Los vizcainos separan el doble de residuos orgánicos que hace cinco años
DEIA
Corría el año 2011 cuando los primeros contenedores marrones llegaban a Bizkaia, en una primera experiencia piloto en Deusto. Luego se expandieron por el territorio y hoy ya son 79 los municipios que cuentan con esta recogida selectiva. Las cifras de residuos orgánicos se han duplicado en cinco años, pasando de las 3.428 toneladas recogidas en 2012 a las 6.613 del año pasado. “La recogida de biorresiduo es relativamente reciente en Bizkaia pero ha experimentado una progresión excelente”, destaca la diputada de Sostenibilidad y Medio Natural, Elena Unzueta. En Bizkaia se separan 6.613 toneladas de residuos orgánicos al año, principalmente procedentes de poda pero también de la separación que realizan miles de hogares que se han adherido voluntariamente al contenedor marrón y los residuos que se generan en las grandes empresas, como Mercabilbao. El quinto contenedor, personalizado e individualizado, está en 79 municipios y próximamente llegará a Muxika, Mendata, Gautegiz-Arteaga, Ibarrangelu, Elantxobe, Arratzu y Kortezubi.
Aunque la propia Unzueta reconoció el viernes que no será posible alcanzar las tasas marcadas por Europa en la fracción de residuos orgánicos para 2030, el camino recorrido en apenas cinco años ha sido importante, duplicando las toneladas de esta fracción. “El contenedor marrón va ganando en implantación, está presente en mayor número de municipios y eso se traduce en que cada vez se recoge más cantidad de este residuo, con lo que también se incrementa el reciclaje y su reutilización del mismo”, subraya Unzueta.
Para ello, resulta fundamental que sean más los municipios que, voluntariamente, decidan instalar estos contenedores marrones, lo que permite a los ciudadanos depositar la fracción orgánica que separan en casa. También es importante que este contenedor se extienda por las grandes zonas urbanas donde se pueden recoger las mayores cantidades, además de empresas y entidades que generan grandes cantidades de residuos orgánicos, como comedores de centros escolares, grandes superficies o supermercados. Para este mismo año, se ha vuelto a destinar algo más de un millón de euros para los ayuntamientos y mancomunidades que quieran ofrecer esta posibilidad. “Mantenemos la línea de ayudas para que las instituciones puedan adquirir nuevos contenedores, bolsas compostable, cubos domiciliarios…”, explica la diputada. A fecha de hoy, están instalados en Bizkaia unos 1.060 contenedores marrones.
Transformación en compost
Y después, ¿qué se hace con ese residuo orgánico? Compost, un fertilizante para enriquecer el suelo y que puede ser usado en jardinería, agricultura e incluso obra civil. Las 6.000 toneladas de biorresiduos que se recogen en Bizkaia se depositan principalmente en las autocompostadoras con las que cuentan algunos municipios y mancomunidades (4.520 toneladas), mientras que el resto se llevan a Konpostegi, la planta de compostaje de la Diputación en el monte Artigas.
Tras retirar los materiales de rechazo -metales, plásticos…-, el biorresiduo se tritura, en caso de ser necesario, y se amontona en pilas de cuatro metros de ancho y dos de alto; en Konpostegi hay 20. Es importante voltearlas: al principio se hace tres veces a la semana, y después, una. También es fundamental controlar la temperatura y la humedad: si bajan de 50 grados durante dos días, se hace un volteo adicional, y si se superan los 70, se riega y se voltea. La humedad debe mantenerse entre un 40 y un 50%, para lo que se realizan riegos semanales. Finalizado el proceso de compostaje -cuando la temperatura baja de 40ºC-, se inicia otra fase de maduración; en total, todo el proceso puede superar los seis meses. Neiker-Tecnalia analiza el compost resultante, antes de ser utilizado. El año pasado se generaron en la planta 722 toneladas de compost y desde 2013 se han superado las 2.748. El compost se vende a empresas de jardinería, ayuntamientos y mancomunidades, para mantenimiento de jardines, y también a particulares.