenio de basuras con Gipuzkoa. ¿Han tenido alguna noticia de la Diputación?

No, ninguna.

¿Costó tomar la decisión?

No, fue una decisión lógica. Bizkaia no tiene ninguna obligación de solucionar el problema de Gipuzkoa. No es nuestro problema. Firmamos un acuerdo, un compromiso a cuatro años que, en la medida en que las condiciones se han mantenido, se ha mantenido. Por ambas partes; ellos también han traído los residuos que pactaron traer, han pagado… Pero no se cumplía ninguna de las condiciones para la prórroga del convenio.

¿Tanto han cambiado las cosas desde 2008?

Más allá de las declaraciones públicas que han podido hacer, se ha paralizado de facto el desarrollo del centro de gestión de residuos de Gipuzkoa. Suficiente. El convenio era para posibilitar la puesta en marcha de ese centro; si se paraliza su ejecución, no hay más que hablar.

También ha cambiado el color del Gobierno foral. Por parte de Bildu se ha acusado de decisión política.

Decisión política es la de quien no quiere cumplir con la normativa vigente o quiere modificarla. Está en su perfecto derecho, pero sabe que tiene un camino para hacerlo: que sea aprobado por las Juntas Generales. En nuestro caso no hay ningún tipo de decisión política; simplemente, un convenio que llega a su fin. ¿Se plantea en ese convenio la posibilidad de prórroga? Sí. ¿Se dan las condiciones para que se prorrogue? No. No hay más. Simplemente hemos constatado que tras su decisión política no se dan las circunstancias ni las condiciones previstas para la prórroga del convenio. No hay que darle más vueltas.

«Chantaje», «imposición de modelos»… ¿Le suena?

Siempre me ha sorprendido la actitud de que quien tiene el problema que se manifieste en términos de cierta prepotencia. Las primeras reacciones fueron «ellos tendrán que dar explicaciones», «ellos tendrán que explicar por qué mantienen actitudes tan infantiles»… Casi presionando a Bizkaia para prorrogar un convenio que no tenía ningún futuro en los términos en que estaba establecido, con una serie de argumentaciones falsas y facilísimas de desmontar. Me generaron sorpresa y muy poca preocupación.

Gipuzkoa alega que el convenio no especifica una incineradora.

Ese discurso lo han utilizado sobre todo los portavoces de Bildu. Pero saben perfectamente que el centro de gestión de residuos es el sistema de tratamiento de valorización energética por incineración más las dos infraestructuras previa y posterior; el pretratamiento térmico y el tratamiento de las escorias resultantes de esta incineración. Cualquiera que sepa en qué consiste el plan de gestión de residuos de Gipuzkoa sabe de lo que estamos hablando. Expresamente nadie habla de la incineración, pero sabemos que estamos hablando de eso. En el documento del convenio recogimos los términos oficiales que aparecen en su propia planificación.

La Diputación afirma que prepara otro sistema de tratamiento. ¿Sabe algo de el?

Ni idea. En esta misma mesa, le expliqué a Juan Carlos Alduntzin -el diputado de Medio Ambiente de Gipuzkoa- con todo lujo de detalles cómo lo hemos hecho nosotros y se llevaron toda la documentación. Pero no seré quién les diga qué tienen que hacer; les puedo contar qué hacemos aquí y cómo, les puedo enseñar todas las infraestructuras… Si les sirve la experiencia, fenomenal; si no, ellos sabrán.

¿Cómo fue esa visita?

En este tipo de encuentros las reuniones son cordiales, educadas, muy respetuosas. Hablamos con franqueza de lo que pensamos de los distintos sistemas. Ellos tienen claro que su opción pasa por la no incineración. Es respetable pero, ¿qué tipo de alternativas plantea? Me hablaban de Refuxiategi, un eufemismo para el vertedero. Es una opción, pero es la misma que Europa dice que hay que evitar a toda costa en los mismos documentos que ellos airean. El vertido supone desaprovechar un recurso.

También se ha sacado a relucir que Gipuzkoa trata las basuras de Mallabia y Ermua.

Son esos municipios los que están haciendo un favor a Gipuzkoa, no al revés. Ermua y Mallabia, junto al resto de municipios de Debabarrena, tienen su propia infraestructura de gestión, un vertedero, que por solidaridad están permitiendo que se colapse con más premura al dejar que se lleven las basuras de Donostialdea. Los solidarios son esos dos municipios con la problemática que tiene Gipuzkoa. Se incluyó en el convenio para romper ese esquema de territorialidad, para decir que, con absoluta normalidad, en un momento determinado, un territorio puede echar una mano al otro. Yo sigo defendiendo que eso es posible.

¿Por qué no a día de hoy?

Hay una premisa básica que no se ha cumplido: se trata de dar una respuesta seria a un problema seriamente planteado, no a una tomadura de pelo. No es de recibo que se plantee una prórroga en los términos de una situación previa, que no tiene nada que ver con la actual.

¿Un territorio como Gipuzkoa necesita una incineradora?

Es necesario un sistema de valorización energética por incineración si se quiere cumplir con lo que Europa establece: aprovechar al máximo los residuos como un recurso y evitar a toda costa una eliminación sin aprovechamiento, sea vertedero o incineración. Siempre será necesario para cerrar el ciclo, siempre. Y eso está archidemostrado en todos los países de Europa. Que funcione, no conozco ninguna otra alternativa. Y aquí es muy importante distinguir entre valorización energética e incineración, porque es muy fácil hacer demagogia y hacer creer que lo que se está planteando en Gipuzkoa es una simple incineración.

¿Y no lo es?

Hay que colocarla en su justo lugar dentro del esquema de gestión integral; no es, ni con mucho, el principal objetivo. Estamos hablando de un sistema con múltiples opciones de tratamiento, en el que para la fracción final de rechazo, todo aquello que no tenga aprovechamiento material previo, antes de perder ese recurso, se pueda aprovechar en términos de electricidad. En Bizkaia se produce la energía eléctrica que gastan 300.000 personas. Le estamos dando un valor. ¿O es mejor que vaya a un vertedero? Es un sistema universalmente aceptado prácticamente en todas partes.

¿El planteamiento del puerta a puerta no es suficiente?

No lo sé; los números reales no los conoce nadie, estamos hablando de hipótesis. Es verdad que ese sistema de recogida puede mejorar la separación en la fracción orgánica, no así en el resto. Habrá que ver. Pero la lógica también me dice que lo que no ha sido capaz de hacer nadie en el planeta me parece muy difícil que lo consigan nuestros amigos guipuzcoanos.

¿Le gusta el puerta a puerta?

Es un invento viejo, que funciona bien en zonas con baja densidad de población en el que no tiene sentido poner contenedores. Es como todo en esta vida; no hay nada bueno ni malo per se; depende de cómo se haga. Yo no voy a demonizar el puerta a puerta, ni evidentemente voy a alimentar la polémica puerta a puerta versus incineración, porque no tiene nada que ver una cosa con la otra: un sistema de recogida y un sistema de tratamiento. Se sitúan en planos completamente diferentes y, por ser, pueden ser hasta compatibles.

¿No es suficiente esa recogida selectiva para evitar la incineración?

Hay discursos idealistas que dicen que, como la fracción orgánica es el 40% de la bolsa de basura, podríamos reciclar el 40%. Y no; de ese porcentaje hay que quitar todo lo que está contaminado. Te queda una fracción muy pequeña. Para poder venderlo, el compost tiene que ser excelente y para ello necesitas introducir elementos de muy buena calidad en el proceso de compostaje. En Bizkaia, fieles a la reflexión que se hicieron en su día iniciamos la senda desde la sensibilización ciudadana, desde una apuesta por el medio ambiente a nivel personal, nunca desde sistemas de imposición, porque nos consta que no funcionan en ningún sitio. Optamos por ese sistema del quinto contenedor personalizado.

Gipuzkoa incluso ha planteado enviar sus residuos a otras comunidades.

Me consta que, para los excedentes de materia orgánica de Lapatx, se ha hecho preguntado a operadores de sistemas de tratamiento en Bizkaia si era posible eliminarlos en vertedero o con incineración. El resto de las gestiones las desconozco.

¿Bizkaia en algún momento ha tenido que recurrir a una medida así?

Nunca; hemos sido autosuficientes en la gestión y nunca hemos tenido que recurrir a exportar basura. Entre otras cosas, porque hemos hecho previsiones con tiempo suficiente para dar respuesta al problema. Sí que ha habido problemas dentro de Bizkaia; en un momento determinado, la mancomunidad de Ezkerraldea se le agota el vertedero de Argalario, se encuentran sin nada y se le da solución, vía solidaridad de los bilbainos, que permiten entrar en Artigas. Ese tipo de cosas sí han ocurrido dentro del territorio, pero no del territorio hacia fuera.

Están revisando ahora el plan de residuos vizcainos, que ha descartado la construcción de una segunda línea de Zabalgarbi.

En 2007, cada vizcaino generaba 610 toneladas de basura al año; ahora, 508. Con esa disminución en la generación de residuos, 100.000 toneladas en cuatro años, no se justifica la necesidad de una gran infraestructura de cola. Con la que tenemos ya es suficiente para dar respuesta. En la siguiente revisión habrá que ver cómo evoluciona esa tendencia, cuáles van a ser las necesidades una vez puesta en marcha la planta de tratamiento mecánico-biológico (TMB) e iniciada la senda del quinto contenedor… Lo bueno de las revisiones es que cada cuatro años contrastas la realidad de los datos.

Con esa planta, ¿se cierra el círculo?

Sí. La TMB va a dar respuesta, fundamentalmente, a la basura en masa generada en Bilbao, que es el único municipio que hoy por hoy sigue llevando sus residuos en masa a vertedero. Y Europa obliga a que haya un sistema de pretratamiento previo.

¿Y la del resto de Bizkaia?

Bilbao solo genera 100.000 toneladas y la planta tiene una capacidad en dos turnos de 180.000, de 230.000 en tres. El objetivo que es, poco a poco, todo tenga un pretratamiento. Incluido lo que va ahora a Zabalgarbi, a donde llegará basura pretratada; así está planteado en la revisión. Solo con esta planta no sé si llegaría para toda la basura en masa de Bizkaia, pero es la meta. El escenario ideal sería que incluso todo lo que llegara a Zabalgarbi estuviera pretratado.

¿Se puede hacer algo más para avanzar en la gestión?

La prioridad absoluta es no generar residuos. Para ello, una línea va por la prevención, bien porque los mercados pongan productos con menos envases o porque la ciudadanía sea más sensible y consuma de una forma más responsable. Y la reutilización; así se da un uso a un producto que no se convierte en residuo. Llegar hasta el 4% sería un éxito. Otra senda es la fracción orgánica.

¿El futuro es la valorización y el reciclaje?

Sí, claramente. En estos momentos a vertedero va un 29%, un 36% se valoriza y un 35% se recoge de forma selectiva. Ese 29% de eliminación es básicamente la basura de Bilbao, y cuando esté en marcha la TMB, cambiará radicalmente. En 2013 el vertido crudo, el que se vierte directamente, será cero. Como Alemania, cuyo modelo hemos copiado. 

17 May

La primera planta estatal de reciclaje automático abre sus puertas en Mungia

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EL CORREO

El reciclaje nacional tiene desde ayer un referente en Bizkaia. La Diputación, el Gobierno vasco y la red social Koopera inauguraron en Mungia la primera planta automatizada del país para la gestión de ropa, calzado, libros, juguetes y aparatos electrodomésticos. Con un pionero sistema de reconocimiento de voz para separar materiales como bandera tecnológica, la infraestructura, en la que se han invertido 6 millones de euros, pretende cumplir un doble objetivo «ecológico y solidario»: aumentar un 90% la reutilización de desechos y generar 264 puestos de trabajo para personas en riesgo de exclusión social.

Permitirá generar 264 empleos destinados a personas en riesgo de exclusión social

«Transformamos lo que nadie quiere en empleo y ahorro», resumió el diputado general, José Luis Bilbao, durante la apertura de la planta, una nave de 4.500 metros cuadrados ubicada en el polígono industrial Zabalondo. Extraoficialmente ya es desde hace algunas semanas el punto en el que se descargan los contenedores verdes para el reciclaje de ropa ubicados en todos los municipios del territorio. Estos depósitos «poco a poco irán sustituyéndose por otros nuevos de color blanco en los que se puede meter de todo, hasta libros y DVDs. De momento, ya se pueden ver en Uribe Kosta y Amorebieta», avanzó un portavoz del Departamento foral de Medio Ambiente. 

Sea cual sea el medio de transporte, los enseres acaban en la cadena de distribución montada en Mungia. La diferencia con cualquier otra se nota a primera vista, al advertir que los operarios trabajan con micrófonos. Tras separar una prenda, «¡Pantalón!», dice Graciela, una de las trabajadoras, por el intercomunicador. Automáticamente, el sistema, que mueve los elementos con impulsos de aire, traslada los vaqueros hasta el cajón pertinente. Camisas, chaquetas, ropa interior, faldas… tras ser separada, la ropa se somete a un exhaustivo proceso de desinfección y «vuelve a la vida» en las tiendas de segunda mano.

«Intentamos que todo retorne al mercado, rompemos la tendencia de consumir y tirar, buscamos convertir Euskadi en una sociedad de reutilización», explicaba Josetxu González, gerente de Koopera. Y no sólo se reciclan prendas: hay muñecos, puzzles, microondas, libros de Hemingway, Dan Brown y Javier Marías… En total, se espera que la planta trate este año 3,4 toneladas de elementos. Aparte de los comercios, algunos también recalarán en Chile y Rumanía, zonas en las que los promotores desarrollan diferentes proyectos solidarios.

Retorno de 2 millones

La planta de reciclaje automático se ha levantado gracias a tres fuentes de financiación. Lakua ha aportado un millón de euros; la Diputación, 906.159 euros; y la red Koopera, 4,2 millones avalados por varias entidades financieras vascas. La nave, diseñada con criterios «vanguardistas», también apostará por difundir actividades educativas dirigidas a sensibilizar a la población.

Pero, además de su vertientes tecnológicas y formativas, la infraestructura destaca por emplear a gente sin recursos. Muchos de los contratados percibían hasta ahora la Renta de Garantía de Ingresos (RGI) y ahora pasarán a convertirse en profesionales. «Protegemos a gente que, aunque mejore el mercado laboral, tendrá problemas para ser aceptada. De sujetos pasivos pasan a convertirse en personas emprendedoras», precisaba ayer Javier Ruiz, viceconsejero de Planificación y Empleo del Gobierno vasco. «No nos saquen a los políticos en las fotos, saquen a los trabajadores, ellos son los protagonistas; les estamos facilitando un nuevo proyecto de vida», añadía José Luis Bilbao, dirigiéndose a los fotógrafos. Los réditos para las administraciones son evidentes desde el primer día. Según los cálculos avanzados, las innovaciones ambientales y sociales permitirán a la Diputación y el Gobierno vasco conseguir un retorno de más de dos millones de euros en 2012.

29 Abr

La incineradora de Bilbao genera el 40% de la electricidad que consumen los hogares vizcainos

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NOTICIAS DE GIPUZKOA

La única incineradora de Euskadi, la bilbaina de Zabalgarbi, fue construida en 2005 para quemar entre 220.000 y 240.000 toneladas de residuos al año. Desde entonces, valoriza las basuras de casi todos los municipios vizcainos, salvo la capital, un proceso con el que produce el equivalente al 40% de la electricidad que consumen los vizcainos durante un año y un 10% del total que se genera en Euskadi. En estos momentos en los que tanto se está hablando sobre este tipo de instalaciones en Gipuzkoa, este diario visitó Zabalgarbi para conocer su funcionamiento y entender cómo se transforma la basura en electricidad.

Lo primero que explica el director general de la planta de valorización energética de residuos urbanos, José Ignacio Zudaire, es que esta incineradora «es de las más punteras del mundo» y que solo existe una parecida en Holanda. Su peculiaridad es que adapta la tecnología de las plantas de ciclo combinado de gas a las modernas plantas de valorización energética de residuos en un único ciclo e integrado. A diferencia de las otras nueve incineradoras del Estado, que operan con una única turbina de vapor, la de Bilbao recalienta el vapor producido por el horno-caldera con los gases de escape de una turbina de gas, lo que le permite optimizar el rendimiento de la planta, aumentar la eficiencia energética y disminuir el impacto ambiental. Esta combinación consigue generar «muchísima más energía», nada menos que 682 millones de Kwh netos en 2011, según sus estimaciones, la misma cantidad que consumirían el 40% de los hogares vizcainos durante un año.

El modus operandi de la planta es relativamente sencillo de comprender. A diario, entre 80 y 100 camiones procedentes de toda Bizkaia descargan los residuos en un foso de recepción, donde una grúa tipo pulpo los introduce en el horno-caldera en el que se queman a una temperatura de unos 1.100ºC.

Frente a las temperaturas de 400º y 40 bares de presión que suelen utilizarse en otras incineradoras, el termómetro de Zabalgarbi marca los 310º y una presión de 100 bares. Es decir, a menor temperatura y más presión que una incineradora moderna.

Posteriormente, la temperatura de vapor se eleva a los 540º en una caldera de recuperación gracias a los gases de escape de una turbina de gas que produce electricidad. Este vapor recalentado, a continuación, se envía a un turbogenerador que produce electricidad. En conjunto, el ciclo de gas y el de los residuos obtienen una potencia cruda de 99,5 MW, de los cuales cinco sirven para el autoconsumo de la planta y los 90 MW restantes terminan en el mercado. 

Basta mirar a la mirilla del horno para comprobar la velocidad a la que se queman los residuos. En un abrir y cerrar de ojos, la basura coge fuego y, 30 minutos después, se reduce a cenizas, escorias y chatarras.

Las cenizas (3,6%) son residuos peligrosos, por lo que son trasladas en camiones cisterna a una empresa autorizada para su inertización mediante un proceso de fijación y estabilización físico-químico que las transforman en un residuo no peligroso y admisible en un vertedero de inertizados. 

Zudaire informa de que las aproximadamente 8.200 toneladas de cenizas que se generan anualmente en Zabalgarbi son analizadas por un centro tecnológico homologado por el Gobierno Vasco. «La conclusión es que no presentan nocividad, toxicidad ni mutageneidad», explica el máximo responsable de la instalación. 

Pero las cenizas no son el único material excedente en el proceso de combustión, ya que también quedan las escorias y las chatarras. Desde la planta explican que las primeras representan el 18,3% del peso y que terminan en el vertedero de no peligrosos debido a la falta de una regulación que permita reutilizarlo como material árido en obra civil y pública, tal y como se hace en Catalunya.

Por su parte, las chatarras (2,28%) se valorizan en empresas siderúrgicas. Antes de salir de Zabalgarbi, pasan por un proceso de enfriamiento.

Dimensiones y controles

A simple vista, la incineradora impresiona tanto por sus enormes dimensiones (la chimenea alcanza una altura de 70 metros) como por la maquinaria que utilizan los 67 empleados de la instalación. 

Algunos operarios supervisan el curso de las basuras desde la sala de control (la llegada al foso de recepción, la quema y las emisiones), mientras otros aseguran el buen funcionamiento del horno caldera, la zona de depuración de humos, el lugar en el que se genera la electricidad y la conexión a la red eléctrica. 

Tal y como indican desde dirección, cada uno de los procesos está sometido a severos controles ambientales. Además del control de las emisiones en continuo, se realiza una vigilancia ambiental de las inmisiones en tres cabinas de control de calidad del aire mediante muestreos en el suelo, la vegetación y las aguas en superficie. 

Como explica Zudaire, se presta especial atención a la emisión de gases, que se depuran desde que los residuos empiezan a prenderse. En el horno caldera, al quemarse la basura a más de 850ºC, se destruyen las dioxinas y furanos que se han podido formar. 

En los filtros de mangas se hace la neutralización y limpieza final de los gases y para minimizar el impacto ambiental se recircula el 20% de los humos ya depurados, antes de salir por la chimenea a la atmósfera impulsados mediante un ventilador de tiro inducido.

Las emisiones, apunta, están controladas a tiempo real por el Gobierno Vasco, a través de los analizadores en continuo como por los muestreos que realiza periódicamente.

El director general subraya las ventajas que supone la adaptación de la tecnología de las plantas de ciclo combinado a la incineración. Porque, según indica, «reduce el impacto ambiental y optimiza el rendimiento energético». De hecho, recalca que Zabalgarbi «consigue un rendimiento neto del 42%», cuando las instalaciones de estas características alcanzan niveles del 23%%.

Zudaire sabe perfectamente el rechazo que generan este tipo de instalaciones y por eso invita a los opositores a que visiten la planta y conozcan de primera mano su funcionamiento y los mecanismos de control. «La gente se sorprende al visitar la incineradora porque ve que es una empresa más, una enorme planta de última generación que nada tiene que ver con las obsoletas incineradoras de antes», apunta.

29 Abr

Aplazan la ampliación de Zabalgarbi por el descenso de los residuos

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NOTICIAS DE GIPUZKOA

Zabalgarbi fue diseñado por la ingeniería vasca Sener con la intención de construir una segunda planta en el futuro. El objetivo era levantar una segunda nave en la que poder prestar servicio a Bilbao. Y es que, por la oposición del grupo municipal de Ezker Batua (EB) a la incineración, exigió al PNV, en el pacto municipal que mantuvieron, que Bilbao continuara depositando sus residuos en el vertedero de Artigas. 

Pues bien, la ampliación de Zabalgarbi acaba de ser aparcada al disminuir la generación de los residuos. Los datos hablan por sí solos: en 2006 se generaban 700.000 toneladas de residuos en Bizkaia, una cifra que se redujo hasta las 600.000 toneladas en 2011, un 16% menos. Esta bajada es muy significativa, teniendo en cuenta que las previsiones apuntaban a 770.000 toneladas para 2011. «Hemos pospuesto el proyecto para ver cómo evolucionan las cifras y ver si es fruto de la crisis o ha habido un cambio de hábitos», explican desde la planta para recordar que esta situación «es prácticamente igual en territorios como Gipuzkoa».

Mientras, Bizkaia sigue construyendo una planta de tratamiento mecánico biológico que permitirá recuperar en torno al 40% de los residuos que van al vertedero. Para ello, el material orgánico será introducido en unos túneles de depuración y se reducirá en un 30% y la recuperación de material, un 10%. Con este proceso se quiere mejorar la tasa de reciclaje del territorio, que ronda el 35%, frente al 29% que se vierte y el 36% restante que se incinera. 

28 Mar

El norte prefiere incinerar

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DEIA

Los países del norte de Europa prefieren incinerar sus desechos urbanos, mientras que en los del este y el sur todavía impera el uso de vertederos como destino final de los residuos que generan sus habitantes, pequeñas empresas e instituciones públicas. Según la última comparativa relativa a 2010 presentada ayer por la oficina europea de estadística (Eurostat), la situación es enormemente diversa en la Unión Europea, tanto desde el punto de vista de la generación de residuos como de su gestión. Cada europeo produce de media 502 kilos de residuos cada año. El 38% termina en el vertedero, el 25% se recicla, el 22% se quema en plantas incineradoras mientras que el restante 15% se utiliza para fabricar abono.

Basura en una calle de Bruselas, donde funciona el sistema de puerta a puerta. (Silvia Martínez)

Un reparto que esconde grandes diferencias. Por ejemplo, cada español genera más basura que la media europea, un total de 535 kilos, pero recicla e incinera mucho menos. Según el desglose de Eurostat, el 58% o lo que es lo mismo 310 kilos por habitante, terminó en los vertederos municipales. Una opción que siguen utilizando muchos países de Europa del este y del sur donde la política del reciclaje brilla por su ausencia. Este es el caso de Bulgaria, que envía el 100% de sus residuos urbanos al vertedero, Rumanía (99%), Lituania (94%), Letonia (91%), Malta (86%) o Grecia (82%). Justo lo contrario de lo que promueven países como Alemania, Holanda, Bélgica, Austria, Suecia o Dinamarca donde no existen prácticamente los basureros y en los que sus autoridades públicas apuestan por dos soluciones: quemar la basura y reciclar.

reciclaje Entre los países que priman la incineración destaca, por ejemplo, Dinamarca donde se quema el 54% de la basura municipal, una cifra que sitúa a este país escandinavo a la cabeza de la UE por delante de Suecia (49%), Holanda (39%), Alemania (38%), Bélgica (37%) y Luxemburgo (35%), y muy lejos del 9% (48 kilos por persona y año) que registraba de media España. En cuanto a los campeones del reciclaje, Alemania separaba en 2010 el 45% de su basura, seguida de Bélgica (40%), Eslovenia (39%), Suecia (36%), Irlanda (35%), Holanda (33%) y Austria (30%). El dato de España le sitúa entre los menos avanzados en este terreno con un porcentaje del 15% (80 kilos por habitante y año). A esta cifra, no obstante, hay que sumar los residuos utilizados para la producción de abono que alcanza niveles importante en Austria (40%), Holanda (28%), Bélgica (22%), Luxemburgo (20%), Dinamarca (19%) e incluso -España (18%), el sexto país de la UE que más produce. Así que tomando conjuntamente las cifras de reciclaje y compost el resultado es que el en Austria el 70% de los residuos son tratados, el 62% en Alemania y Bélgica y el 61% en Holanda. En el caso de España el cómputo global le deja con un 33%, lejos de estos países y de otros dos campeones del reciclaje como son Suiza y Noruega. En el caso de los suizos, por ejemplo, no envían ni un solo gramo al vertedero, incineran la mitad de sus residuos, reciclan el 34% y hacen compost con el 17%. Similar es la fotografía noruega.

En cuanto a la basura por habitante, un chipriota produce cada año una media de 760 kilos, el doble que un letón. En la parte alta de la tabla encontramos a luxemburgueses, daneses e irlandeses con valores que oscilan entre los 600 y los 700 kilos. Después vienen holandeses, malteses, austríacos, alemanes, españoles, británicos, franceses, italianos y portugueses con una horquilla de entre 500 y 600 kilos mientras que entre los valores más bajos están en Lituania, Rumanía, Eslovaquia, República checa, Polonia, Estonia y Letonia. 

13 Mar

La CNE reconoce que el 1/2012 frena el desarrollo de la biomasa

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ENERGÍAS RENOVABLES

La Comisión Nacional de Energía (CNE) recomienda que se impulsen medidas legislativas para el desarrollo de la biomasa y considera que “la entrada en vigor del RDL 1/2012 impide el desarrollo de nueva potencia no inscrita en el registro de preasignación”. Esta postura la expresa en el Informe sobre el sector energético español, en el que propone medidas para garantizar la sostenibilidad económico-financiera del sistema eléctrico. El informe contiene varias propuestas que benefician a la bioenergía, aunque en APPA Biomasa las consideran insuficientes debido al escaso grado de desarrollo de estas tecnologías y a su complejidad estructural.

“La congelación de las tarifas por la vía del IPC, en tecnologías que, como las biomasas, requieren de suministros, transporte y mano de obra, determina una reducción relevante que impedirá el cumplimiento del principio de rentabilidad razonable de la ley 54/1997 del sector eléctrico”. Así comentan desde la sección de Biomasa de la Asociación de Productores de Energías Renovables (APPA) una de las primeras medidas a corto plazo contenidas en la propuesta de la CNE que afectan a la biomasa. El grueso de las críticas se centra en otras a medio plazo, en especial la que establece “primas basadas en información regulatoria de costes”.

Para implantar ese sistema, la CNE propone la aprobación de una norma con rango de real decreto que “ligaría la actualización de las tarifas y primas a la obtención, mantenimiento y revisión de un sistema de información regulatoria de costes de carácter auditable que permitiera realizar un seguimiento sistemático y regular de aquellos costes afrontados por las empresas del sector”. APPA Biomasa recuerda que, en el caso del biogás agroindustrial, sin cumplir los objetivos del PER 2005-2010, “no cabe la modulación del ritmo ni retrasar el desarrollo porque significaría la interrupción definitiva sin apenas haber nacido”. Apostillan que “la escasísima potencia instalada e incluso la de los nuevos objetivos apenas tendrá repercusión en la prima equivalente”.

Medidas complementarias que ralenticen la biomasa y el biogás terminarán con ellas

Un comentario similar ofrece APPA Biomasa en relación a la biomasa eléctrica: “sería directamente trasponer el objetivo del PER 2005-2010 al año 2020, puesto que la velocidad de implantación según el desarrollo histórico que la propia CNE estima para este sector es de 3 MW/mes, siendo 24 los meses que considera como mínimo para la promoción de los proyectos, es decir, no se trata de un sector con grandes inercias precisamente”. Por lo tanto, entienden que “el ritmo de penetración establecido en el PER 2011-2020 para las biomasas ya está modulado suficientemente al permitir unos incrementos de potencia de 817 MW (81,7 MW/año) para la biomasa sólida y de 223 MW (22 MW/año) para el biogás, por lo que cualquier medida complementaria para ralentizar aún más ambos sectores terminaría directamente con ellos”.

La CNE es consciente de este retraso, de ahí que no incluya a la biomasa en los mecanismos de subastas en los que sí entran otras tecnologías más asentadas, e incluso afirme que “la biomasa no ha terminado de despegar” y que “la entrada en vigor del RDL 1/2012 impide el desarrollo de nueva potencia de cogeneración y biomasa no inscrita en el registro de preasignación”. Lo hace al proponer otra medida en la que ambas tecnologías salen más beneficiadas que el resto. En concreto, se propone una norma para establecer una vida económica para todas las tecnologías coincidente, con carácter general, con el primer tramo tarifario existente, excepto para la cogeneración y la biomasa, que se fijaría en veinte años. Se pretende armonizar la vida económica de las dos tecnologías con el resto, como la eólica, “estableciendo para ellas unas vidas económicas de veinte años, en cuyo periodo se percibirían los dos escalones tarifarios actualmente vigentes”. En este caso, APPA Biomasa recuerda que la fijación de la vida tarifaria a veinte años ya la habían solicitado en varias reuniones con la Secretaría de Estado de Energía y con la propia CNE.

La discriminación horaria tiene en cuenta a la bioenergía

Otra de las propuestas de la CNE en la que la biomasa tiene protagonismo está relacionada con las tarifas con discriminación horaria en instalaciones gestionables. Recuerda que “la regulación ha establecido tarifas con discriminación horaria para la cogeneración, pero no para la biomasa, residuos y tratamiento de residuos”. Por este motivo, considera que el objetivo es lograr que “todas estas instalaciones fueran retribuidas a mercado más prima; como paso intermedio, se plantea introducir una progresiva discriminación horaria en la tarifa que perciben, de modo que la generación en punta se retribuya a un precio más elevado que la generación en base”. “Esta es una medida a estudiar –comentan desde APPA Biomasa–, puesto que bien instrumentalizada podría suponer un estímulo para estas instalaciones, mientras que debería evitarse cualquier traba al funcionamiento de las plantas que supusiese su aplicación”.

El biogás agroindustrial, por ser uno de los sectores con menos desarrollo, preocupa sobremanera en APPA Biomasa en los comentarios a las propuestas de la CNE. “El fomento del autoconsumo –dicen–, que en el caso de instalaciones de biogás favorecería la generación distribuida en el medio rural, requeriría aumentar el límite de potencia al menos a 250 kW”. Y en referencia a las instalaciones ya existentes, informan que, debido a las bajas potencias de las instalaciones, “es más correcto el escalado de primas en función de tales potencias que el mecanismo de techo y suelo, dada la escasa influencia de esta tecnología en las fluctuaciones del mercado”.

APPA Biomasa aprovecha la publicación del informe de la CNE para apuntar que “la homogeneización de regulaciones (o de propuestas de regulaciones) para todas las renovables debe hacerse de manera que se consideren todas las particularidades de cada tecnología, que para el caso de las biomasas son especialmente relevantes al tratarse de distintas tecnologías de valorización, muy escalables, en las que intervienen combustibles biomásicos de distinta naturaleza”. Recuerdan que esa heterogeneidad “proporciona importantes beneficios ambientales y socioeconómicos en el medio rural, que asimismo deberían ser tenidos en cuenta”.

09 Mar

Enkarterri Group incorpora a siete ayuntamientos y a tres empresas en sus consejos de patronos y protectores

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EUROPA PRESS

Enkarterri Group ha incorporado a siete ayuntamientos y a tres empresas en sus consejos de patronos y protectores. En concreto, se trata de los ayuntamientos de Alonsotegi, Balmaseda, Galdames, Gordexola, Güeñes, Sopuerta y Zalla, además de las empresas Zabalgarbi y Cespa y la entidad financiera Caja Laboral.

El acto de adhesión a estos órganos de la asociación empresarial ha tenido lugar este miércoles en el municipio de Zalla. Enkarterri Group, asociación que se constituyó hace un año, está integrada actualmente por 55 empresas de distintos sectores y dimensión, que emplean globalmente a cerca de 1.800 personas y generan una facturación de 300 millones de euros.

En un comunicado, ha señalado que su dimensión y proyección crecientes han convertido a Enkarterri Group en un interlocutor «cualificado» en el ámbito empresarial de las Encartaciones.

Enkarterri Group tiene como objetivo principal la potenciación del tejido empresarial y la generación de riqueza en la comarca mediante el fomento de la participación, el apoyo a proyectos individuales y la creación de un entorno de colaboración.

14 Feb

La bolsa de basura de los vizcainos pesa 22 kilos menos que hace un año

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DEIA

De la misma forma que la energía más limpia es la que no se consume, el residuo que menos contamina es el que no se genera. Es el primer paso hacia un sociedad más sostenible y Bizkaia lo está logrando. El año pasado, cada ciudadano produjo 22 kilos menos de basura, una tendencia que comenzó hace ya cuatro años y que sigue manteniéndose. El territorio reutiliza, además, cada vez más basura. Actualmente, menos de un tercio de los residuos termina en un vertedero; el resto se aprovecha, bien de forma material o energética. «Este balance nos ratifica el éxito de las políticas ambientales de la Diputación», se felicita el diputado foral de Medio Ambiente, Iosu Madariaga.

Cada vizcaino generó el año pasado 509 kilogramos de basura, 22 kilos menos que en 2010 y casi 90 menos que en el año 2004, cuando se inició el Plan Integral de Gestión de Residuos Urbanos. Sumando los residuos domésticos, y los industriales y comerciales, en el territorio se produjeron 25.000 toneladas menos de basura, el equivalente, por ejemplo, a la que, procedente de Gipuzkoa, llega cada año al vertedero de Igorre. La generación de residuos ha caído a niveles de hace 15 años, a pesar de que la población ha crecido en 20.000 habitantes.

Principalmente, este descenso se debe al impacto de la crisis económica que reduce el consumo -se compra menos y se arreglan más cosas antes de tirarlas-, pero también puede haber otras causas, como las políticas de prevención que han hecho que los envasadores reduzcan el sobreembalaje o que los propios consumidores apuestan por compras más respetuosas. Desde la Diputación, además, se promueven actuaciones como incentivar el uso de memorias USB en lugar de CD o DVD, o impulsar el aprovechamiento de los materiales que se utilicen en eventos públicos promovidos por la Diputación. ¿El objetivo? Que cada vizcaino no genere más de 1,3 kilos de basura al día.

Pero si cada vez se generan menos residuos, los ciudadanos también separan cada vez más. Más de un tercio de la basura se deposita en los contenedores correspondientes, una cifra que es mayor en las empresas y comercios (alcanza el 67,56%) que en los hogares (34,17%). Con niveles «equiparables» a los países europeos punteros en la materia, la recogida selectiva ha tocado techo en Bizkaia. «La puesta en marcha de la planta de tratamiento mecánico-biológico el próximo año permitirá alcanzar nuevas metas en cuanto a los índices de recogida selectiva y reciclaje», explica el diputado de Medio Ambiente.

Menos basura al vertedero Al otro lado de la bolsa de basura, Bizkaia reutiliza cada vez más residuos: vidrio que vuelve a convertirse en botellas o residuos que se utilizan para generar energía eléctrica. Actualmente, solo tres de cada diez toneladas de residuos que se generan en el territorio termina en un vertedero. El resto se aprovecha, bien de forma material o energética.

El objetivo es claro: alcanzar, en 2016, el denominado vertido cero. Esto es, que ninguna basura que se genere en Bizkaia se lleve a un vertedero. Y el territorio avanza en ese camino. Actualmente, menos de un tercio de los residuos se envían a un depósito controlado y la cifra sigue disminuyendo, de las 196.952 toneladas de 2010 a las 170.481 del año pasado (lo que equivale a una disminución del 13,4% en solo un año). De hecho, Bizkaia ya ha cumplido los objetivos que la directiva europea marcaba para dentro de tres años en cuanto a cantidad de materia biodegradable que se envía a los vertederos y que debían reducirse en un 25% respecto a 1995. Estas cifras se irán reduciendo, además, a partir del próximo año, cuando se ponga en marcha la planta de tratamiento mecánico-biológico (TMB).

¿Qué ocurre con las otras siete de cada diez toneladas? Se aprovechan, bien para producir energía, en la planta de incineración de Zabalgarbi (el 37% de los residuos), o materialmente, reciclando los vidrios, plásticos o papeles y haciendo que tengan una segunda vida (34,17%). Y, aunque todavía son cifras pequeñas -en torno a un 0,35% del total- también aumentan las basuras que se reutilizan: el año pasado crecieron más de un 40%, pasando de 1,4 a 2 toneladas.

03 Feb

Europa apuesta por una estrategia eficaz de la gestión de residuos

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AMBIENTUM

La Eurocámara ha aprobado un informe del diputado español Carlos Iturgaiz (PPE) que da respuesta a las más de 100 peticiones de ciudadanos europeos preocupados por la mala gestión de los residuos. El texto pone de relieve los beneficios económicos, medioambientales y sanitarios de una buena gestión de los desechos y recalca que la industria del reciclado ofrece un potencial de hasta medio millón de puestos de trabajo.

El informe, aprobado por 632 votos a favor, 18 en contra y 22 abstenciones, pide a las autoridades públicas que reconozcan que hacen falta grandes inversiones para establecer estrategias, infraestructuras e instalaciones correctas de gestión de residuos en la mayoría de los Estados miembros, y propone destinar una parte adecuada de los Fondos de Cohesión a tal fin.

Los diputados recalcan que una estrategia de gestión de residuos más eficaz ofrece oportunidades para la creación de empleo y el incremento de los ingresos (la industria del reciclado, por ejemplo, ofrece un potencial de empleo de hasta medio millón de puestos de trabajo). Además, el buen tratamiento de los residuos garantiza la sostenibilidad ambiental a través de la reutilización, el reciclado y la valorización energética.

El PE pide a la Comisión que proponga criterios más claros y específicos para el emplazamiento de vertederos en relación con las casas, los colegios o los centros de salud locales para evitar los riesgos para la salud humana y el medio ambiente. Asimismo, propone una norma común de la UE que asigne colores a las categorías de residuos para su clasificación y reciclado. Esta medida facilitaría la participación de los ciudadanos en el proceso de gestión de los residuos.

Carlos Iturgaiz señaló en el debate previo al voto que «muchas han sido las peticiones presentadas que reiteran la mala gestión de residuos por parte de las autoridades de los Estados miembros, la localización de vertederos, la destrucción de determinados espacios naturales, etc. Hay una asignatura pendiente a la que tenemos que prestar especial atención, como es la correcta aplicación de la legislación existente por parte de los Estados miembros. La cuestión que suscita un número creciente de peticiones es la aparente incapacidad de las autoridades públicas de los Estados miembros de abordar de una manera satisfactoria la cuestión de la gestión de los residuos».

Cumplimiento de las normas

Los Estados miembros deben transponer sin más demora la legislación europea sobre gestión de residuos, especialmente la directiva de 2008, que introduce objetivos de reciclaje, reutilización y valorización energética de los residuos y planes nacionales de gestión.

La falta de personal bien formado a escala local y regional y de coordinación a nivel nacional, la insuficiencia de controles a nivel europeo, la escasez de recursos y la ausencia de un sistema de sanciones son los principales problemas identificados. Los diputados subrayan la necesidad de reforzar la capacidad de inspección y control in situ del cumplimiento de la legislación comunitaria en este ámbito.

Delincuencia organizada

La Eurocámara pide medidas eficaces para luchar contra toda infiltración de la delincuencia organizada en la gestión de residuos y contra las conexiones entre la delincuencia organizada y la industria o las autoridades públicas. Asimismo, recomienda que, en caso de que se destinen fondos públicos a empresas privadas para la gestión de los residuos, las autoridades lleven a cabo una supervisión financiera eficaz del uso de dichos fondos.

Contexto

La Comisión de Peticiones ha tratado 114 quejas a lo largo del periodo 2004-2010 sobre presuntos incumplimientos de la legislación europea sobre gestión de residuos por parte de los siguientes países: Italia, Grecia, Francia, España e Irlanda (más de 10 peticiones cada uno); Bulgaria, Reino Unido, Polonia, Rumanía y Alemania (entre 3 y 10 peticiones cada uno) y Austria, Hungría, Lituania, Malta, Portugal y Eslovaquia (una petición cada uno).

La Comisión de Peticiones ha preparado cinco informes sobre visitas de investigación realizadas a Irlanda, Fos-sur-Mer (Francia), el vertedero de Path Head (Reino Unido), Campania (Italia) y Huelva (España), relacionadas con peticiones que trataban el tema de los residuos.