La CNE reconoce que el 1/2012 frena el desarrollo de la biomasa
ENERGÍAS RENOVABLES
La Comisión Nacional de Energía (CNE) recomienda que se impulsen medidas legislativas para el desarrollo de la biomasa y considera que “la entrada en vigor del RDL 1/2012 impide el desarrollo de nueva potencia no inscrita en el registro de preasignación”. Esta postura la expresa en el Informe sobre el sector energético español, en el que propone medidas para garantizar la sostenibilidad económico-financiera del sistema eléctrico. El informe contiene varias propuestas que benefician a la bioenergía, aunque en APPA Biomasa las consideran insuficientes debido al escaso grado de desarrollo de estas tecnologías y a su complejidad estructural.
“La congelación de las tarifas por la vía del IPC, en tecnologías que, como las biomasas, requieren de suministros, transporte y mano de obra, determina una reducción relevante que impedirá el cumplimiento del principio de rentabilidad razonable de la ley 54/1997 del sector eléctrico”. Así comentan desde la sección de Biomasa de la Asociación de Productores de Energías Renovables (APPA) una de las primeras medidas a corto plazo contenidas en la propuesta de la CNE que afectan a la biomasa. El grueso de las críticas se centra en otras a medio plazo, en especial la que establece “primas basadas en información regulatoria de costes”.
Para implantar ese sistema, la CNE propone la aprobación de una norma con rango de real decreto que “ligaría la actualización de las tarifas y primas a la obtención, mantenimiento y revisión de un sistema de información regulatoria de costes de carácter auditable que permitiera realizar un seguimiento sistemático y regular de aquellos costes afrontados por las empresas del sector”. APPA Biomasa recuerda que, en el caso del biogás agroindustrial, sin cumplir los objetivos del PER 2005-2010, “no cabe la modulación del ritmo ni retrasar el desarrollo porque significaría la interrupción definitiva sin apenas haber nacido”. Apostillan que “la escasísima potencia instalada e incluso la de los nuevos objetivos apenas tendrá repercusión en la prima equivalente”.
Medidas complementarias que ralenticen la biomasa y el biogás terminarán con ellas
Un comentario similar ofrece APPA Biomasa en relación a la biomasa eléctrica: “sería directamente trasponer el objetivo del PER 2005-2010 al año 2020, puesto que la velocidad de implantación según el desarrollo histórico que la propia CNE estima para este sector es de 3 MW/mes, siendo 24 los meses que considera como mínimo para la promoción de los proyectos, es decir, no se trata de un sector con grandes inercias precisamente”. Por lo tanto, entienden que “el ritmo de penetración establecido en el PER 2011-2020 para las biomasas ya está modulado suficientemente al permitir unos incrementos de potencia de 817 MW (81,7 MW/año) para la biomasa sólida y de 223 MW (22 MW/año) para el biogás, por lo que cualquier medida complementaria para ralentizar aún más ambos sectores terminaría directamente con ellos”.
La CNE es consciente de este retraso, de ahí que no incluya a la biomasa en los mecanismos de subastas en los que sí entran otras tecnologías más asentadas, e incluso afirme que “la biomasa no ha terminado de despegar” y que “la entrada en vigor del RDL 1/2012 impide el desarrollo de nueva potencia de cogeneración y biomasa no inscrita en el registro de preasignación”. Lo hace al proponer otra medida en la que ambas tecnologías salen más beneficiadas que el resto. En concreto, se propone una norma para establecer una vida económica para todas las tecnologías coincidente, con carácter general, con el primer tramo tarifario existente, excepto para la cogeneración y la biomasa, que se fijaría en veinte años. Se pretende armonizar la vida económica de las dos tecnologías con el resto, como la eólica, “estableciendo para ellas unas vidas económicas de veinte años, en cuyo periodo se percibirían los dos escalones tarifarios actualmente vigentes”. En este caso, APPA Biomasa recuerda que la fijación de la vida tarifaria a veinte años ya la habían solicitado en varias reuniones con la Secretaría de Estado de Energía y con la propia CNE.
La discriminación horaria tiene en cuenta a la bioenergía
Otra de las propuestas de la CNE en la que la biomasa tiene protagonismo está relacionada con las tarifas con discriminación horaria en instalaciones gestionables. Recuerda que “la regulación ha establecido tarifas con discriminación horaria para la cogeneración, pero no para la biomasa, residuos y tratamiento de residuos”. Por este motivo, considera que el objetivo es lograr que “todas estas instalaciones fueran retribuidas a mercado más prima; como paso intermedio, se plantea introducir una progresiva discriminación horaria en la tarifa que perciben, de modo que la generación en punta se retribuya a un precio más elevado que la generación en base”. “Esta es una medida a estudiar –comentan desde APPA Biomasa–, puesto que bien instrumentalizada podría suponer un estímulo para estas instalaciones, mientras que debería evitarse cualquier traba al funcionamiento de las plantas que supusiese su aplicación”.
El biogás agroindustrial, por ser uno de los sectores con menos desarrollo, preocupa sobremanera en APPA Biomasa en los comentarios a las propuestas de la CNE. “El fomento del autoconsumo –dicen–, que en el caso de instalaciones de biogás favorecería la generación distribuida en el medio rural, requeriría aumentar el límite de potencia al menos a 250 kW”. Y en referencia a las instalaciones ya existentes, informan que, debido a las bajas potencias de las instalaciones, “es más correcto el escalado de primas en función de tales potencias que el mecanismo de techo y suelo, dada la escasa influencia de esta tecnología en las fluctuaciones del mercado”.
APPA Biomasa aprovecha la publicación del informe de la CNE para apuntar que “la homogeneización de regulaciones (o de propuestas de regulaciones) para todas las renovables debe hacerse de manera que se consideren todas las particularidades de cada tecnología, que para el caso de las biomasas son especialmente relevantes al tratarse de distintas tecnologías de valorización, muy escalables, en las que intervienen combustibles biomásicos de distinta naturaleza”. Recuerdan que esa heterogeneidad “proporciona importantes beneficios ambientales y socioeconómicos en el medio rural, que asimismo deberían ser tenidos en cuenta”.