Category: Zabalgarbi Noticias

15 Mar

Los vertederos no permitirán el cumplimiento de los objetivos europeos en materia de residuos

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INTEREMPRESAS

La oficina de estadística de la Unión Europea publica, cada año, las cifras de residuos municipales generados en la Europa de los 27 y el tratamiento que se ha dado a estos desechos. De acuerdo con los últimos resultados publicados, correspondientes a 2020, se generaron en la UE 505 kg de residuos municipales per cápita.

Aunque se generan más residuos en la UE (1% más que en 2019), la cantidad total de residuos municipales depositados en vertederos ha disminuido. En el periodo de referencia, el total de residuos municipales depositados en vertederos en la UE se ha reducido en 69 millones de toneladas, es decir, un 58%, pasando de 121 millones de toneladas (286 kg per cápita) en 1995 a 52 millones de toneladas (115 kg per cápita) en 2020. Esto corresponde a un descenso medio anual del 4,0%.

Asimismo, el 48% de los residuos municipales de la UE se reciclaron (reciclaje de materiales y compostaje) en 2020. Por su parte, la valorización energética de residuos también ha crecido de manera constante en el período de referencia, aunque no tanto como el reciclaje y el compostaje. Desde 1995, la cantidad de residuos municipales valorizados energéticamente en la UE ha aumentado en 31 millones de toneladas o un 105% y representó 61 millones de toneladas en 2020. Los residuos municipales incinerados han aumentado así de 70 kg per cápita a 137 kg per cápita.

Pero ¿cuál es la situación de España? Nuestro país es el quinto de la UE en cuanto a reducción de la cantidad de residuos municipales generados por persona. Es un dato muy positivo, pero si entramos en detalle, todavía queda mucho camino por recorrer.

Según los últimos datos del Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, se lleva al vertedero todavía más de la mitad de los residuos (el 53,4%). El 35% se recicla y solo el 11,6% restante se valoriza energéticamente. Estas cifras tienen una traducción muy clara: todavía dependemos de los vertederos para la gestión de los residuos, y son estos espacios los responsables del 4% de las emisiones de los Gases de Efecto Invernadero (GEI) de nuestro país.

Por tanto, nos encontramos muy lejos del cumplimiento de los objetivos marcados por la Unión Europea: las cantidades destinadas a la preparación para la reutilización y el reciclaje deberán alcanzar, en conjunto, como mínimo, el 65% en peso antes de 2035, y se deberá reducir como máximo al 10% en peso la cantidad de estos depositados en vertedero antes de esta fecha.

Desde Aeversu (Asociación de Empresas de Valorización Energética de Residuos Urbanos) a la que represento apostamos por la disminución de los vertederos, pues permiten una importante reducción de las emisiones de GEI. Como ejemplo, las 12 plantas de valorización energética que forman parte de la asociación tratan, de media, unas 2.300.00 toneladas de residuos no reciclables al año, con lo que producen, aproximadamente, 1.600.000 MWh de energía, evitando así la emisión a la atmósfera de 224 Kg CO2 e por tonelada de residuo urbano que se habría producido en el caso de que esos residuos hubieran acabado en vertederos.

La necesaria apuesta por la conversión de los residuos en energía

La consultora Ecoprog lanzó a finales de 2021 un informe en el que afirmaba la existencia de un importante crecimiento de las nuevas instalaciones de valorización energética. En concreto, un total de 130 plantas de valorización energética de residuos se pusieron en marcha en todo el mundo el pasado año, aumentando así la capacidad de tratamiento de los residuos no reciclables.

En Europa, en concreto, estimaron que unas 10 plantas con una capacidad de aproximadamente 3 millones de toneladas al año probablemente se pondrían a operar inmediatamente.

En este sentido, la actual tendencia europea de incremento de reutilización y el reciclaje, acompañada de una mayor valorización energética, se presenta como parte fundamental para el cumplimiento de los compromisos europeos. Así, y de acuerdo con estimaciones de Cewep (Confederation of European Waste-to-Energy Plants), se necesitaría en la Unión Europea un incremento de 40 millones de toneladas/año de capacidad de estas instalaciones, lo que permitiría llegar a una capacidad de 142 millones de toneladas/año, necesarias para cumplir con los objetivos fijados para 2035.

En el caso de nuestro país, las cantidades máximas de residuos urbanos que pueden llegar al vertedero serían de, aproximadamente, 2,3 millones de toneladas/año para 2035. Teniendo en cuenta que se establece que el 65% de los residuos urbanos deben ser reciclados, se debe llegar a, al menos, un 25% de tratamiento de estos en plantas de valorización energética. Esto se traduce en la necesidad de multiplicar por dos el número de plantas en nuestro país. Sin embargo, si queremos cumplir con las directrices, debemos de ponernos en marcha cuanto antes. De media, poner en funcionamiento una instalación de valorización energética suele llevar entre seis y siete años.

Por ello, insistimos en la necesidad de fomentar más la valorización energética, no solo por ser un eslabón fundamental de la economía circular, al complementarse con el reciclaje, sino por tratarse de una fuente de energía limpia, ya que la producción de energía en estas instalaciones es de aproximadamente un 50% renovable, sustituyendo así a los combustibles fósiles.

El futuro lo debemos escribir en este mismo instante. Los vertederos no son la solución y menos cuando generan un 245% más de emisiones GEI que la valorización energética de acuerdo con los resultados del informe de G-Advisory de 2021.

08 Mar

Valorización energética, la verdadera opción para los residuos no reciclables

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RETEMA

Recientemente, como viene haciendo cada año, el Instituto Nacional de Estadística (INE) ha publicado las cuentas medioambientales de 2019 correspondientes a la recogida y tratamiento de residuos. Las empresas gestoras de residuos urbanos recogieron 22,8 millones de toneladas de residuos en 2019, un 0,3% más que en el año anterior, o lo que es lo mismo, 483,7 kilogramos de residuos urbanos por habitante.

De estos, y según los últimos datos del Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, el 53,4% tuvieron como destino final el vertedero, el 35% se reciclaron y solo el 11,6% restante de residuos se valorizaron energéticamente.

¿Qué nos dicen estas cifras? La respuesta es clara. España todavía depende de los vertederos y se encuentra muy alejada del camino que lleva al cumplimiento de los objetivos marcados por la Unión Europea: las cantidades destinadas a la preparación para la reutilización y el reciclaje deberán alcanzar, en conjunto, como mínimo, el 65% en peso antes de 2035, y se deberá reducir como máximo al 10% en peso la cantidad de estos depositados en vertedero antes de esta fecha.

Ante estos desafíos, el incremento de la reutilización y el reciclaje se posiciona como un esquema clave para el cumplimiento de los compromisos de limitar el vertido al mínimo. Y es aquí donde también entra en juego la valorización energética –conversión de los residuos no reciclables en energía-. Su papel, siguiendo la jerarquía establecida por la UE para la gestión de residuos, es fundamental para avanzar hacia una economía circular de bajo consumo en carbono.

De hecho, según datos de Cewep (la Confederación Europea de Plantas de Valorización Energética), la valorización energética contribuye a los objetivos de la UE para 2030 de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, al menos un 40% con respecto a 1990 y para las energías renovables, al menos un 32% respecto a 2018.

Las cifras son claras. Debemos apostar por estas instalaciones y desde Aeversu, asociación a la que represento, instamos a ver la necesidad de contar con más plantas para situarnos en la línea de los países europeos con mayor tradición medioambiental.

Europa, una ventana a la que mirar

En Europa hay unas 500 plantas de conversión de residuos en energía. En España solo hay 11, que forman parte de Aeversu junto con otra instalación en Andorra. Estas instalaciones, más asentadas en aquellos países en los que el vertido es prácticamente cero, ofrecen una pluralidad de prestaciones y servicios que contribuyen a la economía circular y a los objetivos europeos de neutralidad de carbono.

Por ejemplo, en Dinamarca, el 99% de las escorias generadas por las instalaciones se recupera y se utiliza como agregado para la construcción. Además, Copenhague alberga la primera planta de valorización energética con una pista de esquí, Copenhill, que tiene previsto ser neutra en carbono para 2025 gracias a la captura y almacenamiento de carbono.

En Francia, alrededor del 50% de la red de calefacción urbana de París se abastece de las tres plantas de conversión de residuos en energía de la ciudad, que abastecen a todos los hospitales de la ciudad y a la mayoría de sus museos, incluido el Louvre. Cerca de Toulouse, una innovadora red de calefacción conecta una planta de conversión de residuos en energía con un invernadero de tomates, proporcionando el calor necesario. Cerca de París, la planta de conversión de residuos en energía de Créteil tendrá una capacidad de producción y distribución de 500 kg/día de hidrógeno verde a finales de 2022.

Por su parte, en Alemania, los residuos municipales tratados en la instalación de Wuppertal se utilizan para generar hidrógeno para alimentar los autobuses de transporte público, y en Holanda todas las instalaciones firmaron un «Green Deal Bottom Ash» con el Gobierno que garantiza la recuperación de más del 75% de todos los metales no ferrosos.

Todos estos ejemplos demuestran que la valorización energética proporciona un tratamiento esencial de residuos y una fuente de energía para la economía circular.

¿Qué pedimos para este año?

Necesitamos apostar por una transición hacia un futuro más circular y sostenible para España y una economía circular que funcione correctamente para 2035, donde el reciclaje de calidad aumente constantemente y el vertido se limite al mínimo. Y es aquí, en este punto, en el que insistimos en la necesidad de una apuesta decidida por el desarrollo de nuevas instalaciones de valorización energética, duplicando el número de ellas en España.

Queremos que las plantas de valorización energética sean reconocidas como fuente de energía limpia y queden integradas en la infraestructura de energía local limpia para 2035. Asimismo, se necesitaría apostar por promocionar políticas que favorezcan la integración de este tipo de instalaciones en las redes locales de calefacción y electricidad, como parte esencial de su estrategia de economía circular y lucha contra el cambio climático.

El próximo año será crucial, también, por la inminente aprobación de la Ley de Residuos y Suelos Contaminados, y la valorización energética deberá pasar a ser la verdadera opción para aquellos residuos que no se pueden reciclar.

04 Mar

Bilbao renovará sus Bilbogarbis para ganar en efectividad

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DEIA

El Ayuntamiento de Bilbao ha abierto un periodo de reflexión en su política de recogida de residuos que concluirá con la renovación de las instalaciones actualmente en marcha con el objetivo de ser más eficientes y conseguir que los bilbainos depositen cada vez más residuos para su posterior reciclaje.

Así lo han expuesto este viernes en la visita que el alcalde, Juan Mari Aburto, acompañado por el concejal de Servicios y Calidad de Vida, Kepa Odriozola, y otros miembros de la corporación, han realizado al nuevo garbigune construido en el monte Kobetas. En concreto, frente al número 195 de la carretera Basurtu-Kastrexana.

Tras una inversión de casi 335.000 euros, se ha conseguido un espacio para el depósito de sus residuos por parte de los bilbainos, además de para los vehículos municipales que les permita realizar la recogida de los contenedores una vez llenos y su transporte a las distintas plantas de tratamiento.

Los desechos que se podrán depositar en este punto serán los que se generan en pequeñas obras de casa, construcción y demolición (RCDs), muebles y enseres además de residuos de jardinería. Este tipo de basura es la que precisamente más se recoge en la red de puntos limpios bilbainos. De hecho, está muy por encima de las cifras de depósito de otras tipologías de desechos como electrodomésticos, televisores y monitores y CDs, DVDs o CPUs, entre otros.

Con la apertura del Bilbogarbi de Kobetamendi, se podrá clausurar el Bilbogarbi de Zorrotza, cuyo último día abierto será este sábado.

Fuentes municipales han especificado que «el espacio que alberga actualmente el dispositivo de Zorrotza será ocupado por futuras obras». En concreto, se prevé la construcción de un aparcamiento que asegure un itinerario peatonal en esta zona. De modo que, con su cierre definitivo, el Ayuntamiento se adelanta a las futuras afecciones que puedan suponer en el servicio esos trabajos.

El objetivo de la red de Bilbogarbis facilitar un recurso para el reciclaje y la reutilización de los distintos residuos que no cuentan con contenedor en vía pública. Así se reducen las cantidades de residuos potencialmente reciclables y reutilizables presentes en la fracción resto y concienciar a la ciudadanía sobre la importancia de separar residuos en origen para su posterior gestión.

Según especificaron fuentes municipales, estos servicios han contribuido en gran medida a la mejora de los ratios de recogida selectiva en Bilbao ya que una cuarta parte de la retirada selectiva de Bilbao provino de estas instalaciones.

08 Feb

Un futuro más circular y menos vertido, entre las peticiones clave de Aeversu para 2022

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RETEMA

Aeversu, la Asociación de Empresas de Valorización Energética de Residuos Urbanos, ha enumerado una serie de puntos clave para cumplir con los objetivos de la Unión Europea y para posicionar a la valorización energética como actor para mitigar el cambio climático. En su Directiva de 2018, la UE introdujo las obligaciones de no admitir en vertedero cualquier tipo de residuo reciclable o valorizable a partir de 2025, y reducir la cantidad de residuos urbanos depositados en vertedero en un 10% antes de 2035. Por todo, Aeversu plantea las siguientes peticiones para el próximo año:

  1. Un futuro más circular. Actualmente, y según los últimos datos Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, el 53,4% de los residuos urbanos tuvieron como destino final el vertedero, el 35% se reciclaron y solo el 11,6% restante de residuos se valorizaron energéticamente. La asociación propone apostar por una transición hacia un futuro más circular y sostenible para España y una economía circular que funcione correctamente para 2035.
  2. Menos vertidos. Aeversu pide que se aumente el reciclaje y el vertido se limite al mínimo. Además, recuerda que la disminución de los vertederos supone una reducción de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI). Como ejemplo, las 12 plantas de valorización energética que forman parte de Aeversu tratan, de media, unas 2.300.00 toneladas de residuos no reciclables al año, con lo que producen, aproximadamente, 1.600.000 MWh de energía, evitando así la emisión a la atmósfera de 224 Kg CO2 e por tonelada de residuo urbano que se habría producido en el caso de que esos residuos hubieran acabado en vertederos.
  3. Desarrollo de nuevas instalaciones y necesidad de duplicarlas. De acuerdo con estimaciones, se necesitaría en la Unión Europea un incremento de 40 millones de toneladas/año de capacidad de estas instalaciones para cumplir con los objetivos fijados para 2035. En el caso concreto de España, las cantidades máximas de residuos urbanos que pueden llegar al vertedero serían de, aproximadamente, 2,3 millones de toneladas/año para 2035. Teniendo en cuenta que se establece que el 65% de los residuos urbanos deben ser reciclados, se debe llegar a, al menos, un 25% de tratamiento de estos en plantas de valorización energética. Esto se traduce en la necesidad de multiplicar por dos el número de plantas en nuestro país con el fin de evitar que los residuos urbanos acaben en el vertedero y reducir hasta ese 10%.
  4. Fuente de energía limpia. Aeversu insiste en la necesidad de que las plantas de valorización energética sean reconocidas como fuente de energía limpia y queden integradas en la infraestructura para 2035. La asociación recuerda que la producción de energía en estas instalaciones es de aproximadamente un 50% renovable, sustituyendo así a los combustibles fósiles.
  5. Redes locales de calefacción y electricidad. Existen numerosas instalaciones en países europeos, con mayor tradición medioambiental, que ofrecen prestaciones y servicios que contribuyen a la economía circular y a los objetivos europeos de neutralidad de carbono. Por ejemplo, en Francia, cerca del 50% de la red de calefacción urbana de París se abastece de las tres plantas de conversión de residuos en energía de la ciudad, que suministra a todos los hospitales de la ciudad y a la mayoría de sus museos. Por otro lado, los residuos municipales tratados en la instalación de Wuppertal (Alemania) se utilizan para generar hidrógeno para alimentar los autobuses de transporte público. Desde Aeversu proponen apostar por introducir políticas que favorezcan la integración de este tipo de instalaciones en las redes locales de calefacción y electricidad, como parte esencial de su estrategia de economía circular y lucha contra el cambio climático.
07 Feb

Diputación y ayuntamientos de Bizkaia se reúnen para avanzar en el plan de prevención y gestión de residuos

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RETEMA

Estos encuentros se desarrollarán durante las próximas dos semanas para presentar a los municipios del territorio los avances en la elaboración de este plan y escuchar las aportaciones que las instituciones locales puedan realizar a su contenido. El Plan Integral de Prevención y Gestión de Residuos de Competencia Local de Bizkaia 2030 (PIPGRB 2030) recoge los objetivos prioritarios definidos tras un exhaustivo análisis de la situación actual, de las previsiones a futuro y de las estrategias de otras instituciones supraterritoriales y va a ser contrastado a lo largo del primer semestre de este año con los ayuntamientos y la ciudadanía del territorio. De la mano de este plan, Bizkaia se marca como objetivos la reducción de la generación de residuos un 15% y la recuperación de 4,9 de cada 5 kilos de residuos generados.

La Diputación Foral inicia el lunes, 7 de febrero, la ronda de reuniones con los ayuntamientos del territorio para avanzar en la elaboración del Plan Integral de Prevención y Gestión de Residuos de Competencia Local de Bizkaia 2030 (PIPGRB 2030). En estas reuniones, la Institución foral presentará ante las y los responsables municipales el desarrollo de este plan hasta el momento y escuchará y recogerá las primeras aportaciones que reciba desde el ámbito local.

Los encuentros se distribuirán a lo largo de dos semanas: en la del 7 de febrero, el equipo del Departamento de Sostenibilidad y Medio Natural visitará las comarcas de Enkarterri, Txorierri, Arratia, Ezkerraldea, Meatzaldea, Uribe Kosta, Lea Artibai y Lea Ibarra, además de la capital del territorio, Bilbao. La siguiente semana, la del 14 de febrero, hará lo propio con Mungialdea, Nerbioi-Ibaizabal y Busturialdea.

En estas reuniones, la Institución foral explicará las líneas del nuevo plan de prevención y gestión de residuos, evaluará las acciones y el cumplimiento de los objetivos del plan anterior y, además, informará sobre los objetivos que se marcan en el documento con el horizonte de 2030, así como sobre los retos a futuro y los programas a implementar. Del mismo modo, se hará un llamamiento a que los ayuntamientos se coordinen con Garbiker y con la Diputación y se impliquen en la elaboración del plan respondiendo a un cuestionario que se les enviará tras los encuentros para que puedan realizar aportaciones y valorar las explicaciones que han recibido.

El PIPGRB 2030, documento que sienta las bases de la gestión de los residuos en el territorio en la presente década, marca como objetivos prioritarios la reducción de la generación de residuos en un 15% y la recuperación de 4,9 de cada 5 kilos de residuos generados (de ellos, 4 kilos se reintroducirán en la cadena productiva y otros 0,9 kilos se aprovecharán para la generación de energía renovable). Con el desarrollo de este plan, Bizkaia conseguirá en 2030 valorizar materialmente el 79,83% de sus residuos (reutilizar y/o reciclar el 74,19% y compostar un 5,64%), valorizar energéticamente un 17,68% y destinar a eliminación definitiva una vez ya tratados esos residuos, un 2,49%.

Otros objetivos del plan son:

  • La reducción de un 20% con respecto al año 2019 en la generación de residuos de envases ligeros.
  • Mejorar la tasa de preparación para la reutilización en un 20%.
  • Asegurar la cobertura del 100% de la recogida selectiva de los residuos peligrosos del hogar, de textiles, de aceites de cocina, de voluminosos y RAEE y recogida separada de biorresiduos en los municipios.
  • Reducir el porcentaje de los residuos valorizados energéticamente a menos de un 20% y establecer la tasa de vertido de residuos municipales (tratados y sin tratar) en un 2,49%.
  • Integrar la información y las ideas innovadoras de la ciudadanía y los agentes económicos en un entorno digitalizado y colaborativo, que permita la generación de herramientas y palancas para la mejora continua del sistema de gestión de residuos.
  • Disponer de un sistema integrado de la gestión de los residuos en todo el territorio y asegurar su sostenibilidad económica y medioambiental en colaboración con los ayuntamientos y mancomunidades.

Tras la recogida e incorporación de las propuestas de los ayuntamientos, el plan se someterá también al contraste y participación con la ciudadanía previo a iniciar la posterior tramitación en las Juntas Generales para su aprobación definitiva con rango de Norma Foral, muy probablemente a lo largo del primer semestre de este año.

25 Ene

Los gestores de residuos piden que se reconozca el papel de la valorización energética en la taxonomía y los instrumentos jurídicos relacionados con el CO2

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RESIDUOS PROFESIONAL

Incluir o no la incineración de residuos en el sistema europeo de comercio de emisiones (EU-ETS) es objeto de opiniones divergentes entre las partes interesadas y los colegisladores de la UE. La variedad de puntos de vista se hace eco de la diversidad de los marcos normativos nacionales que ya ofrecen una amplia gama de soluciones, desde los sistemas nacionales de comercio de emisiones e impositivos, hasta la inclusión de las emisiones de CO2 de las incineradoras de residuos municipales.

Por un lado, contar con un EU-ETS que incluya a las incineradoras de residuos municipales garantizaría la igualdad de condiciones, pero por otro lado es necesario evaluar si esta es la forma más eficaz de evitar las emisiones de CO2 al tratar los residuos no reciclables.

FEAD, la asociación de la UE que representa a las empresas privadas de gestión de residuos, expresó inicialmente que todo el sector de la gestión de residuos debería permanecer en el reglamento de reparto de esfuerzo (ESR), como una herramienta de reducción de gases de efecto invernadero (GEI) coherente y ambiciosa.

La organización considera que el proyecto de informe sobre el EU-ETS propuesto por el eurodiputado Peter Liese es una petición de más tiempo para desarrollar una evaluación de impacto antes del 31 de diciembre de 2025, posiblemente seguida de la inclusión de la valorización energética de residuos municipales el 1 de enero de 2028 con medidas específicas para evitar un aumento de precios.

En cualquier caso, FEAD cree que una evaluación de impacto debe integrar varios aspectos importantes:

• Posibles efectos positivos o adversos en toda la cadena de gestión de residuos, desde el reciclaje hasta la recuperación y la eliminación. Penalizar las soluciones de conversión de residuos en energía puede ser una señal negativa, perjudicial para el desvío de los residuos no reciclables del vertido masivo en algunos países de la UE, donde son muy necesarias más inversiones para el reciclaje y la recuperación de energía.

• Las emisiones de CO2 que se evitan utilizando la energía de los residuos en lugar de los combustibles fósiles deben tenerse en cuenta durante la transición, cuando los suministros energéticos nacionales siguen dependiendo de los combustibles fósiles para sus necesidades de electricidad y calefacción. La recuperación de metales de las cenizas de fondo también evita las emisiones en el sector manufacturero.

• La valorización energética de residuos desempeña un papel esencial en la circularidad al tratar de forma segura los residuos que no pueden evitarse o reciclarse. En cualquier caso, se necesitará tiempo suficiente para aplicar los cambios necesarios en el sector, lo que también permitirá desarrollar el ahorro de emisiones de gases de efecto invernadero que requieren las tecnologías de captura, almacenamiento y utilización de carbono (CCS/CCU/BECCS).

• El diseño ecológico y la fabricación de plásticos, el fomento de la separación en origen y la recogida selectiva de residuos plásticos deben abordarse en la evaluación de impacto, así como las medidas de acompañamiento, ya que las emisiones de CO2 en las instalaciones de incineración proceden principalmente de los residuos plásticos y de los residuos del reciclado de alta calidad.

Además, FEAD cree que debe garantizarse una verdadera coherencia con las futuras normas de la Taxonomía relativas a las instalaciones de valorización energética de residuos. Considera que estas últimas deben describirse como conformes a la Taxonomía, si se cumplen condiciones como: planes nacionales de gestión de residuos existentes, recogida selectiva de residuos/residuos procedentes de la clasificación y comprobación de la viabilidad de las soluciones CCU/CCUS.

Independientemente de las soluciones que se desprendan de la evaluación de impacto propuesta por el ponente Peter Liese, FEAD destaca la peculiaridad y el papel positivo de toda la cadena de gestión de residuos para evitar las emisiones de CO2. Y asegura que la transición en la gestión de residuos debe ser apoyada críticamente por la financiación pública en la recogida selectiva, la clasificación y en las instalaciones de valorización energética para el tratamiento de los residuos no reciclables.

Peter Kurth, presidente de la FEAD, asegura que «las plantas de conversión de residuos en energía no sólo producen energía renovable y ascienden en la jerarquía de los residuos, sino que también ahorran importantes emisiones de CO2 en comparación con la electricidad y la calefacción producidas por la combustión de combustibles fósiles. Es crucial que esto se reconozca en la taxonomía de la UE y en los instrumentos reguladores de la UE relacionados con el CO2 si queremos hacer frente a las crecientes cantidades de residuos y alcanzar los objetivos de la economía circular de la UE».

20 Ene

Bizkaia se marca como objetivo reducir la generación de residuos un 15% y recuperar 4,9 de cada 5 kilos de los generados para 2030

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DIPUTACIÓN FORAL DE BIZKAIA

La diputada de Sostenibilidad y Medio Natural, Amaia Antxustegi, ha presentado las líneas básicas del nuevo Plan Integral de Prevención y Gestión de Residuos de Competencia Local de Bizkaia 2030 (PIPGRB 2030), la futura Norma Foral que recoge la planificación en esta materia a lo largo de esta década. El nuevo plan recoge los objetivos prioritarios definidos tras un exhaustivo análisis de la situación actual, de las previsiones a futuro y de las estrategias de otras instituciones supraterritoriales y va a ser contrastado a lo largo del primer semestre de este año con los ayuntamientos y la ciudadanía del territorio.

La diputada de Sostenibilidad y Medio Natural, Amaia Antxustegi, ha presentado hoy en las Juntas Generales el nuevo Plan Integral de Prevención y Gestión de Residuos de Competencia Local de Bizkaia 2030 (PIPGRB 2030), documento que sienta las bases de la gestión de los residuos en nuestro territorio en la presente década. Para ese horizonte temporal, este plan marca como objetivos prioritarios la reducción de la generación de residuos un 15% y la recuperación de 4,9 de cada 5 kilos de residuos generados.

«Con el desarrollo de este plan, Bizkaia conseguirá en 2030 valorizar materialmente el 79,83% de sus residuos (reutilizar y/o reciclar el 74,19% y compostar un 5,64%), valorizar energéticamente un 17,68% y destinar a eliminación definitiva una vez ya tratados esos residuos, un 2,49%. Es decir, con este plan Bizkaia va a ser capaz de recuperar 4,9 de cada 5 kilos de los residuos generados. De ellos, 4 kilos se reintroducirán en la cadena productiva y otros 0,9 kilos se aprovecharán para la generación de energía renovable, lo que contribuirá a lograr un territorio más sostenible y más avanzado, situándonos en parámetros de referencia a nivel europeo. Ese es nuestro objetivo y lo que va a marcar nuestro quehacer diario en relación con la gestión de los residuos», ha explicado Antxustegi.

La diputada de Sostenibilidad y Medio Natural ha presentado el documento que recoge las líneas básicas del nuevo plan en la Comisión de Sostenibilidad, antes de abrir el proceso de participación y contraste con los ayuntamientos y con la ciudadanía y de iniciar la posterior tramitación en las Juntas Generales para su aprobación definitiva con rango de Norma Foral. Este proceso se prolongará durante el primer semestre de este año para recoger aportaciones al plan, para cuya elaboración se ha realizado previamente un exhaustivo análisis del contexto y la situación actual en materia de residuos, de las estrategias y objetivos fijados por otras instituciones con competencias en esta misma materia, así como una previsión de evolución durante esta década. Además, a la hora de plantear las actuaciones correspondientes, se han tenido en cuenta análisis de modelos de gestión de residuos y alternativas de tratamiento estudiadas tras la prórroga del II PIGRUB, una reflexión estratégica sobre la determinación de los sistemas óptimos a implantar y un análisis de las diferentes alternativas de tratamiento y valorización material de residuos primarios y secundarios.

Una vez realizada esta reflexión, se ha diseñado un completo plan de actuación para aplicar los principios de la economía circular a la gestión de los residuos, luchar contra el cambio climático y ser el instrumento que permita transformar Bizkaia en una sociedad comprometida con el cuidado de medio ambiente sobre el principio fundamental de la ‘no generación de residuo’.

El plan recoge los siguientes objetivos:

  • La reducción de residuos en un 15% respecto a 2010 y la reducción de un 20% con respecto al año 2019 en la generación de residuos de envases ligeros.
  • Mejorar la tasa de preparación para la reutilización en un 20%.
  • Asegurar la cobertura del 100% de la recogida selectiva de los residuos peligrosos del hogar, de textiles, de aceites de cocina, de voluminosos y RAEE y recogida separada de biorresiduos en los municipios.
  • Alcanzar una tasa de reutilización y reciclaje (valorización material) de residuos municipales del 79,83%; reducir el porcentaje de los residuos valorizados energéticamente a menos de un 20% y establecer la tasa de vertido de residuos municipales (tratados y sin tratar) en un 2,49%.
  • Integrar la información y las ideas innovadoras de la ciudadanía y los agentes económicos en un entorno digitalizado y colaborativo, que permita la generación de herramientas y palancas para la mejora continua del sistema de gestión de residuos.
  • Disponer de un sistema integrado de la gestión de los residuos en todo el territorio y asegurar su sostenibilidad económica y medioambiental en colaboración con los ayuntamientos y mancomunidades.

Estos objetivos se articulan a través de programas concretos de actuación, dentro de los cuales se desplegarán las actuaciones a desarrollar con todo su detalle y metas a alcanzar. Entre estos programas cabe destacar:

  • el de Observación Avanzada, que consiste en el desarrollo de los mecanismos necesarios para gestionar adecuadamente los datos generados por el sistema de gestión de residuos y elaborar información que ayude a realizar análisis predictivos y a desarrollar actuaciones en materia de prevención y tratamiento de residuos. Este programa incluye actuaciones como el análisis benchmarking de modelos comparados o los procesos de actualización continua de la información sobre la percepción y comportamiento de la ciudadanía y los comercios.
  • El Programa Tractor de la Economía Circular Local, para diseñar modelos predictivos que permitan anticiparse a lo nuevos escenarios y poder así acertar en la priorización y selección de las políticas de gestión más eficientes.
  • El Programa de Promoción de un Ecosistema de Innovación y Emprendimiento, para actuar como un hub con el objetivo de impulsar proyectos innovadores, iniciativas de emprendimiento y experiencias piloto en el ámbito de la gestión de los residuos de competencia local.
  • El Programa de Gestión de la Huella Verde, que desarrollará acciones para reducir la huella de carbono generada en la recogida y el tratamiento del residuo y el seguimiento de estas acciones.
  • El programa de puesta en valor de la reutilización, que ejecutará acciones encaminadas a incrementar el volumen de producto doméstico reutilizado y mejorar las instalaciones para su tratamiento (fomento y colaboración para el desarrollo de mercados de artículos con segunda vida, mejora de la gestión de recogida de residuos para reutilización en los Garbigunes, potenciación del servicio de recogida del contenedor blanco…).
  • El de impulso y promoción de las soluciones más innovadoras y eficaces en materia de recogida selectiva a través de instrumentos de ayuda, incentivos y medidas de coordinación con las entidades locales y mancomunidades.
  • El que persigue incrementar la valorización material con el impulso del desarrollo de procesos e infraestructuras para valorizar energéticamente el subproducto generado en las instalaciones de tratamiento del residuo.

«Se trata de profundizar en la gestión del residuo de una manera circular, generando nuevas oportunidades y haciendo de Bizkaia un territorio puntero en la gestión, referente, innovador y, por consiguiente, más sostenible», ha concluido la diputada de Sostenibilidad y Medio Natural, que ha puesto también en valor que el plan permitirá obtener «unas tasas de reciclaje como nunca antes habíamos conseguido alcanzar en nuestro territorio».

13 Ene

ESWET reclama un mismo mecanismo jurídico sobre emisiones para todo el sector de la gestión de residuos

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RESIDUOS PROFESIONAL

Planta de valorización energética de residuos

Planta de valorización energética de residuos en Noruega. Foto: Kjell Inge Søreide

 

En julio de 2021, con la publicación del primer lote del paquete climático «Fit for 55», la Comisión Europea dio a conocer la propuesta de revisión del Sistema de Comercio de Emisiones (EU ETS). El sector de la valorización energética de residuos no estaba incluido en la propuesta, al estar ya cubierto por el Reglamento de Reparto del Esfuerzo (ESR) con las otras opciones de tratamiento de residuos: vertederos y reciclaje.

No obstante, se mantuvo la petición de incluir únicamente la conversión de residuos en energía en el ETS, al entenderse que encarecer la valorización energética de residuos impulsará la prevención y el reciclaje de residuos. Sin embargo, en opinión de ESWET, asociación que agrupa al sector europeo de la valorización energética, esta idea es poco realista y simplista.

Esta organización cree que una decisión de este tipo provocaría graves efectos secundarios en la cadena de gestión de residuos: mayor coste del reciclaje, tasas adicionales para los municipios y un aumento de los residuos no reciclables enviados a vertederos legales e ilegales.

«Cualquier beneficio potencial de la inclusión de la conversión de residuos en energía en el ETS sería en vano si la cadena de gestión de residuos se viera alterada», afirma Charoula Melliou, responsable de la política de descarbonización de ESWET. «Por eso pedimos que el mismo instrumento jurídico abarque todo el sector de los residuos».

ESWET asegura que está abierta a debatir cómo puede contribuir el sector a los esfuerzos de descarbonización de la UE, independientemente de la procedencia de estos requisitos -ya sea el Reglamento de reparto del esfuerzo o la Directiva sobre el régimen de comercio de derechos de emisión de la UE o cualquier otro instrumento legislativo-, siempre que se cumplan los siguientes requisitos previos concretos en cualquier escenario:

  • Evitar dividir el sector de la gestión de residuos sometiendo únicamente la valorización energética de residuos municipales a un instrumento diferente y manteniendo los demás sectores bajo otro sin ninguna evaluación de impacto previa;
  • Por el contrario, mantener a todo el sector de la gestión de residuos bajo el mismo mecanismo legislativo garantizará que no se promuevan los vertederos y sus emisiones de metano asociadas, que no están adecuadamente reguladas hoy en día, a diferencia del CO2 y otros Gases de Efecto Invernadero (GEI);
  • Cualquier instrumento legislativo que persiga la reducción de las emisiones de GEI debe respetar el principio de «quien contamina paga», por lo que debe diseñarse de forma que no se aplique demasiado lejos de la fuente de CO2 fósil;
  • Es necesario apoyar la aplicación de la captura, utilización y almacenamiento de carbono (CCUS) en las plantas de conversión de residuos en energía para reducir aún más las emisiones de GEI procedentes de los residuos no reciclables;
  • La legislación de la UE en materia de descarbonización debería tener en cuenta las compensaciones de las emisiones de CO2 en la valorización energética de residuos, y no sólo las emisiones directas.

En un comunicado, lorganización destaca que las plantas de valorización energética de residuos «están reconocidas hoy en día como un factor clave en la prevención de la contaminación. Tratan de forma sostenible y eficiente los residuos no reciclables, incluidos los microplásticos, desviando así estos residuos de los vertederos, lo que evita las emisiones de metano y los riesgos a largo plazo de contaminación de las aguas subterráneas, el suelo y el aire».

En opinión de este sector, el siguiente paso para reducir aún más las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes de los residuos no reciclables es apoyar la implantación de la captura y el almacenamiento de carbono (CAC) en las plantas de conversión de residuos en energía. «El sector puede llegar a ser neutro en carbono o incluso negativo, como demuestran varios proyectos piloto en Europa».

12 Ene

Cómo los sistemas circulares de gestión de residuos pueden beneficiar al medio ambiente

Zabalgarbi Zabalgarbi Noticias

RETEMA

La cantidad de residuos sólidos urbanos generados a nivel mundial ha crecido cada año de manera exponencial durante las últimas décadas, principalmente debido al crecimiento demográfico y económico y los cambios resultantes en los patrones de producción y consumo.

Si bien algunos países tienen los medios para implementar políticas e instrumentos para hacer frente a los residuos que generan y algunos han promulgado políticas que apuntan a reducir la generación de desechos, la generación de residuos urbanos per cápita sigue siendo demasiado alta a nivel mundial. Un tercio de la montaña de residuos global generada cada año es producida por aproximadamente una sexta parte de la población (países de altos ingresos). Sin embargo, solo alrededor del 13% se recicla y el 5,5% se composta. La ausencia de instalaciones de tratamiento adecuadas para hacer frente a las grandes cantidades de desechos, especialmente en los países de bajos ingresos, a menudo genera impactos ambientales y de salud, incluidas las emisiones de contaminantes tóxicos y gases de efecto invernadero a la atmósfera.

En el primer estudio mundial de este tipo, los investigadores del International Institute for Applied Systems Analysis (IIASA) y sus colegas de la Universidad de Recursos Naturales y Ciencias de la Vida Aplicadas (BOKU) de Viena analizaron detalladamente el sector de los residuos. El estudio, que acaba de publicarse en Nature Communications, examinó el sector de los residuos en 184 países y regiones e incluye una diferenciación entre asentamientos urbanos y rurales. El enfoque del equipo para la investigación es novedoso en el sentido de que traduce las Vías Socioeconómicas Compartidas (SSP, por sus siglas en inglés), un conjunto de escenarios que describen desarrollos socioeconómicos alternativos hasta 2100, aplicado a los residuos y evalúa los potenciales para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y contaminantes del aire al contrastar la línea de base y escenarios de mitigación hasta 2050.

“Queríamos observar las tendencias futuras de la generación de residuos municipales y analizar el impacto en las emisiones de gases de efecto invernadero y la contaminación del aire si los sistemas de gestión de residuos se mantuvieran en el estado actual hasta 2050. Posteriormente, evaluamos hasta qué punto sería posible reducir los residuos y las emisiones asociadas al implementar sistemas circulares de gestión de residuos bajo los diferentes SSPs. Este enfoque también nos ayuda a comprender cómo los diferentes desarrollos mundiales obstaculizan o aceleran el nivel y el ritmo de adopción de sistemas circulares de gestión de residuos y las implicaciones en las emisiones”, explica la autora principal Adriana Gómez-Sanabria, investigadora del Grupo de Investigación de Gestión de la Contaminación del IIASA. .

Un sistema de gestión de residuos circular es un sistema sostenible en el que se minimiza la generación de residuos, los planes de recogida de residuos llegan a toda la población, se elimina la quema a cielo abierto de residuos, se elimina el depósito de los residuos en los vertederos, se reutilizan y reciclan los materiales, y como último recurso, los desechos se incineran eficientemente para generar energía.

Al contrastar diferentes escenarios, los investigadores, por ejemplo, descubrieron que el escenario de sostenibilidad SSP1, un escenario que imagina un mundo que enfatiza un desarrollo más inclusivo que respeta los límites ambientales, podría generar beneficios colaterales mayores y más tempranos en comparación con los escenarios en los que se reducen las desigualdades, pero las medidas de control de la contaminación se enfocan en tratar los contaminantes en un proceso separado después de que se producen. En este escenario, los investigadores estiman que sería posible eliminar la quema a cielo abierto de residuos antes de 2050, erradicando así esta fuente de contaminación del aire.

Si bien no será posible eliminar por completo las emisiones de metano y CO2 de los residuos sólidos urbanos, los investigadores señalan que, basándose en el hecho de que el potencial máximo de reducción técnica a nivel mundial se evalúa en aproximadamente 205 Tg de metano en 2050, donde 1 Tg = 1 millón de toneladas, la reducción de las emisiones de los residuos sólidos urbanos podría, en última instancia, representar casi una cuarta parte de esto. Esto destaca la necesidad de una acción rápida y audaz para reducir y eliminar el vertido de los residuos en vertederos, aumentar la reutilización y el reciclaje, y promover tecnologías con captura y almacenamiento de carbono.

Los investigadores encontraron que las variaciones en los supuestos socioeconómicos subyacentes a cada uno de los escenarios SSP conducen a diferencias significativas en los futuros flujos de gestión de residuos municipales. Estiman que las cantidades más bajas de generación de desechos sólidos se esperan en el escenario SSP3 (donde los países se enfocan en lograr objetivos de seguridad alimentaria y energía dentro de sus propias regiones a expensas de un desarrollo de base más amplia) y el escenario SSP4 (un escenario marcado por una alta desigualdad) debido a lento crecimiento económico y grandes desigualdades entre regiones.

Los resultados indican además que un menor poder adquisitivo en las regiones de bajos ingresos reducirá la adquisición de bienes, reduciendo así la cantidad de residuos sólidos municipales generados. Por el contrario, el nivel más alto de generación de desechos sólidos urbanos se espera en el escenario SSP5 (un mundo que depende de mercados competitivos, innovación y sociedades participativas para producir un rápido progreso tecnológico para el desarrollo sostenible) concomitante con el fuerte aumento de los ingresos y la urbanización.

Según los autores, la reducción de residuos junto con la adopción de sistemas circulares de gestión brindará una amplia gama de beneficios colaterales, incluida la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, la contaminación del aire y el agua, al tiempo que respaldará el avance en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Por ejemplo, la meta 6.3 de los ODS, que apunta a mejorar la calidad del agua mediante la reducción de la contaminación, la eliminación de los vertidos y la minimización de la liberación de productos químicos y materiales peligrosos para 2030, solo se puede lograr a través de metas de reducción de residuos sólidos municipales más ambiciosas. Es importante destacar que los escenarios desarrollados permiten explorar sistemáticamente los beneficios de mejorar los sistemas de gestión de residuos municipales a escala global y destacan qué acciones políticas y técnicas se pueden tomar en el sector de los residuos en el camino hacia una economía circular.

“Confiamos en que nuestra representación detallada del sector de residuos sólidos municipales y las emisiones asociadas y el potencial de mitigación se pueden utilizar como entrada para los Modelos de Evaluación Integrada (IAM) y se pueden aplicar para desarrollar escenarios de emisión para el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC). Nuestro trabajo también se puede utilizar para respaldar estudios de contaminación del aire y del agua a escala regional y local, e informar a los gobiernos locales y nacionales sobre los desarrollos probables, las consecuencias ambientales y las oportunidades de mitigación en el sector de la gestión de residuos sólidos municipales”, concluye Gómez-Sanabria.

27 Dic

Cómo la conversión de residuos en energía cumple los objetivos de energía renovable

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RETEMA

Waste-to-Energy constituye el vínculo entre la economía circular y las energías renovables: garantiza que los residuos no reciclables, incluidos los residuos de los procesos de reciclaje, se gestionen de forma segura y se utilicen como recurso gracias a la recuperación de energía y materiales. En Europa, la energía recuperada por las plantas de conversión de residuos en energía representa el 2,4% del suministro total de energía.

Cada fuente de energía renovable disponible tiene un papel fundamental que desempeñar para mejorar los esfuerzos de la economía de la UE hacia la descarbonización, incluida la electricidad, el vapor, la calefacción y la refrigeración, así como los combustibles renovables y bajos en carbono generados a partir de residuos no reciclables.

Estudios recientes estiman que la producción de energía renovable de las plantas de conversión de residuos en energía es más del 50%, lo que contribuye sustancialmente a la transición de los combustibles fósiles en los sectores de electricidad, calefacción y transporte. La energía renovable de Waste-to-Energy se proporciona las 24 horas del día, los 7 días de la semana y, por lo tanto, es planificable y confiable, lo que aumenta la flexibilidad de generación de electricidad de toda la red eléctrica. En 2018 en Europa, las plantas de conversión de residuos en energía generaron alrededor de 40 mil millones de kWh de electricidad y 90 mil millones de kWh de calor, lo que proporcionó electricidad a 18 millones de ciudadanos y calor a 15,2 millones de ciudadanos.

Waste-to-Energy también puede producir combustibles renovables y bajos en carbono (por ejemplo, hidrógeno y metanol), que son cruciales para los objetivos climáticos y los objetivos renovables establecidos. Waste-to-Hydrogen tiene un potencial significativo para descarbonizar el transporte pesado al alimentar autobuses de celda de combustible y camiones de basura que recolectan desechos municipales, mientras se evitan toneladas de emisiones de GEI. Varios proyectos piloto prometedores están despegando ahora en Europa.

En virtud de la Directiva de energías renovables (RED) (Directiva (UE) 2018/2001), la biomasa se reconoce con razón como una fuente de energía renovable, ya que puede reemplazar los portadores de energía fósil y las materias primas en las industrias de uso intensivo de energía. Esta característica renovable de la biomasa es la razón por la que la energía de Waste-to-Energy se considera parcialmente renovable; se debe a que los residuos tratados en las plantas de WtE son en parte biogénicos o, simplemente, biomasa.

Es más, cuando la biomasa se combina con la captura y almacenamiento de carbono (CAC), la industria alcanza una eliminación neta de CO2 de la atmósfera, lo que genera emisiones negativas. El mismo proceso se puede implementar en plantas de conversión de residuos en energía, como lo demostraron los proyectos piloto de Copenhague y Oslo.

El documento de posición completo de ESWET sobre la revisión propuesta de la RED está disponible aquí: Posición de ESWET para la revisión propuesta de la Directiva de energías renovables.