DIARIO VASCO

El reto a medio plazo consiste, a su juicio, en “maximizar” la explotación de las plantas de reciclado y reducir el uso de vertederos.

Estos son los objetivos estratégicos que recoge del borrador del Plan de Prevención y Gestión de Residuos de la CAPV 2014-2020. Este plan, que ha comenzado su tramitación interna de cara ser aprobado a lo largo de este año, identifica una serie de metas para el periodo de aplicación y los recursos técnicos, administrativos, legales, humanos y económicos necesarios para su consecución.

El texto fija como prioridades prevenir la generación de residuos en un 10% para 2020 respecto a los generados en 2010, así como su peligrosidad; aumentar la recogida y separación selectiva de residuos hasta un 75% para 2020; e incrementar la preparación para la reutilización, el reciclado y la valorización de residuos hasta un 60% para el mismo año.

Optimizar la eliminación de residuos, evitando el vertido de residuos sin tratar o reciclar y buscando alternativas a su traslado fuera de Euskadi; mejorar la información y la transparencia en materia de residuos; simplificar y agilizar la gestión administrativa en materia de residuos; y fomentar el mercado verde y la creación de empleo son otros de los objetivos estratégicos.

El Plan de Prevención y Gestión de Residuos no contemplará la construcción de nuevas infraestructuras para la gestión de residuos o la eliminación de alguna de las existentes, aunque realizará una evaluación de los medios y recursos disponibles en este momento. El borrador concluye que, en términos generales, son suficientes para las necesidades de Euskadi.

Así, y en cuanto a los residuos no peligrosos, considera que la capacidad de gestión actual es adecuada, si bien se observa un déficit en plantas para el reciclado/valorización de lodos de la industria papelera, lodos de tratamiento de aguas residuales y tierras excavadas. Las instituciones públicas deben, según señala, resolver al menos los dos primeros déficit.

Trabajo con las diputaciones

 El borrador ve suficientes las infraestructuras para tratar los residuos de la construcción, aunque por razones de distancia geográfica entiende que podría ser necesario alguna adicional en Guipúzcoa y alguna comarca de Álava, y no plantea la necesidad de impulsar nuevos puntos para gestionar residuos peligrosos y residuos urbanos.

Eso sí, contempla trabajar con las Diputaciones Forales, instituciones competentes en la gestión de los residuos urbanos, para asegurar que las instalaciones planificadas son capaces de garantizar el cumplimiento de los objetivos estratégicos.

El documento previo elaborado para la evaluación ambiental del plan explica que los residuos son uno de los problemas ambientales de las sociedades más avanzadas e industrializadas, dada la estrecha relación entre nivel de renta y volumen de residuos, y advierte que una incorrecta gestión de los mismos provoca impactos sobre suelos, agua, aire, salud pública, etc.

Asimismo, sostiene que la generación de residuos en Euskadi está muy condicionada por su actividad industrial y sus procesos productivos más relevantes, y considera que existe una amplia red de recogida y tratamiento de residuos peligrosos y no peligrosos, así como una extensa red de recogida y tratamiento de residuos urbanos para cada territorio.

Así, y tras identificar y valorar las infraestructuras para la gestión de residuos, señala que aún existe la necesidad de exportar determinados residuos a otros países o comunidades autónomas como tierras contaminadas peligrosas, escorias salinas de segunda fusión de aluminio, residuos halogenados, excedentes de residuos tratados.

El reto se centra, según argumenta el texto, en “maximizar la explotación de las infraestructuras de reciclado instaladas en detrimento de la deposición en vertedero u otros tratamientos de valorización, de manera tal que se rompa el equilibrio actualmente existente entre los índices de valorización y eliminación a favor del primero”.