Bilbao duplica la recogida selectiva de residuos orgánicos en menos de un año

10 urria, 2016 adclick Sin categoría

 

DEIA

Unos más y otros menos. Pero las cifras cantan por sí solas: este año, hasta el 25 de septiembre, se habían reciclado en el centenar largo de contenedores marrones distribuidos únicamente en los distritos 1 y 2 un total de 186.711 kilos de residuos orgánicos. Una importante cantidad a la que desde principios de este mes de octubre habrá que empezar a sumar los desperdicios generados y recogidos en los barrios de Zurbaran, Uribarri, Arabella (con los que todo el Distrito 2 quedaría integrado en esta iniciativa); los de Txurdinaga y Otxarkoaga (Distrito 3); y parte del Distrito 4 con la llegada de estos contenedores a los núcleos de Begoña y Bolueta.

Con las tres fases desplegadas por el Ayuntamiento de Bilbao desde el año 2014 -con amparo económico de la Diputación Foral de Bizkaia- el 35% de la población del botxo ya tiene en sus manos la posibilidad de sumarse a la recogida de materia orgánica vegetal, cocinada y no cocinada, en sus hogares. Una de estas personas es Yolanda Moraño. “Desde hace más de diez años ya reciclamos papel, plásticos, vidrio…”, relata al tiempo que recuerda cómo hace año y medio aproximadamente su familia -son cuatro en casa- decidió sumarse también al marrón. “Es cuestión de organizarse”, apostillaba esta bilbaina residente en el Distrito 2 (bajo el fregadero, en el tendedero, el balcón,…) pero también de voluntad y responsabilidad.

En su caso lo tuvieron claro desde el principio. Al menos desde que conocieron la existencia de esta opción de reciclaje gracias a unos compañeros de trabajo a los que escuchó hablar de esta iniciativa y de una reunión en su Centro de Distrito. Desde el Ayuntamiento valoran de forma muy positiva la progresiva implantación del contenedor marrón “y sobre todo el compromiso de las familias” subrayaba Marta Barco, directora de Servicios y Calidad de vida del Área de Obras, Servicios, Rehabilitación urbana y Espacio público. Entre 2011 y 2014 hubo una experiencia piloto en la zona de Ribera y Deusto que atrapó a 1.048 familias.

Un año después, en 2015, el número de hogares-unidades convivenciales comprometidos con el reciclaje de residuos orgánicos era ya de 2.584; y a finales de este pasado mes de septiembre ya eran 4.145 familias las que habían incorporado a sus vidas el color marrón y ya tienen en sus casas la cesta, las bolsas biodegradables y la llave para poder abrir el contenedor de la calle. Esta evolución, lógicamente, ha corrido en paralelo a los miles de kilos de residuos orgánicos que son recogidos para su posterior reciclado en la Planta de Compostaje localizada en monte Arraiz. Allí son transformados en compost, un fertilizante para enriquecer el suelo y que puede ser usado en jardinería, agricultura e incluso obra civil.

Más del doble 

 Por ejemplo, y según datos facilitados por la directora de Servicios y Calidad de vida del Área de Obras, Servicios, Rehabilitación urbana y Espacio público, en el curso 2014 fueron recogidos 78.690 kilos de desechos orgánicos; al año siguiente 89.800 y hasta el 25 de septiembre del presente se contabilizaban los 186.711 kilos de residuos mencionados. La incorporación paulatina de distintos barrios de la villa ha hecho posible que, mes a mes, los ratios de reciclaje vayan aumentando hasta alcanzar esos seis kilos que, de media, son reciclados al mes en cada hogar, apostillaban fuentes municipales.

En algunos será menos y en otros más. Así lo estima Yolanda Moraño quien certifica que en su casa superan esa cantidad. “Solo con los zumos de naranja de todos los días, bastante más. Y ten en cuenta luego las peladuras de las frutas, la verdura… Entre semana bajamos la bolsa cada dos días al contenedor”, describía en declaraciones a DEIA.

Según algunos estudios, la materia orgánica representa, aproximadamente el 40% del total de los residuos generador. De ahí la importancia de tratarla de forma adecuada para evitar su impacto en el entorno. En el conjunto del territorio de Bizkaia, una treintena de localidades no han podido acceder a las ayudas forales para su implantación. En 2015 se han recogido un total de 4.372 toneladas de residuo orgánico biodegradable para su compostaje.

“Yo lo que quiero es dejar un planeta limpio a mis hijos. Creo en ello y lo hago por eso. De hecho, llevo más de diez años con los otros reciclajes. A mí me parece muy importante, y que los hijos lo vean y que participen me parece super-importante. Porque es que además, todo eso va a tener un uso; en este caso, una materia orgánica que en vez de pudrirse en un vertedero se puede usar para algo útil, para el compost”, hacía hincapié esta bilbaina minutos antes de abrir con su llave el contenedor marrón para depositar una bolsa biodegradable llena de pieles de naranja.

Compromiso

Y es que este tipo de containers, a diferencia de los otros, tienen una cerradura para garantizar su uso “a personas bien informadas y comprometidas con la iniciativa para que el compost sea de calidad”, valoraba Marta Barco. El compromiso es fundamental. Así lo defiende también Yolanda Moraño, con dos hijos en casa a los que desde pequeños les han ido inculcando la relevancia y el alcance de acciones de estas características. “A veces cuesta que lo hagan, pero lo tienen muy claro. Ahorrar agua, reciclar… Son partícipes y además lo ven en casa. Esas cosas siempre se han hablado en casa y si se puede hacer se hace ¿no?”, se pregunta.

En cualquier caso, ella echa en falta más campañas de sensibilización ciudadana, a pie de calle, a favor del reciclaje. “Creo que lo usamos poco. De vez en cuando convendría hacer recordatorios para que la gente se conciencie”, apostillaba Moraño al tiempo en que insistía en la relevancia de que las generaciones futuras interioricen desde pequeños la relevancia de una actividad tan sencilla como reciclar los residuos generados en casa. “Pueden hacerlo de forma amena y divertida. Y publicidad, mucha publicidad”, reiteraba.

Durante este último despliegue en siete barrios de Bilbao, se han hecho reuniones informativas, buzoneo de propaganda, street marketing. Además, se han incluido “acciones de refuerzo” en aquellas zonas en las que la recogida ya está implantada (distritos 1 y 2) con buzoneos de folletos, tarjetones informativos, llamadas de teléfono y “sesiones informativas específicas para agradecer su labor a los que ya lo utilizan y para animar a los que todavía no lo hacen”, indicaban fuentes municipales.

Desde el Ayuntamiento destacaban la importancia de participar en la recogida de todas las fracciones susceptibles de ser recicladas a fin de poder garantizar el cumplimiento del Plan Integral de Residuos de Bizkaia, “en consonancia con las directrices de la Comunidad Europea que obligan a recoger selectivamente un mínimo del 50% en peso de los residuos generados para su posterior reutilización o reciclado”.

La senda en la capital está marcada y, en la actualidad un tercio de la población residente en Bilbao -alrededor de 125.000 personas- tiene acceso a este tipo de contenedores. En total, 275 unidades distribuidas por calles de los distritos 1, 2, 3 y parte del 4 que diariamente reciben los residuos orgánicos de las 4.145 familias-unidades convivenciales que se han sumado a esta iniciativa local en favor del medio ambiente que tiene repercusión global.