“Somos un referente positivo, ya en fase de proyecto causábamos expectación, y ahora somos una realidad”
ESTRATEGIA EMPRESARIAL
El proyecto Zabalgarbi desde su concepción presentó varias innovaciones tecnológicas y ambientales. Su propuesta, tal y como se lee en su lema, define su objetivo inicial: “Un paso más en la valorización energética de los residuos”. Años después de la puesta en funcionamiento de la primera de sus plantas, continúa invirtiendo sus conocimientos para mejorar sus rendimientos técnicos y ambientales. Además de financiar un Estudio Epidemiológico, el primero que se realiza en Euskadi, que investiga si la actividad industrial de la planta incide en el entorno y en las personas, el Director General de Zabalgarbi, José Ignacio Zudaire, señala que la última innovación que van a incorporar es el control de la combustión por rayos infrarrojos.
La planta de valorización energética de Zabalgarbi se caracteriza por sus innovaciones tecnológicas y medioambientales. ¿Cuál es la principal?
En el sector de la valorización energética y, en general, en el de la gestión de residuos, es cierto que somos un referente positivo. Ya en fase de proyecto causamos expectación. Ahora somos una realidad. La principal innovación de nuestra planta es su propio sistema de valorización energética.
¿Cuál es la diferencia en relación con otras plantas de valorización energética?
Como le comentaba, nuestro innovador sistema. Hoy en día, las plantas de valorización energética de residuos urbanos que producen energía eléctrica, en general, tienen un rendimiento neto aproximado del 21%. Las construidas recientemente lo superan, llegan a rendimientos netos cercanos al 25%. Nuestra planta, sin embargo, a consecuencia de su innovador diseño -adaptación de la tecnología de las plantas de ciclo combinado de gas a las modernas plantas de valorización energética de residuos en un proceso único e integrado-, consigue un rendimiento neto del 42%. En 1997, el Programa Thermie de la Unión Europea – Dirección XVII de la Comisión Europea-, concedió al entonces proyecto de Zabalgarbi la máxima subvención por sus aportaciones en la mejora del rendimiento y eficiencia energética y, también, por incrementar el desimpacto ambiental por KWh generado. Hoy, lo que entonces era un proyecto premiado, es una realidad.
¿En estos tiempos de crisis económica, con el precio del petróleo por las nubes, producir electricidad con los residuos es una buena solución?
Sí, es una buena solución. En nuestro caso, producimos electricidad y este año llegaremos a los 680 millones de kWh. Más o menos el equivalente al consumo del 40% de los vizcaínos, unas 350.000 personas. Si quitamos la parte de generación eléctrica correspondiente a la combustión de gas, la energía renovable de la basura supone el consumo eléctrico anual de unas 80.000 personas. Esta alta generación eléctrica, a pesar de la importante inversión que se hizo en la planta -156 millones de euros-, nos permite cobrar un canon de incineración muy bajo. Cobramos lo mismo que cobran los vertederos.
Lo fundamental es aunar el desarrollo con la sostenibilidad y eso es algo que en Zabalgarbi conseguimos. Además es muy importante contar con las tecnologías más avanzadas para continuar optimizando la valorización de residuos, reduciendo las emisiones e incrementando la eficiencia. El método de valorización utilizado es innovador en el sentido que implica menores emisiones a la atmósfera”
¿También las innovaciones que presentan aportan buenas soluciones ambientales?
Desde luego. Los residuos urbanos, al valorizarlos energéticamente, actúan como un sustitutivo de los combustibles fósiles. Si, además, le sumamos el alto rendimiento energético de la planta, conseguimos un ahorro de energía primaria del 47%. Por otro lado, hay otro dato que tenemos que tener en cuenta: es la fracción renovable de los residuos urbanos que entran en la planta -biomasa-, y que alcanzan un porcentaje del 63%, que es similar a los resultados que se obtienen en otras plantas de la UE. Por tanto, la valorización energética de este alto porcentaje de biomasa, unida al rendimiento y a la eficiencia global de la planta, contribuyena la reducción de las emisiones de CO2 a la atmosfera por KWh generado.
Una vez más en Durban se ha comprobado que hay una importante preocupación social por el medio ambiente y, especialmente, por el cambio climático, ¿qué garantías ofrece Zabalgarbi en relación con el medio ambiente y la afección de las personas?
Vayamos por partes. Como antes le he comentado, en Zabalgarbi reducimos las emisiones de CO2 a la atmosfera por KWh generado, nuestros parámetros de emisiones están muy por debajo de las diferentes normativas – estamos controlados en tiempo real por el Gobierno vasco-, gestionamos bien los residuos de combustión, y un estudio epidemiológico que realizan investigadores de la Universidad del País Vasco desde hace seis años concluye que: “la contaminación que aporte la incineradora de basuras de Bilbao, no será significativa y no supondrá un riesgo ecológico ni cancerígeno ni contribuirá al aumento de la exposición contaminante en la zona, tanto para la población como para los ecosistemas”.
También, añade, que “la contribución de la planta de valorización energética de residuos urbanos radicada en las faldas del Monte Arraiz de Bilbao, en cuarenta años, no llegará al 1% de la exposición total”. Estos resultados -cinco años de estudio-, nos han dado mucha tranquilidad.
Tal y como muchos han repetido recientemente, considero que lo importante es aunar el desarrollo y la sostenibilidad y creo que, en Zabalgarbi, nosotros lo logramos.
“Nuestros parámetros de emisiones están muy por debajo de las diferentes normativas y gestionamos bien los residuos de combustión”
¿Cuál ha sido la última innovación que van a incorporar para mejorar los rendimientos de la planta?
Próximamente, y siguiendo nuestra dinámica de incorporar las mejores tecnologías posibles (BREF-WI), vamos a instalar el control de la combustión por infrarrojos. La utilización de esta tecnología supondrá que consigamos una mejor combustión en el horno, reducir aún más las emisiones, e incrementar los rendimientos y eficiencia energética.